Partida Rol por web

Avanzas por el prado, como en sueños, mirando en todas direccione sen busca de algo que llame tu atención... Después de todo se supone que ese reloj vibra cuando percibe alteraciones temporales...

Un violentísimo viento agita de golpe todo el prado, y te obliga a entrecerrar los ojos. Es como un golpe de viento, que desaparece tan rápido como ha llegado.

Miras en todas direcciones pero no ves nada.

Un jrisjrisjrisjris del cielo, que va aumentando de intensidad te hace mirar hacia arriba y ves como una mole oscura está dejando caer una escalerilla de cuerda, invitándote a subir.

Miras hacia el coche de raúl, pero está muy lejos como para verlo a éel. Su coche sigue parado en el mismo sitio de antes, como espernado tu decisión.

Subes por la escalerilla.

Subes y subes por la larga escalerilla. A medida que subes cambia el ángulo de luz y la sombra adquiere matices...
 

Se trata de un armazón superior de tablas de madera primorasamente barnizadas y unidas entre si por tachuelas de bronce.

Bajo el enorme compartimento donde debe ir el gas ves una estilizada carlinga de maderas nobles y recargada ornamentación de bronce, de diseño antiguo, como de la época de las colonias. Un diseño victoriano.

El viento solpa con fuerza. Miras hacia abajo y el prado queda muy lejos bajo tus pies. Te quedan pocos metros para llegar hasta el dirigible, pero la fuerza del viento hace que todo se mueva con bastante violencia. El sonido te ensordece y te obliga a entrecerrar los ojos.

Sigues tu ascensión y acabas sin problemas sobre una parrilla que rodea el zeppelin, protegida por una barandilla también de bronce. Como te he dicho, la mampostería de la carlinga es muy elaborada. Ves una ametralladora antigua Gatling anclada en la barandilla, mirando hacia el exterior, y te llama la antención, además de algunos ojos de buey, con cortinas color burdeos echadas desde dentro, una puerta de madera, con pomo de bronce pulido.

Después de esperar un poco a recuperarte de la ascensión y de mirar tu entorno, llamas a la puerta, preguntándote qué coño haces aquí.

Llamas y esperas. El aire sopla con fuerza tan arriba, y aunque en la pasarela no hay riesgo de caerse no es demasiado cómodo. Estás pensando en otra línea de acción cuando ves como gira el pomo y se abre la puerta, vislumbrando a...

Que te sonríe educado. Te hace una educada reverencia y te invita a pasar. Cierra la puerta a tus espaldas. Estás en un pasillo bastante estrecho, de plafones de madera y tapizados con tela acolchada damasquinada de un color salmón que le da el aire de una casa solariega inglesa.

Te guía por el pasillo, él anda delante, con porte erguido y digno, como un verdadero mayordomo, y al llegar a una intersección gira a la izquierda y te abre otra puerta, encontrándote en una salón muy lujoso, donde ves a un grupo ataviado de forma extraña esperándote.

... Fin del preludio...