Partida Rol por web

Stuart entonces le devuelve la mirada a Gendo frunciendole el ceño.

— ¿Y me van a dejar a solas con estos?

— No te preocupes, solo quiero... un autografo. Por la carrera. — Comenta, aunque no dando mucha confianza. — Además, no muerdo. Jeje.

— ¿Y dónde esta lo que tengo que firmar? — A la pregunta de Stuart el otro empieza a buscar en sus bolsillos, y mira a los otros preguntandoles con un gesto. — Y más te vale que no muerdas, tengo cuatro pistolas.

Edariel, Gendo y CT dejan el bar de aquel pueblo para encaminarse hacia la nave en donde estaría esperandolos Priscilla para continuar el encuentro. Las horas de mayor intensidad del sol de aquel arido planeta ya habían pasado, y con el sol descendiendo también lo harían las temperaturas, pero el astro aun estaba presente en el cielo y aun se hacía sentir.

En la caminata, de unos pocos kilometros hasta la nave, muy pronto dejaron atrás al pequeño poblado y se encontraron completamente solos.

La Drow levantó el brazo a modo de despedida si siquiera dirigirle la mirada, pues sus ojos estaban viendo cómo convencer a los demás de para sacarse esos ochomil de kopalo.

Nuevamente, una sonrisa lobuna surcó la cara de la drow que intimidó a unos humanos que pasaban a su lado en ese momento.

Gendo fue el primero que percibió las marcas dejadas en la suave arena que rápidamente, gracias al viento y la gravedad, iban siendo borradas. No hizo falta que Gendo dijera nada, Edariel casi al mismo tiempo también pudo notarlas. Parecían las huellas de dos personas, no ysoki, de más de un metro y medio de altura ambas. El rastro se dirigía directamente hacia donde estaba estacionada discretamente la nave. En el primer tramo del recorrido un conjunto de huellas parecía irregular respecto al otro, superponiendose unas huellas sobre las otras... pareciendo indicar que un conjunto de huellas estaba siguiendo al otro, pero no mucho más allá ambos conjuntos de huellas se regularon y andaban a la par de las otras... lo cual parecía indicar que ambos individuos se conocían y caminaron juntos.

— ¡Miren allá! — Habló de pronto Dave, señalando algo a la distancia. — ¿Quién es ese?

Edariel y Gendo levantaron la vista. A la distancia, en el horizonte, apenas detectable se veía la figura de una sola persona. Esta se detuvo abruptamente y pareció intentar moverse rápido hacia un lado, para escabullirse rodeando una duna, pero pareció abandonar la idea... quizás debido a que también notó que lo habían visto antes de que pudiera reaccionar.

Los ojos de elfo de Edariel alcanzaron a distinguir que la figura reanudó la marcha, y que esta era de nadie más que de Kopalo Nerull.
El androide, el humano y el elfo tenían varios minutos hasta que se diera el reencuentro.

El camino de vuelta es interrumpido por la visión de la babosa antenosa y sinvergüenza en el camino hacia nuestra nave. Enarco la ceja pensando si quizás fue a ella intentando robar o si solo se había adelantado a intentar sobornar a Priscilla como quiso hacerlo con nosotros.

Miro a mis colegas y hablo:

 - "¿Creen que esté intentando alguna estupidez y sea necesario asesinarle?"

Entrecierro los ojos para verle mejor pues entiendo que ya no se podrá ocultar entre las dunas y no sé qué es lo que estará tramando o el motivo por el que buscaba ocultarse. Aprieto el paso en la dirección de la nave, con los ojos bien abiertos y la mano sobre la culata de mi pistola avanzada.

A medio camino las huellas en la arena y la visión de Kopalo más adelante le hizo preocuparse. En cierto modo se había olido algo así, por eso había querido salir rápido de la taberna.

Parece que ha perdido el juicio… le respondió a Gendo …y si se ha vuelto peligroso, habrá que actuar en consecuencia… añadió, pues aunque lamentaría tener que enfrentarse al Lashunta, tampoco iba a dejar que les fastidiara.

Apretó el paso y comenzó a acumular la energía Fotónica; por el momento no iba a manifestar su espada, pues esperaba poder solucionar el asunto de forma pacífica.

La caminata a paso raudo de Gendo sobre la arena rápidamente fue acortando la distancia que lo separaba de su objetivo, Edariel y CT le acompañaron manteniendose solo a unos pocos pasos detrás del brioso humano.

A unos veinte o treinta metros se pudo ver con bastante claridad el rostro del lashunta: sonreía ligeramente, pero al desviar su mirada al distinguir la mano de Gendo en su pistola mientras caminaba hacia él... esfumó esa sonrisa.

— Hola de nuevo. — Kopalo se detuvo, y levantó ambas manos a la altura de su cabeza. — Estoy regresando al pueblo. No ha pasado nada.

Miró a Kopalo de forma severa, contrariado por esa sonrisa tan sospechosa.

¿Qué haces aquí? ¿Has estado hablando con Priscilla? preguntó, pues la excusa de que volvía a su pueblo no le terminaba de convencer.

— Si, estuve con ella. — Respondió rápidamente. — No es la primera vez que me llama para un trabajo, y después del poco afortunado desenlace que tuvimos, en el bar, digamos que quise despedirme de ella. Ahora, si me disculpan, quisiera regresar al pueblucho aquel a ver si consigo a alguien que me lleve a una ciudad... algunos aun dependemos de transportes públicos para abandonar este despresiable nido de ratas.

Haciendo movimientos lentos, y aun sin bajar los brazos, reemprende la marcha buscando pasar por un lado y seguir el camino por sobre sus pasos.
Para Gendo el lashunta mantuvo una expresión seria y calmada, aunque actuando con naturalidad mientras hablaba con ese acento pretencioso.