Bronas, tirá sabiduría a -10, porque no tienes la Pericia en no-armas.
Motivo: Sabiduría -10
Tirada: 1d20
Dificultad: 5-
Resultado: 19 (Fracaso)
No tienes idea de que es lo que están hablando.
Con firmeza se levanta el heroico guerrero, se acerca hacia uno de los lienzos donde el no es el centro de la imagen, sino un hombre con túnica y armado con una vara, repeliendo el ataque feroz de una media docena de caballeros, paladines y Nigel. Algo impresionante para alguien que no portaba armadura, escudo o arma incluso. Pero se ve la determinación reflejada en el lienzo en ambas partes de la batalla. - Este hombre es la causa de todo, antes solo era un ayudante, pero luego se convirtió en algo más. Él está convencido de que es parte de una antigua profecía que al cumplirse le dará el poder absoluto. Pero como su predecesor, ha fallado, tuvo la suerte de no morir en este combate muy a mi pesar pero ahora ha vuelto. Su intento lo hizo en su reino y un grupo pudo evitarlo, pero a un costo enorme, ese grupo quedó diezmado y solo un par de ellos logró sobrevivir. Un enano del que nada se sabe y una hechicera que ahora reside en una aldea cercana. - Mira a Agnus buscando una respuesta, pero sabe que ahora toca actuar.
Mira a todos los presentes y se detiene un momento en cada uno. - Les voy a pedir a ustedes que hagan algo por nosotros, se que algunos lo harán por nada y para otros el precio puede ser muy distinto. Bronas, tu pueblo está en peligro, si esta profecía se consigue, tu pueblo será arrasado como ya pasó en el pasado y es por eso que tu padre ahora gobierna a los Piel Escarcha. Galdor, tu precio lo pondrás tú, solo espero que todo lo que te he inculcado te sirva para decidir con sabiduría y tú joven Arkantos, veo en ti un camino prometedor mientras sepas seguirlo. Los tres pueden ser el comienzo de algo muy grande, la salvación de estos reinos y para ello tienen que cumplir con un objetivo, averiguar que o quien es lo que falta para que esta profecía se cumpla y traerlo hasta aquí. ¿Podemos confiar en ustedes? -
El norteño escuchó las palabras de unos y otros y cuando señalaron a la figura del tapiz, centró su mirada en ella. No la reconocía, y le sorprendía que no le sonara de nada todo ese turbio asunto con respecto a ese ser o el que fuera su mentor. Pero el estaba de viaje para superar una prueba y al parecer Tempus se la estaba presentando. Y él la aceptaría y superaría.
- Acepto. Viajaré para detener esa profecía. Si es que esta representa una amenaza para los Pielescarcha.- Dice con confianza ay solemnidad.
Arkantos baja la carta que comenzó a leer cuando Nigel se arranca a hablar. Le sigue con la mirada hacia el lienzo y lo estudia. La imagen que el lienzo conserva impacta sobre él. ¿Quién es capaz de conseguir repeler un ataque de esas características sin portar arma o armadura alguna? Arkantos retiene en la memoria aquella figura que porta simplemente una vara y una túnica.
Escucha las palabras de Nigel entendiendo que es alguien que cruzó su destino en el pasado con aquellos dos hombres. Parece ser que en el pasado aquellos hombres consiguieron tiempo a pesar de las cuantiosas pérdidas. Toda una hazaña teniendo en cuenta lo comentado por Nigel. Aquel ser de extraña figura debe ser alguien con un poder increíble para renacer de sus cenizas y volver a intentar lo que en el pasado no consiguió.
La mirada de Arkantos vuela desde Nigel hacia su mentor, mientras Nigel les pide colaboración. Agnus con una leve inclinación de cabeza da a entender a Arkantos la aceptación del mismo. Sin embargo Arkantos alberga muchas dudas en su corazón. Si aquellos hombres, mayores en honor, heroísmo, dedicación y fortaleza no pudieron darle el fin deseado a la profecía… ¿qué podrán hacer ellos? Seguramente aquellos dos hombres que comparten la sala con él, Bronas y Galdor, sean especialistas y tengan una vasta experiencia, pero no así él. Arkantos no ha conocido más que las paredes del templo y no negaría que sus deseos siempre han sido salir y mostrar la palabra de Tyr a aquellos que la desconocen, pero seguramente aquello le quedaba grande. Admiraba a Agnus con devoción y a Nigel, y les tenía por héroes. Pero él no lo era… sólo esperaba que aquellos hombres con los que compartiría aventura si lo fuesen. Sin embargo todas aquellas dudas quedaron simplemente en su cabeza, pues con firmeza y seguridad habló: Si Agnus así considera oportuno, será un honor serviros en tal cometido. El valor de Tyr es grande y estoy convencido que guiará nuestros pasos.
Arkantos se gira hacia su mentor y busca sabiduría en sus palabras: Padre, ¿podéis explicarnos con mayor detalle en qué consiste la profecía y que sospecháis que es lo que busca aquel hombre…, dice señalando hacia el lienzo… del que por cierto nada sabemos? Pregunta esperando aclarar ambas dudas.
Nigel se levanta y mientras señala uno de las magníficos murales, empieza a relatar el porqué de sus temores. En el centro de la imagen, un hombre con una vara desafiando a un ejercito de guerreros, -un mago sin duda, y debe ser muy poderoso - las palabras del caballero confirman mis sospechas, y éste hechicero busca un poder que antaño no pudo obtener y ahora a vuelto a la carga.
El caballero que durante este tiempo había sido mi dueño, mi guardián, mi custodio, ahora me pide que me enrole en un viaje a lo desconocido, me pide que tome un rumbo que acabará probablemente con mis huesos bajo los pies de ese horrible mago. Pero lo desconcertante para mí es exactamente eso, lo pide, no lo ordena , mi cabeza empieza a tener sensaciones que no había tenido, nadie en mi vida me había pedido nada todo era ordenado de una u otra forma. Quizá sea esto lo que me hace plantearme tomar partido, o ¿Será que ha conseguido lavarme el cerebro con su cháchara?¿o realmente tenía razón en sus discursos?, de repente de forma inconsciente llega de mi recuerdo algo que me decía mi tía Sarah siempre que recordaba a mi madre, 'hasta la piedra más pequeña puede tener más fuerza de lo que te imaginas, algunas veces un granjero tendrá más poder que un gran señor, hasta un esclavo tendrá más fuerza que un valeroso guerrero, no lo olvides nunca'... ¿Tenías razón madre?¿Qué debo hacer sólo soy un pequeño mestizo insignificante?¿Debo involucrarme en esto?, mis preguntas no consiguen respuestas, aunque quizá sea el aprecio que de una forma extraña ha conseguido este caballero de mi, además tengo una deuda con él.
Con voz temblorosa por el respeto que me causa el caballero Nigel Terry digo - No se que es lo que alguien como yo puede hacer por vos - Casi sin terminar de pensar por mi boca salen las palabras - Señor, nos conocimos en circunstancias 'peculiares', podrá confiar en mí pero sólo puedo darle como garantía de ello mi palabra si con eso basta ... Mi precio no puedo decirlo ya que no se realmente cual es la magnitud de lo que nos pedís, como adelanto pediría obtener mi libertad y alguna montura para poder viajar ligero. Quizá a mi vuelta -si consigo volver- podamos llegar a algún acuerdo. - Termino diciendo todavía sin saber bien porqué lo he hecho, quedando en mi cabeza si lo que he hecho es realmente lo que debía hacer.
Quedo expectante a lo que tengan que decir lo que parece que serán mis compañeros de viaje en busca de ese mago loco, el guerrero del norte cuyo pueblo está en peligro y el joven guerrero acompañante de Agnus, aunque no se qué podré hacer yo para detener a ese hombre. Ya me estoy arrepintiendo.
Con la aprobación de los tres convocados, Nigel se queda satisfecho por la determinación que demuestran cada uno de los mismos. Hincha un poco su pecho de orgullo al verlos tan jóvenes y resueltos, como extrañando esos tiempos en los cuales uno podía con todo el mundo sin preocuparse. Ahora los años que cargaba en su espalda le hacían imposible tal proeza, pero en estos tres hombres recaía una gran responsabilidad y hasta donde él sabe, siempre las grandes empresas comienzan con algo pequeño.
Ve que para impedir la profecía se necesita información y cuando mira a Agnus sabe que por primera vez no la tendrá de su amigo. Tantos años conociéndose que ya con una mirada sabe la respuesta. Piensa unos momentos y se le ocurre algo. - Klotar, si Klotar, él sabrá que o quién es lo que buscan. El joven enano que estuvo en ese grupo, él estuvo más que nadie en esas tierras y pudo escapar, hasta donde sabemos es el único que lo logró, pero el precio fue demasiado alto, tal vez demasiado. Deben viajar a las montañas, al Espinazo del Mundo, ese lugar lo debes conocer Bronas, no creo que te pierdas por esos lugares, aunque localizar a un enano ermitaño no creo que te sea fácil a menos que consigas su ubicación. - Se queda pensando un poco más, quien sabe en que, pero finalmente habla diciendo algo que quizás sea lo que pensó o quizás sea otro tema para no aparentar quedarse sin decir nada. - Galdor, tu precio no será alto en ningún lado si cumples con este pedido, yo se que tu juicio al pedir lo que corresponde será lo correcto. - Y con esto se termina la reunión, hablan de otros temas, pero nada más relevante, el día va llegando a su fin y con ello llegan un par de sirvientes a dejar la cena. Es algo paraca la cena, no por lo que se sirve, sino por el estado de los presentes, el ánimo no es el más feliz pero igual Nigel trata de animarlo contándoles acerca de alguna anécdota donde siempre quiere ver como si prima la razón y la lógica antes de aventurarse se logran mejores resultados, pero que las aventuras las hacen los que se arriesgan a veces demasiado y con resultados dispares. Ese balance entre la razón y la pasión es lo que forja a los héroes que ahora están vivos o muertos. Les suena algo confuso, pero a la vez los atrapa el relato y la anécdota.
Y con esto se pone el fin a la parte introductoria de la partida, lamento a los dos nuevos no haberles tenido más participación en esta parte introductoria, pero en la segunda parte de esta campaña hay mucho más por aventurarse. Quizás hasta la historia se abra en dos grupos, ustedes y los otros si es que sobreviven, quien sabe. Gracias por haber participado y les dejo un último post para que le den cierre a esta escena.
Klotar… Arkantos retiene el nombre en la memoria. Parecía ser que todo estaba comentado. Toda la información estaba dada. Sólo quedaba confiar que Tyr les guiase y cuidase en esta nueva andadura.
Arkantos estaba preocupado por Agnus. Parecía ser que había sido un golpe muy fuerte para la fortaleza del clérigo. Demonios del pasado que volvían a levantarse. Esta noche estaba convencido que Agnus y él hablarían largo y tendido sobre lo que estaba por acontecer. La noche sería larga.
Arkantos escrutó de nuevo a aquellos hombres, a Bronas y a Galdor. El tal Bronas parecía ser un hombre experimentado, venido del norte y al parecer era hijo de reyes. Piel Escarcha si no recordaba mal el nombre. Parecía que conocía la zona a la que deberían ir y ello sería indudablemente útil. Igualmente parecía competente en el arte del combate.
El otro hombre, Galdor, parecía menos corpulento pero si mucho más ágil. Este segundo le tenía un poco más confundido, pues no era tan clara su dedicación. Quizá fuese un guerrero como Bronas pero quizá su estilo fuese más parecido a Arkantos, que no se apoyaba tanto en la fuerza bruta si no en la agilidad y los movimientos. Galdor parecía ser semielfo, sin embargo, así como Bronas parecía haber traído la nota y estar involucrado desde el principio en todo esto, desconocía su implicación. Quizá fuese un batidor contratado por Nigel. En los próximos días se vería.
Aún quedaba algo por hacer para poder emprender con éxito la misión, Arkantos entrecerró los ojos, inclinó ligeramente la cabeza hacia abajo y elevó levemente su antebrazo derecho con la palma extendida hacia abajo a 45 grados aproximadamente: naëra Tyr reve. Susurró.
Arkantos se mantuvo en silencio el resto de la tarde pero escuchó con atención las aventuras que Nigel había reservado para cerrar la reunión. Comió poco de lo que ofrecieron para cenar, pues tampoco parecía tener hambre. Su vida iba a cambiar a partir de mañana y lo sabía, y parecía que Agnus por fin comprendía que estaba preparado para servir a Tyr con determinación y fuerza.
Bronas se mostró ser un tipo de pocas palabras, sin las sutilezas de la corte. Cuando tenía que decir cosas las decía de forma directa y clara. Parecía un hombre de mucho carácter. Pero no era fácil fijarse en esos detalles pues su aspecto, un hombre que rozaba los dos metros y tenía brazos y piernas llenas de músculos abultados.
- Klotar, un enano ermitaño. Escondido en el Espinazo del Mundo. Será díficil dar con él. Lo mejor será buscar información acerca de él en las comunidades enanas.- Mirando al caballero apunta.- ¿De cuanto tiempo disponemos, en qué consiste esa profecía?
Parece que nuestras respuestas han sido del agrado de Nigel, quizá sea mi imaginación pero le veo un destello de orgullo y satisfacción hacia mí, nadie antes me había tratado de la forma que él lo había hecho, le había dado una oportunidad quizá en mi interior quería no decepcionarlo, algo que antes no había experimentado.
Nuestra misión será intentar obtener toda la información que podamos sobre estos hechos, para ello como punto de partida tendremos que ir hasta las montañas del Espinazo del Mundo. Una vez en las tierras del guerrero llamado Bronas, tendremos que encontrar a un enano, su nombre Klotar que tendrá respuestas a las incógnitas que se nos plantean, aunque encontrarlo cuando estemos allí no parece que sea una tarea fácil ni siquiera para alguien que conozca la zona. Para mi asombro, aunque recapacitando no debería sorprenderme dado su carácter, no pone ninguna objeción a lo que digo, aunque probablemente esa recompensa que acabo de pactar no pueda llegar a disfrutarla.
Durante nuestra última noche sirven la cena la cual comparto con todos, quizá para algunos sea una escasa comida, pero para mí es un manjar. El caballero Nigel intenta levantar el ánimo de todos relatando aventuras de su pasado, y cómo usando la razón se pueden solventar muchas dificultades, y hay que saber cuando arriesgar. En sus palabras puedo entrever su pesar por poder no llevar a cabo esta misión que nos ha encomendado, o al menos acompañarnos. Sus relatos me empapan el interior con su fuerza, su determinación, yo no soy así, no soy un noble, no soy un caballero, ni un héroe - pienso, aún así quizá sea por estos días pasados, por la relación que se ha forjado, ¿se podría llamar amistad? no lo sé nunca he tenido un amigo así,o quizá sólo sea por devolverle el favor, -¿O es por tí madre?- quizá pueda ser la ocasión para que mi madre estuviera orgullosa de su hijo.
La velada transcurre Nigel sigue contándonos sus relatos hasta la hora de descansar, despidiéndome lo mejor que puedo dados mis modales me dirijo hacia mis aposentos, pensando en la locura en la que me acabo de embarcar para obtener aquello por lo que siempre he anhelado, la libertad.