El fundido en negro se disipa y revela una escena enérgica: una lancha motora corta las aguas a toda velocidad. Vemos a Lee conducir esta lancha de una manera perfecta, casi experta diria .Estáis de camino y, después de tanto tiempo sin veros, empezáis a entablar una conversación mientras el viento y las olas os rodean. La lancha cabalga sobre las crestas de las olas, manteniendo un rumbo firme.
Con un gesto rápido, Lee activa el sonar, asegurándose de que estáis solos en medio del vasto océano. Nadie a 20 millas a la redonda. Sin embargo, el sonido podría alertarlos si alguien se acerca a 10 millas de distancia. Con el piloto automático establecido en la ruta prevista, Lee desciende hacia la cubierta inferior, con una botella de ginebra y unas tónicas heladas que coje de la nevera.
La cubierta inferior, un oasis de comodidad, ofrece sillones acolchados y una mesa redonda que invita a la camaradería. Mientras se acerca, Lee comenta sobre el tiempo transcurrido desde vuestra ultima reunión, mientras examina el mensaje inscrito en su movil: "¿Cuánto tiempo, eh?" Una sonrisa se dibuja en su rostro, mezcla de nostalgia y curiosidad. "¿Conoceis al emisor?" pregunta, dejando entrever una intriga que podría cambiar el curso de su tranquilo viaje marítimo.