Partida Rol por web

- Bien, ahora que ya estamos creo que es hora de ir a algún sitio tranquilo para hablar. - Pensé mientras el doctor me acompañaba a la entrada a la consulta

- ¿Por qué lame una aguja? - pensé arrepentiendome de haberlo pensado

Te da una suave palmada en el hombro.
-Pues lo dicho, no te metas en agua salada, aun tienes la herida reciente y poca cosa mas.

Se acerca a su ayudante y le clava una jeringuilla en el cuello.

-A dormir la mona....que ya me has cosido suficiente.

- Pero qué? da igual, no quiero saber la respuesta. - pensé

No entendía nada. pero por muy amable que fuera el doctor la enfermera estaba loca y lo que acababa de hacer no era normal.

- Un momento. Ahora que me fijo... ¿Dónde está Mephisto? - continué pensativo.
- Ahora me va tener que tocar buscarlo... que bien - añadí sarcasticamente

- Sí. tendré cuidado. Muchas gracias de nuevo. Respondí al doctor.

Después de que me atendieran salí del hospital.

- Y ahora por donde empiezo a buscar? - murmuré

Mephisto se encuentra en la parte de fuera de la consulta apoyado en la pared. Su cara a cambiado bastante desde la ultima vez que le vistes. Ahora esta lleno de suturas, tanto en las mejillas como en la frente. Su herida esta bien cosida eso si, no parece que se vaya a infectar ni nada por el estilo. No parece extremadamente doloroso pero da mal rollo al verlo.

-La enfermera está algo loca, por eso esto...- Dije sin saber como argumentar el cosido y con cuidado que no me oyese.

-Me lo quitaré cuando encuentre un cuchillo.- Seguí.

-¿No tendrás un cuchillo?- Pregunté con la esperanza de un positivo.

-Y un espejo tampoco estaría mal.- Continué.

-Me lo puedo quitar en base al tacto, pero tardaría demasiado y sería muy chapucero.- Pensé teniendo en cuenta mi argumentación.

-¿Te ha contado el doctor algo interesante?.- Proseguí con el tema principal.

- Sí, solo hay que verte la cara - Respondí

- Tío, no se como lo haces pero traes problemas a donde vas. - Dije, un poco cansado de que siempre salieran mal las cosas.

- No, nada. solo sé que hay que mantenerse lejos de la enfermera - Respondí

- Pues yo no tengo nada para cortar ni ningún espejo. continué

- Y tú has averiguado algo? - pregunté interesado?

-El cosido salió a cuenta, mas ya tenemos por donde empezar a buscar.- Dije algo molesto.

-Parece ser que el hombre que vive en el barco del amarradero seis le interesan mucho los rumores que buscamos.- Proseguí, maldiciendo por mis adentros la mala fortuna que me perseguía.

-Ya es tarde, mejor volvemos a la posada, me quito esto y descansamos.- Esta vez maldecía al mundo y a la deidad regente por mi suerte.

- De acuerdo, seguiremos mañana así descanso un poco la pierna. - Dije
- Pero antes de dormir me debes una buena explicación. - Exigí

Comencé a caminar hacia la posada.

Estiro los brazos y me relajo.

Paso mi mano por mi cara, paro y me miro en una fuente cercana.

-¿Que quieres saber?.- Respondo a su afirmación y prosigo el camino.

Me paro al ver que se mira en el reflejo de agua.
- Déjate la cara, ya te la arreglarás en el baño de la habitación. - Digo despreocupado

- Muchas cosas. Para empezar. Qué es lo que buscas exactamente? - pregunté con interés

-A mi, mas sobre los míos, mi madre murió cuando era pequeño y no se nada acerca de que soy exactamente.- Respondí con sinceridad.

Miré el camino, ya se veía la posada.

-Me pregunto que clase de carácter tendrá el hombre del muelle, de momento es como sí todo el mundo en este pueblo tenga algo raro.- Luego pensé que yo también era una rareza y lo dejé pasar.

Continuamos avanzando, ya casi llegabamos a la posada.

- Espera. Un momento... los tuyos, insinúas que no eres humano? - pregunte

- La verdad no me extrañaría con esos poderes que tiene, pero quiero oirlo de él. - pensé después de preguntar

-Políticamente hablando no, aunque lo que me convierte en inhumano es el aliento de la propia muerte que corre por mis venas.- Solté tranquilamente.

-La muerte no es malvada, es justa, ergo yo también.- Concreté antes de darle tiempo a pensar.

Ya había sufrido mucho odio a causa de gente que no quería comprender.