Partida Rol por web

Primero de Septiembre de 1983

El castillo Hogwarts de Magia y Hechicería se prepara para recibir, un año más, a los jóvenes magos y brujas de todo Londres.

Los frenos del Expreso de Hogwarts chillan cuando se detiene en Hogsmeade.

 Hagrid, el guardabosque, un semigigante de cabello negro enredado y barba salvaje, espera a los de primero al final de la plataforma. Él es el encargado de llevarlos sanos, salvos y secos a la ceremonia de selección. Pues es tradición que los alumnos de primero lleguen al castillo en botes, a través del Gran Lago Negro.

- Los de primer año por aquí - grita Hagrid con su voz ronca. - Los de primero, por favor.- continúa mientras poco a poco van llegando los ansiosos alumnos.

Los que más se sorprenden al ver a Hagrid, por supuesto, son los provenientes de familias muggle.

Wow... escucha Hagrid. Increíble...

Cuando ya no queda nadie en la plataforma Hagrid se hinca sobre una rodilla y con una amplia sonrisa exclama

-Bienvenidos a Hogwarts! Pronto los llevaré a su ceremonia de selección. Es tradición que los alumnos de primero lleguen en bote. Y bueno... suspira inflando el pecho de orgullo - Dumbledore me ha encomendado acompañarlos en esta magnífica travesía - sonríe. Ahora, por favor, se separan en grupos cuatro y se van subiendo al bote con cuidado.... vamos, vamos que no podemos llegar tarde. No importa con quienes compartan botes, todos llegaremos al mismo tiem...

- ¡Disculpe! Exclama una niña de larga melena rubia. – ¿Y nuestro equipaje? No me han permitido bajarlo del tren.

- Oh de eso ya se encargarán. Tu equipaje irá directo a tu habitación en cuanto te seleccionen para alguna de las cuatro casas. Y tras brindarle la sonrisa mas bondadosa que encontró, toma su lugar en la comitiva.

A medida que avanzaban se irguió frente a ellos un gran castillo con muchas torres y torretas, iluminado contra el cielo nocturno. Era tan imponente que dejo a los alumnos boquiabiertos varios instantes.

El trayecto parecía tranquilo hasta que de pronto Hagrid, quien viajaba solo en el último bote,  ve como uno de los vehículos comienza a tambalearse a la vez que sus ocupantes lanzan gritos de aliento.

Al parecer tenemos un alborotador en el grupo… nunca puedo tener un viaje tranquilo.

-James, James, James. Escucha como aclamar los pequeños revoltosos. Pero antes que pudiera decirles algo, los boten tocan tierra y los alumnos están listos para bajarse.

Los ojos de Hasana lo miraban todo con una curiosidad ilimitada. Aquello era tan diferente de su hogar, tan verde que parecía que había aterrizado en otro planeta. Los campos verdes, la bruma y sobre todo el frío, comparado con su casa sentía un frío de esos que calan en los huesos. Reprimió un escalofrío como pudo y siguió mirando a su alrededor para tratar de no perderse nada ni a nadie. Nunca había visto en su vida a tantos niños juntos, porque al vivir en una reserva no solía ver a grupos muy grandes, así que sus ojos se paseaban de una cara a otra mientras su sonrisa crecía y sus ojos trataban de capturar todos los detalles: Las pecas de uno, el pelo rojo como el fuego de otro, el acento tan divertido que tenían todos al hablar.... Iba a ser un año genial.

Entonces una voz tronó, llamando a los de su curso y Hasana se dirigió hacia la voz. Al ver a Hagrid abrió la boca, completamente sorprendida, antes de decir con una gran sonrisa amistosa

- Interesante. Un semigigante. Allí en África conocí alguno, pero no sabía que aquí tenían barba. Soy Hasana Bekele, señor.

Al darse cuenta que el gigante tenía que decir algo al grupo se retiró a escuchar, pero no pudo evitar una risita cuando se dio cuenta que, aun de rodillas, el gigantón era mucho más alto que ella. Prestó atención para saber a que atenerse. Parecía que iba a haber algún tipo de ceremonia de selección, y esperaba que ella fuera la primera, pensando que era como en los juegos infantiles, donde primero se eligen a los mejores y los últimos apestan tanto como el pescado podrido. Dumbledore, ese debía ser el jefe allí, y tenían que subirse a los botes de cuatro en cuatro. Entonces una niña empezó a hacer preguntas tontas y Hasana la miró con impaciencia, pero acabó sonriendo al ver como el gigantón le daba una explicación elaborada de lo que pasaría con sus ropas. Allí en África los semigigantes que conocía no eran tan listos.... Interesante.

Hasana corrió al primer bote que vio libre y miró hacia el castillo, aspirando con fuerza, como si pudiera aspirar la magia y los secretos que en él habitaban. Sonrió mientras se le escapó

- ¡Este año va a ser genial!

Hasana metió la mano en el agua y estuvo tentada de hacer una broma, salpicando a algún otro bote, pero cuando vio que un bote estaba a punto de volcar decidió no hacerlo. No quería estropear la primera impresión de aquel gigante tan inteligente, que estaba segura que debía ser algún tipo de profesor importante, así que se secó la mano con la túnica y miró a su alrededor. Iba acompañada de dos chicos y una chica de cabello rojizo. Hasana le sonrió y le tendió la mano

- Me llamo Hasana Bekele, y estoy supersegurísima de que vamos a ser muy buenas amigas.

Hasana estaba llena de energía y era directa en el trato, natural y sin dobleces. Bufó graciosamente en dirección al bote del alborotador y luego miró a su nueva amiga antes de decirle

- Los chicos siempre igual, si no llaman la atención no son felices... Solo espero que no me toque en la misma casa que ese tal James.

La llegada a tierra fue el pistoletazo de salida de la carrera de Hasana hacia el castillo, como si se fuera a ir a algún sitio o dieran puntos extra por llegar la primera

- ¡Vamos! ¡Vamos! ¡Quiero ver esa ceremonia! ¡Y el castillo! ¡Y todo!

Sybill bajó del Expreso de Hogwarts en silencio y observó todo con mirada analizadora y fria, aquel semigigante los llamó y los llevó en barca a todos los niños guiándolos, cada barca en grupos de cuatro, a el le tocó con una niña pelirroja, un niño de cabello negro y otra niña de piel negra que era al parecer muy habladora y entusiasta.

Sybill se mantuvo en silencio gran parte del camino, aquella niña de piel oscura se llamaba Hasana, se quedó bien con aquel nombre, Hasana parecía muy entusiasmada y habladora y aunque ese semigigante llamado Hagrid había sido muy amable con todos ellos y tuvieron un pequeño incidente con uno de los botes el cual se tambaleó a Sybill no le pareció gran cosa, pero si le llamó la atención semajante nombre.

-Encantado de conocerte Hasana-dijo Sybill educado entonces al tocar tierra allí donde se alzaba Hogwarts.

-¿Quien es James que tanto miedo pareces tenerle?-dije a la chica de piel negra que parecía correr por llegar la primera, después Sybill miró a Hagrid a ver si le podía confirmar algo de quien era ese tal James.

Ahora seguramente serían escogidos para una de las casas de Hogwarts, Sybill miró después aquella mole del castillo que se erguía en aquel gigantesco peñón como un enorme centinela, un coloso que dominaba el mar.
-Interesante- pensó-así que esto es Hogwarts espero tener muchas aventuras dentro de estos muros, muchos misterios antiguos aguardan aquí.

Aunque no lo pareciera ya que Sybill sabia enmascarar con su frialdad sus emociones el ambicioso y astuto muchacho le fascinaba lo que podían guardar aquellos muros, y la Ceremonia de Selección estaba ya próxima, ¿para que perder el tiempo?

Molly se quedó fascinada al ver a Hagrid. Su madre insistió en no contarle demasiado sobre Hogwarts para que lo experimentase de primera mano. Sabía que había un lago, un bosque prohibido, un pueblo acogedor que todavía no podían visitar y un castillo lleno de secretos.

—¡Caray, es enorme! —exclamó, casi sin darse cuenta—. Esto… perdón, señor.

Cuando les condujeron a los botes, Molly se quedó mirando la superficie del algo. ¿Habría sirenas? ¿Monstruos gigantes? De la emoción, apenas escuchó lo que decía el semigigante. Algo sobre compartir el bote. Por suerte, no tardó en juntarse con la niña que se había presentado como Hasana, un muchacho pelirrojo y algo tímido, y otro chico de cabello castaño.

—Hola, Hasana. Yo soy Molly. Molly Addison —se presentó. Hasana le cayó bien casi al instante. Parecía igual de entusiasmada que ella—. Estoy deseando descubrir qué secretos oculta el castillo, ¿vosotros no?

Manejar el bote no fue demasiado difícil. Ya había aprendido a remar hacía dos veranos, junto a sus padres. Aquello fue pan comido, aunque en uno de los que iban más adelantados parecía que no podían estarse quietos.

—¡Menudo jaleo! ¡Si siguen así se van a empapar!

Hagrid sonríe ante el comentario de Hasana, y tocando orgulloso su barba exclama.

- Creo que soy uno de los pocos afortunados...

Justo cuando estaba terminando su frase, una pequeña niña pelirroja se acerca a ellos sorprendida por el enorme tamaño del castillo. O eso creía Hagrid.

- Descuida pequeña. ¿Viste que maravilloso es? Y el lugar más seguro del mundo, por cierto. Les dice guiñando un ojo

AL igual que el resto de los que pisaban por primera vez  el lugar me sentí completamente intrigado por  aquellos parajes tan distintos a los que estaba acostumbrado siguiendo al hombre más grande que habia visto en su vida ¿Hagrid habia dicho? llegamos hasta el borde del lago donde se veia el enorme castillo, no pude evitar soltar una exclamación de sorpresa, han tenia dudas acerca de sí todo aquello era real, pero ahí estaba, como un cuadro de un pasaje fantástico.

Así que finalmente me subí al bote junto con otros 3 niños como yo, ellos parecian más tranquilos expresando los diversos comentarios en voz alta aunque yo no podia evitar sentirme inquieto aún hasta que finalmente tocó tierra, ya no quedaba mucho para entrar y la verdad es que me sentia cada vez más nervioso.

---Esto...-digo al grupo  de mi bote- ¿Han dicho una ceremonia de selección? ¿que clase de ceremonia es? ¿Sacarán runas o alguna clase de carta?

Frente a unas enormes puertas de hierro macizo los espera una mujer de aspecto severo y estricto, con una mirada penetrante que refleja una personalidad autoritaria. Tiene el cabello oscuro y recogido en un moño, y usa unas gafas redondas que le dan un aire de seriedad.

-En unos momentos pasarán por aquí para reunirse con sus compañeros, pero antes de ir a sentarse serán seleccionados en una de las casas. Las cuatro casas son Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin. –Exclama mirando a los recién llegados- Mientras estén aquí, sus casas serán como su familia. Con sus triunfos ganarán puntos… si no respetan las reglas, los perderán. – Hace una pausa y luego añade. Al final del año, la casa que tenga más puntos, recibirá la Copa de la Casa. Ahora sí, síganme. Se da media vuelta y procede a entrar al Gran Comedor.

El Gran Comedor es un lugar imponente. Al ingresar, los nuevos estudiantes se encuentran con un techo que parece reflejar el cielo estrellado de la noche. Es un techo encantado que simula el cielo exterior, lo que le da un aire mágico y asombroso al lugar.

Las paredes del comedor están decoradas con escudos y banderas de las casas de Hogwarts, y hay cuatro largas mesas donde los estudiantes se sientan, según las casas. En la parte delantera, sobre una plataforma elevada, se encuentran los profesores y el director, mirando a los estudiantes. Frente a ellos, sobre un taburete de madera, reposa el gran Sombrero Seleccionador.

La profesora McGonagall se pose junto al sombre y coge un gran pergamino.

-Esperen aquí por favor – les indica a los de primer año a la vez que señala el espacio libre junto la plataforma. -Cuando diga su nombre se acercarán, les pondré el sombrero seleccionador y sabrán cual es su casa. Pero antes… el sombrero seleccionador tiene unas palabras para ustedes.

¡Oh, venid y acercaos bien,
que mi canto os guiará!
Soy un sombrero sabio y fiel,
y os diré dónde iréis a parar.

Mil años hace que cuatro magos
con temple fuerte y gran visión
fundaron juntos este colegio,
un bastión de educación.

Gryffindor tomó a los valientes,
de gran coraje y noble acción,
los que defienden con su vida
lo que dicta el corazón.

Hufflepuff acoge a aquellos
de alma buena y gran lealtad,
que con esfuerzo y con paciencia
hacen brillar la verdad.

 Ravenclaw llama a los sabios,
sedientos de aprender sin fin,
que con ingenio y gran astucia
desentrañan lo sutil.

Slytherin, astuto y fiero,
forja a quienes con ambición
buscan poder y gran destreza
para alcanzar su aspiración.

Pero escuchad, pues tiempos nuevos
han llegado a este lugar,
las sombras fueron derrotadas,
mas no han dejado de acechar.

Hubo guerra y hubo miedo,
el dolor nos golpeó cruel,
mas Hogwarts sigue en pie, amigos,
y la unión nos hará vencer.

Así que uníos, jóvenes magos,
dejad que os guíe en vuestro andar,
pues en las aulas de este castillo
¡juntos más fuertes siempre seréis ya!

Cuando el sombrero termina su canción, el Gran Comedor estalla en aplausos. Los de primer año, por el contrario, se miran atónitos.

-Silencio por favor. Exclama McGonagall moviendo el pergamino para llamar la atención de los presentes y de inmediato todo el mundo queda callado. Vamos a comenzar…

ADDISON, MOLLY

BAGSHOT, SYBILL

BEKELE, HASANA

BURKE, EMERIC

DAVIES, ALEXANDER

DIAZ, ROBERTA

GRINT, JAMES

JOHNSON, PETER

NUT, SETH

PREWETT, ARIANA

THOMAS, PENELOPE

WARREN, ZOE

Uno a uno, tímidamente, los alumnos fueron subiendo a la tarima para sentarse en el taburete y dejar que el sombrero les indique a que casa pertenecerían.

Poco antes de acceder al castillo, especularon cómo sería la prueba de selección.

—Mi madre no ha querido decirme nada. Prefiere que me sorprenda al ver lo que nos depara el castillo —dijo emocionada.

El misterio no duró demasiado. Tras seguir a la mujer de aspecto severo que les recibió frente a las puertas de Hogwarts, fueron conducidos hasta el Gran Comedor. Molly estuvo ojiplática todo el camino, pero tuvo que contener la emoción al ver el enorme salón cuyo techo parecía imitar un cielo estrellado y en el que flotaban cientos de velas.

Mientras avanzaban hacia el taburete donde reposaba un picudo y viejo sombrero de mago, el eco de las pisadas y murmullos de los nuevos alumnos inundó el Gran Comedor. Los alumnos de otros años, que ya ocupaban las mesas de sus respectivas casas, también cuchicheaban entre sí con expectación.

Formaron una fila. Molly dio un respingo cuando aquella mujer pronunció su nombre. ¿Con que ese era el sombrero seleccionador? ¿Acaso cambiaría de color, era un sombrero parlante o lanzaba confetti?

Solo hay una forma de averiguarlo, pensó. Se acercó con decisión para sentarse en el taburete y dejó que le colocasen el sobrero.

Una voz algo rasposa resonó en su cabeza:

—Mmmm… Tu afán por las aventuras y los líos encajaría en Griffindor.

—¿Eres el sombrero, verdad? ¡Qué emocionante!

—Pero por tu forma de ser, creo que aquí estarás como en tu casa.

Esta vez, todo el comedor pudo oír alto y claro al sombrero seleccionador:

—¡HUFFLEPUFF!

Fue entonces cuando nos recibió una profesora de aspecto severo explicando las normas y las diferentes casas de Hogwarts, entonces entramos en la sala llamada Gran Comedor, allí estaban reunidos los demás alumnos por casas, Sybill analizaba todo con mirada fría, todo lo que allí había era fascinante, y aunque hubo una canción sobre los grandes magos fundadores de Hogwarts, después llegó el momento indicado, tras mi compañera pelirroja llamada Molly me tocó el turno a mi.

Me senté en aquel taburete y se me colocó el sombrero seleccionador.
-Mmm- pensó el ajado Sombrero Seleccionador....-una mente despierta , podría colocarte en Ravenclaw pero mmmm...creo que realmente estarás mejor en Slytherin donde podrás sacar mejor tu potencial.
-Si decididamente tu casa será ....
-¡¡SLYTHERIN!!-tronó el Sombrero Seleccionador.
Con una sonrisa de triunfo, me levanté y me coloqué en la mesa con mis compañeros de Slytherin.

Hasana hizo un amago de tocar la barba de Hagrid, pero finalmente retiró su manita, pues aquello habría sido muy poco educado. El gigante parecía ser muy amigable, pero su madre le había enseñado a comportarse, así que esperaría a tener más confianza con él para hacerlo, porque lo haría, era cuestión de tiempo. Afortunadamente, la atención de la niña pronto fue atraída por otras cosas, demasiadas para que se pudiera centrar en una sola. 

En el viaje en el bote conoció a una chica pelirroja que le llamó mucho la atención. De donde venía Hasana no habían pelirrojos, así que su curiosidad la atrajo hacia ella. Se presentó, sintiendo que iban a ser muy buenas amigas, porque la niña parecía tener esa energía que a ella le sobraba. Sonrió ampliamente y le estrechó las dos manos

- Molly. Me encanta tu nombre, seguro que te lo pusieron porque sabían que "molis" mucho - dijo con una risita - ¡Sí! ¡Secretos! Me encantan los secretos, quiero descubrirlos todos... Bueno, menos los que den un poco de asco, tampoco quiero encontrar donde guarden los mocos de troll o algo así. 

Entonces llegaron y un chico hizo una gamberrada. Los chicos eran lo peor, casi siempre, aunque reconocía que tenían sus usos adecuados, por ejemplo para jugar a quidditch. Otro pelirrojo se presentó sin decirle su nombre, y luego le dijo, a ella, que si es que tenía miedo del gamberro. Hasana lo miró de arriba abajo, frunció los labios y le dijo

- Mira niño, yo no le tengo miedo a nada. Si tanto te gusta el James ese ves a preguntarle a él - Resopló por su naricilla de forma graciosa y se dio la vuelta de forma teatral, agitando su rubia melena, indicando que para ella esa conversación había acabado. Miedo. JA. El miedo la temía a ella. Ella no tenía miedo. 

Menos mal que otro chico hizo una pregunta interesante, y entonces se le olvidó todo lo que había dicho el chico pelirrojo. Hasana intentó escuchar de que podía ir la ceremonia, pero no parecía estar claro. Cada uno tenía sus ideas, runas, cartas, que los profesores eligieran al azar....No les dieron mucho tiempo para hacer cábalas, porque pronto estarían frente a una profesora que les dijo todo lo que debían saber. Hasana siguió al grupo y cuando entró al gran comedor, viendo a todos los estudiantes, las velas flotando, los escudos, no pudo evitar un

- ¡Uala!

Y si eso la sorprendió la aparición del sombrero seleccionador, un viejo sombrero que rimaba para explicar el proceso le hizo sacar una risita. Le encantaba aquel sitio, tenía ganas de empezar a correr por sus pasillos, ya, pero sabía que tenía que esperar, así que empezó a removerse inquieta, como si se fuera a hacer pipi. Empezaron a llamar a alumnos, pero no por habilidad, sino alfabéticamente. Primero fue su amiga y cuando fue para allá le gritó

- ¡Vamos, Molly! ¡Que tu puedes!

Cuando el sombrero declaró que su amiga iba a Hufflepuff Hasana rompió a aplaudir. Quería ir a Hufflepuff, porque estaba su amiga, y ella era también leal. Tenía que esperar, porque le tocaba al pelirrojo desagradable, y Hasana solo esperaba no caer en la misma casa que él. Cuando salió elegido en Slytherin no aplaudió, más que nada porque después iba ella. Se dirigió al sombrero, con paso decidido, se dio la vuelta, se sentó y dejó que se lo pusieran encima. Pronto abrió la boca de la sorpresa. El sombrero estaba hablando dentro de su cabeza, ¡menuda pasada!

- Ummm, déjame ver que tenemos aquí, una Bekele. Sí, una mente interesante. Veo en ti mucha ambición, podrías ser una buena Slytherin, ambiciosa, decidida.

- No,no,no, Hufflepuff, por fa, por fa, no quiero ir con Bagshot - rogaba Hasana al sombrero

- También serías una buena Gryffindor. Eres valiente, decidida, con un buen espíritu... podrías marcar la diferencia en...

- ¡NO! No soy tan valiente, soy muy muy muy leal....

El sombrero rio dentro de la cabeza de la niña y le dijo

- Entiendo. Veo lealtad en ti, sacrificio, eso también te haría una buena....

- ¡HUFFLEPUFF! - Gritó el sombrero, mientras Hasana gritaba de felicidad y se iba corriendo a su mesa junto a su nueva amiga. Juntas, iban a ir juntas. ¡Menuda suerte!

La respuesta fue interrumpida con la aparición de la mujer con rostro severo , la verdad es que daba un poco de miedo, como su madre cuando se enfadaba, anoté mentalmente mientras entrabamos en un comedor más grande que hubiese visto en la vida, podria caber su casa dentro de esa única habitación.

Finalmente llegaron ante un sombrero viejo y la mujer anunció que solo tendriamos que ponerlo, uno a uno fueron subiendo y colocandoselo y el sombrero anunciaba el nombre de la casa, el nervio aumentó a medida que iban  quedandose menos gente, finalmente me llamaron, lo último que vio antes de que el sombrero le tapase  los ojos fue el comedor.

mmmm...veo mucho potencial para obtener lo que aspiras....no esta mal tambien tused de justicia....pero te veo sediento de otra cosa...si....creo que es mejor que estes en...

¡¡¡RAVENCLAW!!!

Con el último grito me levanté antes de salir corriendo rumbo a la casa asignada con cierto alivio, anotando de preguntar a su hermano cual fue la suya...

Una vez finalizada la ceremonia de selección, Dumbledore se levanta de su asiento y se dirige al atril para dar su clásico discurso de bienvenida.

La profesora McGonagall tintinea su copa con una cuchara llamando al silencio. Inmediatamente el Gran Comedor quedó completamente mudo.

- Bienvenidos una vez más a Hogwarts. Para los alumnos nuevos, espero que tengan un gran primer año. En instantes nada más los prefectos acompañarán a los alumnos a sus casas. – dice cálidamente. – El señor Filch me pidió que les anuncie que el Bosque Prohibido sigue estando fuera de los límites del Castillo, para todos aquellos que no quieran tener una muerte anunciada. – sonríe. – Sin más anuncios que dar… ¡A COMER!

E inmediatamente las largas mesas de las cuatro casas se llenan de comida y postres de todo tipo.

Tras el gran festín, los alumnos se encontraban más que satisfechos y deseosos de irse a la cama. Los prefectos de cada casa, alumnos de 5to año que habían sido seleccionados para cumplir tal fin, se levantan y a viva voz comienzan a gritar.

-¡Los de primer año, por favor, síganme! – exclama el prefecto de Ravenclaw.

-¡Gryffindor por aquí, gracias! – indica el alumno de 5to de la casa del león.

-¡Hufflepuff, conmigo! – se le oye decir al muchacho de aquella casa.

-Por aquí, vamos. – dice el prefecto de Slytherin a la vez que voltea para marcharse sin importarle si lo siguen sus compañeros de primero o no.

El bullicio en Gran Comedor se hizo notar en seguida mientras los alumnos se dirigían a sus casas para pasar la noche.

La mañana del 2 de septiembre era cálida y soleada. Ideal para comenzar las clases. Poco a poco el Gran Comedor fue llenandose de estudiantes somnolientos listos para degustar las delicias del desayuno y conocer sus horarios de clase.

Los profesores Snape, Flitwich, Sprout y McGonagall, jefes Slytherin, Ravenclaw, Hufflepuff y Gryffindor respectivamente, entregaron los horarios a los alumnos de primero. 

Comenzarían con Pocioes.