¿Daremos la tierra y el agua al Gran Rey?
Alguien dijo que no...
Ciro el Grande (559-529) unificó tierras y lenguas en el Próximo Oriente Antiguo. Darío I (529-485) dividió el Imperio Persa en satrapías (provincias), gobernadas por un sátrapa y fijó la capital en Persépolis. No unificó los tributos, sino que cada satrapía aportaba al Estado en función de su economía.
El Gran Rey contaba asimismo con un sistema de espías y correos por todo su Imperio, en el año 512 hizo vasallos a Tracia y Macedonia.
La causa inmediata de la guerra fue una sublevación jonia en Asia Menor, los tiranos jonios era favorablesa los sátrapas de Sardes. Aristágoras, tirano de Mileto ofreció Naxos al sátrapa de Sardes a cambio de favores; sin embargo no consiguió conquistar la isla y, temiendo las represalias del Gran Rey, adoptó la democracia y la extendió por Asia Menor. Los sublevados pidieron ayuda:
Pese a los éxitos iniciales, como la toma y saqueo de Sardes, Darío I sofocó la revuelta de sur a norte. Para asegurarse de que no volviera a ocurrir preparó una expedición de conquista de las islas cícladas y de castigo contra las polis que apoyaron la rebelión: Eretria y Atenas, donde además pretendía instaurar al extirano Hipias como gobernate filopersa...
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Si no habéis sido elegidos, no os preocupéis, pues sustituiréis a los caídos
La Historia está a punto de contemplar la separación entre Oriente y Occidente, en Maratón se lucha por saber quién controla las voluntades de los griegos, ellos o el Gran Rey.
Leónidas, Rey de Esparta comanda una pequeña fuerza militar de camino a Maratón. Cuando llegan a Atenas, un corredor les está esperando.
Esparta, hogar de valientes guerreros. Los mejores soldados de la Hélade viven aquí, compartiendo en el simposion los frutos de la tierra, que trabajan sus esclavos mesenios.
Atenas, hogar de la democracia. En sus calles se vive una intensa vida política, a sus puertos llegan naves con mercancías exóticas y en cada ateniense reside el ideal de libertad.
Un lugar de paz en un mundo de guerra. Donde los hombres libres de Grecia honran a los caídos y a sus dioses.
Aquí puedes tomar delicados vinos y comer los frutos de la tierra, mientras charlas con los valientes que te acompañarán a la batalla.
Donde los maestros herreros, conocedores del fuego y el hierro, forjan las armas y armaduras de los valientes. Un guerrero debe conocer todas las armas y saber cuál es la más apropiada en cada momento.
Ares, Dios de la Guerra, en la batalla siempre le acompañan Deimos (Terror) y Fobos (Miedo). Pero los valientes que le rindan culto verán cómo sus enemigos huyen o caen bajo su espada.
El sagrado lugar donde llegan todas las informaciones del mundo conocido. Donde los sacerdotes rinden culto al mensajero de los dioses olímpicos, el Dios de la curiosidad.