Partida Rol por web

- Te han traído aquí para intentar borrarte la memoria. Según Oráculo, aquí se podrían alterar tus recuerdos, hacer que lo olvides todo y luego Jacob te reprogramaría con cosas bonitas - no sé cómo lo haría pero él era un gamer, sabía de esas cosas. Igual acababa convirtiendo a Cora en un auténtico Terminator, era capaz. Reprogramarla... tal y como había hecho Vrajito, ahora lo intentaría Jacob ¿Qué podría salir mal?

Hablaba demasiado, sí. Pero no quería dejar cabos sueltos. Que luego no vinieran con reclamaciones.

Sorprendida me quedé cuando vi que Jacob se metía en la barca y se iba mar adentro sin esperar que ni su hermana Frances ni su amigo Víctor le acompañasen. Simplemente fue a por la barca y se fue en ella - flipante, ahí tienes al héroe.

Igual había perdido la memoria, podía ser, estaba alterado por culpa del trato con las sirenas... igual le había atacado el alzheimer.

Jacob se decide finalmente después de la epifanía (o algo semejante) anterior con su hermana pequeña. No es exactamente una reconciliación, pero menos es nada. 

Agarra la barca sin aguardar a nadie más y se mete con ella y su parasitomontes en el mar, como si las olas fuesen sirenas que le atraen con su canto. Sirenas de las otras, no de aquellas. 

Rema, le habla al bicho, no recibe respuesta, y tras cinco metros de esfuerzo y salpicaduras, regresa a la arena de la playa. Está hecho un lío, que Cora no desee volver con sus hermanos y amigos y que su ex esté a punto de palmarla y encima quiere quedarse en Jumanji, es de difícil digestión.

Cuando va a dejar los remos, repara en una nota grabada en la madera interior de la barquita:

Si hasta aquí has llegado, es que buscas borrar tu pasado. Sumérgete al brillo de la luna, en las serenas aguas nocturnas. Cuando emerjas, sabrás que te queda, que se fue, que resta, al antojo de la fortuna. 

Escucho a Kimy y pongo la cara más seria que soy capaz de expresar.

—Es cierto.  Al principio pensé en eso, un último esfuerzo para sacarte de Jumanji. Siempre pienso en alguna forma de ganar, eso ya lo sabes.

—Pero ya no — digo con sinceridad, había barajado una última vez la posibilidad y no me gustaba

—Entiendo que eres más o menos feliz aquí y que quieras quedarte, aunque no lo comparta. No pienso hacerte nada, hermana.

Y allí se quedó, sin poder hacer mucho ya que no entendía a su hermano y tampoco podía evitar lo que estaba haciendo. Sólo se quedó mirando, a la espera y con una confusión inmensa. ¿Lo arriesgaría todo? Quizás parecería uno de los actos más egoístas suyos, pero confiaba Frances que estaba haciendo lo correcto. Quería creer en ello porque era mejor pensar que existía una solución que Jacob estaba considerando. 

—Joder, si al final me va a tocar volver al mar.  Quien sabe, igual se me olvida que he jugado a unos cuantos juegos y puedo volver a pasármelos, disfrutar como si fuera la primera vez. Pero seguro que se me olvida algo insidiosamente maligno, como acordarme de ir a hospital nada más llegar para que me extirpen a Monty.

Estoy como en un partido de tenis, mirando a uno o a otro según van hablando. En realidad, estoy cómodo con mi papel de espectador, supongo que es lógico teniendo en cuenta que he acabado aquí dentro de rebote. Aun así, ahora ya quiero saber cómo acaba el asunto y desde luego no será conmigo metiéndome en el agua esa que tal vez borre la memoria. No soy tan buena gente ni tan altruista como debía serlo la hermana de estos antes de convertirse en una bruja psicópata. Que mucho mimimi, pero casi me abre la cabeza con el aro letal ese. 

—Oye, Kim. ¿Y si tan poco te importa lo de fuera que hasta te quieres quedar a vivir aquí… por qué no te metes tú en el agua? —propongo, por proponer, porque estoy más de miranda que otra cosa ahora mismo—. ¿Qué más te da? Así empiezas tu nueva vida más tranquila. 

Rebusco entre mi ropa y saco un paquetito con los sándwiches que nos dio Swampi para llevar.

—Y te comes alguno de estos. Dan fuerzas, seguro que así te sientes mejor.

Los dejo en la arena y sigo dedicándome a la contemplación. A ver qué pasa al final. Mi elefantito está muy cerca de la última casilla ya, solo cuatro. Pero parece que hasta que no se dé alguien un bañito de aquí no salimos.

Dudas e inquietud. No es para menos, la decisión es difícil, como suele pasar en Jumanji.

Borrarte recuerdos. 

Aunque Jumanji suele dejar ocultas puertas abiertas. Suele. Que no siempre.

La charla es amistosa, con todo la tensión se puede cortar con un cuchillo de cocina. O con un frisbee láser. Víctor se desmarca a favor de su amigo y ofrece la merienda cena. Mientras, Kimy languidece. Y Cora que se la mira y remira, reflexionando, tras la última información acerca de las intenciones de su hermano.

-Jacob es un gamer. Sus propósitos en el fondo eran buenos. Y los vuestros, ¿no? Equivocados, pero buenos.

Bruja Plus deja a la moribunda en el suelo. Casi que la deja caer - ¿Sabes? Me parece que sois tal para cual. Aparte de eso, no me fío de ti, he tenido un pálpito. Creo que me traicionarías para ocupar mi puesto. Seguro que me envenas el café. Y me tocaría arrancarte el corazón, Kim. O desterrarte a las Selvas de los Monos Aulladores, con Van Pelt. 

Cora opta por largarse, y es lo que hace, pasito a pasito por donde llegó.- Con esa moneda puedes comprar tiempo. O vida. ¡Lástima que no hay una máquina expendedora por los alrededores! -de pronto se gira hacia vosotros-. Hermanito...No te odio. Ya no. ¿Vale? Ah, prueba con un Beso de Amor. ¿Recordáis Lasciénagas? Quizá le des un par de turnos que necesita. Y si Kim se desvanece en la Nada, no es que me importe mucho. -se encoge de hombros, desenfadada, con un gesto de que tanto le da. 

Mira a Frances - Hermanita, saluda a mamá y a papá. Se merecen la verdad, ¿no? Y tú Víctor, cuida de Frances o apareceré en tus pesadillas, jajaja. 

Bah, paso.  Me meteré yo — meter a Kimy en el agua y quitarle los recuerdos de todo lo malo de Jumanji para que todo fuese happy forever  no me gustaba nada.  Era peor que hacer trampas, era verdaderamente sucio. Tampoco quería que Kimy me olvjdase, ni en lo bueno ni en lo malo.

—No creo que haya nada en mis recuerdos que sea imprescindible — solo espero que no se lleve los buenos momentos con Frances, con Cora cuando era una enana.  O esos días brillantes y esas noches calentitas con Kimy, al principio, tal para cual, cuando parecía que nos comíamos el mundo.

—Lo único que me gustaría antes de te fueras, Cora, es que me escribieses una carta para Teo.  Igual me da tiempo a dársela.

WTF.

Y ya iba yo tan campante a meterme en el agua, todo lo dignamente que me permitían mis kilos de más,  cuando a Cora+ le da un pálpito.  Vaya zorra —por lo astuta —que está hecha mi hermanita digital.

—Mierda — mi plan a la basura, pagamos doble, con la memoria y el riesgo extra.  

Por supuesto recuerdo el beso ese de Kimy en las ciénagas.  A día de hoy todavía me da un vuelco el corazón al ver Harrison Ford (no por él, ¿Eh?), si no por lo de cuento de hadas que fue.

Me arrimo a Kimy, pobre, tan pálida, parece Blancanieves después de la intoxicación brujil.  Y la beso, claro, si ella se deja, que los príncipes azules no sabían nada de consensuar.  Un besito tierno, cargado de nostalgia y esperanza, manchado de nerviosismo y temor, pero tan cómplice como los que se daban Bonnie & Clyde.

Sonrío un poco y murmuro unas palabras, muy bajito...

Sonrío un poco y murmuro unas palabras, muy bajito...

¿Quien es tu papaíto?

Vale. No funciona, en Jumanji no se puede ser sutil, algo en los algoritmos del juego hace que si no hay pasión evidente no lo considere "de amor".  Y no es que me cueste, al fin y al cabo, Kimy Jones me pone becerro desde los quince.  Lo que pasa es que...¿En serio le tengo que dar un morreo con mi hermana delante? 

Pero imaginate la escena. Kimy muere porque me pongo algo escrupuloso.  Menuda gilipollez imperdonable sería esa.

—Eh — ni se ha reído con la payasada del daddy, no reacciona.  Vuelvo a besarla de nuevo, con cuidado, ( no le rompa las vértebras ni me de un ataque de ciática.), pero vamos, que un morreo en toda regla, con su lengua, su respiración agitada y sus ganas de hacer muchas más cosas que besarse. .  —Al final saldrá todo bien, ya veras.

Doy una torpe carrera hacia el mar nocturno y cuando el agua me llega a la cintura, me sumerjo en ella.  Está helada de cojones.

—Meteos todos, que está muy rica, jajajajajaja

Cora al fnal, desconfía y se larga. Me deja allí tirada... literalmente - será perra - había incumplido su palabra. Había dicho que no me iba a dejar allí tirada y momentos después, lo hizo. Y además por unas motivaciones totalmente absurdas, creía que la iba a envenenar - no me lo puedo creer. Flipante.

A tomar por c todas mis proyecciónes sobre hacer una cafetería en Jumanji, con spa y karaoke. Además es que no me había llevado a una casilla de curación ni nada. Increíble. La hermana "buena" me había dejado colgada. 

Con ese cabreo estaba cuando vi acercarse al llanero solitario, alias "Jacob el barquero", después de irse con la barca había regresado y venía hacia mí. Yo estaba en aquella situación, en aquella p. casilla porque él había preferido venir a ésta a borrarle los recuerdos a Cora. Vamos que, ya podía tener un buen argumento para que no le lanzara arena en la cara. Pues que lo veo acercarse con peligrosas intenciones. Coloqué la palma de la mano tapando su boca - ni se te ocurra ¿Qué crees que he olvidado que llevas al parasitomones dentro? - encima no se había zambullido por lo que la excusa de "se me ha olvidado" no servía - encima vienes aquí a contagiarme ¿No te parece ya suficiente no haberme llevado a la casilla de curación que quieres que me coma al bicho??!!!

Estaba con tal cabreo que hasta había recuperado vida.

- Distancia, Jacob, distancia.

Tal y como estaban las circunstancias estaba claro que o buscaba mi propia salvación o me moriría allí, dudaba de si de aburrimiento o por el golpe del accidente de moto. Incluso me daban ganas de invocar a Vrajito.

Sí que, escuchando a Cora tuve una idea - ¡Pausa! - ¿Qué había dicho Cora sobre la moneda? Que podía comprar tiempo o vida. Luego estaba lo de la máquina expendedora pero caray, estaba en Jumanji. Tenía el mar delante y la gente lanzaba monedas al mar pidiendo deseos. Y si...

- Asistente de ayuda, ya!!!

Esto era de película, allí teníamos al príncipe azul venido a menos y una princesa de la época actual en la que ya los besos del verdadero amor no cuelan. Le resultó divertido, irónico y realmente su hermano se lo merecía porque estaba siendo un poco más cabrón de lo habitual, aunque lo quería y mucho por ser su otra mitad. Tras ver la escena desvió la mirada hacia Victor que buscó alternativas menos directas y más efectivas, quizás ese sandwich hacía más que Jacob a los besos. 

—Come eso Kim, quizás ayude y no reniegues con él—aconsejó mientras observó que su hermano se iba al mar—. No iré, no fue mi decisión. Bienvenido a la adultez hermano, ahora toca ser responsable de tus propias decisiones. Igual te espero aquí y te ayudo a recordar todo. 

Lo saludó un poco preocupada, toda una vida se perdía. Una vida juntos, llena de situaciones, descubrimientos y era como perder una parte de sí misma. Dolía. 

-¿Un carta para Teo? ¿No está muerto? -un brillo de esperanza relampaguea en sus ojos todavía adolescentes. Un resplandor que se apaga tal y como llega. - Ay, Jacob...Jacob...-parece dudar- Escribiré esa carta. Le diré que se venga aquí conmigo. 

Y se larga con viento fresco por donde ha venido.

Kimy no es tan fácil de convencer. Se estará muriendo pero se huele la tostada. Bruja Plus podrá parecer muy maja, y hasta su lagrimita que le ha puesto a Jacob en los labios, pero...lo mismo sí que es una zorra (por lo astuta), y una perra...muy bitch ella. El beso no se consuma, lástima para la family de parásitos en progreso dentro del buche del sexagenario gamer. Ya estaban en la la salida, esperando al semáforo verde. 

No hay beso. Cora se va marchando cerca de la orilla, no podéis verle la cara -Ella sí que es una perra, será cabrona -No la escucháis rezongar, al darse cuenta que Kimy no se ha tragado la argucia ni de paso al bichejo. 

Jacob se sumerge en el agua saladita y fresquita. Al final, valiente, decidido, no le queda otra. Nadie le acompaña. Su hermana se despide. Víctor que se puede quedar sin amigo y sin curro.  Kimy sin ex. 

El gamer plus bucea en el mar, nada, bracea, flota y se deja acariciar por el agua, una amante delicada que lo mima y balancea en su regazo. 

Jacob estuvo un minuto dentro de ese mar amniótico. Se estaba bien, como un baño nocturno. Ojalá estuviese con Kimy. Ambos desnudos, bañándose bajo el pálido brillo de la luna. Tal vez ese tren pasó y ya es hora de coger otro.

Desde la playa no se observa nada extraño, un hombre bañándose, o ahogándose, en el mar por la noche. Luego, ese hombre optó por salir, se le estaba congelando hasta la colita. Un hombre que emergió casi desnudo, con las pocas ropas que le quedaban muy grandes, empapadas, el torso lampiño, lo mismo que la cara. Una cara de tipo travieso, guapote, más o menos en forma.

Un jovencito. 

Un chavalín de quince años, que no sabe nada de Jumanji. 

Nada de Victor.

Nada de nada de su vida desde los quince hasta el momento presente. Se han borrado recuerdos, memorias, momentos e instantes. 

Y en su cuerpo se han disipado, borrado también, las huellas del tiempo sobre la carne, la piel, los huesos.

Hasta el parasitomontes y compañía se han esfumado. 

Un chico atrevido y pasota, que no tiene ni idea de qué hace en esta playa con dos días buenorras "mayores", que le suenan de algo...Y una de ellas como que está muy malita. 

Miro con algo de preocupación a Jacob cuando se mete en el agua, sin tener nada claro qué va a pasar ahora. La chica torbellino sigue desmontada y pasa de besos, pero tampoco parece que se vaya a quedar en el juego, porque la hermanísima se larga a su bola y nos deja con el marrón. Bueno, al menos nos ha movido la ficha del elefante. Algo es algo, supongo.

Y cuando Jacob vuelve ya no es un viejo, ahora es un chiquillo. Pestañeo, flipando por los cambios de Jumanji, y mis ojos buscan a Frances como diciéndole «¿estás viendo lo mismo que yo?». 

—Eh, tío. ¿Sabes quién eres? ¿Te acuerdas de algo? —pregunto, porque ya no sé en qué estado están las cosas, todo se mueve muy rápido. 

Miro hacia el tablero, comprobando si con eso ha sido suficiente para seguir adelante. 

Jacob junior sale del agua, está un poco confuso pero al ver a la gente en la orilla, comienza a andar con seguridad en su dirección.

Joder, enana, estás super vieja, jajaja. Mira y remira a Kimy, no le cuadra verla con tan mala cara, pero se encoje de hombros. Luego se encara a Victor, cuando este le habla.

¿Te conozco, cuatro ojos? Mi hermanita y tú sobráis.  Este es mi sueño porno, así que ya os estáis largando.  

Chasquea los dedos y se aproxima a la tendida Kimy.  Venga, desaparecer de una vez.

Ahí estaba el autodefinido puto amo de todos los juegos. Tan irreverente, impertinente y provocador como lo era a los quince. Y seguía siéndolo, algo más moderado.

Un tipo afortunado, Cora se había dado el piro y no lo ha visto emerger de las aguas. ¿O tal vez sí? ¿Aquel punto distante en la playa se ha detenido?

Los tambores no sonaban, para aprensión de Víctor. Le tocaba tirar a él. ¿Era ese apagado muy apagado y lejano sonido tambores reales o su deseo transformado en tantanes dentro de su cabeza?

Mientras, Frances se ha quedado sin voz, anonada, contemplando a su mellizo al que dobla en edad. Solo Kimy, ganando tiempo al tiempo que le resta entre los vivos, con unos mordiscos de Sándwich de savia, atisba cambios en la arena de la playa, en los diminutos granitos que la componen. ¿Se agitan, vibran? ¿O es que son alucinaciones de sus vidriosos ojos y su mente agotada?

De repente su mellizo emergió de las aguas siendo un adolescente, Frances suspiró al verlo que sería muy difícil lidiar con él, Jacob en esa época era... Terrible. Un tanto expectante, al escuchar la burla hacia ella y la necesidad de echarlos junto a Víctor, se acercó a él mientras le daba una colleja. 

—Compórtate, ahora puedo decir libremente que soy tu hermana mayor y deberás hacer lo digo—dijo en un tono imperativo, al fin, podía tenerlo en su mano o intentarlo—. Nada de película porno, antes de ser este adolescente pajerillo, eras un viejo decrépito y antes de eso, eras mi hermano el gamer. Así que... Ahora debemos avanzar en el juego y tú cómo eres el niño del grupo, estás a mi cargo. No me hagas que te lleve al rincón de la reflexión. 

Estaba a punto de reírse, pero intentó mantener la postura y ser la hermana mayor que Jacob necesita. Después miró a Vic. 

—Te toca, debemos salir de aquí.