Partida Rol por web

Es medianoche, buena hora para trabajar. Deambulais, bajo la luna nueva, por los barrios bajos comprobando que todo siga en orden. Además de las incursiones de los no-muertos, habéis de lidiar con las bandas rivales y con los guardias que de vez en cuando vienen a tocaros las narices.

Además ultimamente el perista (el que compra/vende objetos robados) que goza de la "protección" de vuestra banda parece estar haciendo negocios por su cuenta. Sabéis que aprovecha los días de mercado para montar su carpa y hacer negocio. Quizás sería un bueno momento para recordarle a quien debe su tranquilidad...

El brujo jugaba con una piedra negra en su mano no mas grande que una moneda, las paseaba por sus dedos de uno en uno ida y vuelta, mientras caminaba, lo hacia como un tic, casi un acto inconciente mientras que su mente estaba en otra cosa.

Caminaba en medio del draconiano y la picara, sus ojos generaba un brillo veolaceo simbolo de que lo que decia, lo decia con pasion.

-Esa rata codiciosa parece que no entiende quien lo protege-, mientras habla con sus compañeros su mirada iba de un lado al otro, ya se habia acostumbrado a vivir alerta, otra cosa no se podia hacer en los barrios bajos, por un breve segundo la vista se posa en el Draconiano, -Craig creo que debemos darle muestra a ese chupa sangre que le pasaria si no contara con nuestra poteccion-, su hablarera lento, lleno de ira, acda palabra generaba un silbido como si escupiera cada una de ella, ahora su vista se vuelve a la mujer, -Hoy le cobraremos el doble del diezmo-. le dice como recordandole su rol en esta incursion.

Luego prosigue con su mirada en sus alrededores sin girar su cabeza, pero llevando a sus ojos  de un lado a otro.

Cita:

Al principio Advarin, el perista, mira alrededor a la gente curiosa que se ha acercado para ver que pasa. Por un momento, piensa que ha venido alguien más, luego repara en que estas hablando con el dracónido. Pero no se llamaba Gryg, claro, que no ha visto muchos y quizas es otro que se le parece.

Cita:

Esto si que le espabila y le aclara las ideas - pero señor, yo soy leal, pago siempre puntualmente, no se a que viene esto.

[Perspicacia 14] está claramente nervioso y miente o no te cuenta toda la verdad.

   Gryg posa sus manos en el cuello de la camisa del perista, estaba realmente enojado y su mirada no se apartaba de los ojos del mismo, mientras poco a poco lo empezaba a elevar del suelo. ¿Crees que somos estupidos?, además... ¿con quien rayos te crees que estas tratando?, al parecer mi compañero esta generoso para que tu castigo sea sólo el pagar doble, pero bueno que así sea...

   "Rata asquerosa, esto no será lo único que te suceda mientras yo este al mando".

Cita:

Notas como tiembla - perdonadme señor, perdonadme - apenas tiene un hilo de voz y con los nervios le sale un gallo. Alrededor vuestro la gente se rie. Alguno se alejan por si acaso, pero la mayoría se queda curiosa, seguramente es lo más entretenido que les ha pasado esta semana.

- Yo siempre os pagué vuestra parte - dice con los ojos llorosos - solo que en las ultimas dos semanas he conseguido algunos objetos por otras vías y no vi nada de malo en venderlos.

Sus brazos estaba cruzados por delante de su pecho, en su cara se podria ver que difrutaba del hecho aunque al hablar se notaba que el tema era serio.

Y por que vias han sido esas?... Contesta!! sino quieres que nuestro amigo se encariñe con tus orejas y te las arranque de un mordiscos, las ultimas dos veces que lo hizo a sido un hecho espantoso y mas cuando hizo limpiar el piso con el rostro del pobre listillo.

Su voz era seria con una carga de firmeza, y tras ir contando el relato de lo sucedido se podria ver una expresion de asco en su rostro, al parecer por los recuerdos que traía su anecdota.

   Aún lo recuerdo, exclama gryg acentuando las palabras de su compañero. Bueno Pecham no importa las vías siempre y cuando tengamos lo que nos corresponde y en este caso será el doble, ¿estás de acuerdo verdad Advarin? pregunta con voz firme al terminar la frase, sus colmillos se hacen notorios y sus ojos buscan constantemente los de su "presa".

   "Cobarde, mirá el espectáculo que le da a la gente".

Una nueva noche llega a la ciudad y de nuevo hemos de salir a intentar curar las decenas de heridas que desangran lentamente la parte baja de la ciudad ¿Cuantos había pasado ya desde que se tuviera que ganar sola la vida, desde que su hermano, traicioneramente, diera la espalda a la buena gente que sabían que vivía en la zona pobre de la ciudad, para irse a proteger a Snobs y ricachones sin decencia ni respeto? Como cada noche, el doloroso recuerdo de su hermano le hierve la sangre y embota su mente. Más desecha rápidamente estos pensamientos, la escena que se esta desarrollando frente a ella es más importante. Nota como sus compañeros se muestran violentos, algo común en estos dias. La amenaza del draconido hace que su vello se erice bajo los ropajes. Llevaba poco tiempo en la banda y los echos que ahora utilizaban a modo de amenaza, le eran completamente desconocidos incluso a ella. Pero no le extrañaba. Desde el principio, la criatura le había dado miedo y solo tras conocerlo, supo que no tendría nada que temer, al menos, mientras pudiera considerarlo amigo.

Nia nota como la conversación se acalora al tiempo que la amenaza se torna cada vez más viva. Es algo que, aunque la joven acepta, no termina de soportar. Si quiere mejorar, tal como se planteó, debe hacerlo desde el interior y empezar la conversación así, resulta violento. No obstante, es innegable que parece dar sus frutos, en este momento, decide que dará cancha a la diplomacia a fin de que responda.

Como ves, nuestro amigo... Dice Nia señalando al dracónido ...Habla completamente en serio, estoy segura de que podríamos ahorrarnos toda esta escena si tan solo nos das una explicación que no nos haga ver que nos has tomado por tontos. Del mismo modo que damos correctivos a nuestros enemigos, podemos ser considerados con nuestros amigos. ¿Estás de acuerdo? Lo cierto es que el espectáculo de ver tus tripas desparramadas por el suelo no es algo que me apeteciera ver e imagino que tu tampoco. Además... Decide añadir finalmente ...Si la causa es justificada podemos e incluso estudiar lo del doble precio

Con estas últimas palabras, Nia escucha lo que el perista tenga que decir

Advarin apenas se gira para mirar a Nia, no la conoce, debe ser nueva y no se fía de que pueda mantener sus promesas. Vuelve rápidamente la mirada al dracónido. Y entre sollozos empieza a contar.

- Un ladrón me las vendió, - lloriqueo - es uno de los que trabajan para Diamante (un gangster que controla una zona al lado de Pecham). Pero me dijo que trabajaba por libre. Trajo unas chucherias muy bonitas: anillos, brazaletes, colgantes... de todo y muy buena calidad

   ¿Y ya has vendido algo o debemos llevarnos algo de la mercancia?, sus palabras son concretas y directas, su cara no cambia en los más mínimo al igual que la posición de Advarin respecto al suelo.

   "A Diamante no le hara mucha gracia que uno de los suyos este trabajando por su cuenta, y además de seguro ese ladronzuelo no tendrá la suerte de nuestro cliente, pues Diamante no es nada bueno".

Una mueca de disgusto se dibuja en mi rostro. Si hay algo que no soporto es que se me ignore y este hombrecillo, así lo ha echo. Cierto es que llevo poco en la banda, pero supuse que el saberme dentro de ella impondría un poco de respeto. Me dispongo a recriminar algo cuando observo que a pesar de la inútil utilidad de mi intervención, el miedo que produce Gryg si ha calado en el cuerpo de este tembloroso y patético hombrecillo

Por gente como tú va tan mal los barrios bajos, no se por que le ayudamos

Me guardo estos pensamiento para mí, pues si algo tengo, es fe en Pecham y su banda, por eso me uní. Supongo que existirá una razón por la que la banda respalda a mala calaña como este perista, aun así, tal vez le pregunte al líder por ello cuando estemos más tranquilos. Ahora, simplemente me dedico a escuchar toda la información que nos ofrece el anciano.

Totalmente inútil, un motivo absurdo. Tras escuchar su explicación, me quedo insatisfecha con lo ofrecido. O es muy tonto, o algo oculta, aunque ese... Diamante, algo he oído hablar de él, más todo son simples rumores. La expresión de mis acompañantes me revela que saben más de esa persona que lo que se yo. Debo preguntarles también por él, sin embargo, ahora simplemente centro toda mi atención en el perista, cada rasgo, cada gesto, cada mueca, cualquier cosa que me pueda indicar si nos oculta alguna información sobre lo que nos ha dicho.

Cuando Nia habla Pecham manda una mirada furtiva hacia ella, como haciendola callar con esta.

-Veo que la cooperacion va hacer que nuestro amigo draconiano no pueda tener su diversion-, mira con tono pensativo, -Ahora bien, solo falta que nos digas el nombre del ladronzuelo, que nos des alguna mercancia que este les ha dado-, y antes de dejarlo reponder, -y si me vienes con el cuento de que no sabes su nombre ni donde frecuenta, nos tendras que llevar delante de èl para poder salir de este, barullo... lo unico que tienes que decir es a que le tienes mas respeto, a un ladronzuelo que anda por su cuenta sin el apoyo de su banda o a la banda que que te cuida y protege desde siempre-. Sus palabras son acentuadas y marcadas dejando que cada palabra penetre en el enclenque comerciante, mientras que en su mano derecha juega con dos piedras que de a momentos toman un leve fulgor veolaceo oscuro.

Cita:

- Me queda lo que hay en esa caja - te señala con la mirada una fuerte caja de hierro negra debajo del mostrador.

Cita:

Las palabras le hacen soltar el aire que estaba reteniendo al parecer sin darse cuenta. Pero la cosa no dura mucho

Cita:

Empieza a temblar de nuevo - Te lo juro, te lo juro, solo se que trabaja para Diamante, pero no se su nombre. Es un humano, de tu altura, con barba y pelo negro... pero no se quien es ni como se llama, nunca quiso darme su nombre y yo no quise preguntar.