¿Adonde transcurre nuestra historia?
La antigua Sumeria englobaba las ciudades de Nippur, Isin, Uruk, Umma, Larsa, Ur, Eridu y Lagash.
Salvo por Ur y Eridu, podría haberse dicho que Sumeria estaba albergada por el Tigris y el Eufrates, los dos ríos más importantes de la antigua mesopotamia.
Al sur el desierto, al norte las imponentes montañas...
¿Cuál es la coyuntura que nos toca?
Sumeria Sumeria, XXIV a.C.
Mucha agitación se está produciendo en la mesopotamia.
El conflicto fronterizo entre las gentes de Lagash y las de su vecina Umma van en aumento.
Se sabe que Urukagina, vuestro rey y señor, ha pujado tanto como le ha sido posible para mantener la paz... Por momentos, es un soberano lùcido y civilista. Bajo su tutela, adelantos en materia comercial han florecido, y con ellos, la prosperidad... En otros momentos (no tan lúcidos), organiza eventos en los que corre la sangre de los luchadores en la arena, por el mero placer que aquello otorga a sus aburridas tardes... Sin embargo, en la balanza pesa màs lo bueno, y la gente en general lo quiere...
Por otro lado, está Luggal-Zagizi, se lo conoce como un rey cruel, pero efectivo. Su gente ha conocido la prosperidad, mediante la esclavitud y la conquista. Umma parece estar poniedo todas sus fuerzas en expandirse.
Nippur de Lagash, general de Urukagina, deja su impronta en la ciudad de las altas columnas... Pronto, en toda la antiguedad.
¿Qué pueden saber de Sumeria sus personajes?
Sumeria, XXIV a.C.
Tanto el Tigris como el Eufrates habían erosionado hace ya mucho, rocas de apariencia inamovible, más antiguas que el mismísimo hombre. Mucho, muchísimo antes de que, ocho mil quinientos años antes de Cristo, hicieran su aparición en "El Valle Fértil" los sumerios...
El pueblo de Sumer.
De vivir en dispersas comunidades, diminutas, poco más que rudimentarias aldeuchas desorganizadas cuyo propósito máximo era asegurar el alimento y la supervivencia frente a las bestias (anduvieran estas sobre dos o cuatro patas), los sumerios habían dado hace ya mucho, el paso a la fundación de ciudades.
Altas murallas harían de amparo para que tanto el músculo como la mente, es decir, el ocio, la habilidad y el intelecto cobren alas... Y volasen alto.
Comercio, religión, milicia y estado organizado. Especialización... ¡Civilización!
Nuevas profesiones, nuevas formas de ganarse la vida honradamente o todo lo contrario... Diversificación.
Escritura, reglamentación normativa del comercio, legislación civil... ¡Enseñanza institucionalizada! Arquitectura con sus majestuosas bóvedas y sólidas columnas, capaces de sostener lujosos palacios en que acumular el poder y las riquezas... Las primeras semillas de la ciencia y el saber como hoy en día se conocen...
El despotismo y la tiranía... la fuerza como medio para expropiar por las malas bienes, vida y libertad... Esclavitud... Tantísimo tiempo atrás tuvieron su origen en la Mesopotamia, cuna de la civilización... Mucho antes de que el paso de los hombres volviera la inmensidad huella, y la huella camino. Camino por el que errar...
El mundo ya era viejo cuando "El Incorruptible" echo a andar por los infinitos caminos.
Muchos hombres y mujeres anónimos se abrieron paso con saber, fuerza, cobre y broce por esos mismos caminos.
Éstas son sus historias.
¿Quienes nos observan desde las estrellas?
An, la estrella.
En-Li, Señor del aire.
En-ki, Señor de la tierra.
Nin-hur-sag (o Ninkarsag), La Dama-de-la-cabeza-de-la-montaña.
Para los sumerios, que observaban el cielo y conocían los ciclos de los eclipses lunares, sus dioses estaban allá arriba y eran las mismas estrellas. Diferenciaban aquellos menores, los “igigi” o “vigilantes” que eran las estrellas de fondo, de los que se movían de forma distinta por la eclíptica (planetas). Así, la diosa Inanna, del amor y la guerra (Ishtar para los acadios), era Venus. Por su parte la Luna era Nannar, hijo de Enlil, y así sucesivamente con otros astros que habían comprendido eran “especiales”.
Habían dividido el firmamento en tres caminos. El inferior que llegaba hasta el suelo era dominio de Enki, de ahí que fuese el señor de la tierra. Como desde algunos lugares no se veía más que mar, los acadios lo llamaron E.A (“El que tiene su casa en el agua”). Los dioses sumerios, acadios y babilonios eran los mismos, a excepción del supremo de éstos últimos que era de nueva creación, se llamaba Marduk y era hijo de Ea/Enki. El camino central, por su parte, era el dominio de An. El superior, de Enlil, de ahí que fuese considerado el señor del aire o quizá más concretamente “de las alturas”.