Escudo:
Bandera:
La Serenísima República de Venecia nació como ciudad-estado en el norte de Italia, a orillas del mar Adriático, y luego reunió a todos los vénetos del Triveneto, Istria y Dalmacia. Existió como tal desde el siglo IX hasta 1797. También recibe el nombre de Serenissima Repubblica di San Marco, pues San Marcos es su santo patrono.
La Serenissima se constituyó progresivamente como Estado durante la Edad Media y se convirtió en una de las principales potencias económicas del mundo, ocupando un lugar preponderante en los intercambios comerciales entre el Mediterráneo occidental y oriental. Además, con sus instituciones oligárquicas notablemente estables durante casi un milenio, representó un papel político esencial.
A partir del siglo XVI experimentó una fase de declive político y territorial, eclipsado por un extraordinario desarrollo artístico, hasta que desapareció en 1797, vencida por Napoleón Bonaparte, pasando posteriormente a ser dominada por el Imperio austríaco y el Reino de Italia.
Orígenes
Se tiene como fecha de la fundación de Venecia el año 421, en el cual los habitantes de la región, ante la amenaza de las invasiones de longobardos y hunos que habían destruido la capital, Aquilea, se refugiaron en las marismas de la desembocadura del Po, en la laguna situada en el golfo, entre la península itálica y la balcánica, llamado más tarde precisamente golfo de Venecia. Las construcciones de esta época eran simples edificaciones lacustres, erigidas sobre palafitos. En razón de esta estratégica característica geográfica, Venecia tuvo desde entonces una gran independencia respecto a sus dominadores gracias a la barrera natural de la cadena de islas en una laguna profunda que impedía un ataque de caballería o infantería.
Dependencia del Imperio bizantino
Cuando el general Belisario conquistó para el Imperio bizantino gran parte de Italia en el siglo VI, Venecia pasó a formar parte del dominio de dicho imperio, dependiendo administrativamente de la ciudad de Rávena, sede del poder imperial en la península itálica, y estando gobernada por un oficial militar, el magister militum, y subordinado a este, estaban los tribunos que ejercían la autoridad política en sus distritos. La historia legendaria establece que para reemplazar a estos tribunos Paolo Lucio Anafesto fue elegido como el primer dux a finales del siglo VII. Sin embargo, el primer dux histórico surge de la revuelta en el exarcado de Rávena contra la iconoclasia del emperador, y contra el magister militum; es elegido el veneciano Orso Ipato como dux. Con la revuelta suprimida, el emperador reconoció al dux y le concedió el título de hypatos (cónsul). No obstante, Venecia siguió siendo una provincia del exarcado de Rávena, y se siguió nombrando al magister militum. No obstante, con la conquista lombarda del exarcado de Rávena, la provincia de Venecia permaneció en solitario bajo el gobierno del dux Orso Ipato, en calidad de gobernante autónomo manteniendo la fidelidad al imperio bizantino.
Independencia y expansión
La decadencia del poder imperial en el siglo IX fue aprovechada por Venecia para actuar de forma independiente con los francos y con los eslavos sin seguir los dictados del Imperio. Con la recuperación de la iniciativa bizantina en Italia en época de Basilio I, este concedió al dux veneciano el título de protospatharios, equiparándolo a la familia imperial.
La ubicación de Venecia en en una laguna natural hacía arriesgado el intento de conquistarla, en tanto el arte naval europeo en la Baja Edad Media estaba muy poco desarrollado. Precisamente, fueron los marinos venecianos quienes colaboraron con el desarrollo de la construcción naval en Europa por razones primordiales de necesidad: Venecia poseía un territorio continental muy pequeño, por lo cual su fuente principal de subsistencia fue el comercio en el Adriático, y ante ello el estímulo a la navegación marítima se había transformado en una necesidad y, a la vez, en fuente de poder político y financiero.
En la Alta Edad Media, Venecia prosperó como nunca antes gracias al control del comercio con Oriente y a los beneficios que esto suponía, expandiéndose por el mar Adriático, aproximadamente desde 991 con el reinado del dux Piero II Orseolo, bajo cuyo régimen empezó la expansión veneciana por las costas de Dalmacia. El hecho que muy pocos estados de la época poseyeran los conocimientos navales de los venecianos favoreció a éstos en el desarrollo de una flota comercial y militar muy extensa para su época, que les sirvió para instalar puestos comerciales en cada rincón del Mediterráneo oriental.
En realidad, como la expansión político-militar del Imperio bizantino se concentraba en las rutas de tierra firme, la corte de Constantinopla dejaba fácilmente las islas mediterráneas a la ambición mercantil de los venecianos, que las aprovechaban como avanzadas comerciales hacia Asia Menor y el norte de África. La expansión territorial veneciana fue tan exitosa al punto que a mediados del siglo XI una bula papal reconoció la soberanía de Venecia sobre toda la costa oriental del Adriático.
La ubicación de Venecia en el medio del mar Mediterráneo le permitía un activo rol mercantil entre Bizancio y el resto de Europa, además su ubicación en el extremo norte del Adriático la defendía de ataques marítimos debido a su dominio militar sobre Dalmacia; tales circunstancias aumentaron el poderío veneciano en una época cuando las flotas comerciales en el Mediterráneo eran raras. No obstante, otras repúblicas marítimas de Italia empezaron a competir abiertamente con Venecia, como fue el caso de Pisa, Amalfi y Génova.
Los venecianos sostuvieron especialmente una fuerte rivalidad comercial y militar con la República de Génova, situada en el extremo noroeste de Italia, y que paulatinamente aumentó su influencia comercial en el Mediterráneo Oriental y en el mar Negro. Pese al aumento del poderío genovés entre los siglos XIV y XV, Venecia pudo mantener su hegemonía comercial sobre Génova a largo plazo.
Otro factor clave del éxtio veneciano fue la tolerancia religiosa y social de la República Veneciana hacia los judíos y musulmanes, de hecho esta tolerancia de los venecianos en materia religiosa les permitió comerciar libremente con los estados islámicos del Norte de África, sirviendo de valiosos intermediarios entre éstos y Europa, sin que las diferencias religiosas fueran obstáculo alguno para las relaciones comerciales.
Paralelamente, una política similar era seguida hacia el judaísmo pues se permitía libremente el asentamiento de comerciantes judíos en territorio veneciano, permitiendo a éstos ejercer el comercio e industria libremente, además de beneficiar a Venecia por darle acceso a las redes de contactos financieros que las comunidades judías de toda Europa habían conseguido preservar.
Del mismo modo, la Reforma Protestante de inicios del siglo XVI no tuvo mayor acogida en Venecia pero ello no impidió que los venecianos mantuvieran excelentes relaciones comerciales con países del Norte de Europa que habían abrazado el protestantismo, pese a las presiones de los Estados Pontificios y de España durante la Contrarreforma. A pesar que desde inicios del siglo XVI el Vaticano había intentado que Venecia implantase en sus dominios el Tribunal de la Inquisición, los gobernantes venecianos rechazaron aplicar en la práctica toda medida que les privase de sus relaciones comerciales con los no católicos.
Apogeo de la República
Después del año 1100, Venecia era ya una gran potencia mediterránea en los planos económico, político y militar, al punto que podía ofrecer sus servicios como flota naval al propio Imperio bizantino y ganar gracias a ello privilegios comerciales excepcionales en Constantinopla, el mayor centro comercial de Europa en esos años, empleando para este fin una combinación de diplomacia y poderío mercantil.
El rol intermediario de los venecianos les permitió ejercer un control casi completo sobre los intercambios comerciales europeos con el Oriente Medio, mientras que los reinos musulmanes del Mediterráneo recurrían también a Venecia como intercesor comercial con el resto de Europa. La República Veneciana, más interesada en la preservación del comercio internacional que en la expansión religiosa o militar, aparecía como el intermediario mercantil ideal para los reinos mediterráneos de cualquier religión a partir del siglo XII, lo cual le permitió a Venecia acumular grandes riquezas y ganar ventajas comerciales.
La flota veneciana, por su poderío y gran tamaño, fue determinante para realizar el saqueo de Constantinopla en la Cuarta Cruzada en 1204, acelerando con este hecho la decadencia del Imperio bizantino. Como consecuencia de la severa debilidad bizantina, Venecia logró anexionarse Creta y Eubea a inicios del siglo XIII, expandiendo aún más su poder y riqueza, llegando las flotas comerciales venecianas a instalar bases comerciales inclusive en las orillas del mar Negro, específicamente en la actual costa de Crimea. Esta expansión hacia territorios de la Rus de Kiev le permitió a los comerciantes venecianos instalarse en los puntos más occidentales del comercio asiático, ganando con ello un privilegiado acceso a los valiosos productos traficados por la Ruta de la Seda desde China. Esta importantísima ventaja comercial, inexistente para otros estados europeos de la época, fue explotada excelentemente por los venecianos.
En 1380 Venecia derrotó en combate a la reciente competencia comercial de la República de Génova, ciudad que limitó entonces su expansión al Mediterráneo occidental, aunque se mantuvo como competidor comercial de los venecianos por varios siglos más. Más tarde, en 1489, Venecia conquistó el estado cruzado de Chipre y en 1416 derrotó a los turcos en Galípoli asegurando por un siglo su dominio marítimo en el Mediterráneo Oriental pese a la expansión terrestre del Imperio otomano.
El apogeo de Venecia alcanzó su cénit en la primera mitad del siglo XV, cuando los venecianos comenzaron su expansión terrestre por Italia, como respuesta al amenazador avance de Gian Galeazzo Visconti, el ambicioso (duque de Milán). En 1410, Venecia controlaba la mayor parte del Véneto, incluyendo bajo su dominio ciudades como Verona, Padua y Udine y más tarde Rovigo, Brescia y Bérgamo, formando un territorio denominado colectivamente el Stato di Terraferma, y controlando una flota de casi 3.300 navíos estacionada desde inicios del siglo XII en el Arsenal de Venecia, un astillero y base naval que constituía un punto medular del poderío náutico veneciano.
Hacia el año 1400 el mar Adriático se convirtió en el "mare veneziano", desde Corfú hasta el río Po, mientras las posesiones del Stato di Mare alcanzaban Chipre, Creta, Eubea, varias islas del mar Egeo y numerosos enclaves en los Balcanes, mientras las flotas venecianas mantenían activo comercio con todo el Mediterráneo, extendiendo su red de contactos mercantiles por toda Europa y Medio Oriente, manteniendo vínculos comerciales y financieros desde Inglaterra hasta Egipto. La misma ciudad de Venecia, capital de la República, superaba los 100.000 habitantes, cifra elevadísima para la época.
La toma de Constantinopla por los turcos en 1453 marcó el inicio de problemas financieros y políticos para Venecia. La expansión naval de Portugal por la costa atlántica africana y el descubrimiento de América por España desplazaron la atención de las grandes corrientes comerciales del Mediterráneo al océano Atlántico de modo que el tráfico comercial veneciano empezó a perder importancia en Europa de modo lento pero inevitable. Además Venecia se vio obligada a sostener una lucha agotadora contra el joven Imperio otomano transformado ya en potencia mundial. Aunque en un inicio los mercaderes venecianos mantuvieron ante el Imperio otomano los privilegios otorgados por los bizantinos, la guerra se hizo inevitable debido a la expansión terrestre otomana desde 1470, que amenazaba los enclaves comerciales de Venecia.
La expansión en Italia les enfrentó con el Papa por el control de la Romaña. Para contrarrestar a la República de Venecia, el papa Julio II reunió a la Liga de Cambrai en 1508. En ella se encontraban Luis XII de Francia, el emperador Maximiliano I de Austria, y Fernando II el Católico y la lucha culminó en la aplastante derrota veneciana en mayo de 1509 en la batalla de Agnadello, que detuvo para siempre todo intento veneciano de expansión en la península itálica. Tras la derrota la República mantuvo su independencia mediante cesiones territoriales a España y Milán, y porque su destrucción implicaría eliminar un potencial aliado contra el Imperio otomano. Pese a estos reveses graves, aún a fines del siglo XV Venecia contaba con 180,000 habitantes y era la segunda ciudad más poblada de Europa, solo superada por París; tenía cerca de 2,1 millones de súbditos repartidos en sus posesiones, y era una de las urbes más ricas del mundo.
Colonias Venecianas
Venecia siempre ha tenido colonias comerciales en el Mediterráneo y el Adriático. La caída de Constantinopla en 1204 permite a Venecia tomar colonias a lo largo del Egeo y la Grecia continental. Monopoliza el comercio a través del Bósforo hacia el Mar Negro. Génova y Pisa han perdido tanto comercio como colonias. Muchos de sus capitanes se dedican a la piratería y las incursiones mientras las repúblicas meditan sobre su venganza. Las colonias menores importantes incluyen Corfú, las islas Cicladas y cierto número de ciudades en la costa de dálmata. Creta, Modon y Negroponte son de importancia crucial para la república.
Creta
Constantinopla vendió la isla de Creta a Venecia en 1204. Venecia designa a dogo cada dos años. El dogo, que reside en Herakleion, es asistido por un consejo, cuyos miembros también son designados cada dos años. Venecia también envió a un general para supervisar la defensa de la isla, lo cual hasta ahora no ha impedido que los corsarios genoveses ataquen la isla.
Venecia fomenta activamente la inmigración a Creta. Un sexto de la isla fue asignado a cada uno de los seis Distritos. (sestieri) de la isla. Varios cientos de destacadas familias se han trasladado a Creta y se han afianzado allí. Se espera que les sigan mas.
La población local no ve agrado a los inmigrantes venecianos. En 1212 y en 1217 estallaron rebeliones. En 1230, tres familias de la nobleza local, los Skordylides, Melisseni y Drakontopuli, inician una rebelión que dura seis años. Venecia se ve forzada a ceder una gran cantidad de tierras y quitar varias guarniciones como parte del tratado de paz. Sigue habiendo rescoldos de la rebelión, pero el de la isla por Venecia es firme.
Modon (Methoni)
“El ojo de la Republica” y “El receptáculo y nido especial de todas las galeras, naves, y bajeles.” es un puerto griego en el Peloponeso, adquirido como parte del botín de la cuarta Cruzada. Contiene un importante astillero militar, fábricas de seda, almacenes y tiendas. La ciudad está en la convergencia de las dos principales rutas de navegación venecianas en el Mediterráneo oriental. Una va al norte a través del Egeo al Mar Negro, y acaba en Tarfa en el Mar de Azov. La otra va a Creta, Chipre, Siria y Alejandría. Las flotas anuales de entre 15 y 20 galeras rapidas y sus escoltas de buques de guerra viajan juntas desde Venecia a Modon y luego siguen cada uno su rumbo.
Negroponte (Euboea)
Venecia también adquirio esta ciudad como botin de la Cuarta Cruzada. Es la mayor isla del litoral en la costa griega del Egeo. La isla esta separada de Grecia continental por un canal de 40 metros de Ancho, el Euripos. Las fuertes corrientes del canal, que corren a través de él hasta 14 veces al dia en sentidos alternos, hacen que el viaje desde, y hacia, la ciudad sea peligroso. Un doble puente levadizo con una torre en centro cruza el canal. Los rumores sugieren que las hadas y demonios construyeron esta torre, y puede que aun la guarden.
Venecia necesita Negroponte como una base militar para guardar Sus Rutas comerciales a lo largo del Egeo a Constantinopla y el Mar negro. El consejo gobernante (Balia) es una de las autoridades coloniales venecianas más importantes y poderosa.
Conflictos para la Republica*
Papa vs Emperador:
Las ciudades del norte de Italia se preparan para la guerra en 1230. Federico II, emperador del Sacro Imperio Romano y rey de Sicilia, regreso de la cruzada en Ultramar el año pasado. Los emperadores has reivindicado desde hace mucho las tierras del norte de Italia como propias. La mayoría de las ciudades estado rechazaron esta pretensión y lucharon duramente contra los predecesores de Federico para mantener su independencia. Los miembros de la Liga Lombarda (la alianza de ciudades opuesta a Federico y el imperio) aguarda para ver si Federico intentara otra vez imponer sus pretensiones imperiales sobre el norte de Italia.
El papa Gregorio IX también aguarda. El papa reivindica como su territorio el tercio medio de Italia, pero rara vez tiene el suficiente poder militar para imponer ese control. Si Federico II conquistara el norte de Italia, el Papado estaría cogido entre las tierras actuales de Federico, que incluyen el tercio sur de Italia y sus nuevas conquistas norteñas. La guerra entre el imperio y el mismo Papado es posible.
Las ciudades son potencias mercantiles. Deben ganar suficiente dinero para importar grano, o se morirán de hambre. Las tierras de cultivo de los alrededores no pueden suministrar el suficiente grano como para alimentar a más de la mitad de sus pobladores. La guerra pone en peligro este negocio, los envidos son confiscados, las tierras de labor quemadas y los campesinos muertos. Pero el ser vasallos sujetos a impuestos imperiales no es mejor para el negocio. Las ciudades de la Liga Lombarda tienen la esperanza de que Federico II se contente con sus territorios en Sicilia y Nápoles, y con Alemania, pero no creen que eso ocurra.
Promesa:
A cambio de su corona, el Emperador habia prometido realizar la quinta cruzada para recuperar Jerusalén.
En 1227, Federico marcho en la prometida quinta cruzada para reconquistar Tierra Santa, pero tuvo que dar la vuelta debido a la peste. Este brote de peste, se llamó Muerte Bulbosa, arraso zonas completas del imperio hasta que desapareció tan repentinamente como había sucedido. Con todo, la inesperada epidemia de esta especie de peste hasta entonces desconocida impidió momentáneamente al emperador cumplir su palabra.
Colérico por la cruzada interrumpida y necesitando afirmarse como un digno sucesor del poderoso Honorio, el recién designado Papa Gregorio IX utilizo la oportunidad para excomulgar al emperador. Sin embargo, al año siguiente, Federico hizo un segundo intento de cumplir su promesa y dirigió personalmente la quinta cruzada pese a la excomunión. Termino en 1230, volviendo Jerusalen a manos cristianas por medio de un tratado en el emperador y el Sultan al-Kamil. Después de regresar al Sacro Imperio Romano, se levantó la excomunión al verse cumplida su promesa.
Republicas Rivales:
Ancona es una república marítima rival de Venecia junto a la costa del Adriático de Italia y dentro de los Estados Pontificios. La ciudad lucho varias guerras con Venecia en 1168 y 1172. (Pongo las fechas, aunque me parece que Leonor no sabría con tanta exactitud cuando fueron.)
Genova es un aliado tradicional de los emperadores griegos de Bizancio. Apoyo a los griegos exiliados aún más fuertemente después de que Venecia expulsara a muchos mercaderes genoveses de Constantinopla y sus colonias importantes a raíz de la 4ta Cruzada. Usan corsarios para debilitar el control de Venecia en las colonias y en Constantinopla.
Pisa, una antigua ciudad etrusca, es rival de Genova, Florencia y Venecia, y su política es fuertemente gibelina.
*Los que habria escuchado Leonor ya que son de conocimiento comun, que hay unos cuantos que son mantenidos en la sombra o en el circulo interno y otros que ni la republica tiene idea.
Federico II –Emperador Del Sacro Imperio Romano, Rey de Sicilia y Nápoles. Ambicioso monarca que acaba de volver de Ultramar y está considerando sus opciones con el norte de Italia.
Gregorio IX –Papa reformador y político interesado en expandir y consolidar el poder papal en Italia.
Gibelina = A favor del Emperador
Güelfo = A favor del Papa