Partida Rol por web

Ragstar observa cómo el ente los descubre sin aparente interés por lo que sea que están haciendo ellos aquí. Habla con Svana y no se inmuta por tener extraños en su casa.

Acercándose aún más a Svana Ragstar le cuchichea aún más bajo si puede. No creo que sea hostil, pero también puede que se enoje más de lo debido si le importunamos demasiado. Como señor de ésta casa debe de conocer todos los pasillos y sus rincones, y sobre todo quién es ese Cali. Puede que sea una de las personas que estamos buscando.

Svana asiente de nuevo ante el acertado comentario de Ragstar, y armándose de paciencia se dirige de nuevo hacia el anciano fantasma.

-Cali mi señor, lo cierto es que le estamos buscando, si fuérais tan amable de ayudarnos, no os importunaríamos mas- le dijo sin quitarle un ojo de encima.

 -¿Están buscando a Cali? -el fantasma pregunta esto sin levantar la vista del pesado libro que está flotando ante él. Después te mira directamente a los ojos- ¿Para qué están buscando a Cali?

Svana mira a sus compañeros, como esperando algún tipo de sugerencia ante la curiosa situación, mas al no haber señales por partede ninguno de ellos, se gira de nuevo hacia l viejo.

- Verá, necesitamos hablar con él, al parecer ocurren cosas extrañas en el pueblo y pensé que podría orientarnos sobre lo que ocurre.- Le dice ciertamente temerosa de lo que podría ocurrir a partir de ahora.

 -¿Ciertas cosas en el pueblo? -el interés del fantasma parecía crecer poco a poco. Se aleja un poco del libro y se acerca despacio a vosotros- ¿Qué tipo de cosas?

Svana retrocede un paso de manera casi inconsciente sin perder de vista al anciano, preocupada además por la aparente inmovilidad de sus compañeros.

- Principalmente debido a ciertas "desapariciones" que nos tienen preocupados dado que el problema parece radicar en este lugar.- Tras decir eso, la deva se prepara ante lo que pudiera devenir.

 -¿Desapariciones? El que viene a esta mansión por su propio pié se busca una "desaparición", Señorita. Hay lugares que es mejor no visitar.

 Después del silencio de los visitantes, el fantasma parece estar más interesados sobre sus motivos.

-Un momento... ¿Insinúas que Cali ha atacado vuestro pueblo y ha hecho que varios jóvenes desaparecieran?

Escondido en las sombras de la estanteria tras la que me encuentro, ecucho con atención la conversación que está teniendo la sacerdotisa con el extraño ente. En un principio no parece agresivo, pero es mejor no precipitarse, estas entidades pueen cambiar radicalmente de actitud. Dejo que Svana, habiendo demostrado don para el habla, se encargue de la conversación mientras sopeso formas de atacar en caso de que ocurriera lo peor. Miro a mi alrededor, intentando inspeccionar la sala en la que me encuentro para vislumbrar posibles rutas de escape y ataque, así mismo, intento ver cualquier puerta o pasillo por el que puediera asaltarnos alguna sorpresa. Por último, centro mi atención en el ente en si y pienso en qué puedo hacer yo contra algo inmaterial... Nada, al menos no por los métodos convencionales, aunque si mi ataque, aunque inutil, le pilla desprevenido, podría sorprenderle, consiguiendo así que bajase la guardia frente a un ataque mágico.

Despues de sopesarlo todo, me quedo donde estoy, preparado ante cualquier eventualidad y escucho el resto de la conversación, ya que, al fin, parece que vamos vislumbrando algo

-¿Cali?-

Svana se quedó dubitativa un segundo ante la aparente perplejidad del anciano, pero al poco continuó hablando algo reticente.

-Verá señor, de camino aqui hemos encontrado a una joven del pueblo encerrada en las celdas de su mansión, como comprenderá eso no dice mucho a fvor de Cali...- Apunta la deva brevemente.

 -Eso no es bueno para mis estudios... nada bueno... -el fantasma dejó el libro en la estantería y se volvió hacia la sacerdotisa. Se acercó a ella lentamente, mirándola a los ojos, y hablando en un tono bajo, como para sí mismo- Cali me dijo que él y su familia mantendría a los intrusos alejados de mi mansión. Que así podría estudiar tranquilo. -El fantasma se paró a escasos centímetros de la muchacha- Pero esto lo cambia todo. Si es él el que trae intrusos a mi mansión, nuestro trato queda total y definitivamente anulado. Bien, muchacha. Os hablaré de Cali con la esperanza de que me libréis de ese embustero. Ah, y puedes decirles a tus amigos que salgan de sus escondites. Ahora estamos todos en el mismo barco.

El Sr. Kincep se acercó a otro de los estantes y parece buscar durante un momento un volumen en particular. Cuando lo encuentra, lo agarra con su ectoplásmica y verdosa mano y lo saca. Os muestra su título, escrito con letras rojas sobre un cuero negro y gastado: Vampiros.

-Si, mis nuevos camaradas. Cali es un vampiro. Pero no un vampiro cualquiera. Es un Señor de los Vampiros. Una criatura poderosa y con la habilidad de crear más como él. Supongo que habéis advertido la presencia de hombres lobo en los alrededores. Son esbirros de Cali. Controlados por promesas de vida eterna. Estúpidos. Los hombres lobo no pueden transformarse en vampiros, pero la ignorancia los mantiene atados a Cali. Cali suele estar durante el día en el mausoleo.

Se acerca a la ventana que da a la parte trasera de la mansión. Os hace un gesto con la mano que no sujeta el libro para que os acerquéis a mirar. Cuando miráis por la ventana, podéis ver el laberinto de setos que había detrás de la mansión. Desde aquí podéis ver el verdadero camino hacia el mausoleo, que veis en el fondo. Intentáis memorizar el camino, ya que tendréis que pasar por ahí para llegar al lugar de descanso de Cali.

-Si salís ahora podréis llegar antes de que anochezca. -ahora mismo está atardeciendo- Sin embargo, antes de que os marchéis, tenéis que saber varias cosas sobre Cali. Debéis tener cuidado con su mirada. -el fantasma está hojeando el libro mientras os habla- Un señor de los vampiros posee una voluntad ferrea que le permite dominar las mentes con solo mirar. Además, si se ve acorralado intentará escapar, transformado en niebla, por un conducto que une el mausoleo con la cocina. No me digáis porqué lo mandé construir así. Hace demasiado tiempo y realmente no me acuerdo el motivo. Pero seguro que tenía alguno importante. Ah, otra cosa más. Cali tiene una prole de, aproximadamente, una docena de vampiros menores. No son tan poderosos como Cali ni de lejos, pero no debéis bajar la guardia con ellos tampoco.

Acto seguido, se sumerge en la lectura del libro sobre vampiros, dando por terminada la conversación por su parte.

Con tranquilidad Ragstar asoma de detrás de la puerta y saluda con la cabeza al fantasma.

Creo que deberíamos cegar el conducto de la cocina para que no escape. Una vez hecho ésto no tenemos más remedio que bajar al mausoleo. Cada vez el sol está más bajo, y no creo que sea buena idea quedarnos a dormir y esperar a que amanezca.

 -Tengo que reconocer que de vez en cuando se te ilumina la bombilla. -el tono irónico del elfo quedaba patente en cada una de sus frases.

Ante las sorprendentes revelaciones del anciano la Deva se queda perpleja, aunque escucha sin interrumpir en ningún momento, solo cuando la aparición calla y sus compañeros comienzan a hablar, ella decide intervenir.

- Parece que esto es algo mas complejo de lo que parece, deberiamos movernos deprisa, antes de que la noche caiga del todo!!- Comenta nerviosa.

-tsk, dichosos fantasmas-

Despues de oir al fantasma hablar de los compañeros "escondidos" deduzco que es absurdo seguir intentando lo que es imposible. Debí imaginarlo, pocas cosas escapan a los fantasmas. Escucho los planes de mis compañeros y por primera vez estoy totalmente de acuerdo.

-Creo que deberíamos hacer dos grupos, uno que vaya a cegar el conducto y otro para inspeccionar los exteriores del mausoleo, así ganaríamos tiempo. Como bien habeis puntualizado, apenas quedan unas horas para la noche.-

Miro por la ventana y espero a ver que deciden mis compañeros

Parece que por primera vez el grupo parece comportarse como tal y no como una competición de a ver quien es mejor en su trabajo. Ragstar asiente a las palabras de Jigna y comienza a bajar las escaleras. Antes de nada se gira hacia el fantasma.

Sentimos la intrusión y la interrupción de sus estudios. Trataremos de importunarle lo menos posible.

Continúa bajando las escaleras y se dirige hacia la cocina en busca del conducto de escape del vampiro.