Escena previa a la aventura para que los jugadores que ya tienen la ficha hecha puedan empezar a conocerse "in game".
Bueno, pues abro esta escena para que los jugadores que ya tengan el personaje puedan empezar a calentar sus músculos roleros.
En esta escena no va a pasar nada importante para el juego, aunque por supuesto, conductas y ciertas acciones fuera de dungeon serán tenidas en cuenta :) ... es decir, que si todos queréis competir por el amor de Robb lo consideraré para futuras conversaciones XD
Estáis en un día claro y despejado en el que el sol calienta la piel y los pájaros cantan como casi siempre desde el tejado del torreón, donde se puede ver asomar la expresión de Otto clavada en el horizonte.
En estos mismos momentos, Marlon y Fjirk están entrenando en el patio bajo la atenta mirada de Kennegan. Es un entrenamiento ligero en el que el jefe del gremio quiere comprobar el estado físico de los guardias, lo que excluye a Casco por que siempre esta en forma.
Los guardias hacen un combate amistoso entre si con espadas de madera en lo que parece que el enano esta ganando ventaja. De lejos Búho esta limpiando los caballos que usa para mover su carro de provisiones, siempre le gusta ver como los guardas o los aventureros entrenan. En su espalda descansa un pajarito que parece estar tan atento como el.
Los Aventureros están invitados a participar si quieren.
Es una forma de matar el tiempo como cualquier otra mientras esperan por si Robb vuelve con mas trabajo para alguien.
Tened cuidado no os hagáis daño con estas espadas de madera. Aún no hemos podido encontrar un matasanos que quiera residir aquí. - Dice burlón el chico.
¡Juas! - Exclama el enano para después provocarlo. - ¡Como si esta señorita rellena de pan y queso pudiera causarme mas que una magulladura!
He visto medianas con mas carácter que tu Marlon
El tiflin continua observando en silencio el combate, al principio parece estar muy atento, pero un examen mas detallado demuestra que está totalmente abstraído en alguna cosa que parece ser seria.
Por norma general, no se puede decir que sea muy fanática del esfuerzo físico. Disfruto de hacer algunas tareas mundanas y del hogar o incluso echar un cable a Búho sin que lo pida. Pero solo por "hacer algo" o escaparme de "hacer algo". Lo que casi siempre intento evitar, o al menos reducir a lo mínimo, son los entrenamientos y ejercicios marciales. Me gusta mucho mas abstraerme y visitar con frecuencia la torre del vigía. Desde lo alto, se respira una serenidad que me permite desconectar. Cierro los ojos y mi mente divaga por completo. No me gusta considerarlo una meditación. Eso es para los monjes. Yo solo cierro los ojos y me relajo.
Por desgracia mi visita no es siempre bien recibida y hay días en los pájaros que salen volando como si hubiesen visto a un demonio. Cuando esto pasa me jode el resto del día y no oculto mi cabreo a los demás. Me quedo refunfuñando por los estúpidos pajarracos y todo lo que se me pase por delante. En esos días todas mis horas de meditación se transforman en horas de ejercicio frenético, en los que he acabado por desmontar a hostias algún que otro muñeco de madera o tomándome demasiado en serio alguna pelea de entrenamiento.
Hoy por suerte, no es uno de esos días. O al menos de momento. Junto con Búho, observo como se pelean esos dos, sentada en el carro, con las piernas colgando y sin mucho interés. Llevaba un rato con la vista perdida en el techo, y el comentario del chico me ha despertado de mis ensoñaciones. Salto del carro con un salto y me acerco al caballo - No creo que sea para tanto. - Empiezo a hablar mientras acarició el morro del animal - Ambos saben lo que se hacen y son diestros con tus armas. Y lo mas bonito de todo, es que son amigos. No se podrían hacer daño ni que quisieran.
Mi tono de voz, cuando estoy de buenas, es bastante relajante y cálido.
En el momento que Alaís dice esto, el enano se gira de lado.
¡¿Que somos amigos?! ¿De este bigotes finos? - Dice en voz alta y airado.
... y cuando Fjirk se gira, recibe un espadazo de madera en toda la cara que lo lanza hacia atrás.
Marlon se queda parado con los ojos abiertos, sorprendido ante lo ocurrido.
¡Pero que narices haces cabezahueca! - Luego suelta la espada y se acerca al enano para observar su nariz hinchada y sangrante.
¡Ouch! ¡O! ¡Ah! ¡Maldita sea! ¡Mierda! - Masculla el enano - ¡Traedme un pañuelo! ¡Se me va a manchar la barba!
Dice el enano tapándose la nariz y apartando las manos de Marlon.
¿ Como podría si no beber vino si tuviese tu frondoso bigote ? - Levando la voz un poco pero sin gritar para que se me escuche en lo lejos.
Cierro un momento los ojos ante el golpetazo en la cara del enano, casi como si me hubiese dado a mi. Me acerco tranquilamente hacia los dos combatientes, no sin antes despedirme del caballo con un par de palmaditas y cojer algun trapo de por aquí.
No seas así Fjirk, que no es nada. Pensaba que los enanos erais mas curtidos. - Anuncio incluso antes de llegar a examinarle - Te has dado golpes mas duros jugando las cartas.
Me acerco al enano para examinarle un poco la nariz y confirmar que no es nada. Sacudiendo el trapo en el aire le quito un poco el polvo e intento limpiarle la napia con cuidado.
El enano aparta a Marlon y se encara a Alaís mientras con voz mas confiada dice.
Bah, en realidad este blandengue no me ha hecho nada. Lo que tiene que hacer un enano para que un encanto le haga caso. - Le hace un guiño. - Aunque sea una encanto larguirucha y patilarga.
De fondo, Búho aparece con algo de agua y una toalla.
No te hagas el macho. - Dice el humano mientras vuelve a coger su espada de madera. - Siempre estas llorando como una chiquilla.
Kennegan ha mirado todo el número en silencio y una leve sonrisa.
Sabe que el enano ha bajado la guardia por estar entrenando y las pulla constantes le recuerdan sus años de camaradería cuando se dedicaba a ir de aventuras.
Finalmente recoge su copa de vino y sin decir nada vuelve al torreón para volver a su estudio, donde normalmente está analizando mapas y documentos casi todo el día.
Sonrío afablemente el piropo del enano, sin dejar que esto detenga mi trabajo al limpiarle un poco la nariz.
Espera ... - Comento antes de dar el trabajo por acabado. Aprovechando aprovechando que estoy ligeramente agachada, le doy un tierno y muy suave beso a la nariz - No creo que lo cure pero seguro que tampoco hace daño.
Aun con la sonrisa en la cara, retrocedo algunos pasos para volverles a dejar espació para sus "juegos".
Supongo que así, cuando esta de "mala leche" se notará mas el contraste ^_^.
Illana ha salido hace poco del estudio comunitario, donde ha estado desde que se ha levantado esta mañana, poniendo al día su diario. En eso es muy concienzuda: actualiza su diario casi cada día, anotando todo lo que le sucede, cualquier persona que conoce o progreso que hace. El principal motivo es que echa de menos tener a su maestro a quien contarle todas esas cosas, y además, sabe que algún día se reencontrarán, y entonces podrá entregarle el diario y que Garrus sepa de primera mano todo lo que ella ha vivido y ha logrado en su ausencia.
Justo al salir al patio, pensando en practicar un poco, se encuentra con todo el espectáculo sucedido entre los dos guardias. Sonríe al ver la situación, pero se queda al margen, sin intervenir. Cuando parece que el enano "herido" se ha calmado, gracias a la participación de esa humana (¿cómo se llamaba? Algo que empezaba por A... Illana lamenta de nuevo tener tan pésima memoria para los nombres. Tardó casi un mes aprenderse el nombre y apellido de su mentor, y eso que hablaba con él cada día), se acerca tranquilamente, sin hacer casi ningún sonido al andar, como siempre. Les sonríe a los tres.
- 'nos días. ¿Que se cuece por aquí? Todo tranquilo, ¿verdad? - esto último lo preguntó con un aire de decepción - ¿Nada emocionante que hacer? ¿ningún encargo? ¿ningún ataque sorpresa de una banda de gnoll sobre nuestra base?
Gracias a los Dioses no ha pasado nada "excitante". - Respondo casi como si me alarmara la idea de considerar un asalto violento como algo interesante o divertido. - Pero los chicos están intentando no perder la practica. - Vuelvo la mirada a los dos hombretones, a los que miro con una sonrisa. Casi la misma expresión que tendría una madre que mirase a sus hijos jugar en el parque. Cosa que no deja de se inquietante, pues seguramente tienen edad para que Alaís fuese mas su hija que su madre.
De momento no me queda muy claro quien es mejor que quien. Solo veo que se odian a muerte. Se les nota la rabia en los ojos y la sed de sangre en el alma. - El último comentario lo suelto en un descarado tono jocoso. Para chinchar.
- Sí, los dioses siempre tratan de que no pase nada excitante. Por eso no suelo hacerles mucho caso... - dice Illana, casi hablando para sí misma, ante el primer comentario de Alaís. Esta le explica que los guardias están tratando de mantenerse en forma. Esta vez la elfa lunar evita pensamientos sarcásticos. El primer día que estuvo en el gremio cometió el error de infravalorar a ese par, y Marlon le hizo besar el suelo en una sesión de entrenamiento. Ella salvaba su dignidad diciendo que, si se hubiese puesto en serio, el resultado habría sido distinto, pero se cuidaba mucho de tomarse a broma a la pareja de guardias desde ese día.
- Ah, nada como el odio, el ansia asesina y demás bajas pasiones para fortalecer los vínculos entre la gente. Donde yo crecí, eso era el pan de cada día. Por eso la costa del dragón es una gran nación, poderosa y respetada en todo Faerûn. - ahora era ella la que empleaba el tono burlón y sarcástico.
Tormenta, el druida, entra corriendo en forma de guepardo en la calle a máxima velocidad, para dar un salto en el último momento ante la picara y trasformarse en el aire en forma humana.
Veo que nada cambia por aquí...
El joven druida lleva varios días fuera, viviendo en el bosque.
Illana, ya te comenté que si querías un poco de aventuras, podías haber venido conmigo. Lo hubiesemos pasado bien...
Instintivamente, Illana se lleva la mano a la espada en su cinto cuando ve a la fiera correr hacia ella, y ya la tiene medio desenvainada cuando Tormenta de Invierno recobra su aspecto humanoide ante sus ojos. Con un suspiro, la pícara vuelve a envainar el acero para a continuación cruzarse de brazos.
- Uy sí, diversión a raudales. Dar vueltas por el bosque, con las piedras que de algún modo consiguen acabar dentro de mis botas, con los insectos subiéndome por el pelo mientras duermo incómoda por las rocas y las raíces de los árboles... Naaah, lo siento pero no estoy hecha para vivir en la montaña. Yo soy una chica de ciudad.
Luego parece quedarse pensativa un momento.
- ...o de mar. Sí, también puedo ser una chica de mar. No me mareo en un barco, y tengo mucho equilibrio. Pero los bosques... - la espadachina niega con la cabeza, mientras se rasca la nuca con la mano izquierda - ...los bosques sólo tienen una cosa que me gusta. ¡En cualquier parte puedes encontrarte un monstruo, y tendrás que luchar por tu vida!
Tras decir eso la elfa hace un par de fintas y estocadas contra el aire vacío de delante suyo, empuñando una daga que ninguno de los presentes la ha visto desenvainar.
y con esto ... cierro la escena, que era de preambulos, no de sustitución de la partida real ¬_¬