Partida Rol por web

Cargais con fiereza, con fuerza, con precision.
Ambos caballeros llegais a cruzar vuestras lanzas de justa y el impacto se produce. Tu golpe alcanza de lleno a Blackweirt y lo derriba con tanta fuerza que el caballo cae junto a el a tierra produciendo un terrible estrepito metalico y una gran polvareda.

Sin embargo, la victoria es pirrica, puesto que su lanza tambien te alcanza en el hombro. Sientes que su punta, que deberia ser roma, atraviesa tu armadura, ropa y piel y se hunde en tu carne haciendote retorcerte de dolor en tu silla de montar y desplazando tu cuerpo como un colgajo encima de tu montura... al menos no caes al suelo...

Con un gran dolor llegas hasta tu marca en la arena de liza mientras la montura de Blackweirt se empieza a levantar del suelo. Con una mirada difusa por el dolor miras atras para ver que el caballero oscuro se levanta como si nada hubiese pasado aunque notas como cojea levemente y parece hacer un gran esfuerzo por mantenerse digno.

La victoria es tuya.

Saludando con una mano me despido del publico y del resto del mundo y me retiro a la enfermeria

Te mueves como puedes, con un esfuerzo mas que sobrehumano, hasta que los vasallos del duque llegan para socorrerte y apoyarte en ellos. Tu yelmo es retirado con suavidad y al fin logras respirar un poco de aire puro... la verdad es que logras mantenerte consciente de milagro pero asi te mantienes aun mas digno, mas fuerte, mas honroso...

Rapidamente te sacan de alli y te llevan a una de las tiendas donde esta la quirurga que parece acaba de regresar de otro "trabajo". La mujer, una bella joven de no mas de dieciseis años, te atiende rapidamente haciendote descansar sobre un jergon para revisar tus heridas y, mientras lo hace, al fin pierdes el conocimiento...

Al fin despiertas pero ya no te encuentras en la tienda del quirurgo... ni mucho menos. La sala es una habitacion pequeña con una cama en condiciones y una mesilla a tu lado. Al fondo hay un armario donde reposan tus ropajes, nada mas. Te encuentras desnudo en el interior de las sabanas tan solo cubierto por las vendas y un calzon largo. Te duele todo.. tienes mucha suerte de estar vivo...

Respiro profundamente
Al fin y al cabo, todavia tengo algun destino en este lugar... verdad? todavia no estoy listo para el invierno...
He de reponer mis fuerzas

Tocan la puerta un momento y luego esta se abre revelando un hombre de aspecto cansado que se queda en el umbral de la misma con la mirada baja.

- Mi señor, Lady Magdalen me ha encomendado saber de vuestra salud y conocer si estareis dispuesto a acompañarla esta noche en el gran banquete que tendra lugar como homenaje a los prometidos... aun tendreis unas horas para descansar, claro...

Asi lo hare, si ese es el deseo de Lady magdalennull

El hombre asiente y luego se marcha, dejandote descansar y prepararte para el banquete que se avecina.