Partida Rol por web

Mi rostro se contrae ante el dolor pero trato de soportarlo sin emitir sonido. Me muevo levemente a un costado y, al instante, me percato de que Selnoi aparece junto a nosotros, lanzando un importante ataque que logra herirle. "Finalmente ha sido golpeado, este cabrón si es humano", pienso al instante.

Desde la posición en la que estoy, me apoyo nuevamente y lanzo otro ataque.

Sin más dilación, mi flecha sale disparada sin más dilación, confiando en atravesar al pirata antes de que pueda dar la voz de alarma. Mi mano automáticamente vuela hacia la empuñadura de mi espada, aunque Angainos parece componérselas bien, rodeado de Hallatan y Bergond. Observo a mi anterior objetivo, en espera de ensartarlo de nuevo si quedaba malherido pero con ganas de gritar.

Miro de reojo, por si algún pirata escuchó el grito que llegó a proferir, por si acaso hubiera nuevas ameazas veladas en nuestra misión acechándonos en la oscuridad.

Estiro mi brazo hacia atrás, al carcaj de mi espalda, tomando de nuevo una flecha y apuntando hacia Dulo, por lo que pudiese pasar.

Pongo una flecha en el arco y apunto al carcelero que ya ha causado más heridos que todos los piratas en el abordaje. Respiro hondo mientras apunto para no fallar de esta vez, tenemos que acabar con él sea como sea.

- ¡Sacad a la dama de la celda! - grito ya que es importante liberarla por si debemos salir por patas.

La situación se está torciendo y debemos tornarla favorable cuanto antes si no tendremos que batirnos contra todo el regimiento de piratas y es posible que no salgamos vivos de esta.

Aguardo en segunda fila sujetando mi brazo mientras dejaba que Vandor le echase un vistazo. La verdad que el dolor era insoportable y si por mi fuese en esos momentos le arrancaba la cabeza a ese malnacido. Me había pillado desprevenido y eso me hacía sentirme peor si cabe.

20 Eadar [19 de 45, Brazo dcho roto]: Deja de estar aturdido, recuperará 5pv/as si quieto

20 Ragnir: Ataca a Pirata adulto -> 7A -> Atrapa brazo izdo -50 Act

15 Vandor: Acaba de atender a Eadar

15 Prisionero: nada

15 Dulo [1 de 60PV -1/as At1]: Ataca a Angainor -> 21 E codo derecho destrozado, brazo inutilizado, aturdido 5 asaltos ¡Quien es el siguiente! Graaaaw

10 Lorgan: Dispara flecha -> 7A

10 Hallatan: Coge a Angainor y lo retira

10 Halmir: Ataca a Pirata adulto -> 22E -> Antebrazo -4 -2/as At1 -> lo mata

10 Pirata adulto [16 de 35 -50 Act por atrapado con látigo]: Muerte

5 Ted: Apunta a Dulo

5 Berengond: Dispara a Dulo -> 9A -> Pecho -1/as At1

0 Selnoi [102 de 103 PV; Brazo izdo Roto -20Act]: Ataca a Dulo por flanco -> 22E -> Antebrazo -4pv

-5 Angainor [10 de 50 Mano Dcha codo derecho destrozado e inutilizado Aturdido 4]: Aturdido

Lorgan hiere con su flecha el costado del pirata, una herida no muy profunda, pero todo ayuda.

A Eadar que acaba de ser atendido por Vandor, se le va pasando el dolor y comienza a reaccionar, ya puede moverse con libertad aunque está herido de importancia y lo que necesita es reposo para recuperarse.

Ragnir, enfrentado al pirata que apareció por el fondo chasquea de nuevo su látigo, esta vez hace presa en su brazo izquierdo que queda inmovilizado, Halmir ve una buena oportunidad y cercena este brazo. La sangre y la vida de este enemigo se escapa a toda presión, un enemigo menos.

Pero quizás Angainor infravaloró la valía del enemigo al que se enfrenta, este de un mazazo destroza el codo derecho del enano, el dolor es atroz y así es incapaz de levantar su pesada maza, la herida es de gravedad aunque por suerte no sangrante. El destrozo es tal que se puede dudar si ese brazo podrá blandir de nuevo un arma.

Hallatan reacciona y retira al enano, su experiencia sirve para saber quien está en peligro de muerte y posiblemente sea la segunda vida que salva. Lo deja cerca de Vandor para que le aplique los primeros auxilios.

- ¡Quien es el siguiente! Grrrrawww – Exclama feroz el carcelero, pero la alegría le dura poco, primero una flecha del montaraz Berengond en el pecho y luego un ataque por el flanco del Umli, que con su hacha que se incrusta parcialmente en su antebrazo dejan a poderoso pirata tambaleante, su rostro palidece.

Angainor no puede realizar su ataque, ya ha tenido suficiente con sobrevivir.

Mi cuerpo se mueve dispuesto a destrozarlo, pero no puede... no llega... no es veloz. Sin darme cuenta, el ataque del bandido me golpea con fuerza e inmediatamente mi arma comienza a caer sin que pueda hacer nada.

El brazo se tuerce hacia un costado, de forma imposible, y mi hombro y vista tratan de acompañar el recorrido que genera casi sin poder creerlo. Siento una tensión repentina en mis músculos y el calor comienza a concentrarse en el codo. Y al instante, el dolor.

Lanzo un grito, pues esta vez mi vanidad no es suficiente enemigo ante el constante desgarro que el hueso roto produce en mi carne. De a momentos, creo ver mi brazo en el suelo y en otros veo a mis compañeros levemente. Me percato que, a pesar de la dolencia, no he caído aún, tan sólo he dado unos pasos atrás, ha sido un mareo. Pero mis ojos se vuelven una y otra vez a mi extremidad, y mi querida maza que ahora se halla en el suelo.

Siento un sudor recorrer mi frente que acompaña el aguijoneo constante en la herida. Luego, alguien comienza a tirar de mí y, sin darme cuenta, ya me encuentro junto a Eadar y Vandor en la retaguardia. Mi vista ahora busca el suelo... ni siquiera logro emitir palabras.

Miro hacia adelante y, entre los movimientos caóticos, la figura del pirata empieza a descender. "¿Hemos vencido... ha terminado?", pienso... pero la posibilidad de la victoria no logra alejarme del dolor que siento.

Tras el ataque, sólo el primer carcelero seguía con vida. A pesar de que Umli y Beregond estaban encargándose de él, dirigí la flecha con la que apuntaba hacia su cabeza. Estaba muy malherido, pero aún podía dar la voz de alarma, o accionar alguna palanca, o cualquier cosa. Disparo, mientras digo:

-¡Ragnir, Halmir! ¡Vosotros, que estáis más adelantados, coged las llaves del carcelero muerto y soltad a la Dama!

No debíamos perder tiempo, como bien dijo Ted. Por ella hemos venido, y cuanto antes salgamos, más tiempo viviremos.

Disparo mi flecha contra el carcelero esperando terminar con su vida. Si logro matarlo podremos liberar a la dama y salir de la fortaleza. 

- Muere... - murmuro cuando lanzo la flecha. 

Aquel desgraciado por fin había encontrado muerte. Agradecí a Vandor su ayuda y avancé hacia el pirata. Al pasar junto a su cuerpo le pateé un par de veces antes de agacharme a buscar las posibles llaves.

-¡Jódete cabrón!

Con un brazo inutilizado la cosa era más complicada, pero aún así estaba dispuesto a buscar.

20 Eadar [19 de 45, Brazo dcho roto]:

20 Ragnir:

15 Vandor: 

15 Prisionero: nada

15 Dulo [1 de 60PV -1/as At1]: Muere

10 Lorgan: Dispara flecha -> Falla de poco

10 Hallatan: 

10 Halmir: 

5 Ted: Dispara -> -3 PV -> Lo mata

5 Berengond: 

0 Selnoi [102 de 103 PV; Brazo izdo Roto -20Act]: 

-5 Angainor [10 de 50 Mano Dcha codo derecho destrozado e inutilizado Aturdido 4]: Aturdido

Como siempre, lo más veloz después de los sortilegios son las flechas. Primero la de Lorgan, que esquiva el pirata con un movimiento rápido de su maza, casi en los últimos estertores de su vida. Luego la de Ted, esta si se clava en el pecho arrebatando el último aliento de vida del infortunado que cae desplomado al suelo. No faltan pies y espadas para rematarlo de forma despiadada al que fue un duro rival.

Halmir se afana en registrar el cadáver hasta dar con las llaves y comenzar a abrir celdas. A parte de su amada que se le echa al cuello desesperada aparecen un par de esclavas más que no dudáis en rescatar.

Subir más arriba con tanto herido sería un suicidio, así que optáis por bajar, la fortuna quiso que nadie más se enterara de vuestra incursión. En las celdas de abajo un par de moribundos campesinos se ponen a llorar al ser rescatados. Hallatan propone partir con el mejor de los navios de los piratas y antes de decir que hacer con el segundo, el Umli la emprende a hachazos con este en la línea de flotación y lo hunde en el puerto.

Os acompaña gente entendida en los mares y heridos y rescatados llegan sanos al poblado de Sook Oda. Es posible que alguno de vosotros necesite un tiempo de reposo para restablecerse de las heridas, pero con dinero y con un animista como Vandor todo es posible.

¿Conseguirá Angainor blandir de nuevo su estrella de la mañana aunque sea para pifiarla? ¿Regresará Ted por fin a su hogar? ¿Seguirá Eadar con ganas de más aventuras? ¿Seguirá Lorgan mejorando como mago? Próximamente en comunidad umbría.

Tras llegar a puerto y cobrar la parte que me corresponde decido emprender el duro de viaje de regreso al Norte. Mi esposa y hermana me esperan en la granja y creo que mi vida como guerrero debe llegar a su fin.

Antes de irme celebro con mis compañeros el éxito de la misión, les indico dónde pueden encontrarme porque tras estas aventuras junto a ellos creo que merecen mi ayuda en caso de peligro. Los invito a que vengan a visitarme sobre todo al enano Angainor con el que he labrado una buena amistad (y luego los juglares y bardos comentan que los enanos son poco amistosos).

Tras meses logro llegar a mi granja, cuando estoy llegando a la puerta veo que mi mujer sale a recibirme. Echo un vistazo atrás al camino...y siento su llamada aunque no la escucharé por un tiempo. Suelto el arco y la espada y corro a besar a mi esposa.

Mientras la levanto y me preparo para besarla digo:

- Por fin en casa...

Al llegar a puerto y pisar tierra segura, me sentí al fin reconfortado. Había sido una gran aventura, y me sentía orgulloso de haber sido parte de ella. Mi corazón estaba triste, pues cada uno partiríamos en distintas direcciones, pero seguro que nos volveríamos a ver en más ocasiones.

Yo debía seguir formándome como mago, mejorando y aprendiendo nuevos hechizos, además de practicar con el arco, así que me dirigiría a los bosques, donde me siento a salvo y puedo encontrar todo cuanto necesito.

Pero antes de separarnos, propuse a mis amigos..

-¿Qué tal una cerveza y una buena pipa? ¡Invita Ted, que tiene prisa en irse! Jajaja..

Habíamos sido un buen grupo. Ojalá el destino nos uniese de nuevo.

Tanto la salida de la guarida como la llegada al poblado son duras. Sostengo en el trayecto mi brazo y, con la ayuda de Vandor, logro mantenerlo cómodo y sin dolor. Pero, finalmente, no sé si es la ayuda del humano o la felicidad de los hombres atrapados en aquel lugar que estuvieron cercanos a morir. No... seguramente lo primero, aunque la felicidad de un hombre que ve nuevamente el día sabiendo que tendrá un futuro no tiene precio.

Junto a mis compañeros, arreglo el pago y me despido de Hallatan, Halmir, Dorien y los demás. "- Lo prometido, cumplido- le digo al hijo del viejo capitán con una sonrisa".

Y luego, el indudable festejo. No unimos en la posada para dar gracias a nuevos días que vendrán y que podremos ver. La partida de Ted me desalienta un poco, pero sin duda extrañará a su familia, como yo extraño la mía aunque a mi manera. "- Samman- le digo a Ted estrechando su mano antes de la despedida- eres un verdadero amigo".

La partida de uno de nuestros compañeros me hace dudar qué haré ahora. Me despierto al otro día y lo primero que hago es observar mi brazo. "Qué he de hacer ahora que no puedo mantener mi arma en alto", me digo con cierta melancolía.

Me encuentro nuevamente con mis compañeros y decido tomar mi camino.

"- Eadar, compañero, hermano, que los vientos y caminos te lleven a buen lugar... ha sido un placer contar contigo junto a mí todo este tiempo- le expreso junto con un abrazo y luego me dirijo a Lorgan- Menu gamu khed, Lorgan... eres una buena persona- le digo tomando su mano".

Me despido de ellos, aunque no sin decirles que pienso quedarme por un buen tiempo en este poblado, pues quiero contar con la ayuda de Vandor para curar mi brazo.

Mis pasos me llevan al puerto. Enciendo mi pipa mientras camino por el lugar, mirando el mar de reojo, sonriendo porque lo he enfrentado y he salido vencedor. Y sin darme cuenta, me encuentro nuevamente a Hallatan.

"- Sé que te sonará raro lo que voy a decirte, pero... ¿qué te parece un condimento exótico en la tripulación... digamos, alguien bajo y con una excelente barba?- le pregunto sonriendo, mirando al horizonte de agua, pensando en el presente y esperando con ansias el futuro".

Eadar volvió con sus compañeros. Al igual que Angainor, su brazo había tenido tiempos mejores, pero gracias a Vandor y a sus cuidados mejoraba por momentos.

Fue emotiva la partida de Ted. Después de todo lo que habían pasado. Que fue su padre el motivo de que cuatro desconocidos se juntasen. Que luego Ted volvió a unirlos para partir en busca de su padre y que ahora que todo terminaba volvía a su casa…todo indicaba que el fin de un periodo se acercaba. Se dio cuenta entonces que había dilatado mucho la razón de su viaje al sur.

Despidió a Ted como a un hermano y le aseguró que se encontrarían allí en el norte:

-Cuando suba de nuevo a mi hogar, iré a verte. He de conocer a la hermosa mujer que tiene la dicha de estar a tu lado. Ha sido un verdadero placer conocerte y ser tu compañero. Parte con alegría de reencontrar a tu esposa, amigo. Los Valar cuiden tus pasos.

Brindó con Lorgan.y con el enano. Con Hallatan y con Vandor, Con el Umli y con Halmir… con todos y cada uno de ellos.

Angainor también se despidió de ellos. Aunque estaría por ahí, su camino era otro. También se dio cuenta de que el final de una etapa terminaba.

Eadar entonces decidió partir también, de vuelta hacia Belfalas, en busca de sus parientes, y así se lo hizo saber a Lorgan y Angainor:

-Yo también he de volver. Viajé desde el norte para visitar a unos parientes. Mucho ha pasado desde que decidí hacerlo y mucho ha sido lo que me ha retenido al hacerlo. Pero creo que es momento de concluir con la razón que me hizo un día salir de casa dirección a Gondor.

Abrazó a Lorgan:

-Ha sido un placer conocer hombre con tanta valentía y fortaleza. He aprendido mucho de ti y espero que si alguna vez tus pasos te dirigen al norte, tenga el honor de poder recibirte en mi casa. Que los Valar sean contigo. Me alegra poder considerarte amigo.

Se despidió también de Angainor con otro fuerte abrazo:

-Gran enano y mejor compañero. Comenzamos nuestras andanzas para salvar a un viejo soldado y terminamos salvando a una bella dama. Eso habla del corazón de un enano y en verdad que tu raza es muy valorada por este desgraciado. Este mundo tiene la suerte de contar con gente como tú.

-Te deseo lo mejor, viejo amigo, y al igual que dije a Lorgan, me agradaría poder ver tus barbas por mi casa. Que Aüle proteja al mejor de sus hijos y guíe sus pasos con sabiduría.

Se despidió también de Hallatan, Vandor, Halmir y demás. Al día siguiente sus pasos le hicieron embarcar rumbo a Belfalas.

Tras varios días de viaje desembarcó en Sarlond y comenzó a andar por las calles del lugar. Tras unos minutos la encontró, la puerta azul. La puerta de la infancia de su madre. La puerta que había buscado. Por fin había llegado. La observó durante mucho rato ensimismado, recordando momento pasados, nervioso por momentos inmediatos. Respiró hondo, suspiró y entró.