El mayordemon tenía los ojos abiertos desde hacía bastantes minutos. Estaba tumbado en la cama, semidesnudo, con una mujer serpiente enrollada en su cuerpo y dormida profundamente, el cuerpo del demonio estaba cubierto de babas, y no precisamente del slime que le regalaron. La explicación de cómo había llegado a aquella circunstancia era, cuanto menos, curiosa.
Ante el duro castigo de la maid, el rubio tomó una cuarta copa y le advirtió a la contraria que debía dejar de beber, pero Desatos no hizo ni caso. Al grito de guerra de '¡SUFREEE!' la lamia se enrolló en su cuerpo como si fuese una pitón. Y con ella enrollada le tocó, a quien era uno de los pocos sobrios, recoger aquella fiesta improvisada: barrer con una doncella enrollada al cuerpo, pasar los trapos con una doncella enrollada al cuerpo, ordenar con... bueno, se entiende. Después de todo aquello fue hacia el baño a lavarse los dientes, por aquel entonces ella había dicho que iba a comérselo, como la serpiente que era, y con ella tratando de engullir su cabeza, él se lavó los dientes, puso lo que pudo de su pijama y se tumbó. En algún momento Desatos se durmió y también Zuri, quien se preguntaba porqué aquella conducta, si bien debía reconocer que había sido divertido.
Y así se plantó el ¿príncipe de los demonios? en aquellas lides. Frotó su nariz y vio cómo ella se agitaba un poco. Vio el reloj y ya entraba el turno de trabajar ¡con cinco minutos de retraso! Inaceptable. Sencillamente inaceptable.
Sutil y sombrío como era pegó el cambiazo de su ser con el de una almohada con su camisa de pijama y un sombrerito.
Uff...
Suspiró. Se vistió raudo como el rayo y estiró la cama para arroparla. Siendo mitad serpiente le puso un pequeño calentador y cerró las cortinas para que ni un ápice de luz entrase en el dormitorio. Sonrió al ver cómo la había colocado. Se planteó si hacerle o no un desayuno, pero acababa de conocerla y no conocía sus gustos, y por lo poco que sabía de ella posiblemente se sentiría ofendida. Eso sí, debía reconocer que Desatos eructaba de un modo que sólo había escuchado siquiera acercarse a un par de trols tras comer tres quilos de legumbres.
Sonó el timbre y, por culpa de esos cinco minutos, llegó tarde, pero lo justo para colocarse detrás de Livia mientras ésta abría la puerta y poner una mano en su hombro con media sonrisa.
Después de desaparecer con el amo, no se les había vuelto a ver. Muchas cosas pasaron, tantas para incluso agotar a una slime que terminó durmiendo horas y horas, despertándose entre ratos solo para acurrucarse con el amo en su forma de bolita. No obstante, cuando no pudo dormir más, supo que era hora de trabajar por fin, por mucho que no quería. Tomó su forma humanoide, recogió las prendas del amo y tomó forma dentro de la suya de dominatriz. Una vez hecho eso, salió del dormitorio del amo bostezando, aunque con una sonrisa que no podía ocultar y una "piel" más brillante y tersa a pesar de la resaca.
Sin hacer realmente mucho, con burbujitas estallando encima de su cabeza, tomó una escoba de cualquier lugar y empezó a barrer... o intentarlo, aunque en verdad solo estaba dormitando de pie apoyada en la escoba. Cuando el timbre comenzó a sonar, miró algo malhumorada en dirección a la puerta, aunque su sonrisa no acababa de desaparecer del todo. Fue entonces que vio a Livia bajar por las escaleras con burbujitas aún estallando encima de su cabeza, y luego a Zuri con más premura. Aburrida, abandonó lo que pretendía hacer para irse detrás de ellos, lentamente, como un caracol, llegando hasta donde Livia y el demonio estaban, asomándose por encima del hombro de Zuri con curiosidad por quien llamaba a esas horas.
Viviana parecía que poco a poco había conseguido ser consciente del monstruo al que había provocado. Observó a Vylnys ir y venir, confusa y a la vez entendiendo, aunque no terminó de entenderlo hasta que Vylnys le ofreció beber de su propia boca. La vampiresa tuvo un pequeño momento de sorpresa y echó un rápido vistazo al resto de presentes. El amo no estaba por ninguna parte, la hermana del amo tampoco estaba presente, y el resto de maids y el mayordemon parecían bastante entretenidos con otros asuntos, por lo menos los que seguían allí. Volvió a mirar a Vylnys de arriba a abajo y finalmente tiró suavemente de una de sus alas, creando una pequeña cortina que las escondía de miradas indiscretas antes de beber de sus labios.
- Puedes... Solo si yo puedo beber más de la tuya. - respondió, con las mejillas aún encendidas pero decidida.
El alcohol no había sido precisamente lo que había terminado calentando más a Viviana, sino la sola presencia de Vylnys. Parecía que la tímida vampiresa había aceptado de buen grado la compañía de la despampanante dragona y se quedó bebiendo con ella mientras el resto del personal se iba retirando retirando de la piscina. En algún momento, ella misma se encontró tirando de la mano de Vylnys, caminando deprisa a su habitación y con la cabeza gacha intentando ocultar su vergüenza porque "ya era hora de ir a la cama".
A la mañana del día siguiente, Vivi se despertó tranquilamente en su cama, sin resaca alguna pero con la sensación de haberse emborrachado con algo, porque tenía más calor de lo normal. No tardó mucho en darse cuenta de que era por la maid dragón a la que estaba abrazando, y a la que también había dejado marcas de sus pequeños colmillos por buena parte del cuerpo, probablemente apenas dolorosos para Vylnys.
En cualquier caso, aquello sumado al timbre de la entrada era más que suficiente para hacer que Viviana se despertara del todo, con las mejillas coloradas otra vez, y se escurriera de la cama, empezando a buscar su uniforme por la habitación rápidamente. Por favor, por favor, por favor, que no se note nada... No tenía forma de verse en un espejo y solo esperaba que su uniforme tapase lo suficiente si es que había alguna marca en su cuerpo. Antes de salir volando por la puerta, se detuvo, miró a Vylnys que aún seguía en su cama, y frunció los labios, aún más avergonzada al decidirse. Se acercó a ella y le dio un rápido beso en la mejilla, saliendo por la puerta apenas un instante después.
De lo rápido que había volado hasta la entrada, a punto estuvo de chocarse contra el gelatinoso cuerpo de Tanya, frenando apenas a pocos centímetros de ella. Parecía que ya estaban allí reunidos unos cuantos, así que intentó parecer lo más normal posible mientras esperaba saber quién estaba en la puerta.
Motivo: Alcohol?
Tirada: 1d6
Dificultad: 4+
Resultado: 5 (Exito) [5]
Ni Ruby ni Gabriel habían bajado a recibir a quien fuera que había llegado y, quienes lo hicieron, se dieron cuenta de este detalle. Las maids de Carmilla que ahora dormían en la habitación de sus acompañantes aún no habían bajado tampoco. Fuera porque no habían escuchado la puerta o porque sabían que no eran necesitadas aún, no habían dado señales de vida.
Kateina despertó confundida y sin tener mucha idea de lo que había pasado. El alcohol había borrado la mayor parte de su memoria respecto a lo sucedido, así que todo lo que tenía eran imágenes residuales de lo sucedido. Sin embargo, la nota dejada por Livia hizo que la maid caballo estuviera a punto de desmayarse de nuevo de la vergüenza, mas su movimiento la hizo sentir el dolor de cabeza de la resaca, por lo que tomó la aspirina monstruosa y comió el desayuno con despacio y sonrió ligeramente. La vergüenza no había desaparecido, pero eso le había parecido tierno. Tomó su traje de baño y se vistió para ir a su habitación... que luego descubrirían cómo se había ampliado la mansión para crear un pasillo exactamente igual al suyo, solo que este tenía las habitaciones de las maids de Carmilla.
Dasatos se levantó con una resaca terrible y acariciando la almohada que Zuri había dejado como sustituto sin darse cuenta, hasta que abrió los ojos. ¿Por qué estaba tan cómoda? Incluso con algo así, el mayordemon había hecho un trabajo impecable. Esta se despertó y acomodó su bañador, el cual casi que estaba al revés. Después, recogió su cola y organizó la cama donde estaba para irse también a cambiarse. Era una maid, después de todo.
Vylnys, por su parte, tenía aún algunas marcas de mordiscos dejadas por Viviana, por lo que esta se levantó y se estiró de manera sexy (sí, incluso eso en ella era sexy) y se puso su traje de baño. Se llevó las manos a la mejilla y la boca como si saboreara aún a Viviana en ellos y se rio traviesa. Sus colmillos se asomaban mientras sus ojos brillaban como los de un depredador. Luego, se dispuso a volver a su habitación para cambiarse. Ella tampoco sentía resaca, lo cual la dejaba lista para un día de trabajo. Claro que la peliverde había obviado algo... tal vez su uniforme cubría las marcas por su cuerpo, pero el uniforme de Vylnys... era bastante revelador.
En cuanto a Morgane, la vieron en la cocina, haciendo el desayuno para todos, solo que ahora tenía piernas. Si algún curioso le preguntó, ella dijo que el dije que tenía en forma de estrella en su cabeza le permitía tomar forma humana para cumplir sus deberes, aunque era muy agotador para ella soportar el calor de estar afuera. M.A.Y.A. seguía con Carmilla, aunque no habían escuchado nada de esas dos todavía.
Cuando Livia abrió la puerta, lo que se encontraron fue con un fantasma repartidor. Sabían que lo era porque tenía pegado a alguna parte de su piel un prendedor que decía "Entregas ectoplásmicas S.A.S.". Tendió una carta a los cuatro e hizo que alguno firmara la planilla de recepción para luego desaparecer en el aire. Al abrir la carta, se encontraron con que decía:
La OAD no se detendrá ante nada. ¡Nada! Prepárense para se destruidos.
(Risa malvada)
Si bien parecía una broma, ya la OAD había actuado varias veces en los días que llevaban de servicio: la maid fantasma, la chica panda, el dragón... era posible que todo eso fuera obra suya. Les esperaba una lucha épica entre el bien y el mal... o tal vez solo una entre monstruos y humanos... ¿O tal vez una guerra de maids? Para saberlo, tendrán que esperar al próximo capítulo...
- FIN DEL CAPÍTULO 2 -
Esa noche decidiste no interrumpir a Tanya y al amo Vlad, pues querías planear tu venganza con paciencia. Se te había asignado la habitación que antes pertenecía a otra maid, pero la encontraste bastante cómoda y acogedora. ¿El amo realmente era tan malo? En realidad, eso no importaba, pues tu venganza debía ser consumada.
Ya despertándote más fresca y lista para un nuevo día de vengarte, escuchaste que alguien tocó tu ventana. Al correr la cortina viste a un fantasma repartidor. Sabías que lo era porque tenía pegado a alguna parte de su piel un prendedor que decía "Entregas ectoplásmicas S.A.S.". Te tendió un pequeño paquete y te pidió que firmaras la planilla de recepción para luego desaparecer en el aire.
Al abrir el paquete, notaste que traía dos cosas: una nota y una bolsa con algo adentro. La nota decía lo siguiente:
Sabemos que quieres vengarte de Drácula. Queremos ayudarte a cumplir tu objetivo con este veneno.
OAD
Al abrir la bolsa, viste una botella de vidrio con un contenido verde brillante. ¿Sería ese el veneno? Y la OAD... Habías escuchado algo de ellos mientras buscabas cómo vengarte del amo. Eran la Organización Anti-Vlad. Bastante obvio, pero ahora te estaban ayudando. ¿Por qué? Tal vez porque era mejor tener un aliado dentro de la mansión. ¿Qué harías ahora que tenías una forma de matar al amo? ¿Cómo burlar a todo el servicio para conseguir tu meta?
Veneno: Has recibido una botella de veneno. Si haces una tirada de Astucia 12 y la pasas, puedes matar al amo si deseas.
- FIN DEL CAPÍTULO 2 -