Partida basada en el módulo de Mazes & Minotaurs, el cual me he tomado la licencia artística de trasladar y adaptar al mundo de Faerûn en los Reinos Olvidados, y al sistema D&D 3.5e.
El Mar de las Estrellas Fugaces que baña las costas de Kessenta está lleno de docenas y docenas de islas pertenecientes a la nación. Una de estas es Itera, cuya historia es quizá una de las más convulsas. Todo kessentano la conoce debido a que parece digna de esas leyendas de los juglares que inspiran a los héroes; los sabios dicen que una vez fue hogar de una antigua y poderosa civilización, pero ahora allí sólo quedan ruinas infestadas de monstruos y pequeñas comunidades pesqueras y agrícolas.
Durante eras, grupos de colonos han intentado establecerse en la isla, pero han fracasado, siendo expulsados antes o después. Es como si los dioses no quisieran que la antigua Itera fuera poblada de nuevo por gentes civilizadas. Sólo pequeños pueblos y puertos sobreviven en las costas occidentales de la isla.
Hace cinco años, un valiente príncipe de la isla de Heraclia llamado Belerofonte viajó a Itera con un gran número de colonos. Fundaron una nueva ciudad costera y construyeron casas, una empalizada de madera, y un gran templo a Zeus. Belerofonte fue coronado Rey de la nueva ciudad, que recibió el nombre de Coristea.
Durante el primer año de su reinado, el rey domó a un Jabalí Gigante. El segundo año mató a una Lamia, y el tercero ahuyentó a una Mantícora.
El cuarto año el rey evitó una guerra contra los nativos de Itera al casarse con Parsifae, una joven sacerdotisa. En virtud de esta boda y por sus grandes hazañas se ganó el respeto de los tres nuevos pueblos que se habían fundado para entonces, y el poder y prestigio de Coristea en la isla aumentó.
La llamada "maldición" de Itera parece haberse mantenido relativamente fuera de escena... hasta la fecha al menos.
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