Cuando lanzaste aquella bombarda…el réptil reventó en mil pedazos, provocando un grito de dolor por parte de Voldemort mientras comenzaba a esfumarse. No te hacía falta ser una experta para saber…que posiblemente aquella serpiente era parte de su ser. Así que no dudaste en desaparecerte con Regulus y tus cosas…apareciéndote en las montañas mientras tu hermano vomitaba el resto del contenido.
Mareado…pálido…pero…¿su cara?...¿se estaba volviendo a mover?.-¿Nelly…q…que diantres has hecho ahí?...-Tosió.-¿Porque estamos aquí?...¿y donde narices está mi varita?...-Preguntó antes de volver a vomitar.
Nel cayó en el suelo respirando agitada, tenía ansiedad por todo lo ocurrido, Reg, a su lado volvía a vomitar pero Nel no le soltaba la mano. La muchacha escuchaba a su hermano hablar aunque... Un momento... ¿Varita?
Nel abrió los ojos y miró a su hermano. Su hermano... movía el rostro... tenía expresión de sorpresa... Su hermano... ¿Recordaba?
-Reg... ¡Reg! -Exclamó Nel placándole y llorando, desahogándose entre sus brazos de alivio, de felicidad, soltando todo lo que tenía acumulado desde hace tantos años- Has vuelto... Has vuelto... Reg...
Rápidamente placaste a tu hermano, llorando entre sus brazos mientras el chico te abrazaba con cariño.-Nelly…siento…siento todo lo ocurrido…-Murmuró apenado, llorando de felicidad mientras sonreía.-Nelly…Nelly…Nelly…eres tu…estás aquí…-Susurró con amor sin soltarte, sonriendo con fuerza mientras seguía llorando.
-No eres un sueño…estoy…estoy aquí contigo…
-Reg... -Susurró Nel con amor, mirándole, llorando de felicidad, sonriéndole con cariño- Has vuelto... Has vuelto conmigo... Volvemos a estar juntos... -Susurró, mordiéndose el labio, acariciándole la cara- No vuelvas a dejarme...
-No volveré a dejarte…no lo haré.-Susurró con suavidad sin soltarte.-Yo…no volveré a cometer esos errores…ahora…ahora haré todo lo posible para que estemos juntos…no volveré a ser un niño…no me dejaré engañar…-Murmuró mientras lloraba, pero aun así…sus labios temblaban, formando aquella sonrisa. Lentamente te acarició la mejilla y te besó con amor tus labios, manteniéndote apretada contra el.
Después de unos minutos…ambos os calmasteis y no tardaste en contarle la situación. Era…era algo en cierto modo horrible. Complicado y difícil…pero aun así Reg asintió y lo comprendió.
No recordaba lo de los días en casa de Robercrumb…pero si todo lo anterior, por lo que no dudó en prestarte atención…se sentía triste respecto a lo de vuestro padre… pero aquello era lo único que podíais hacer ahora mismo…aspirar a un nuevo futuro, juntos. Ya que aquella horrible mujer, seguía por ahí escondida.
Teníais que ser fuertes, más ahora que nunca, pero al menos os teníais el uno al otro.
El futuro era incierto, no sabían lo que podía ocurrirles pero estaban juntos y debían luchar y seguir juntos.
Nel aún asimilaba el hecho de haber abandonado a Robercrumb pero había sido lo mejor; los mortífagos no le atacarían, sólo los buscarían a ellos aunque ahora con Regulus habiendo recuperado su memoria y su movilidad les iba a ser más complicado.
De cualquier manera Nel no podía dejar de pensar durante las siguientes semanas en su padre y aún lloraba en momentos de soledad aunque sabía que estaba bien... Sabía que estaba bien...
Los hermanos Blackwood reunieron todo el dinero y lo contaron. Tenían suficiente además del que Nel ya se había guardado de por sí. Juntos e intentando pasar desapercibidos se dirigieron al primer tren que los llevara lejos y, tras mucho viajar de aquí para allá, hablar con distintas personas y conseguir una identidad nueva nacieron Daniel e Isabella Tesstarossa.
Tras mucho viajar finalmente el destino los condujo a España, un lugar donde los magos se escondían a la perfección aunque aún se decía que existían chamanes al Norte. Madrid fue un buen lugar, céntrico, demasiado lleno de gente, podían pasar desapercibidos.
Con el dinero lograron conseguir un piso bastante aceptable y pronto encontraron unos trabajos estables.
Isabella comenzó trabajando de camarera y finalmente acabó abriendo su propia cafetería, justo debajo de su casa. Daniel, en cambio, con su don para memorizar y leer libros empezó a trabajar para un abogado y acabó convirtiéndose en su ayudante. Tenían una vida bastante apacible y feliz y dos años después de aquellos sucesos llegó una grandiosa noticia: Iban a ser padres.
Robercrumb Blackwood, por su parte, despertó de su trance confuso, habiendo soñado que sus hijos habían vuelto a casa, que los había tocado una vez más, que por un día fueron de nuevo una familia... Pero solo fue un sueño.
Las cosas estaban tensas en el Ministerio y al parecer los mortífagos habían empezado a ser capturados, desesperados porque su príncipe había desaparecido. Al oír eso en el Wizengamot Robercrumb no dudó en regresar a toda prisa a casa, abriendo el armario y buscando aquel tesoro, aquel secreto que tanto tiempo llevaba teniendo guardado... Y no lo encontró.
Arrodillado en el suelo el viejo hombre sólo pudo apoyar la cabeza en la puerta del armario y sonreír, sonreír y reír mientras las lágrimas brotaban por sus mejillas.
Sus hijos habían podido salvarse. Estaban juntos en algún lugar, a salvo... Y aunque supiera que no los volvería a ver podía sonreír sabiendo que estaban bien... Y eso... Eso era lo único que en ese momento importaba.