La segunda puerta se abre completamente tras la patada del enano, mostrando un escenario sangriento. En el suelo llacen todos los semiorcos que habíais visto entrar con vuestros compañeros, a excepción de Bruegar. Así, Arrak, Lagazi, Huru y Ákaros permanecen inmóviles en el suelo, desangrándose. Sin embargo no hay rastro ni del semiorco Bruegar ni del Elfo y el hechicero.
La habitación es pequeña y está formada por tres estanterías en la pared que está frente a la puerta, y una mesa en la pared de la izquierda con algunos papeles. Llama la atención que la estantería situada más a la izquierda junto a la mesa esté ardiendo abundantemente, y que en el suelo junto a Ákaros halla una bolsa abierta con monedas esparcidas. Posiblemente el dote con que serían pagados por vuestra captura.
Por los dioses…Pero qué…?
Mis ojos empezaban a lagrimear obligados por el humo y el intenso calor que consumía aquel lugar. Las llamas lamian ya los cuerpos de los semiorcos, y el olor a su carne empezaba a impregnarlo todo… nauseabundo… pegajoso… inmundo. Protegiendo la cara del fuego con la mano intentaba observar… intentaba vislumbrar aquellos otros cuerpos…pero no…no estaban… ninguno de ellos… no.. no están?... pero… pero…
Fue una sensación extraña… El alivio mezclado con la rabia profunda… la esperanza de saberle vivo… con la certeza de quererle muerto… dos sentimientos tan alejados el uno del otro que acababan por rozarse… por ser el mismo…Geizzo… el palpitar descontrolado del pecho… Maldito… maldito hechicero…
Sin duda Rayo ya era parte de mi… y pareció regocijarse en mi furia crepitando gozosa en mi mano… nutriéndose de ella… casi viva. Sí… la furia me consumía, una cólera como pocas veces había sentido… odio profundo hacia él, hacía sus mentiras, sus manipulaciones… pero sobretodo… odio hacia mi misma… y mi debilidad… Con el puño crispado sobre la empuñadura de mi espada… con la mirada incluso aún más afilada, gire sobre mi misma para dar la espalda al espectáculo de infierno que se desarrollaba en aquella habitación… Él no estaba… habían huido… nos habían dejado atrás…Lo más minimo… no le importamos… lo más minimo…
Empecé a caminar hacia la salida… desandando un camino que había recorrido hacia apenas un segundo con el corazón en la garganta… con el temor en las pupilas… Solo hacia unos segundos… Parecía una eternidad… Marchaba ahora tranquila y con los hombros orgullosos… con la espada aferrada y pendiendo dócil y comprensiva de la mano… con la cadencia sinuosa de los pasos… y el corazón de nuevo en el pecho… Nos habían sacrificado… nos habían dejado atrás… Prescindibles… somos, prescindibles… Los ojos miel se entornaron sobre el hombro para volver a observar a un Tolren recortado sobre las llamas que crecían incansables… Me has utilizado como carnaza… hechicero… un hueso que se tira a los perros para distraerlos… Muy bien… las pupilas me llamearon en la penumbra que me acogía… más abrasadoras que el propio fuego… Es la ultima vez…
Maese Torlen… Vámonos…Volvía a caminar… contenida… sin apenas poder disimular la ira que me ardía dentro, y que consumía y aniquilaba una parte de mi que no volvería a crecer… ya se ocuparon de salvar su propio pellejo… solo el suyo… Ahora ya sabemos a qué atenernos…
Se me fué la pinza! Lagazi no está en la habitación :( El fuego se está propagando, pero su origen es en la estantería que está a la izquierda
-Rayos! es realmente extraño. ¡Si no hay ninguna salida! - dice el enano mientras acaricia la barba con suavidad. -Claro! ya sé! quizás haya sucedido uno de esos estruendos de los que me advirtió Eckusan. Puede que ahora estén muy lejos de aquí!.
-No! Geizzo! - la hechicera se abre paso y camina con prisa junto a Genthur, que está en la puerta. -No puede ser! Debe de haber otra explicación!.
No, Cassy. - dice Hecktoreon mientras se acerca a Cassandra y la abraza desde atrás. -La apertura de un portal aquí explicaría el fuego en la estantería. Estos hombres - dice refiriéndose a vuestro grupo- vieron los estragos que produjeron por todo el camino al sur hasta el lugar de la cita con el grupo de las tierras de Tantria.- sus brazos aprietan con dulzura el cuerpo de la hechicera. Debemos seguir adelante, sabe cuidarse por sí mismo.
Exploradora! Él nunca dejaría atrás a sus compañeros, cómo se nota que no lo conoces. - habla mientras observa los cuerpos de los semiorcos - Quizás deberías cambiar tu ira por buenos deseos hacia él, para que esté dónde esté se encuentre bien.
Bah! Cuenta con un pies largos. No tiene duda. - el enano deja de acariciar su barba, aunque se mantiene en el marco de la puerta aguardando al siguiente paso.
Ahora no puedo mirar esta escena y encima tiene tela :(
Mañana...
Torlen observaba la escena preocupado. La muerte de los semiorcos no le preocupaba mucho pero si la desaparición de geizzo y del elfo. Así que se adelanto al lugar un poco para observar desde dentro lo que había ocurrido.
Dime Kord, ¿Cuanta gente debe morir para que vuelva a haber paz en mi reino? No temo a la muerte, he vivido mucho tiempo y he dejado mi semilla como hizo mi padre y el padre de mi padre. Si debo morir que así sea, pero que mi muerte sirva para que la paz vuelva a Barak Hirn"
Al parecer las muertes habían sido producidas por el fuego. Torlen observaba los cadáveres desde una distancia segura del fuego en busca de signos de lucha. Tal vez el mago hubiese huido usando sus artes mágicas pero no era eso lo que le preocupaba sino la información que habían venido a conseguir en este lugar.
Tras comprobar sus dudas sobre las muertes torlen se volvió hacía sus compañeros y dijo:
- No creo que vuestro amigo haya fallecido. Seguramente habrá vuelto a vuestro redil y ardo en deseos de hablar con él - dijo torlen mientras agarraba con fuerza su martillo arrojadizo y seguía los pasos de aeval hacía el exterior del edificio.
Quien dice mañana dice otro día xD
Bueno, asumo que no hay más sitios en los que buscar en este edificio y que estos dos se han largado. ¿Verdad?
Si, claro, a la torre