Cuando salga del edificio, aparte de encenderme un cigarrillo y fumármelo a toda hostia, llamo a Rayo por teléfono.
- ¿Que paaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa?
Me aparto el móvil de la oreja ante su grito.
Suspiro.
-Rayo, necesito hablar contigo y necesito tomarme una copa. Dime un lugar de confianza para ambas cosas.
- Poss... el antro de Charlie, ¿que no? Es tranqui y tiene reservados, así que si quieres más cosas del Rayo... -emplea su tono "sensual".
-No sé quién es Charlie, Rayo, ni dónde está "su antro". Lo que sí sé es que necesito tabaco, que se me ha acabado, y una copa. Ah, y tu lengua la quiero para hablar, así que no te emociones.
- Essso dices ahora -contesta arrastrando las eses, y te da una dirección-. Pregunta por el Rayo cuando llegues, chorbita. Yo llevo condones, ¿ein?
-Lo que tienes que llevar es tabaco. Nos vemos allí.
Voy para allá.
Tú dirás si aquí o en otra escena.