Partida Rol por web

Amy oye los gritos de Wild Thing y se alarma. Ella había recibido algunas heridas superficiales...pero parece que el otro chico se había llevado la peor parte. -Wild, espera!!!-grita Amy pero ya era tarde. El otro mutante se había lanzado furioso contra los pequeños monstruos. ¿Sería algo relacionado con su mutación?

Apenas se conocían y durante la primera sesión de la sala de peligro, no habían visto mucho de sus poderes en acción, así que ella no sabía la exacta naturaleza de los poderes mutantes del otro mutante.

Apenas le quedaba agua para luchar...pero no podía dejar a Wild Thing solo contra esas cosas.

Kaminari también miró de refilón a Wild Thing, pero continuó a lo suyo. Lo que quedaba de la horda parecía redoblar el ataque, así que no le quedaba más remedio que esforzarse. Tenían que estar cerca  de hacer que se retirasen, así que el grupo de jóvenes mutantes también tenía que enfocar su ataque.

Kaminari le hace 5 puntos de daño a la Horda Sidri. Ésta reduce en 3 y recibe 2 puntos de daño.
La Horda Sidri gasta 1 PEP en subirse el daño máximo en 3 puntos. La Horda Sidri hace 7 * 3 / 4 = 5 puntos de daño a todos los personajes:
   - Ninfa reduce en 4 y recibe 1 puntos de daño.
   - Kaminari reduce en 3 y recibe 2 puntos de daño.
   - Wild Thing reduce en 3 y recibe 2 puntos de daño. Wild Thing entra en estado GRAVE.

¡Es el turno de Wild Thing y Ninfa! Os recuerdo que podéis realizar un ataque combinado.

Iniciativa: [12] Horda Sidri Kaminari [10] Wild Thing Ninfa

ESTADO DEL COMBATE
Horda Sidri - 36 puntos de daño.
Wild Thing - 15 puntos de daño.
Kaminari - 10 puntos de daño.
Ninfa - 6 puntos de daño.
Hombre armado - 5 puntos de daño.

Wild sabía que iba a seguir recibiendo ataques por parte de las criaturas, o al menos lo intuía a nivel subconsciente, pero eso no impedía que siguiese atacandolas. Lo único que denotaba algún tipo de guía más allá del instinto animal era que trataba de crear hueco para que sus compañeros pudieran salir de la sala y reunirse con el padre y la niña que estaban ya en la puerta.

Por un momento su mirada se cruzó con la de Ninfa, y eso logró que la rabia disminuyera hasta un atisbo de cordura.

Grrrr...La Puerta. Vamos hacia la puerta. Vale.

La horda de arácnidos, aún y mermada, seguía suponiendo un peligro, y Eiji se notaba cada vez más debilitado, habiendo recibido ya varios cortes y pinchazos.
Azhara estaba herida, y escuchar aquello le hizo preocuparse.

Cuando Nicholas comentó sobre la puerta para huir, Eiji estuvo de acuerdo; ya habían luchado bastante.
Sí, ¡vamos! propuso, reculando hacia la salida.

Amy se puso tensa. Apenas le quedaba agua como munición para combatir, y tenían bastantes heridas en el combate. Debían salir y pronto antes de que las cosas empeorasen. Quería encontrar al señor Drake y a Azarath, quería asegurarse de que estuviesen bien. Quería que el padre y su hija estuviesen a salvo, quería que sus nuevos amigos saliesen de una pieza.

Wild Thing parecía cegado por la ira mientras seguía luchando contra los pequeños monstruos que habían invadido la antigua escuela. Por suerte logró calmarse un poco y dirigirse a la puerta de salida. Amy se alivió al ver que Kaminari también le seguía. La joven concentró unas últimas gotas para mantener a raya a la extraña plaga mientras salían de la Sala de Peligro. 

-Salgamos de aquí-dijo la pelirroja mientras se unía a sus amigos.

Los últimos ataques de los mutantes parecieron ser suficiente para que lo que quedaba de la horda terminara por retirarse. Las criaturas arácnidas retrocedieron y entraron en el interior de la antigua Sala del Peligro. En la acogedora oscuridad alejada de los mutantes. Pero no todas, por el suelo había decenas de esas criaturas que habían acabado así como resultado de atacar a los jóvenes.

Pero lo importante, era lo importante ¡y es que habían conseguido repeler a la horda! Ahora podrían salir del lugar y volver sobre sus pasos.

—¿Ya está? ¿Se han ido?—preguntó el padre de Maggie mientras se tapaba con las manos la sangrante herida que tenía en las piernas—¿Y ahora qué?

¡Enhorabuena chicos! Habéis derrotado a la horda.

ESTADO DEL COMBATE
Wild Thing - 15 puntos de daño.
Kaminari - 10 puntos de daño.
Ninfa - 6 puntos de daño.
Hombre armado - 5 puntos de daño.

Con la última embestida que había hecho Wild contra las criaturas, incluso en su estado medio salvaje sabía que no iba a poder sobrevivir a su contra. Por lo que cuando se retiraron no supo que hacer y se quedó unos segundos agazapado y gruñendo al aire.
Las palabras del padre parecieron hacerle reaccionar y se irguió sacudiendose los restos de furia que le quedaban, claro que cuando hizo eso también se le quitó la adrenalina que le mantenía en marcha y se cayó de culo al suelo.

-Ufff. Ha sido duro. Mucho más de lo que me habría imaginado. Aquellos soldados eran duros.-

Eso le recordó a Bala.

-Bala de Plata. Está herida. Hay que ir a por ella...-

Trató de levantarse rapidamente pero eso sólo hizo que le doliera todo más.

-Aarrrgh. Parece que yo también necesito un médico. Hay que volver a Krakoa cuanto antes.-

Amy siguió corriendo hacia la salida con los demás. Por suerte parecía que los monstruos no les perseguían, lo cual era bueno. Si hubiesen seguido allí dentro luchando...la joven no quería pensar en ello. Respiraba con dificultad y se llevó las manos a las rodillas para apoyarse un poco. Levantó la cabeza ante la pregunta del hombre. -Si...eso parece...-responde la joven con algo de alivio. Ojalá tuviese algo para atender las heridas del padre y de los demás. Pero si lograban salir, podrían conseguir ayuda médica.

Wild Thing entonces menciona a Azarath y Amy asiente. Debían encontrarla. El otro mutante intenta incorporarse pero parecía bastante herido. Entre los soldados y el enjambre, había luchado demasiado y tenía demasiadas heridas. Amy se acerca a él y le ofrece apoyo para que se sostenga en ella y así poder moverse. -Tranquilo, volveremos todos-le dice intentando mantener la calma.

-¿Donde fue la última vez que la viste?-le pregunta la pelirroja a su compañero. Con suerte Bala de Plata no estaría muy lejos. Con suerte podrían encontrar al señor Drake. -Mantengámonos todos juntos, ¿de acuerdo?-le dice Amy a todo el grupo. 

—Deja que te ayude chico—dijo ofreciéndose también a ayudar a Wild Thing después de colgarse la escopeta a la espalda—. Vamos, llévanos con tu amiga.

Ayudado por un homo sapiens. Tenía que ser una sensación extraño para el un poco supremacista homo superior. Pero estaba pasando, era una realidad. Uno incluso podría pensar que era una lección que el profesor Drake le estaba dando. Pero la situación era bastante crítica como para que fuera una impostura.

Nicholas guió a todos por hacia donde estaba Azarah. No estaba lejos, a fin de cuentas la pelea con los soldados vestidos de rojo había sido al girar una esquina. Cuando llegaron se encontraron a la mutante sentada apoyada contra la pared con gesto dolorido y con las manos en el lugar en el que la habían alcanzado. De los soldados no había ni rastro.

Al oír los pasos, Bala de Plata abrió los ojos. Su rostro se relajó un poco al ver a sus compañeros de una pieza, acompañados de Maggie y su padre.

—Han... han desa...parecido—dijo con la respiración entrecortada en referencia a los soldados—. Un destello... azul.... y ya...

-Gra...gracias.-

Fue todo lo que atinó a decir Wild cuando recibió la ayuda del ence...del humano. No estaba acostumbrado a que le ayudasen. Si no más bien a todo lo contrario. Por lo que al no saber qué decir, supuso que el ser educado no estaría de más.

Cuando vieron a Bala con vida lo cierto es que suspiró demasiado sonoramente para su gusto. No le había gustado dejarla sola, aunque no le hubiese dado muchas opciones al respecto, por lo que se tranquilizó cuando habló.

-Mejor. Nos ahorra el tener que limpiar lo que quedaba de sus cuerpos. Aunque al hacerlo ahora no podamos preguntar a nadie qué quería.-

-Claro que creo que esa parte era bastante obvia viendo el estado en el que estamos.-

Trató de sonreir pero le dolía todo mucho. Desde que habían acabado con las cucarachas raras aquellas había tratado de coger las habilidades regenerativas de algún animal, un lagarto o algo parecido. Pero no había podido. Todavía tenía que aprender mucho, pero algo le decía que aquello lo iba a venir bien en el futuro.

-Supongo que tendremos que buscar al profesor Drake. Yo estoy mejor, puedo andar. Ayudad a Bala de Plata.-

El grupo sigue las indicaciones de Wild Thing hasta que finalmente encuentran a Azarah en el suelo y bastante herida. -Azarah!! Estás bien?-le pregunta Amy preocupada a la otra mutante. Lo bueno es que parecía que los soldados habían desaparecido. ¿Por qué habían decidido atacar en ese momento?

Amy deja a Wild Thing apoyándose en el padre de Maggie y corre a ayudar a Bala de Plata. -Apóyate en mi, con cuidado-le dice la pelirroja mientras la ayuda a levantarse.

-Espero que no tardemos mucho en encontrar al señor Drake...-dice Amy tras el comentario de Wild Thing. Esperaba que estuviese bien y no estuviese muy lejos. Tenían que llegar al portal lo más pronto posible y que los más heridos recibiesen atención médica.

Amy fue a ayudar a Azarah a levantarse, que la verdad estaba en bastante peor estado que los demás, cuando una agradable voz sonó en las cabezas de todos los presentes. Era una sensación cálida y reconfortante, pero un poco extraña.

—¿Estáis bien?

El padre de Maggie, el más sorprendido de todos posiblemente por no estar acostumbrado a los superpoderes, dio un par de pasos hacia atrás que casi hacen que Nicholas se cayera al suelo.

—¿Qué... QUÉ HA SIDO ESO?—preguntó asustado.

—Era...—Maggie hizo una pausa algo conmocionado—...bonito, ¿verdad papi?

—Están en el sótano—dijo esa extraña voz que escuchaban en sus cabezas—. No os mováis, vamos a vuestro encuentro.

—Sí...—le dijo el padre a su niña, pero entonces miró al resto de mutantes con gesto de preocupación—. ¿Podemos fiarnos?

Wild también se sorprendió de la proyección que apareció, aunque enseguida se dio cuenta de que no era de los malos. O al menos el hecho de que no les atacase a él le decía que no era peligroso. Además en Krakoa había muchos psíquicos, tal vez el profesor Drake había avisado del ataque y venían a ayudarles.

-Más vale tarde que nunca.-

Lo cierto es que tampoco tenía derecho a quejarse mucho, ya que habían salido con vida de aquello. Doloridos, pero con vida.

-Aunque supongo que esto no cuenta como ningún tipo de prueba. No había ningún profesor mirando.-

Ante la pregunta del padre de la pequeña mutante se encogió de hombros.

-Tampoco nos queda otra. Pero creo que en verdad son de la caballería. Y por mí bien, tengo ganas de volver a casa.-

En ese momento se dio cuenta de que el tipo aquel tendría que volver a la tesitura de dejar a su hija en Krakoa, o vivir en peligro toda la vida. No envidiaba su decisión. Pero se sorprendió a sí mismo pensando en que haría lo posible por ayudarle. Se había preocupado en verdad por la pequeña, había sido herido por protegerla, e incluso les había ayudado a ellos.

-A lo mejor no todos los encefaloplanos son malos...a lo mejor.-

Amy se sobresalta por la repentina voz en la cabeza. Por suerte parecía que el resto la había oído también y que no se estaba volviendo loca. ¿Quien sería? ¿Uno de los X-men? Esperaba que si, pues la ayuda vendría de perlas. 

-Creo...creo que podemos confiar-responde Amy mientras sigue ayudando a Azarath. Si fuesen hostiles, hace tiempo que habrían atacado y la mayoría no estaba en buenas condiciones para poder moverse ni siquiera de luchar. -Todo irá bien-añade la joven intentando levantar los ánimos.