Partida Rol por web

Tu espada vuelve a abrir una herida en su pecho. Tiene el pelaje empapado en sangre y respira con dificultad. Manotea en el aire desesperado, pero sus fuerzas le han abandonado. Finalmente se desploma sobre la ladera llena de piedras. Su pecho sube y baja de forma suave. Su lengua cuelga a un lado y a su alrededor un charco de barro rojo comienza a formarse. Pronto morirá.

Tuvo que limpiarse la cara para limpiarse las lágrimas. Arma y escudo resbalaron de sus manos y fueron a dar al suelo, cada una a un lado, salpicando al entrar en contacto con el charco de sangre. En su interior, sabía quién era la enorme bestia. Sentía un vacío en el estómago que nada podría llenar.
Y casi sin darse cuenta, comenzó a comerse el cuerpo del monstruo.

Lo siento.

La bestia gorgotea ahogándose en su propia sangre mientras tu vas devorando su carne aun palpitante. La boca se te llena con el caliente liquido y los pelos de lo que una vez sospechas fue tu hermano. Continuas un rato hasta que con un estertor final su pecho deja de subir y bajar.

Sientes una pulsación en ese momento. Te detienes y levantas la cabeza. Otra, no sabes de donde proceden, pero las sientes en todo tu cuerpo y en las sienes. Y pronto un dolor que nace en tu estomago y te hace caer rodando cuesta abajo hasta que te detienes en unas piedras.

Una voz habla en tu cabeza.- Ven... Ven...- Tu cuerpo comienza a agitarse y convulsionar.

Consumir a tu hermano te trajo algunas consecuencias negativas, volviste cambiado al poblado y no podías explicarte pues habías perdido la voz. Durante semanas continuaste preparándote junto al chaman y los soldados, aumentando tus capacidades para la guerra. Apoyaste al poblado en sus guerras contra los otros clanes hasta que el Caudillo se dio por conforme con su ejército.

Había trolls, orcos y ogros, bestias mutantes y monstruos. El Caudillo los sometió a todos con tu ayuda y la de sus aliados. Y tú, tu seguiste consumiendo, tu cabeza se alzaba por encima de las demás y eras temido y reverenciado por muchos. Las mutaciones en tu cuerpo se sucedían, grotescas e inútiles al principio, pero conseguías estabilizarlas gracias a la alquimia de Bugerk.

El objetivo final estaba cerca. El bosque y su corazón, una fuente de poder que otorgaba control sobre la naturaleza y, según rumores, la inmortalidad. Pero el bosque escondía peligros y bestias de las antiguas leyendas. Vuestro ejercito acampo fuera, listos para la batalla y tu observabas las copas de los árboles, hasta ti llega un olor levemente conocido pero largo tiempo olvidado.