PROLOGO
El teniente Nomad se reunió con la comandante Hera en lo alto del baluarte. Desde allí podían contemplar una extensa llanura donde el colosal ejército humano se preparaba para otra gran ofensiva.
—Estamos ganando.— dijo la comandante Hera.
—¿Y por qué noto en su voz malestar?— contestó el teniente Norad mientras encendía uno de los puros que había logrado birlarle al viejo cascarrabia de Tanhauser —¿No es lo que llevábamos décadas deseando?
—Sabe muy bien el origen de mi tono. No habríamos logrado esto sin la ayuda de esa simbionte a la que llaman Madre y sus juegos con ¿cómo lo han llamado ustedes? ¿el Vacío?
Nomad sonrió. Como agente del Ojo había aprendido que cualquier ayuda era buena y que los enemigos de tus enemigos son tus aliados. Pero los miltares tenían una mentalidad demasiado simple. Se encogió de hombros:
—Madre ha cumplido todas sus promesas.
—Sigo sin fiarme.
—Y hace bien. Pero dentro de poco tendremos la información necesaria sobre el Caudillo, el Vacío y averiguaremos si todo lo que nos ha contado es cierto.
—¿Cómo?— la sorpresa de la mujer se convirtió en enfado —Siempre con un as en la manga, con sus juegos de espejos. Empiezo a pensar que debería preocuparme más por usted que por Madre.
—El Ojo Imperial asestó el golpe definitivo a los Decados hace dos semanas en Bizantium Secundus. Tenemos los datos de las investigaciones de la Operación Caronte. Ellos trataban directamente con el Caudillo y sabían como usar las Piedras del Vacío. Ahora su conocimiento nos pertenece.
—La Casa Decados está siendo cazada y excomulgada en todos los Mundos Conocidos por ese conocimiento ¿y ahora nosotros lo vamos a usar para nuestros fines?
—No es el conocimiento lo que los llevó a la caída. Fue su intención de usarlo para sus propios fines. Nosotros vamos a servir al Imperio. Y vamos a acabar con la Guerra.
—Retuerce los hechos para amoldarlos a sus necesidades.
—¿Acaso no lo hacemos todos? Después de todo la Casa Imperial es la suya, comandante Hera. Yo ni siquiera tengo un título.
—Cuando se trata del Emperador todo vale ¿no es así? Por compartir sangre con Alexus no apruebo todos sus métodos.
—El fin es lo importante. El caso es que ahora mismo una unidad de cuatro hombres se dirige hacia uno de los laboratorios para recuperar la información que los Decados tenían en su poder. Si logran regresar con vida la información que traigan nos permitirá corroborar lo que Madre ha dicho y acelerar la victoria.
—¿Por qué no se me ha informado de esa operación?— preguntó la mujer aunque sabía de antemano la respuesta.
—Le estoy informando ahora. La orden venía directamente del Emperador. No hay tiempo que perder. Si quedan unidades Decados en el planeta intentarán volar por los aires los laboratorios. Cualquier filtración podría ser fatal.
Hera se volvió enfurecida para encararse al teniente:
—¿Acaso desconfía de mí?
—Usted desconfía de los simbontes liderados por Madre. Yo desconfío de todo el mundo comandante. Ese es mi trabajo. Y lo hago bastante bien.