Partida Rol por web

El tiempo pareció ralentizarse cuando uno de los asesinos, sin tomarse demasiado tiempo más que para fijar el blanco más poderoso, comenzó a correr de manera frenética y profiriendo un grito estridente que resonó en aquel túnel olvidado.

Su cuerpo parecía decidido a arremeter contra Lyann, pero sus ojos, que brillaban con una luz de perversidad y sadismo, estaban posados en Borstion. No obstante, sus piernas no fueron tan rápidas como para alcanzar al grupo de aventureros antes de que pudiera reaccionar a la alarmante situación.

Durante la fútil carga del cambiante sucedió más que un simple grito que no llegó a concretar su deseo primitivo. El chapoteo del asesino se vio acallado por una serie de sonidos más estridentes. Primero, alguna clase de traba que se liberaba. Luego, una compuerta abierta a presión, e inmediatamente precedida por un gran caudal de agua que salió disparado a una velocidad preocupante. Segundos más tarde, la válvula volvió a cerrarse.

En efecto, estaban en la sala de válvulas, y aunque la torre era antigua y el alcantarillado también, los mecanismo parecían funcionar perfectamente. El cambiante tuvo suerte y pasó la válvula antes de ser alcanzado por el chorro de agua, ¿pero cuál sería la próxima en abrirse?

Saco mi ballesta y la cargo. No me muevo del sitio para dejar sitio a los luchadores cuerpo a cuerpo.

El forjado retiró su arma del cuerpo de Galen con destreza y frialdad, para luego anunciar sus intenciones. No obstante, no parecía interesarle darles demasiado tiempo para responder a sus demandas. Su ataque había sido propicio, y el maldito humano frente a él tendría que caer ahora que estaba al borde de la muerte.

Será un buen trofeo y un buen escarmiento para estos débiles carnosos.

Mientras el asesino alzó su brazo derecho, el clérigo se armó de fuerzas para voltear y encarar la amenaza. El estoque descendió provocando un soplido al cortar el aire, pero chocó inútilmente contra el escudo pavés, que había sido interpuesto justo a tiempo. En su rostro se vislumbró una mueca malévola y sedienta de sangre.

Notó como el frio acero se hincaba entre su armadura a medida que su cuerpo se estremecía de dolor. Hacia tiempo que no sentía algo así, cosa que le hizo que vagas imágenes volvieran a su mente, como si fueran desenterrándose poco a poco. Volvió la cabeza hacia su izquierda para observar al forjado que le había propinado tal ataque, y la furia que en ese momento sentía se hizo patente en los ojos del clérigo.

Pero Galen no era estúpido, sabia sus limitaciones y estaba demasiado herido, así que optó por parapetarse tras su enorme escudo para librarse de un segundo ataque del forjado, el cual llegó segundos después, provocando un gran estruendo al chocar la espada con el pavés del humano.

Un leve murmulló se escuchó tras el escudo seguido de un leve fulgor rojizo…

Con movimientos ágiles y decididos, que reflejaban una inmunidad innata a la sorpresa, Lyann se vio incapaz de ayudar a Galen, pues su enorme escudo obstruía cualquier posibilidad de atacar al asesino forjado. El único objetivo posible era el cambiante.

Los pies de la humana chapotearon en el pequeño curso de agua cuando dio un paso adelante, buscando acercarse sólo lo necesario a su contrincante. Al abrirse la válvula, el hedor en el túnel aumentó, y la muchacha arrugó la nariz. Desafortunadamente, eso provocó una distracción mayor de lo esperada.

Su mano alcanzó el mango de una de sus dagas, que lanzó hacia el cambiante. El aire silbó al rozar el arma, pero esta aterrizó varios metros más allá, perdiéndose en el torrente de agua, y sin tocar a su objetivo.

El asesino restante pareció pensárselo dos veces antes de atravesar la peligrosa zona de válvulas al ver a su compañero estar a punto de ser arrastrado por un gran chorro de agua hedionda. Aún así, no parecía quedarle otra opción.

Inmediatamente después del otro cambiante, este se lanzó en una carrera desaforada, pero tampoco logró alcanzar a los aventureros antes de que respondieran al sorpresivo ataque.

Borstion miro con lentitud a los enemigos, algo en su cerebro le hacia ir mucho mas lento de lo normal, el mundo se movia mucho mas deprisa de lo que estaba acostumbrado; un sonoro Clang, resono a tal lentitud que Borstion estuvo a punto de morirse de aburrimiento...¿ pero que infiernos? penso con la velocidad de un glaciar...

Sin mas historias, dejo caer su paves, agarrando con dos manos su pesada hacha de batalla nueva, pronto iba a catar carne de estos cambiantes, por lo visto pensaban que eran victimas faciles; craso error...

Ni se te ocurra hacer ninguna tonteria mercachifle miro Borstion al pequeño mercader sujetando su hacha antes de disponerse a hacer lo que mejor se le daba Apoyo, Lyann cubrir a Galen, yo me hago un par de felpudos nuevos y estoy con vosotros...

A pesar de que el armatoste de Borstion dejaba caer sus pertenencias en gesto amenazante, el cambiante no se vio amedrentado. Continuó corriendo, mientras salpicaba agua hacia todos lados, y sus gritos hacían eco en el alcantarillado. Pero el forjado le cortó el paso, adelantándose con agilidad y blandiendo su hacha con presteza.

El asesino abrió los ojos de par en par. Su carrera le había hecho perder parte de su defensa, lo que le costó caro. Intentó esquivar el filo de Borstion, pero este alcanzó a hacerle un profundo corte en el hombro izquierdo, demasiado cerca de su pecho. La sangre manó hasta machar el agua a los pies de los cambiantes, cuyos ojos seguían teniendo ese brillo sanguinario.

El asesino profirió un grito de dolor, y descargó un zarpazo en el duro cuerpo adamantino de Borstion. Enardecido por la furia y la adrenalina, logró penetrar la sólida superficie con las garras, llegando a herir al forjado.

Inmediatamente después de que la primera válvula se cerrase, otra se abrió más allá en el túnel, con su característica retahíla de sonidos estridentes y un amenazante chorro de agua de igual presión que el anterior.

Una vez con el arma cargada toco con el otro brazo a Lyanne indicandole que se aparte un segundo para disparar al cambiante2

Apártate un momento Lyanne!

El asesino tantea a Galen con su estoque, buscando algún punto débil en la impenetrable defensa del clérigo, pero es inútil. El escudo forma una pared infranqueable que protege a su portador completamente, pero el forjado no se rinde. Simplemente espera, con una paciencia mortífera.

Notaba como el forjado tanteaba el escudo. El ataque que sufrió fue demasiado fuerte y, aunque había logrado recuperar parte de sus fuerzas, aun no se encontraba listo para luchar contra el hombre de hojalata. Decidió volver a lanzar otro conjuro y desesperar aun más al forjado. Otro leve fulgor rojizo vuelve a verse tras el espejo.

- Intento mantener a raya a este, ¿como va la cosa por ahí? – Se dirigió a sus compañeros con un tono burlesco para intentar enfadar aun más a sus enemigos.