Partida Rol por web

- Tu nombre es Ihlana Cohan y naciste hace ahora 21 años en el planeta recreo Bosques del Atardecer. Se trata de un planeta grande, relativamente cercano al original sistema solar, y que ha sido elegido por diversas familias aristocráticas como “planeta natal”. Tus padres (ambos vivos) forman parte de la selecta aristocracia que forma parte del parlamento planetario. El planeta, que tiene una gravedad similar a la terrestre, a pesar del mayor tamaño del mismo, se encuentra dentro del sistema Fosvegnin. Buena parte de la superficie del planeta está ocupado por inmensos bosques aunque tanto la fauna local como la flora hace un par de generaciones que fue convenientemente adecuado a las necesidades de la nobleza dominante.

Tu familia (como buena parte de la aristocracia del planeta) se ha mantenido al margen de las tensiones políticas existentes en muchos planetas y tiene una considerable representación en el parlamento galáctico de la Federación de Planetas. En el planeta la inmigración está muy restringida, aun cuando solo un 10% de la población pertenece a algunas de las familias aristocráticas. El resto son funcionarios o trabajadores que, bien trabajan en una de las doce grandes ciudades que sirven tanto como ciudades dormitorio de los no aristócratas como de lugar de ocio y diversión para la población, aristócrata o no.

El planeta es el sexto de los diez que forman el sistema, siendo la temperatura media de 28º.

El espacio puerto es de primera categoría, así como los lujos y el sistema de vida sobre todo para los que, como tú misma, pertenecéis a una élite privilegiada.  

Tu familia recibe sus enormes ingresos de prospecciones mineras, agrícolas y comerciales repartidas por los cuarenta sistemas colonizados en la actualidad. Eres la tercera de cinco hermanos y, tras recibir una educación esmerada, te has dejado llevar por tu gran pasión: la exploración espacial que, tras los grandes impulsos de las últimas décadas, ha sufrido un parón por las turbulencias políticas del parlamento galáctico, siendo sustituida la actuación pública por las prospecciones e investigaciones de una mezcla de aventureros enriquecidos (o locos), contrabandistas, corporaciones… y diletantes amantes de la galaxia como tú misma.

Guiada por ese deseo te has acercado a la más externa de las estaciones espaciales, situada en el sistema Panthera Leo, a fin desde, a partir de allí, explorar alguno de los planetas situados en los sistemas solares más próximos…

Vale, toca gastar mis 120cr. Es la única tirada que me salió medio bien, así que no me miréis así que mis atributos son una birria.

- Pistola
- Armadura media
- Munición (2cr)
- Binoculares (20cr)
- Interfaz Neural (50cr)
- Conexión táctil (20cr)
- Dispositivo de comunicación (10cr)
- Herramientas de trabajo (15cr)
- Alimento (2cr)

Me queda la maravillosa cantidad de 1cr (que llevo en efectivo, porque no me da para un creadstick).

Vamos a ver qué tal se porta la humanidad... Pues sigo en D10 a pesar de mis 3 implantes.

¡Ah! Mi nave se llama Orión.

Coñe. ¿Tenemos dos naves? ¿Una del contrabandista y la otra de la diplomática? Como molamos. XD

Claro, y si me das 20000cr me libro de la deuda por tenerla. ;P

100 créditos iniciales... Aquí va mi equipo:

Rifle
Armadura media
IMPLANTES
-Dispositivo de comunicación (10cr)
-Interfaz neuronal (50 cr)
-Traductor universal (40cr)

Y me quedo sin créditos ni para comida ni para nada :(

- Tu nombre es Gaius Grend. Naciste hace veintinueve años a bordo de la Perseo, una de las naves colonizadoras de la última etapa colonizadora que terminó, ahora, hace unos quince años. Más o menos la edad que tenías cuando la nave llegó hasta el planeta que ahora todo el mundo conoce como “Mal de Satmuri”. De aquel terrible fiasco fuiste uno de los pocos supervivientes, y tras pasar desde los catorce hasta los diecinueve en distintos hospitales, y siendo objeto de numerosas investigaciones, fuiste dado de alta.

Ninguno de tus familiares (ni tus padres, ni tus dos hermanos) tuvieron esa suerte. Viéndolo en retrospectiva, hubieras podido perfectamente convertirte en un joven amargado de no haber sido por la Hermandad. Creada en los primeros años de la exploración espacial la Hermandad era un grupo de místicos, poetas, diplomáticos y artistas marciales que abrazaron ideales panhumanistas y se pronunciaron firmemente a favor tanto de la expansión espacial, como de una vuelta a valores espirituales que consiguieran que la relación del ser humano con las nuevas formas de vida que se encontraran fuera más provechosa tanto para el ser humano como para dichas razas.

El que tras un siglo y medio de colonización espacial, 36 sistemas colonizados, 39 planetas con vida habitados en diversos modelos de terraformación y 93 planetas usados para extracción minera, así cuatro estaciones espaciales periféricas, no se haya encontrado aún una raza alienígena no ha mermado, en nada, las esperanzas de la Hermandad. O como los conoce la gente, los Errantes.

Fuiste adoptado por uno de esos guerreros/místicos, el Padre Julián Caillo, un sacerdote católico que se había unido a la Hermandad emulando en parte a los primeros cruzados. Era, sin duda, peculiar pero no era en modo alguno extraño ya que buen número de religiosos de diversas fes abrazaban los postulados de la Hermandad y veían, en la misma, una esperanza común de permanencia y esperanza.

Tras tres años de aprendizaje, te despediste de tu mentor, decidido a buscar la iluminación en la galaxia y a decidir tu propio camino. Finalmente, hace dos años, conociste a Ihlana cuando esta acudía a un encuentro entre autoridades en una de las rondas de consulta del parlamento de la federeación. La jovencísima diplomática no era en absoluto una de las representantes, sino que se limitaba a acompañar a su padre. Sin embargo hablasteis y quedaste convencido del deseo de la joven por viajar y explorar nuevos mundos. Y viste, en ese deseo, un posible espíritu afín.

Como muchas nobles aristócratas o ricas (tres sustantivos que podían aplicarse a la joven) Ihlana es un posible objetivo para secuestros y extorsiones. Ella buscaba un guardaespaldas personal, y decidiste aceptar, acompañándola con tal carácter a su planeta natal, el planeta de recreo Bosques del Atardecer.

Ahora, en vísperas de acompañan a Ihlana para un viaje espacial a un nuevo planeta, estás casi convencido que fue una buena decisión. Viajáis en la nave propiedad de Ihlana, la Alas de Isis, y os dirigís a la Estación “Panthera Leo”, la más externa de las estaciones espaciales, situada en el sistema del mismo nombre, para hacer unas comprobaciones previas antes de marchar al planeta   Lovbultar VI y determinar si posee características que permitan un aprovechamiento del mismo. Los datos obtenidos externamente son interesantes, pero es preciso hacer un examen “in situ”

Oído cocina. Ta chula la historia. 

Una cosilla. Dices que no hay razas alienígenas, pero en el setting sí que existen. Imagino que es por la ambientación tuya ¿no? Que no me importa, sólo por saberlo.

Ambientación mia, si. Que de ambientación estamos escasos con el libro básico :)

- Tu nombre es Tress y naciste hace ahora 27 años en uno de los muchos planetas mineros del sector Quitquowuz. No es considerado un planeta habitable, ya que su población es meramente la población trabajadora necesaria para el funcionamiento de las instalaciones mineras, muchas de ellas con un considerable grado de automatismo. El trabajo duro, como es habitual, es realizado por robots, así como por una de las dos razas creadas genéticamente, los Hauptman, de apariencia entre humana y simiesca, sin inteligencia creadora, pero con capacidad para cumplir órdenes.

El planeta era (y es aún) propiedad de una de las muchas corporaciones que operan en la Galaxia: la Anastasic Wonder.

Tus padres trabajaban en una de las instalaciones de superficie: una fábrica en donde se procesaba el mineral que, luego, era enviado en grandes naves mercantiles a diversos planetas. Desgraciadamente, hace ahora nueve años, apenas unos días antes de empezar tú también a trabajar para la corporación hubo una explosión derivada de un mal funcionamiento que no pudo ser atajada a tiempo, con la destrucción de varias instalaciones de superficie. Afortunadamente la explosión fue rápidamente contenida y los daños materiales y personales fueron mínimos. Solo doce operarios perdieron la vida, y unos sesenta sufrieron daños. Desgraciadamente tus padres se contaron entre las víctimas.

El accidente fue muy comentado y tanto los heridos como los familiares de los difuntos lograron, en un primer momento, una importante indemnización. Estabas deshecha, coqueteando con todo tipo de drogas y de emociones fuertes, y en un momento de lucidez, comprendiste que no podías quedarte allí. Así que tomaste toda la indemnización, compraste una de las naves de mercancías, y decidiste largarte para probar suerte con el “comercio minorista”. Fue una decisión valiente, quizás, o una huida hacia delante. Tus primeros viajes fueron regular, pero, repentinamente, ocurrió algo. La Anastasic Wonder había recurrido la sentencia que le obligaba a pagar las indemnizaciones y, aunque no evitó del todo los pagos, el recurso tuvo un éxito notable en minorarlos. Repentinamente tenías que devolver un dinero que no tenías y cuyos intereses no hacían más que subir… Desesperada, buscando alguna manera de lograr la cantidad necesaria has ido tomando trabajos cada vez más arriesgados mientras ibas hacia el extremo de la galaxia, sabiendo, como sabes, que en cualquier momento una orden de embargo será más rápida que tú y perderás la nave. Hace un par de días has terminado en la estación Panthera Leo, la más exterior de la galaxia. Necesitas encontrar un trabajo. Lo necesitas ya.

Tu nave es la Orión. Todo lo que tienes, prácticamente. Y tu única posibilidad de evitar caer en la indigencia más absoluta. Es una nave comercial con algunas modificaciones y, aunque en tu fuero interno sabes que es un cascajo, la has tratado bien, y es mucho mejor de lo que parece. Además, se puede llevar casi, casi, sola. Lo que es una maravilla porque hace casi tres meses que has tenido que prescindir de toda la tripulación por no poder pagarles y, en la actualidad, solo tienes otros dos tripulantes, a los que has prometido “una parte” de las ganancias que tengáis. Son amigos, casi. Pero su paciencia seguro que tiene límite. ¡Solo necesitas un golpe de suerte!  

La Orión es una nave comercial, con espacio para diez tripulantes y un buen espacio de carga.  Para su manejo es necesario cubrir dos puestos, uno para Manejo y otro para Cálculo y Artillería. Dispone de dos torretas adicionales que permiten tener otros dos puestos más de artillería. Cuando fija objetivos, puede fijar hasta tres diferentes al mismo tiempo.

Artillería 11 (daño 1d6)                Cáculo 11           Manejo 12         Combustible 1d10

Defensa 4                                        Salud 16

En la nave viajáis, además de tú misma como jefa, las siguientes personas:

- Fyx Dello. Es tu copiloto, y sinceramente, el mejor que podrías esperar. Sois viejos conocidos, y sabes que te es leal. Aunque como todos tiene sus problemas, sus necesidades, y quiere ganar dinero. Tiene una “vida antes de conocerte” de la que es profundamente reacio a hablar, pero es cierto que casi siempre conoce a alguien en algún sitio.

- Tychus. Este soldado se unió a la tripulación hace cosa de un año. Cuando empezaron (vale, vale, cuando siguieron) los malos tiempos, estabas segura que se bajaría de la nave. Para tu sorpresa, se ha quedado y, en muchas ocasiones, sus habilidades os han servido para evitaros numerosos problemas.

La nave, desgraciadamente, está en una mala situación y necesitas, con absoluta urgencia, conseguir tanto aprovisionarla de alimento como encontrar una carga que pueda resultar rentable. Al menos hay munición para las armas y combustible, pero… podéis encontraros en problemas. Y pronto. La nave dispone también de dos trajes espaciales.  

Tu nave es la Alas de Isis. Un regalo de la familia (o casi mejor, un crédito, un instrumento con el que esperas demostrar a tu incrédulo padre que eres más que capaz de ganarte la vida con tu pasión) El que él no espere nada (estás casi seguro que ambos, padre y madre están arreglando algún compromiso matrimonial a tus espadas por si fracasas) no hace sino aumentar tus ganas de demostrar que puedes hacerlo.

El Alas de Isis es una nave diplomática, con espacio para el transporte de cuarenta personas. Para su manejo es necesario cubrir dos puestos, uno para Manejo y otro para Cálculo y Artillería. Dispone de dos torretas adicionales que permiten tener otros dos puestos más de artillería. Cuando fija objetivos, puede fijar hasta tres diferentes al mismo tiempo.

Artillería 10 (daño 1d8)                Cáculo 11           Manejo 12         Combustible 1d10

Defensa 8                                        Salud 16

En la nave viajáis, además de tú misma como jefa, las siguientes personas:

- Gaius Grend, tu guardaespaldas y hombre de confianza.

- Agnes Kshitija, la piloto de la nave.

- Hila Melissa, artillera.

- El equipo científico que está compuesto por Uileag Ness Cowal, experto en exploración espacial y jefe de la sección científica; Francisco Marquez Callisto, científico, hombre de confianza del anterior; Elvis Michal, científico, del equipo de los anteriores; y Nadia Josh, joven estudiante y becaria de Uileag

- El equipo de mantenimiento, dirigido por Aliyya Dipaka Vilho, y en el que están igualmente Caedmon Luanne Amit y Adelmio Lucciano.

- Julia Marín Fraziers, cocinera

- Clara Hernández Vargas, camarera

- Mimir Holm, camarera

-  Keith Bruns, Stephen Isaias y Yi Tung, equipo de limpieza

Has aprovisionado la nave en la estación y llevas suficiente para abastecer las necesidades de agua y comida de tu tripulación durante dos meses. Del mismo modo todos tienen el salario de dos meses abonados. Por supuesto, llevas el suficiente equipo informático y técnico para realizar una adecuada prospección espacial. Por último (y además de por supuesto el equipo técnico y de comunicación necesario) la nave lleva cinco trajes espaciales. Una nave como la tuya tiene espacio suficiente para cuarenta personas… aunque desgraciadamente ¼ parte de ese espacio está ocupado por el equipo preciso para las exploraciones planetarias. Con todo ello la nave no tiene suficiente para llevar tantas muestras como os gustaría. Además, careces de equipo militar más allá de la piloto, la artillera, y tu guardaespaldas. Tal como están las cosas quizás algunas personas más sería bueno.

La interfaz neuronal la tienes gratis. ¿Donde te gastas los 50 Créditos que te acaban de caer del cielo? (No, no es que me haya vuelto bueno de repente, es que lo dice el manual) :)

- Tu nombre es Fyx Dello. Naciste hace cuarenta y tres años. Pero en realidad llevas en el negocio mucho más. Tu padre ya te enseñó todo lo que él sabía cuando, de niño, le acompañabas en esos viajes interminables como técnico de computadoras en grandes naves comerciales, o en naves mundo, o en las estaciones espaciales, o incluso en naves militares. Aunque naciste en un planeta (y en concreto en Marte, uno de los planetas colonizados del primitivo Sistema Solar) nunca te has considerado parte del mismo: tu hogar siempre ha sido en la nave en donde, primero tu padre, y luego tú mismo, estuvieras trabajando. Sí, cierto, ahora que padre se ha retirado y ha decidido, contra todo pronóstico, regresar a la casa familiar, piensas a veces hacer una visita a toda la familia: a tu padre, a tu madre, a tus cuatro hermanos… Pero, sinceramente, lo haces poco, y siempre tienes ganas de partir. No sabes exactamente si es la emoción, o la necesidad de estar en el espacio, o la incertidumbre de cada nueva aventura. Tampoco has querido ponerle nombre.

Sabes que te has convertido en lo más parecido a un vagabundo espacial. Conoces historias de cada planeta, de cada estación, y conoces casi siempre a alguien que conoce a alguien en cada uno de los 39 planetas con vida habitados en diversos modelos de terraformación y de los 93 planetas usados para extracción minera, así como de las cuatro estaciones espaciales periféricas, no se haya encontrado aún una raza alienígena no ha mermado, en nada, las esperanzas de la Hermandad.

Tu pasión, contagiada por tu padre, han sido los ordenadores. Y fue precisamente por ellos por los que ahora estás en esta situación. Hace ahora siete años (¿tanto tiempo ha pasado? ¡demonios, es tu destino, con mucho, más largo) fuiste contratado para repasar el sistema informático de una nave comercial, recién renominada, la Orión. Hiciste un gran trabajo, claro. Y la dueña de la nave te pidió que te unieras a la tripulación. Sinceramente, ibas a decirle que no. Pero… ella no debe saberlo, claro, pero lo cierto es que te dio una mezcla de pena y ternura. ¿La había comprado con la indemnización recibida por la muerte de sus padres? ¿y la corporación había recurrido? La pobre Tess, que así se llamaba, iba a necesitar mucha suerte. Y mientras la escuchabas tomando trago tras trago, no sabes muy bien como, terminaste por enrolarte en la tripulación.

Y a pesar que la golpe de suerte no ha llegado y que la situación pinta fracamente mal, no has querido abandonarla. Aunque de la tripulación ahora solo queden ella misma, un soldado llamado Tychus que parece haber escogido la nave como una especie de “retiro”, y tú mismo.

- Tu nombre es Tychus. Tienes ahora 38 años y te curtiste desde el mismo momento en que te alistaste al servicio de la corporación RedStar, a los dieciséis. Desde entonces has visto de todo. Vale, todos esos idiotas pueden afirmar que no hay guerra y oye, no vas a ser tú quien les contradiga. Pero ahí fuera has visto de todo: asesinatos corporativos, operaciones negras en instalaciones mineras, planetas mandando piratas contra otros planetas, piratas operando sin control.

Y por supuesto, has hecho cosas que no tienes ningún interés en recordar aunque, para ser sincero, lo bueno de estar en una unidad es que no has tenido que sufrir demasiado. O, al menos, así era hasta que hace algo más de un año te pegaron un puñetero tiro en medio del pecho. Hasta ese momento, joder, te lo habías creído. ¡¿Qué coño!? ¡hasta lo habías visto! No dejar a nadie atrás y toda la mierda.

Pero a ti te dejaron abandonado, como una puta colilla. Pues que les jodan. A ellos y a todo el puñetero mundo. O a cualquiera de los jodidos 132 planetas donde hay humanos jodiendo la marrana día sí, día también.

Sobreviviste al tiro y a la traición, a duras penas. Uno de esos frikis con espadas luz, o laser, o lo que sea, de la Hermandad, te recogió y te llevó a las instalaciones planetarias donde te remendaron. Y lo mejor, sin hacer preguntas.

Luego te enrolaste en la primera nave que buscaba tripulación. La Orión. Es verdad: la paga es una mierda, pero quizás haya un golpe de suerte, y por eso no te has ido con los pringados que abandonaron la nave hace unos meses. Además… Tess te cae bien. Te has enterado que a ella también le jodió una corporación.

Y no te importaría tampoco joderla tú, aunque otro tipo de joder, a decir verdad, que está bien buena. Y ¿quién sabe? El otro miembro que ha quedado de la tripulación, Fyx Dello, conoce a casi todo el mundo.

Tarde o temprano tiene que haber un golpe de suerte que os de una buena cantidad de dinero.

Tal como están las cosas quizás algunas personas más sería bueno.

Es decir, que proponga al resto de jugadores acompañarme cuando me los encuentre en la partida, ¿no? ¿O ya empezamos juntos?

50 créditos más! Bien bien... Pues aquí va la lista de la compra revisada:

Rifle (*)
Armadura media (*)
IMPLANTES
-Dispositivo de comunicación (10cr)
-Interfaz neuronal (*)
-Traductor universal (40cr)
-Conexión táctil (20)
Alimento (2)
Célula de energía (5)
Linterna (5)
Herramientas de trabajo (15)
Cuerda (2)

La historia guay también.