Partida Rol por web

- Maldito hijo de puta... Masculló el enano entre dientes después de que el gato lo sorprendiera tontamente.

- Arrea más fuerte que un jodido trasgo...

Agarró fuertemente el hacha con las dos manos, y con actitud amenazante intentó cortar el cuello del arisco minino.

Apenas ha terminado de hablar cuando la situación se descontrola y el gato se lanza sobre gog.

Retrocediendo a una distancia segura, Artin empuña su lanza con presteza, mientras inmediatamente su mano izquierda traza su danza veloz, conocida, instintiva. La mano abierta y extendida tiene, como la pasada noche, dos pequeñas bolas de luz sobre los dedos índice y corazón.

- ¡Shottei! - Exclama Artin, con una mueca poco amistosa en la cara. No quería llegar a aquello, pero ya no les quedaba más remedio, y no iba a quedarse de brazos cruzados. De ningún modo.

Las dos bolas de luz salen disparadas de sus dedos, bailando una complicada danza entre ellas mientras se acercan ineludiblemente al gato, cuyos ojos muertos relucen con su luz en la oscuridad un instante antes de recibir los dos impactos.

 El enano baja su hacha con la intención de partir en dos al felino. En ese instante, milesimas de segundos antes de que la cuchilla atravesase la carne y los huesos del gato el proyectil magico impacta contra su cuerpo lanzandolo lejos contra las piedras y haciendo que el enano fallase el golpe. El gato se retuerce mientras unas azuladas llamas  crecen desde su interior antes de carbonizar el cuerpo, dejando solo restos de huesos humeantes.

- ¿Pero que...? El enano se giró algo malhumorado hacia la hechicera. - Lo tenía controlado!! No le sabía mal que le ayudasen, lo que lamentaba es que llevaba unos días muy aciagos para su ego. Era un guerrero experimentado, y no había conseguido llevar a cabo su cometido, que era, ni más ni menos, que zurrar la badana a cualquiera que les prestase combate.

- Pero gracias... Gog suavizó su expresión contrariada, y la transformó en una sonrisa que dirigió con amabilidad a Artin.

- Será mejor que encontremos algo útil por aquí, sino, me acabaré sintiendo más tonto de lo que ya me siento... Con gesto distraído miró las heridas que le había causado el gato. - Mierda, ¿alguien puede echarle una mirada a esto? No me gustaría que estas estúpidas heridas se infectaran... Solo me faltaría morir por culpa de un sucio minino... Se sentó pesadamente en el suelo.

- Necesito un trago...

yo otra y ya que pagaras una te dara igual pagar dos!!!

dijo alaina mientras sus ojos querian descubrir qu tan peligrosa era la herida del enano!!!!!!

dejame a mi que creo que a esto llegare!!!!!!!

Observo toda la escena en silencio sin hacer ni un solo comentario. Nunca me ha gustado maltratar a los animales sean o no espíritus guardianas, así que prefieor no entrar al trapo. Al final lo matan, no sin heridas de guerra para Gog. Alaina le cura con maestría mientras yo me mantengo apoyado sobre una roca buscando con mis ojos algo que llame me atención.

Chasqueo los dedos, súbitamente iluminado:

-¡Eso es! –exclamo. Envaino la espada y empuño el violín. Ordeno:- Callad, silencio, voy a intentar algo. Llevará un tiempo, pero lo podréis emplear para asistir a Gog.

“Si me uní a la caravana de aquella elfa que os contaba, fue en principio interesado por una serie de melodías que, según me confío uno de sus innumerables primos, la familia empleaba para encontrar pasos ocultos (no me preguntéis por qué lo hacían...) Con el pasar de los días, vencí sus recelos y me las enseñó.

Me encajó la mentodera y marco un ritmo apresurado con el arco, tatareando para instruirles, antes de atacar:

-Va así, así, es rápido. Cruzad los dedos.

 Mircea empieza a caminar en circulos, tarareando algo que podría decirse es un conjuro. Los demas os quedais mirandole cuando exclama -!Aja! Aqui está- y empieza a quitar unas piedras. En efecto ante él se encuentra una pequeña gruta, lo suficiente para que quepa un humano encorbado y algo incomodo que baja a las profundidades. Esta oscuro y no se escucha nada al otro lado. El bardo se gira y con una sonrrisa dice:

-Que, ¿bajamos?