Hiro vio que las tres chicas corrían hacia la copa. Él se disponía a hacerlo, pero en el último momento cambió de opinión. Tomó aire, respiró e hizo unos cálculos antes de levantar la varita y exclamar. Bombarda máxima! Suponía que la copa no podía invocarse con un accio, sería demasiado sencillo.
Por el contrario, contaba con apuntar el hechizo detrás de la copa para que ésta saliese despedida en su dirección y así cogerla.
Tirada oculta
Motivo: Bombarda Máxima
Tirada: 2d6
Resultado: 5(+2)=7 [3, 2]
Ya no queda nada más que la preciada Copa del Torneo, allí resplandeciente se encuentra sobre una piedra mientras reluce e invita a todo mago para ser consagrado el vencedor. Todo surge de repente y casi al unísono, Visna es la primera en salir corriendo por aquel extenso trayecto, se puede ver su excelente estado físico y su determinación que como halo invisible, solo se refleja en sus gestos, en la intención de lograr aquel objetivo que no sólo marcará un precedente a seguir dentro de Durmstrang, sino que podrá besar una gloria que se le antoja ajena.
Pero esto no queda allí, es Amelie quien se une a la carrera y la chica sí que es veloz. Da la impresión que detrás de esa fachada de joven bonita, elegante, se esconde alguien que puede correr a una velocidad admirable con total naturalidad y ahora mismo es la única que puede lograrlo tras haber pasado a su rival de Durmstrang y los escasos metros que la separan de la victoria son los peores de su vida.
Tan cerca pero tan lejos...
Y así es, cuando Hiro consciente de la situación y astuto en todos los sentidos, conjura una Bombarda Máxima que obliga a la Copa volar por los aires, perdiendo de esta manera la Francesa su posibilidad de consagrarse campeona del Torneo tras la intervención del chico Japonés. Fue impresionante la explosión, aunque claro, no puede medir el alcance y tampoco fue capaz de precisar que había alguien al acecho, una joven de cabellos color fuego que entre los escombros, el polvillo y con su escudo tan efectivo, desde atrás viene cruzando cada obstáculo.
Lorelei quiere esa copa y bajo el influjo de su propia naturaleza, de esa condición física que esconde de cara a los demás, da un bestial salto en el aire con la intención de atrapar la Copa que ahora puede estar en manos de cualquiera. Todos están cerca, incluso Amelie que está a punto de rozar con la yema de sus dedos el borde inferior, pero la joven de Hogwarts la empuja con su propio cuerpo para abrazar aquel Trofeo y consagrarse la victoria en sus manos. ¡Le había arrebatado el premio a Beauxbatons!
Eso es tener agallas...
Ya en el suelo, cayendo casi podría decirse de culo, está allí con la Copa. No hay un traslador, no hay asesinatos, ni un mago oscuro que esté acechando desde las sombras y tenga un plan maestro para arruinar estos juegos. No, sólo hay una vencedora y un bonito recuerdo de que pese a todo, a las pérdidas, al dolor que conlleva para la gente de Hogwarts este Torneo, se puede comenzar de cero.
Y Lorelei, es quien ha iniciado este camino.
—¡HOGWARTS ES EL VENCEDOR! ¡LORELEI AMBROSE ES LA GANADORA DEL TORNEO DE LOS TRES MAGOS!—dice Peter Hamilton mientras el laberinto se desvanece lentamente—.Un gran momento, grandes magos aquí estuvieron participando y espero... Existan más Torneos en los años subsiguientes.
Ya dicho todo allí en el centro de lo que sería el campo de Quidditch, se escucha la algarabía de todos los Institutos de Magia y Hechicería, que felicitan a los cuatro concursantes mientras todo Hogwarts desciende de las mismas para festejar junto a Lorelei. Su hermano es quien primero la abraza con fuerza, luego sus amigas, compañeros de toda la vida. Su gente.
Pero nadie se queda sin sus felicitaciones, no señor... Jacques también aparece de repente estando muy orgulloso de su chica y sin dudarlo besa los labios de su francesa favorita. Ella había estado demasiado cerca, hubiera sido la ganadora sin la intervención de la pelirroja. Aún así no todo queda en ello, Utz también aparece y abraza con fuerza a su hermana de Durmstrang mientras Markus sonríe satisfecho. Tuvo unos momentos maravillosos durante el Torneo y era una potencial ganadora Visna.
Y queda Japón, que no lo ven como una derrota sino todo lo contrario. La astucia de Hiro ha sido un desafío en todas las pruebas y gracias a su grandiosa capacidad posiblemente es que ha cambiado el curso de la victoria dentro del Torneo. No obstante en medio de tantos encuentros se acerca Akira y con un gesto que refleja respeto, admiración y amor, realiza una reverencia entre tanto festejo y tras no pensarlo demasiado, abraza a este chico que es muy importante para su vida.
—Mahoutokoro te felicita, Hiro.
Así termina este maravilloso Torneo de los tres magos, todos unidos con un mismo sentimiento mientras se refleja la hermandad que los creadores de este evento siempre han anhelado. Hogwarts es una fiesta, pero también lo será Beauxbatons, Durmstrang y Mahoutokoro.
Por ellos, por lo pasado... Se puede volver a comenzar.
Y llegamos al final, un post cada uno y ya está!
Muchas muchas gracias por esto! Fue una hermosa experiencia, unos jugadores que valen la pena y los adoro! ♥
TIRADAS:
Amelie: 13
Lorelei: Punto de suerte.
Hiro: 7
Visna: 9
Su cuerpo aún temblaba de la emoción, no había ganado, pero aquella experiencia había sido más que satisfactoria, parecía que se venían acontecimientos bastante fuertes e intensos.
Iba nerviosa al salir, no había ganado el torneo, pero su hermano y su director estaban orgullosos, y con un abrazo de fundió con su hermano antes de que una ola roja de compañeros de su escuela se lanzó sobre ella, casi sin darle tiempo a poder respirar, aunque no habían ganado, la emoción había sido compartida, y parecía que todos eran fruto de una feliz histeria colectiva.
En un pequeño momento, casi con cierta suerte, se encontró con sus compañeros de frente en medio de aquel barullo
Maldita bruja, ¡por poco me pilló ese desmaius!
Le dice a Lorelei entre risas, poniendo su mano en alto para que la chocase agarrándole la mano firme y segura
Ese bombarda fue lo último que me esperaba Hiro, y Amelie...
Le dice mirándola con nuevos ojos, tal vez la había juzgado mal
Eres una caja de sorpresas eh
Por último saca unos papeles y un carboncillo del bolsillo que estaba a la altura del pecho
No...
Se rasca la cabeza y se sonroja un poco mientras su tono de voz de pone un poco nervioso
¿Podríais decirme vuestra ciudad exacta para enviaros halcones? Ya sabéis... Para una revancha
Les sonríe en cierto modo cómplice
Tan cerca...
Había sentido sus dedos arañar el asa del trofeo, por un momento había estado segura de sentir su tacto en su mano. Pero al final, la leona había sido más rápida. O más bien, más contundente. Amelié había caido al suelo con el brazo estirado, jadeando, el tiempo paralizado. Y finalmente, se giró bocarriba en el cesped, soltando una carcajada. Aquello había acabado, quizás no como hubiera querido, pero sin que sus miedos se hubieran hecho realidad. Estaban todos vivos, ninguno había sido poseído, ninguno estaba herido más allá del orgullo.
Se incorporó, y extendió su mano hacia la ganadora para ayudarla a levantarse. -Felicidades, Loguelei.- Logró decir antes que los compañeros de las estudiante de Hogwarts la arrastraran con ellos para felicitarla. Sintió el abrazo de Jacques y antes de darse cuenta estaban los dos conectados a través de sus labios, encendiendo las mejillas de la francesa que sin embargo le devolvió el beso con el mismo candor. Cuando se separaron la rubia miró a su amigo y novio con sonrisa cohibida, mientras él le daba espacio para que otros pudieran felicitarla.
Fue en un momento entre aquel caos que logró encontrarse de nuevo con los otros tres competidores. Aceptó las palabras de Visna con una sonrisa. -No fue fácil dagte alcance, ¿eh?- Dijo la chica con risa cantarina. Miró al japonés. -Y esa maniobga fue muy astuta, Hig.. Hiro.- Logró pronunciar el nombre del chico correctamente. Sonrió con dulzura a la pelirroja. -Log... Lorelei, egues asombgosa. Fue un placeg, y un honog.- Dijo, haciendo elegante reverencia hacia los tres. Cuando la alumna de Durmstrang comenzó a pedir las ciudades, Amelie no tardó en dársela, atenta también a lo que decían los otros. Quien sabía si alguna vez volverían a verse, pero luego de las experiencias vividas juntos, estaba segura que no tardarían en volver a saber los unos de los otros.
Hiro vio con desaliento como la copa no iba en la dirección que él había calculado. La bombarda máxima no era un hechizo fácil de controlar, pero no le había quedado otra opción. Al ver que Lorelei cogía la copa, guardó la varita y se acercó a la ganadora. Has sido una rival muy digna, Lorelei. Ha sido un honor haberme enfrentado a ti.
Miró a las demás chicas y sonrió. A las tres en realidad. No podría haber soñado con mejores contrincantes. La emoción empezaba a inundar al chico. Había sido una dura pelea y al fin había concluido. Pese a no haber ganado, estaba satisfecho con el trabajo realizado por todos con aspirantes.
Visna, has demostrado una tenacidad inigualable. Le dedicó su habitual inclinación de cabeza antes de girarse hacia Lorelei. Ella había sido la persona con la que más había compartido en el torneo, tanto en las comidas, como en la prueba del lago y la del laberinto. Le sonrió, con cariño. Amelie, has estado muy cerca de conseguir la copa. Siento que por mi bombarda no hayas sido capaz de cogerla, pero tenía que intentar hacerme con ella.
Hiro conjuró papel y boli y apuntó las direcciones de las concursantes, dándoles él mismo la suya también. Podéis encontrarme aquí. Y si alguna vez queréis visitar Mahoutokoro, no dudéis en decírmelo. Estaré encantado de ser el anfitrión esta vez, aunque no sé si podré igualar a nuestra ganadora. Añadiço, mirando a Lorelei.
Cuando los demás se fueron acercando, Hiro se sorprendió al recibir el apoyo de su colegio. Es algo que lo emociona. Los ojos se le humedecieron más cuando Akira se acerca a él y lo abraza. Tras el abrazo y sin dudarlo, le da un tierno beso en los labios. Estaba cansado de mantener las apariencias. El torneo y sus tres contrincantes le habían enseñado que había cosas más importantes.
Es el tipo de cosa que se dice siempre, lo sé, pero el tiempo de verdad se realentizó hasta casi congelarse en esos últimos momentos de la carrera. Y aun así, aunque aquellos segundos me parecieron una eternidad, apenas soy capaz de recordar los detalles una vez salté. Lo único que sé sobre seguro es que volví en mí misma en el momento en el que me caí pesadamente sobre el suelo, y que entre los brazos estaba sosteniéndo el trofeo como si fuera un hijo.
Y entonces... puede que los ojos se me empañaran de lágrimas. Puede. Puede, también, que cuando toda la adrenalina del momento empezó a desvanecerse yo terminara temblando como un flan, ¡pero eso le habría pasado a cualquiera en mis huesos!. Francamente, era un sueño hecho realidad y no terminaba de creérmelo por más que tuviera la copa entre los brazos y pudiera escuchar la voz del director tronando sobre los muros del laberinto que empezaba a desaparecer.
Solo cuando Amelie me ofreció la mano y me felicito terminé de procesarlo de todo. Me levanté con su ayuda, y la dediqué una sonrisa enorme mientras las gotas tontas seguían deslizándose por mis mejillas.
—Muchas... muchas gracias. Ha sido... ha sido genial competir contigo. Con todos vosotros. Sois asombrosos y... cualquiera de nosotros podría haberlo conseguido. Cualquiera —No lo decía por decir. Todos habíamos estado apuntísimo. El más mínimo cambio y cualquiera de ellos podría haber ganado, y desde luego habría sido merecido. Nadie podía negar ni el esfuerzo ni el talento de cada uno de ellos—. Que sepais que siempre vais a ser bienvenidos aquí. ¡Tenéis una casa en Hogwarts!
Yo también me sumé a la idea de compartir nuestra dirección, animada por la idea de volver a encontrarme con ellos. De hecho, lo llevo un paso más allá: Es una promesa.
—Ya lo creo. Es vuestro turno de presentar cada uno de vuestros colegios —me reí un poco.
Después, llegó la marejada y seguir hablando con ellos se volvió más difícil, o imposible. Y el primero de ellos era Hayes. Lo abracé con tanta fuerza que parecía que quisiera romper alguna de sus costillas, me reí, también lagrimeé un poco más y finalmente me dejé llevar por la algarabía.
Ese día había cumplido un sueño, pero también había ganado mucho más que eso.