Partida Rol por web

El guerrero lanzó un espadazo al descarado trasgo mientras reia. La filosa punta del arma se encontraba a unos centímetros de su garganta cuando la criatura se desvaneció con un brillo súbito. El metal golpeó contra la roca sucia y sanguinolenta que estaba detrás, haciendo un impotente clanc.

-¡Maldito cobarde!- gritó Clevor, que parecía respirar vapor. Lanzó una desesperada mirada en derredor, rechinando los dientes. El torreón se venía abajo, el súbito temblor lo hizo casi caer de bruces. El sonido de piedras desmoronándose fue evidente. Colgó su escudo al hombro y salió corriendo detrás del arquero, que se movía como el mismo viento.

maldita criatura. Apurad el paso que esto se cae. Goblin el ultimo, ja ja. El enano va esquivando escombros y saltando brechas, mientras todo se derrumba a su alrededor, no es momento de mirar atrás, si ni de salvar la vida.

Fargrim se levantó con gesto de enfado mientras todo el mundo se ponía a correr.

-Puedes reírte bichito verde, pero tarde o temprano llegará tu hora.-

Miró a su alrededor y se encontró solo en una torre que estaba cayendo a pedazos, pero sin muchas prisas se acercó al agujero que había a la pared, observó la caída y se deslizó por las piedras para parar el golpe.

Sin embargo no calculo el sobresaliente del siguiente paso y terminó cayendo de bruces en la nieve.

Corriendo como alma que lleva el diablo bajáis las escaleras de la torre mientras paredes, suelos y techos se os vienen encima. Dais algún traspiés y sufrís el impacto de algún que otro cascote. El polvo os impide ver bien pero seguís los pasos de Dagor, que con su afinada vista logra encontrar el buen camino entre tanta destrucción.

Al salir de la torre podéis ver al magullado Mirdor con cara de incredulidad. El enano observa cómo salís uno por uno sin dar crédito al derrumbe que sucede a vuestras espaldas. Un estallido final en la parte más alta de la torre es el detonante final que termina de colapsar por completo la edificación. El polvo se mezcla con la nieve y saltan piedras por todas partes mientras todo el suelo retumba. Algunas piedras os dan de refilón pero no suponen más que una simple abolladura en vuestras armaduras.

Tras unos minutos en los que recuperáis el aliento y el polvo se asienta, ante vosotros se levanta un enorme montón de ruinas en lo que hasta hace escasos minutos se elevaba la antigua torre de Kazh'Ardan... 

Fargrim se levanta y se quita el polvo de encima.

-Y si había algún tesoro, bajo esos escombros se ha quedado ...- El enano se lamentaba de que no hubieran podido saquear nada o encontrado algo de valor.

Si bien habían conseguido "terminar" con la amenaza que suponían los goblins, ellos volvían con las manos vacías a casa.

-¿Movemos cada piedra por si encontramos algo de valor?- Preguntó a los demás.

-Supongo que haremos eso, enano- comentó Clevor mirando sobre las polvorientas ruinas que habían quedado donde antes se levantaba la imponente torre.

Guardó su espada y esperó la indicaciones de alguno de los enanos, ellos tenían la fama de especialistas en excavar la roca.

-Esos trasgos nos deben la paga por tanto esfuerzo-

Fargrim da con parte del altar de la última planta. Un leve destello llama su atención y le alienta a rebuscar entre los escombros. Da indicaciones a Clevor y los demás y entre los cuatro conseguís haceros con lo que había en un compartimento secreto que había quedado al descubierto tras el derrumbe. Unas pocas monedas junto a una amatista y unos guantes de cuero flexibles, adaptables a cualquier tipo de manos. 

(sigue...)

Una vez saqueado lo poco que quedaba de valor en las ruinas de Kazh'Ardan, regresáis al Gremio donde os espera vuestro contratante, el Archiduque Alagondar Drake, un hombre de porte regio y cara de pocos amigos. Al principio se lleva las manos a la cabeza cuando escucha que la torre ha caído pero tras darle las pertinentes explicaciones de cómo se desarrolló vuestro encuentro con los goblins, el Archiduque se apiada de vosotros y da por concluido el trabajo, pagando generosamente por haber cumplido con vuestra tarea.