Partida Rol por web

El cantico arcano que procedía de la macabra sombra que proyectaba la gran hoguera calaba los huesos de los valientes exploradores, poco a poco se acercaban con cautela y cuando la figura se tornó sus peores presentimientos se declararon ciertos. La identidad del foco místico era Nana, con un gesto de demencia con el que costaba relacionarla a la que habían conocido hace unos días.

Las pequeñas siluetas que se movían a su alrededor ahora se distinguían como feroces lobos que enseñaban sus dientes para defender hasta la muerte a su protegida, la división resultaba a una fiera por cabeza…

Maldita vieja te cortare esa cabeza, aunque primero me encargare de vosotros perros sarnosos. Digo cuando las bestias comenzaron a moverse, el brillo de mi hacha ilumino por un segundo mi sonrisa demente. Los pelos erizados de mi cuello indicaban que la magia estaba presente en este lugar.
 

Que comience el lio. Comento mientras escupo al suelo.

Una cara de sorpresa se reflejaba en el rostro de todos nosotros cuando pudimos comprobar que se trataba de Nana "Maldita bruja", su rostro había cambiado considerablemente, en sus ojos se podía reflejar el poder del caos y una maldad que ponían los pelos de punta.

Cuando los lobos empezaron a moverse hacia nosotros, apunte a uno de ellos y esperé a que se acercara lo suficiente para disparar mi ballesta.

-¡¡Acabemos con esas bestias!!-
 

-¡MALDITA BRUJA! -Los lobos los habían descubierto y ya no tenía sentido seguir con el sigilo. Rápidamente Karl desenfundó su espada para enfrentar a los lobos y acabar de una vez con todo aquello. -¡Alexander, Ragnar, luchemos juntos y tendremos más posibilidades de sobrevivir!

Los ojos de las fieras brillaban como fuegos fatuos en la oscuridad, fijamente instalaban su atención en sus enemigos, osados entrometidos en la misión de su protegida. El caos corría por la sangre de los animales que se iban a enfrentar a muerte contra sus presas.

El primer lobo en emprender su ataque se dirigió al miliciano Karl atraído por sus gritos o los brillos de su arma, velozmente se precipitó sobre él intentando rasgar su torso de un zarpazo.

El combate comenzó de forma tensa viendo como los enormes canes plantaban cara a aquellos extraños forasteros...

Alexander tenía en la mira de su ballesta a uno de los lobos, veía como se acercaba mientras apuntaba hacia él. Con un movimiento rápido la flecha salió disparada errando en su objetivo.

"Maldita sea" piensa mientras deja la ballesta a un lado para sacar rápidamente la espada de su vaina y agruparse junto a Karl y Ragnar.

La pareja de lobos que aún se mantenía en guardia decidió seguir al que había tomado la iniciativa volando hacia sus presas, sin la fortuna necesaria para impactar con sus zarpas en los cuerpos de los guerreros que se entrometían en los planes de la bruja que protegían con rabia.

Alex había sido el primero en reaccionar pero tan solo consiguió desperdiciar una flecha que desapareció entre la espesa oscuridad de la noche y el humo de la gran hoguera del ritual. Por instantes la lucha aumentaba en intensidad...

La situación empezaba a ponerse tensa y Karl solo pudo ver cómo una de las flechas de Alexander acababa perdida en la oscuridad de la noche. Mientras tanto, la bruja seguía con sus cánticos herejes y los lobos habían comenzado su ataque, por lo que era menester responder a las agresiones de aquellas bestias.

Se encaró contra el lobo que se dirigía hacia el y garrando su espada cargó hacia delante con la esperanza de que el repentino movimiento agresivo hiciese dudar al lobo lo suficiente como para poder matarlo de un solo golpe y así obtener ventaja en el combate. -¡POR SIGMAR! -Un grito furioso salió directamente de su garganta a pesar de haber querido formular una oración que le protegiese en la lucha que estaba por llegar, pero la sangre caliente que en ese momento corría por sus venas no le dejaba pensar en nada más que en derramar la sangre de aquellos animales y mandarlos al infierno, con la compañía de la anciana que tantos problemas les había causado ya.

Ya todo estaba en marcha, al parecer no era tan silencioso como yo creía. Los lobos se lanzaron hacia nosotros al parecer eran más tontos de lo que pensaba ya que se lanzaron como idiotas al ataque, la sonrisa de mi cara mostraba mi estado de alegría aunque quería acercarme a la bruja.

Bruja!!!!! Da igual que mandes. Te cortare esa cabeza. Grito según viene el lobo, pare su carga con el mango de mi hacha viendo como su mandíbula quedaba mordiéndolo, mientras caían sus babas. Maldito chucho te voy a enseñar cómo comportarte, Ja ja ja. Digo con una risa histérica

En un movimiento rápido tome el hacha y lance un fuerte tajo al costado del animal. Prueba el acero enano. Le dije al animal mientras le golpeaba.

La lucha cogía el ritmo con las fieras saltando de un lado a otro intentando acabar con sus contrincantes, el primer lobo cayó con el ataque demoledor del enano, el único que había estado a la altura de la situación. Cada error costaba un tiempo valioso para detener el ritual de Nana. 

Magnar manchado de la sangre del lobo muerto enfureció a otro de los canes, el animal que se estaba enfrentando a Karl se abalanzó sobre el robusto y viejo pelirrojo, mostrando los colmillos y la mirada inyectada en ira. Los zarpazos pasaban cerca de su cuerpo pero si no terminaba rápido con él le podría costar caro...

Alexander desenvaino la espada al tiempo que el hacha del matador acababa con la vida de una de las fieras. Una vez con la espada en la mano trato de golpear al lobo más cercano a su posición.

-Uno de nosotros debería encargarse de la anciana!!- gritó al tiempo que su espada descendía hacia el animal, sin embargo, la agilidad del animal le hizo errar el golpe.

-No debemos permitir que acabe con ese ritual-

Tras librarse de uno de los canes los aventureros se veían en superioridad numérica pero el tiempo corría en su contra. La diabólica Nana parecía estar a punto de concluir el ritual y el ambiente se volvía frío y desgarrador, el caos circulaba entre las sombras que se proyectaban por la gran hoguera, el humo negro ascendía hacia las estrellas e interceptaba la luz de la luna. Los dos humanos y el enano empezaban a compenetrarse en el combate  y terminaron por reducir a los lobos a unas cuantas extremidades esparcidas por la tierra, la anciana llena de cólera y viendo en peligro su objetivo gritó desesperadamente y se lanzó al interior del fuego.

El fuego cambió de color a un azul brillante y el olor a carne quemada parecía pegarse a la ropa de los aventureros, todo se volvió tranquilo, como si hubiese terminado aquella pesadilla en la que se vieron atrapados de camino a Middenheim. Los tres se miraban unos a otros desconcertados, aún en guardia sabiendo los peligros que acechan en el bosque, el eco de los gritos de dolor de Nana aún podían escucharse, al menos dentro de sus cabezas… cuando estos cesaron un gran destello blanco les cegó, tuvieron que taparse la cara y el acto reflejo puso sus armas en postura defensiva. Un aullido desgarrador surgió de la hoguera ahora hecha cenizas, al levantar la vista los viajeros encontraron a un demonio alado alzándose por encima de la arboleda sin tan siquiera prestarles atención, como si ellos no fueran su objetivo, rápidamente desapareció de su campo de visión y lo único que quedaba en aquel claro del bosque que pudiera atestiguar lo ocurrido eran los tres lobos sin vida en el suelo.

Sin haber conseguido detener a la anciana volvieron al campamento explicando que no habían dado con ella y sin revelar nada de lo ocurrido. Baumer cedió ante las personas que protegía al dar por concluida la última búsqueda de Nana, no podían permanecer más tiempo en el bosque sin poner en peligro a toda la caravana en la que escaseaban los alimentos y se acumulaba el cansancio. Ragnar, Karl y Alexander guardaron el secreto durante las jornadas siguientes sabiendo que eran los únicos que conocían lo ocurrido, o por lo menos que ellos fuesen conscientes.

El resto del viaje hacia Middenheim transcurrió sin incidentes, cuanto más cerca estaban de la ciudad más patrullas militares veían y menor era la amenaza del Drakwa. Al fin pudieron ver a lo lejos el gran peñasco de Ulricsberg. Les alentó ver las banderas del Emperador y del Conde Todbringer ondeando orgullosamente sobre las almenas, pero al acercarse pudieron contemplar la devastación causada por Archaón. Las fosas comunes por todas partes, los muros agujereados y marcados y la mitad de la ciudad en ruinas. Incluso en Middenheim la vida era una lucha constante, tan solo cabía pensar en lo que aguardaba a los tres aventureros en La Ciudad del Lobo Blanco…

FIN