Partida Rol por web

Apoyo da un par de pasos y se coloca en perpendicular a Lyann, para alcanzar al perro por la espalda. Lamentablemente, su golpe no es lo suficiente fuerte para causar ningún daño al constructo.

Borstion elevo su arma por encima de su cabeza, esperando su momento; detuvo una de las embistidas de las bestias con un golpe lateral de su escudo; el impacto contra el metal acerto de pleno al rostro de la bestia que reboto de manera bastante torpe en el aire, en ese momento Borstion vio su oportunidad y golpeo con todas sus fuerzas al estomago de la bestia, el chirrido del metal desgarrado hizo sonreir mentalmente al forjado...

Concentrado en el combate como estaba, Galen no ignoraba lo que ocurría a su alrededor. Una desgracia a cambio de un éxito, así lo veía él. La orfebre había dejado caer su espada con torpeza, pero a su vez, Borstion había aprovechado la oportunidad que su bloqueo le había dado. Su inmenso hacha estaba sobre su cabeza, mas un segundo después descendía sobre el pecho del defensor mientras este se encontraba en el aire, aplastándolo contra el suelo. La criatura ya no se movía, y el fulgor en sus ojos se apagaba mientras el forjado retiraba su arma, casi partiendo a su contrincante en dos.

Galen no se permitía distracciones. Ahora la ventaja era mayor, pero no era razón para estallar en un festejo eufórico antes de tiempo. Se desplazó lateralmente en un intento de finta, pero el dolor en su rodilla le impidió realizarla con destreza. Se adelantó para atacar, pero su maza fue esquivada.

Si el mastín sentía terror por la pérdida de su compañero, no daba señas de ello. Tampoco demostraba comprensión de su desventaja, ni sus movimientos podía interpretarse como vacilantes. El perro de metal arremetía contra todo ser viviente aparte de él que estuviera al alcance. Recibía ataques desde todos los ángulos, pero pocos le tocaban, y menos aún le hacían mella.

El defensor recibió un puñetazo, y mientras volteaba para enfrentarse al perpetrador, otro individuo blandía un objeto con intenciones claramente dañinas para su integridad. Su reflejo fue alejarse de él, y así lo hizo. El movimiento previo había sido interrumpido, y su esquive le había echo deslizarse hacia el otro lado. Esta vez alcanzó a voltear, para enfrentarse a otro individuo. Su complexión era diferente, más sutil. No blandía objetos peligroso, y aún así, algo le decía a la criatura que era una amenaza.

Lyann recibió la embestida sin haberse recuperado de la sorpresa, luego de que la espada se le deslizara de los dedos. Perdió el equilibrio cuando el animal férreo le hundió la mandíbula en el estómago, y se desplomó en el suelo mientras la criatura intentaba masticar sus entrañas. Por suerte, había perdido el conocimiento antes de tocar el suelo con la espalda.

Apoyo vió caer a la humana y su intelecto se vió nublado por la rabia. Lanzó un golpe hacia la cabeza de la bestia pero falló en parte por lo precipitado del movimiento. Aún así, sabía que ahora tenían las de ganar. Tan solo esperaba poder acabar con él lo suficientemente rápido como para poder salvar a Lyann, que debía de estar desangrándose.

Galenn, ¿Te queda magia curativa? Si es necesario, retrocede y salva a Lyann!

Borstion gruño satisfecho al sacar su hacha de las tripas del monstruito acerado con un tremendamente estridente sonido de metal desgarrado y mecanismos saltando por los aires; desde su nueva posicion como gigante, logro ver como la bestia le sacaba las tripas de un mordisco a la joven humana y con un gañido furioso cargo contra la bestia con el escudo por delante, sin embargo esta cosa fue mucho mas agil y esquivo con un rapido quiebro la masa del forjado que recupero su hosquedad habitual, lo ultimo que le faltaba era que alguien muriera bajo su guardia.

El sacerdote tuvo la impresión de que, en pocos minutos, podrían repintar el suelo entero con sangre si continuaban así. Aquella que brotaba de las tripas de Lyann formaba un charco que ya amenazaba con mojarle los pies. No sabía por qué, pero el corazón le dio un vuelco cuando la muchacha fue tumbada. Ni siquiera la conocía, pero allí estaba, saboreando el fracaso. Algo de desesperación, quizás.

-¡No necesito instrucciones!- vociferó, sin siquiera mirar a Apoyo, pero desgarrando su garganta con un grito cargado de ira. -¡Sólo alejen a ese monstruo de Lyann!-

No entendía que sensación corría por sus venas, pero se sentía como si ya lo hubiera vivido. Galen retrocedió apenas, tratando de mantenerse fuera del alcance de la bestia. Esta, al ver a su víctima incapacitada, comenzaba a retroceder, pero aprovechó el movimiento de su contrincante para cobrarse aún más víctimas. Falló, sin embargo, pues sus dientes dieron contra un enorme escudo, que le obligó a retroceder.

Agazapado junto a la orfebre, el sacerdote aferró un medallón en sus manos, mientras comenzaba a entonar un rezo. No había vacilación en su voz, pero si un dejo de nerviosismo. Mas poco parecía importar, o quizás hizo toda la diferencia. Galen llevó sus manos a la horrible abertura en el estómago de Lyann, cuyo rostro empalidecía rápidamente; y de pronto el tajo que le hubiera costado la vida comenzaba a cerrarse como si estuviera protegida por los dioses. En segundos, su barriga estaba intacta, como si ningún can metálico hubiera enterrado su hocico allí.

El mastín no festejó su pequeña victoria, y menos aún se lamentó al verla revertida. Recibió un golpe de escudo en el hocico que lo empujó un buen metro, arrastrando las patas por el suelo, provocando una efímera lluvia de chispas. A su derecha acechaba una figura más imponente que las demás, pero todos eran presas a los ojos del defensor férreo. Abrió la boca lo suficiente como para comerse a un bebe de un bocado, pero la mole delante suyo era impenetrable.

Apoyo se movió para permitir que Borstion pudiera flanquear a la bestia por el otro lado yvolvió a lanzar otro puñetazo al defensor pero de nuevo el metal chocóc con metal y su puño salió rechazado sin causar el menor daño.

¡Borstión, por su espalda!

Borstion giro su inmensa masa para poder encararse a la espalda de la cosa; distraida con su hermano metalico Apoyo; con un rapido aunque algo torpe por el inmenso y desacostumbrado cuerpo que vestia, se ubico al lateral de la bestia flanquandolo; en un extraño movimiento aplasto con su escudo, ahora practicamente una puerta de madera y metal.

Cuando la cabeza del bicho trato de escapar arrastrandose, tal y como hiciera su compañero Borstion sonrio por que esta vez estaba preparado para esa maniobra y en vez de un golpe descendente, facilmente esquivable por un cuello como el suyo; golpeo lateralmente al borde del escudo en un unico y salvaje barrido.

El crujido de vertebras metalicas fue mas que suficiente para animarle el frustrante dia al guerrero Forjado.

Entre los escombros que antaño formaban parte del techo del taller aún yacían los restos de madera ennegrecida por las llamas. Sobre el montículo, Apoyo distraía al cuadrúpedo de metal mientras su compañero atentaba contra su coraza férrea. Dio unos pasos para descender, mas las tablas cedieron bajo su peso, y trastabilló causando el estruendo del metal chocando la piedra. Fue suficiente distracción para que, a la mitad de un instintivo esquive, el can desviara su atención del otro forjado. Él no necesitaba más.

La cabeza del defensor férreo rodaba por el suelo. Borstion sintió un escalofrío de adrenalina recorrer su espina. El sacerdote ayudaba a Lyann a ponerse de pie, ambos con una expresión marcada por el alivio. Pero Apoyo aún observaba los escombros, y hubiera fruncido el ceño si su rostro se lo permitiese. Aquello que había sido un armario lo había estado ocultando, pero ahora no era más que cenizas, algunas de ellas flotando en el aire, otras adheridas a los pies de los aventureros. Debajo de grandes ladrillos de adobe descansaba otra de las criaturas metálicas. Su mandíbula abierta lo hacía parecer amenazante, pero la ausencia del fulgor en sus cavidades delataba a su vez la ausencia de vida. En realidad, no era más que la mitad del defensor, el resto probablemente perdido entre los escombros. Sin embargo, lo más llamativo era ese cetro que parecía estar clavado en su frente, pero a juzgar por la posición perfecta en la que estaba colocado, era seguro suponer que se suponía que estuviese allí.

Apoyo lo comprobó volteando para ojear el resto de los canes. El primero en morir estaba en el mismo estado. La cabeza de su compañero recién comenzaba a abrirse a la altura de la frente, expulsando otro cetro de forma similar sin deshacerse del mismo completamente. Los tres eran prácticamente iguales. Eran cortos, con un mango de acero sin demasiados detalles, rematados por una pieza de mineral tallado en el extremo. Una de las piezas era de forma pentagonal, aquella perteneciente al defensor enterrado. La cabeza decapitada portaba un cetro cuyo extremo era triangular, mientras que el restante era un rectángulo.

Apoyo se llevó una mano a la boca imitando inconscientemente un gesto humano.

-Diría que debemos conservar esos cetros. Esas marcas geométricas pueden significar algo de importancia más adelante. Con cuidado.

Apoyo recogó los tres y se dejó caer al suelo pesadamente. Estaba agotado y sólo podía pensar en descansar unos minutos.

Borstion resoplo con un extraño bufido metalico a traves de su pesada mandibula metalica, al rematar por fin al ultimo de los perros metalicos de los infiernos...

¿Os encontrais bien humanos, Apoyo? mascullo el forjado guardando su pesada hacha de batalla de nuevo en su cintura y recogiendo su paves de los restos del perro que parecia abrir la boca en un ultimo rugido desafiante; algo salia de ella..algo que llamo su atencion y que su compañero Apoyo parecio destacar como algo importante...

Grñiec...o algo asi salio de la boca de Borstion, debia ser lo mas parecido a un bufido que emitia el forjado cetros misteriosos...cada vez encuentro este lugar mas y mas molesto, barboto para si, aun con la adrenalina en el cuerpo 

El despertar de Lyann es brusco y desconcertante... como un náufrago a punto de ahogarse, rescatado de las frías aguas, su cuerpo se enarca violentamente mientras aspira aire, de nuevo...

Con ojos desorbitados registra de un vistazo el rostro preocupado del clérigo sobre ella, mientras se aferra frenética el vientre... está... está intacto... de pronto se da cuenta que el dolor... la agonía  indescriptible que sintió antes de caer tampoco está... exhala el aire de golpe, aliviada, y de nuevo posa sus ojos en el hombre, comprendiendo...

- Gracias...

La voz apenas le sale del cuerpo... pero el tono lo dice todo... a Lyann no le gusta deber favores, y menos aún importantes... pero por una vez, se alegra sinceramente de éste...

Entonces todo su cuerpo se tensa, y sus ojos buscan el origen del horror... a tiempo para ver cómo, con un desagradable estruendo metálico, su compañero forjado pone fin al peligro, arrancándole la cabeza al perrazo...

Con un suspiro de alivio incontenible, Lyann intenta levantarse, aceptando el apoyo que solícito, le ofrece el clérigo... mientras lo hace, con precaución, aún maravillándose de volver a estar ilesa, capta por el rabillo del ojo la postura extraña del mago sobre los engendros...

Fijándose con más detenimiento se da cuenta de qué es lo que llama la atención al estudioso... una especie de barras metálicas terminadas en formas geométricas sobresalen de sus cráneos... incluso de un tercer perrazo, medio oculto y destruido bajo unos escombros... por un momento la muchacha sufre un escalofrío imaginándose teniendo que combatir contra un tercer perrazo...

Llaves... dice una voz en su cabeza... podrían ser llaves... hechas para encajar en algún mecanismo de apertura...

Pero no hay prisa... ya descubrirán después su utilidad...

Con su característica sonrisa sesgada, responde a las palabras preocupadas de Apoyo...

- Sí... ya estoy bien, gracias... Galen me ha curado... por cierto... gran golpe Borstion... por fin se ha acabado el combate...

Veo como el mago se sienta, cansado... y busco a mi vez un lugar medianamente cómodo para tomar asiento unos segundos... me encuentro muy bien, gracias al clérigo, pero comprueblo como el hombre no puede decir lo mismo...

- Creo que es tu turno de curarte Galen... esa pierna... y esa mano no tienen buena pinta...

-Mi pierna tendrá que esperar- Galen se irguió estoicamente, reprimiendo expresiones de dolor a medida que se incorporaba. -Duele, no puedo mentir, pero he detenido el sangrado. Además, la fuerza divina no es infinita. No estoy seguro de cuanto más serviría otro rezo-

Mientras Apoyo recogía los cetros, el sacerdote le pidió a Borstion que se acercase para poder contemplar el resto del taller. A pesar de la oscuridad, el cansancio, la sangre mezclándose con una gruesa capa de polvo en el suelo y la excitación acalorando el cuerpo, los aventureros pudieron ver el lado jocoso de la situación; un forjado cuyos brazos podían pulverizar un cráneo portaba una extraño haz de luz sobre su cabeza, y no le quedaba opción alguna más que desplazarse por el lugar para que las penumbras cedieran. Él mismo encontró el humor, en lo profundo de su consciencia artificial, si se la podía llamar así.

-Es un lugar impresionante, y apostaría el resto de mi paga a que hay una historia detrás de cada piedra que forma estas paredes. Pero esos suenan como los intereses de una orfebre. Quizás, incluso, de un arcano. Yo soy un hombre más simple y práctico. Siendo que salir por donde entramos ya no es una opción, tendré que buscar la manera de salir. Ustedes investiguen sin remordimiento. Mejor será que dividamos las tareas y salgamos cuanto antes-

La sensación inicial de claustrofobia se fue disipando a medida que los exploradores recorrían el abandonado taller de la casa Cannith. Seguía viva, pero una vez habían observado lo que escondía la oscuridad y comprobaron que no quedaban más sorpresas mortíferas -del tipo de cuatro patas con dientes metálicos- lograron relajar los nervios y concentrarse en la inspección del lugar.

A pesar del tiempo, aparentaba ser casi tan robusto e impenetrable como en sus días de gloria. Sólo una sección del techo se había dañado en el derrumbe que había causado aquella brecha; el resto estaba tan intacto adentro como afuera. El polvo lo cubría todo, haciendo incómoda la respiración para los humanos, pero luego del enfrentamiento con los defensores de la forja todo era soportable. Había más armarios y estanterías, frágiles y sin embargo erguidas, aunque prácticamente vacías a simple vista. El suelo estaba repleto de trozos de madera podrida, cajones y cofres inútiles y húmedos, todos portando el escudo de la casa Cannith.

Poco y nada de los restos cotidianos pudieron inspeccionar sin verse involuntariamente interrumpidos por una estructura imponente. Esta dominaba todo el muro trasero, con su horno masivo pintado de negro por incontables usos en alguna década pasada, y la forja alzándose majestuosa hasta el techo del taller, ocupando la mitad de la pared con su ancho. La combinación era muy similar a la que se veía actualmente en los asentamientos de los Cannith, pero era claramente una versión más rústica cuyo diseño hacía evidentes los años transcurridos desde que comenzó su desuso. Tenía el tamaño suficiente como para albergar un humano de gran tamaño, por lo que supusieron que el lugar también se usaba para crear forjados o alguna versión similar de los que se ven en las calles de Sharn. El suelo debajo estaba conformado por placas de metal, y ocupaba unos cinco metros de la sección sur del edificio.

Frente a la forja se alzaba hasta la altura de la cintura lo que parecía ser un pequeño pedestal metálico, más alto que ancho y conectado a la forja por tubos metálicos que parecían ser lo único que no había envejecido. Contaba con tres depresiones, aunque una mirada más de cerca reveló que cada una tenía una forma específica. La primer cavidad era pentagonal, la segunda triangular y la última rectangular.

Apoyo se quedó mirando las cavidades y concluyo en voz baja:

-Bueno, no hace falta ser un genio para ver que es aquí donde encajan los cetros, ¿No? ¿Qué me decís? ¿Comprobamos si aun funciona?

Borstion gruño una sola vez a las palabras de los humanos; no comprendia sus debilidades pero si las entendia; eran seres de carne a fin de cuentas; poco podia hacer el al respecto, salvo protegerlos y la verdad es que visto el combate con los perros de mental no estaba del todo convencido de que su plan fuera a salir tan bien; estas cosas estaban blindadas a mas no poder y le habia costado demasiado tiempo y esfuerzo penetrar sus armaduras.

Las siguientes salas tampoco ayudaron a apagar los temores de Borstion que contemplo todo el espectaculo con la misma pasividad que se tomaba todo el vida; ya habia visto el infierno y ya volveria de el a por metal nuevo para los rallones..si bien se quedo unos cuentos minutos contemplando la forja.

Aqui han sido creados hermanos nuestros....no se sabia muy bien si era una pregunta o una afirmacion pero la vision del ataud de metal, habia irritado a Borstion que no le acababa de gustar lo que veia; aquella era una forja como la que le vio nacer pero algo era diferente en esta, no sabia que, solo que no le gustaba....bueno, tampoco es que el forjado fuera precisamente un saco de buenas intenciones.

Adelante resoplo con un siseo de engranajes Borstion a las palabras de Apoyo no quiero tener nada que ver con cachivaches magicos de estos, todo me parece una rotunda trampa pero no nos queda mas remedio...

La joven inspecciona la estancia con curiosidad... Al cabo de un rato sus manos acaban llenas de polvo y hollín viejo, de recorrer estanterías, apartar maderas o rebuscar en cofres medio deshechos... por desgracia parece no haber nada de interés olvidado allí... excepto claro, aquella pared...

Contempla la pared ensimismada... y ante las palabras de Apoyo se acerca para confirmar sus impresiones... sí, ese extraño pedestal es lo que buscaban... ahí está, tal como pensaba, la "cerradura" para sus extrañas "llaves" geométricas...

No puede evitar una mirada por el rabillo del ojo a Borstion, al oirle hablar de los posibles "hermanos" forjados creados seguramente en esa forja... qué interesante... por un momento su mente se pierda en imaginar cómo se habría visto la sala en medio de una de sus creaciones... pero el espíritu práctico y la inminencia de un posible peligro se imponen a las fantasías...

Con precisión, la mujer prepara su ballesta y apunta hacia la hoquedad del vacío horno...

- Cuando quieras...

Apoyo caminó lentamente hacia el pedestal y acarició todo el equipamiento del lugar. Como Bors había dicho, en aquel lugar habían nacido forjados como él. Bueno, no como él, porque ninguno era tan guapo pero si hermanos suyos como Borstion.

El forjado deslizó el cetro pentagonal en su ranura y esperó a ver qué pasaba.