Lo prometido es deuda y ya que en El Corte Inglés es Navidad desde Junio, aquí toca nueva nueva partida del barón de Munchausen YA.
La idea fundamental consiste en contar historias, sentados alrededor de una botella de buen vino, o licor, o lo que seamos capaces de trasegar. Somos nobles, gente elegante, rica, importante, que se divierten contando historias a cual más inverosímil a sus amigos, exagerando en la medida de lo posible, compitiendo por se el de más chispa y contar la historia más divertida e increíble. Y cada historia comienza con la proposición de otro de los reunidos. Por ejemplo, Lord Flocker, deseoso de escuchar una buena historia, dice: â?????Por favor, Lord Beckingshale, seríais tan amable de contarnos como pudisteis salvar una manada de elefantes que caían desde la lunaâ???. Y Lord Beckingshale comenzará su historia, en la que explicará como pudo llevar a cabo semejante hazaña.
Por supuesto, durante el cuento, se permiten las más estrafalarias e inverosímiles explicaciones, pues no se trata de ser verídico. Ahora bien, cualquiera de los participantes en el juego puede objetar algo que se haya dicho, realizando un envite, es decir, apostando una moneda. Por ejemplo, puede decir: â?????Pero Lord Beckingshale, ¿cómo es posible que montarais en bicicleta a la manada de elefantes si en la luna no hay aire para inflar las ruedas?â???. El cuentista puede en ese momento negarse a la objeción, adelantando a su vez una moneda. La disputa sigue hasta que alguno de los dos ceda. Si el cuentista cede, acepta la objeción, y la incorpora a su historia, se llevará todas las monedas que haya acumuladas. Si no cede, y por tanto no incorpora la objeción a la historia, será el objetor el que se las lleve. ¿Suena raro? Efectivamente, a mi me llevó unas cuantas lecturas hasta que me di cuenta de cómo funcionaba, pero en realidad tiene sentido. La idea es que si somos capaces de inventar objeciones que el cuentista no sea capaz de recomponer dentro de su historia, ganaremos dinero. Y si como cuentistas somos capaces de incorporar cualquier objeción, por extravagante que sea, en nuestra historia, seremos los que nos llenemos la bolsa.
¿Y para qué sirve la bolsa? Pues no, no gana el juego aquel que haya acumulado ganancias mayores. Cuando todos los jugadores hayan contado su historia, uno a uno irán dando su bolsa a aquel que, según ellos, haya contado la mejor historia. Por supuesto, entre gente de buen gusto, no deberían votarse a sí mismos. Quien haya conseguido un mayor botín, será el que realmente gane la partida.
¿Por qué durante las tormentas insistís en cabalgar desnudo?
¿Cómo fue la historia de vuestra cacería que provocó la caída de la dinastía Ming?
Cuente la historia del baile de máscaras veneciano en dónde sólo le reconocían las mujeres.
El incidente por el que dejasteis accidentalmente embarazado al Papa.
El asunto del perro que hablaba francés y la historia trágica de su amo.
Cómo revivisteis al perro faldero de la reina de España y qué hizo por vos.
Cómo inventasteis el plato típico de Francia.
¿Cómo escapasteis de los turcos a lomos de medio caballo?
¿Cómo lograsteis cruzar elefantes y pavos reales ... y por qué?
Sólo se admitirá seriedad.
Bienvenidos valientes a la increíble historia de ...
Donde pillamos a otro estafador y le daremos su merecido.
Donde desvelamos el verdadero auténtico y veraz nombre del único noble sentado a la mesa.