- Ocurrio que teneis unos bosques muy concurridos por todo tipo de bestias, kobolds, lobos que no son lobos y arañas enormes entre otros. Yo no dejaria caminar solos a estos flacuchos que al primer encuentro pueden verse devorados -
Tras bajar al muchacho que colgaba de la rama y estaba dentro del capullo de la araña, Gerbo, el gnomo, lo curo y lo mantuvo vivo bastante bien, yo solo pude mirar, pues mis habilidades no me permiten curar a otros, pero me senti bastante bien con mi actuacion y poder rescatar aunque solo fuera uno de los desaparecidos.
Una vez en el pueblo, Marien la sacerdotisa sano del todo al pobre muchacho y nos pidió informacion sobre que era lo que habia pasado, el barbaro se lo explico a lo que yo añadi:
Lo que ha dicho Xiombarg es cierto, pero tambien hay que añadir que tengais especial cuidado con las arañas pues seguramente sean las principales culpables de las desapariciones y siempres lleveis antorchas o algo para defenderos y vallais al menos en grupos de 3. Lo siento Marien pero este es el unico que hemos encontrado con vida.
Espero un poco de tiempo para que Marien asimile todas las cosas y añado de forma lo mas suave posible:
Y hablando de la mision, no me gustaria ser descortes ni nada, pero en cuanto al tema del dinero obviamente no hemos podido conseguir ninguna cabeza de lobo, pues no eran los culpables, asique ....
-El tema del oro siempre preocupa a los mercenarios, tranquilízate Cyrus, 10 piezas de oro por cabeza fuera de lo que fuera, eso era lo acordado, creo en vuestra historia aunque no me habéis traído tampoco a las arañas, de modo que os haré una oferta.-La sacerdotisa observó al muchacho y notó su mejoría.-Habeis conseguido traer un alma viva al pueblo y eso tiene mucho valor para nosotros, os daremos 25 piezas de oro a cada uno.-
- Bueeeno, no digo que 25 monedas esté mal peeero - Gerbo se rascó la coronilla y después cruzó las manos detrás de la espalda.- Será mejor que os cuente todo los detalles de nuestra expedición... Poco después de salir en busca de vuestros muuchachos desaparecidos nos topamos con una horda de hombres-sapo enfurecidos, tendríais que haber visto los espumarajos que echaban por la boca y esos ojos inyectados en sangre - el gnomo gesticulaba para dar énfasis a su historia.- Como valientes héroes que somos, nos enfrentamos a esas alimañas y les dimos lo suyo. Continuamos el viaje y fue entonces cuando creímos haber llegado a nuestro destino, pues encontramos aquellos "lobos" - Gerbo apostilló la palabra con un gesto de sus dedos.- Y digo "lobos" porque no lo eran realmente, sino que se trataba de una subespecie de monstruos que ocultan su verdadera apariencia bajo la piel de un lobo, pero cuando atacan muestran su verdadero rostro demoniaco... Era aterrador, pero más que miedo yo diría que daba asco ¡Es como arrancarle la piel a alguien pero en la cara! - el gnomo hizo una mueca indicando lo asqueroso que le resultaba recordarlo.- Pero vencimos también a aquellas criaturas que, evidentemente, no habían raptado a vuestros muchachos. Nuestro camino continuó y enseguida nos topamos con una panda de apestosos kobolds, a lo que hicimos huir rápidamente, pues no es que se caractericen por su valentía precisamente... Aquello ya crobaba sentido para mi, ya estaba yo viendo la conexión de todos aquellos sucesos, aparentemente, aislados, cuando encontramos a aquellas arañas que, por cierto, se habían ocupado de los kobolds restantes - Gerbo se aclaró la voz y continuó hablando.- Una vez más los enemigos cayeron ante nuestras portentosas dotes de combate y así fue como salvamos a este chico.
Gerbo señaló al muchacho que se había salvado de milagro de una muerte espantosa. El gnomo dejó unos instantes para que la cosa cogiera suspense y después remató la historia con la parte más importante.
- Peeero lo verdaderamente importante es lo que voy a decir a continuación - dijo el gnomo con tono misterioso.- Os estaréis preguntando qué relación hay entre unos hombres-sapo, unos falsos lobos, unos apestosos kobolds y un puñado de arañas... pues la repuesta es muy sencilla... Los kobolds tenían esclavizados a esos falsos lobos y, seguramente, los utilizaban como montura. En una de esas decidieron asaltar los caminos y les pareció una buena idea secuestrar a las pobres gentes de este pueblo. Esto explicaría porque encontramos pelo en el lugar de los hechos, pero ¿Cómo llegaron los secuestrados a caer en las redes de las arañas? Pues aquí es donde entrar los hombres-sapo. Esos bichos son un delicioso bocado para los falsos lobos, de modo que los kobols decidieron alimentar a sus bestias, no se fueran a rebelar contra ellos. Sucede que los hombres-sapo les plantaron cara en una cruenta (y asqueroso) batalla y, mientras tanto, las arañas aprovecharon la coyuntura para robarles el botín - Gerbo sonrío, pensando que era el gnomo más listo del mundo.- Es el ciclo de la vida, la cadena alimentaria, ya sabéis... De modo que, además de recuperar a uno de vuestros muchachos hemos acabado con una potencial amenaza para vuestras tierras, por lo que creo que nos merecemos 50 monedas de otro.
Yo estoy con el gnomo,- digo mirando a la sacerdotisa y a mis compañeros - me parece poca paga para todas las peripecias que hemos tenido.
- Pues yo no he entendido nada de toda la parrafada del gomo asi que me quedo con esas 25 monedas y un beso de la bella sacerdotisa - dijo el barbaro poniendo su mejor sonrisa dirijida hacia Marien.
La bella Marien sonrió al ver y oír el relato de Gerbo y las andanzas que habíais tenido que pasar. Después escuchó al Xefe y al bárbaro al que dirigió una sonrisa cariñosa.-Veo que habeis pasado por muchos peligros, esta bien, subo a 30 piezas de oro y recibireis la bendición de Selûne, un beso de una de sus sacerdotisas.-
Tras recibir las 30 po y el beso en la mejilla con la bendición de la diosa Selûne, os dirigís hacia la casa que os dispusieron para dormir. A sido una noche larga quereis descansar. Veis como un hombre, rechoncho, con barba y una sonrisa siempre en la cara está sentado en un carro y charlando con Gunter, mientras la gente acarrea sacos y mercancías diversas.-Si esos son-dice señalándoos-lo encontraron con vida y nos libraron de la amenaza del camino hacia el pueblo.-El hombre se queda pensativo mientras os mira.
-Hola, soy Eolsen, comerciante de Sembia. ¿OS interesaría un trabajo de guardias de caravana?.-
- Saludos, Eolsen, puede que hayas oido hablar de mi... mi nombre es Gerbo y estos son mis muchachos - dijo, sonriente, señalando al resto de sus compañeros.- Veamos...un trabajo de guardias de caravana... no sé, no sé, tengo que consultar mi agenda - el gnomo se metió la mano en uno de los bolsillos para sacar un pergamino (uno al azar, realmente), lo abrió y comenzó a leerlo con gesto pensativo.- Está esto del dragón pero creo que ya lo han matado... El desayuno con los drow me los han cancelado, si, al parecer tienen problemas con las horas de sol, la infraoscuridad es lo que tiene... La princesa que había que salvar resultó que no quería ser salvada... y lo del secuestro de este pueblo ya lo hemos acabado - se rascó la barbilla durante unos momentos para darle más emoción a la cosa.- Pues mira, has tenido suerte Eolsen, estamos libres por el momento ¿Qué hay que hacer exactamente?
Motivo: Engañar xD
Tirada: 1d20
Resultado: 16(+6)=22
Yo creo que cuela perfectamente ¿no? :P
A pesar de intentar mantener su rosto inmovil Xiombarg no puso reprimir una sonrisa - Cierto es lo que dices Gerbo. Aqui ya hemos rematado nuestro cometido y con cierto exito, diria yo -
-Precisamente me comentaba los detalles vuestro amigo Gunter. Y parece que sois buena gente...Transporto unos carros de mercancía de vuelta a Arabel y debo cruzar los picos del trueno. Bueno ya sabeis que no es un buen sitio asi que necesito brazos fuertes y mentes hábiles para defender los tres carros de mercancía durante el trayecto.-Lo aldeanos descargan el último saco y Eolsen continúa su charla.-Bien, ya han acabado, debo irme a cargar grano al pueblo de al lado. ¿Que tal si hablamos en Altaluna esta noche y me contais lo del dragón?. Me hospedo en el cervatillo saltarín. Nos vemos allí si os interesa.-Sin esperar respuesta arrea al caballo con las riendas y este se pone al trote.
FIN DE LA AVENTURA: TRAS EL RASTRO