Partida Rol por web

El shadar-kai miro de reojo al tiflin, quien parecía divertirle tergiversar lo que otros decían, sin embargo el mago respondió con el mismo tono jocoso, o al menos pareció intentarlo.

-Por supuesto, le temo tanto como un tiflin al fuego.

-Que sabrás tu de la oscuridad... ¿O es que quizás te parieron en una celda?

Mahel deja caer su cabeza hacia atrás y suelta una carcajada.

- JA! JA! JA! Una respuesta apropiada sin duda, mi pálido amigo. Pero vamos, sabes que no fue mi intención ofenderte. Te diré que para ser un monstruo del páramo sombrio, hasta me caes casi bien! JA!

Uriel escucho a los presentes, parecía claro que seria al despuntar el alba cuando salieran en esta nueva misión.

- Si es así, al alba nos internaremos en el lugar y veremos de lo que hay que ocuparse. La verdad, no me vendría mal un descanso. Miladis, Caballeros, yo creo que si no hay nada mas de lo que hablar me retirare a mi habitación y descansare hasta el alba. Debo prepararme para lo que se nos pueda avecinar. – comenta el humano mientras hace unas reverencias a las damas y una inclinación de cabeza a todos menos a Akvahn, aun no se había forjado una opinión clara sobre el Shadar-Kai. Tras ello se acerco a la posadera para recoger la llave de su habitación y marcharse a esta.

Manteniendo su aspecto afable y tranquilo. Brunilda escuchó atentamente las palabras de los aventureros. Asintiendo con la cabeza , anunció:

- Pues si habéis decidido  emprender la limpieza por la mañana, debéis descansar lo mejor posible.- señaló a la oronda enana del mostrador y continuó: - Mirianna os conducirá a vuestros respectivos aposentos, que debéis disculpar que sean de tamaño enano. No solemos recibir muchas visitas de las otras razas.- mostrando una amplia sonrisa, concluyó:- pero ya nos hemos encargado  para que no tengáis demasiadas molestias durante vuestro descanso.-

Levantándose grácilmente de su asiento, os dais cuenta de que Brunilda es mucho las atlética y  fina comparándola con Marianna. Con la sonrisa dibujada en su rostro, Brunilda os da las buenas noches y os  emplaza para la primera hora de la mañana. Sin mas, se aleja de mesa y desaparece tras la puerta de la posada. 

Sólo se habían dedicado a cenar y escoger un guía para que saltasen chispas. O tenían muchas ganas de matar alimañas o se habían unido al Gremio para buscar broncas.

La otra explicación era que el sistema de teleportación no era tan acurado como se pretendía y creaba ciertos "efectos secundarios". Unos efectos que a todas luces Isabella era inmune, para empezar por que era mujer.

-Si, mejor que descansemos. Mañana quizás lo veamos de otro modo.
Se levantó y deseó una buenas noches a los presentes. Un ritual que no era precisamente rápido