Durante décadas, los plactitos han vivido en paz y prosperidad en el sofá de Doña Gertrudis.
¡Hasta hoy!
Cuatro hermanos deberán evitar el inminente Apocalipsis.
¿Os imagináis la vida sin las deliciosas hamburguesas de piel muerta? ¿Merecería la pena vivirla?
Partida privada.
Concretamente, privada de la más elemental decencia. No la ocultamos por pudor o vergüenza, sino para evitar daños irreparables a terceros.
Donde se tiene permiso para tramar y conspirar inocuamente.
Donde los muy insensatos personajes de esta historia se dan cita.
Donde conocemos las peculiaridades de la lengua de los plactitos, así como del resto de bichos que habitan en el piso de Doña Gertrudis.
Donde Galan es juzgado por delitos que puede que cometiera, pero no necesariamente en esta ocasión.
Donde se producen situaciones extraordinarias y terribles, y somos demandados por ofender a individuos de diversas nacionalidades.
Donde el mundo tiembla, la más absoluta oscuridad se cierne sobre la colonia de plactitos, y la jerarquía no queda nada clara.