Partida Rol por web

Para cuando Vlad había empezado a hablarles, el llanto de la joven empezaba a ceder, y su mente estaba más clara. Tanto que no pudo evitar sentir algo de vergüenza, ¿De verdad había armado tantísimo melodrama de todo lo que sucedía? No pudo más que cubrir sus mejillas con ambas manos mientras se reía de manera risueña. Abrazó de vuelta a Tanya, más fuerte de lo que lo haría normalmente y se permitió el frotar el rostro contra sus generosos atributos ¡¡Eran tan blanditos que se quería morir!! Aún con la cabeza apoyada en los dotes de la contraria, miró a Vlad desafiante, pero sin perder la sonrisa.- Detalles...-Se frotó la nariz con una de las manos, incluso terminó de secar algunas lágrimas que humedecían su delicado rostro.- Alguien debía tomar la iniciativa, pero si os veis capaz.... ¿Quién soy yo para no dejaros pedirme la mano como dictan las tradiciones? -Le guiñó un ojo con coquetería.

Tras eso alzó la mirada hacia la slime y sonrió traviesa.- Morgane tenía razón... ¡¡Y casi casi me lo pierdo!! -Asomó la lengua entre los labios, mostrando así también los pequeños colmillos. Aunque al escuchar a la sirena de fondo, porque... Igual otra cosa no, pero oído y olfato ¡¡Tenían los vampiros!! Alzó el rostro de los pechos de la slime y se acercó con suavidad al oído de esta, ayudándose del levitar.- Deberías ir a por Morgane...-Le mordió suavemente el lóbulo de la oreja, y tras eso descendió con delicadeza mientras le sonreía divertida, pero tierna. Claro que quería casarse con ella si así lo deseaba, pero... No quería ser la causante de que Morgane se alejase cuando había una dulce conexión entre ambas.

Mientras soltaba la mano de la Slime, se encaminó hacia el amo con decisión, haciendo serpentear su delicado cuerpo. Los ojos de esta brillaron con intensidad, esa misma que Vlad a veces mostraba en un tono plateado, pero que ella había estado ocultando ¡¡Porque claro!! Ella era una maid más, nadie debía saber que era la amante... ¡Aunque Mayita se había encargado de decírselo a todos! Pss... 

Antes de llegar a él, sus rasgadas ropas desaparecieron y sobre su cuerpo apareció otras ropas totalmente distintas. Elegantes, sensuales y llamativas. Sin duda la marca de todo Drácula.

Sus largas piernas estaban desnudas y finalizaban en unos altos tacones de aguja. Sobre su rostro apareció un maquillaje bastante natural, aunque centrado en resaltar la mirada. De sus orejas colgaban unos pendientes en un tono rojo sangre que hacían juego con los detalles del vestido y gargantilla. Su larga melena iba recogida en una coleta alta que ahora se movía traviesa de un lado a otro.-  ¿Creéis que no os incomoda casaros conmigo, mi señor? Os aseguro que os haré desear volver a repetir este día el resto de vuestra existencia.-Le dijo en un tono desafiante. Miró entonces a Zuri, le debía aún un encuentro, pero se le veía demasiado ocupado con todo aquel Harem que se había montado en cuestión de segundos. Tras eso volvió la mirada para buscar a Tanya.

Fuera porque ella misma estaba llorando o porque quería malcriar un poco a Livia, le permitió a la vampiresa hacer lo mismo por lo que había regañado a otros, abrazándola con fuerza también y meneándola de aquí para allá. Poco a poco se fue calmando, pero no sin todo el dramatismo de por medio, aunque ver a Morgane salir cantando triste fue algo que no entendió. ¡Pero no importaba, Tanya se casaría con ella también! ¡Se casaría con todo el mundo! ¡Sería la bígama suprema! Aunque así no funcionaba... y ella no acababa de entenderlo muy bien. Miró a Livia confundida y aún con los ojos llorosos y soltó un pequeño gritito cuando le mordió la oreja, asintiendo mientras se limpiaba las lágrimas y sonriendo un poco cuando el amo le acarició la cabeza.

—¡Tanya vuelve enseguida! —dijo, antes de salir corriendo torpemente hacia la piscina mientras sus atributos rebotaban de un lado a otro sin control, apenas contenido por sus finas y reveladoras prendas— ¡Morgane, espera!

Alcanzando a Morgane, todo fue digno de una escena romántica y dramática. La abrazó y achuchó, diciéndole que se casaría con ella también. Seguramente la sirena le explicó el porqué no podía casarse con medio mundo, pero la slime no se rindió. Tal vez bígama no, ¡pero poliamorosa tal vez! ¿Es que acaso los monstruos no eran libres de amar sin límites? ¡Ella estaba dispuesta a amarlos a todos por igual! Aunque tal vez... solo tal vez, un poco más a Livia y al amo.

Tan solo un flis flas después, Tanya volvía tomada de la mano, si Morgane había aceptado su amor, con la sirena de la mano, vistiendo un vestido negro, si se podía llamar así, muy a su estilo, con acabados escarlatas en el cuello, la falda y sus guantes. Soltó la mano de Morgane apenas estuvo cerca del amo y Livia y agitó una mano mientras sonreía a ellos, corriendo hacia la vampiresa y tomándola de la mano. Estaba preparada para casarse. Aún no sabía muy bien lo que eso era... ¡pero se casaría!

La reacción de Tanya le pilló desprevenido, sintiéndose apreciado por aquella slime y tuvo casi ganas de derramar un par de lágrimas por ella, algo que nunca se hubiese imaginado cuando aquella empresa había empezado. Con media sonrisa asintió.

Si vamos a hacer negocios, puedo dejaros un círculo de invocación en la sala de torturas para que me llaméis cuando queráis. E incluso, quizá, tener una habitación propia.

Aquella última frase la dijo mirando a Vlad, con aquello estaba bastante claro que entraría en negociaciones con su antiguo señor. Se centró para finalizar su atención en la elfa oscura, había estado hablando casi más por pura inercia, pero lo que decía era... ¿El verdadero heredero al trono del infierno?

Mi padre... Alguien de quien ni me acuerdo... ¿Y acaso no tengo hermanos que quieran reclamar también el trono?

Preguntó, porque si era así necesitaría tomar cartas en el asunto. Era curioso, él siempre se había considerado un ser de orden y ahora ¿acaso necesitaban los demonios algo de orden? Se le antojaba divertido el intentar descubrirlo mientras investigaba sobre su pasado.

Pero ahora toca boda -sonrió a Carmilla y dejó que hiciese su magia con las vestimentas-. Y no se crea que olvido nuestra pequeña apuesta. ¿O prefiere dejarlo en empate?

Miró las ropas que le había escogido y tuvo que reconocer que aquellos guantes le habían enamorado hasta el punto que se deleitó un poco más en ellos.

...

Ocupó su lugar como sacerdote para unir a sus otrora compañeras y su otrora jefe, ahora convertidos en amigas y compañero respectivamente. Lanzó una mirada de arriba a abajo a las candidatas a la boda oscura, que por lo que a él respectaba le daba igual si eran dos bodas distintas o una unión entre tres o más almas. Lo que sí le resultaba curioso era que desde que había llegado allí miraba diferente a sus compañeras... y también a sus nuevas aliadas. ¿Era así como se sentía Vlad continuamente?

No importaba. Colocó sus cabellos y comenzó aquella unión de destinos que les perseguiría más allá del fin de los días. Se aseguraría que para ello tanto la magia de Vlad como la Carmilla y la del propio Zuri sellasen aquello que sólo podía terminar con sangre y un beso de pura lascivia.

Vlad sonrió ante la coquetería de Livia. Este solo dijo – Ya lo has hecho, así que no lo repetiré. Me ganaste esta vez – y le acarició la mejilla a la maid de cabello bicolor. Poco después, dejó que Tanya persiguiera a Morgane, pues comprendía que esta hubiera resultado herida. Mientras tanto, respondió a Zuri – Me parece un buen trato. Te invitaré a la próxima reunión – y con eso, quedaba cerrada la negociación entre dos grandes facciones de monstruos.

Lo que le dijo Vlad a Carmilla dijo - ¿Empate? Lo siento, guapo, pero tendrás que ganarme. Claro que hoy no, no se trata de nosotros – y se rio para luego alejarse con su nuevo vestido elegante negro con escarlata.

Morgane no pensaba parar y solo lo hizo cuando Tanya se le acercó, por lo cual le explicó lo que era en realidad el matrimonio y aceptó casarse con Tanya, pero tenía sus dudas. A pesar de esto, los vestidos para los futuros cónyuges también robarían el aliento a cualquiera.

Carmilla podía ser muchas cosas, pero al menos tenía buen gusto para la ropa.

Eshreve miró al demonio mientras se miraba y cómo ella también tenía un atuendo parecido al que llevaba, solo que con una nueva gama de colores, y luego dijo – De seguro lo recordará cuando regrese. Y no, no tiene hermanos. Usted siempre es y ha sido el único heredero de su majestad  Lucifer-sama – y dijo eso con un tono solemne y bajando un poco la cabeza.

La boda comenzó con las otras maids de Carmilla y Viviana en atuendos bastante elegantes de los mismos colores y, cuando llegó el momento del juramento, la magia de Zuri, combinada con la de los dos hermanos Drácula llevó a que las cosas se salieron un poco de control… y no solo para los novios. Lo cierto fue que, cuando todos reaccionaron, la ropa de la mayoría, incluso de los ninjas y Eshreve parecían haberla pasado de maravilla, pues ahora la elfa oscura estaba rodeada de las serpientes del ninja. Las lindas de ropas estaban todas hechos girones y todos estaban en la mitad del castillo (o al menos lo que quedaba de él) con el cuerpo algo cansado por algún sobreesfuerzo y algunos moretones por mordidas. Era posible que hubieran pasado la noche de sus vidas, mas ninguno lo recordaba. Si le preguntaron a los Drácula, también casi semidesnudos, respondieron que pudo ser una sobredosis de energía oscura, por lo cual funcionaba como el más fuerte de los licores. Con dolor de cabeza, como si fueran resaca, notaron que M.A.Y.A. había vuelto a ser la de antes y ahora limpiaba las ruinas con diligencia, pues decía que pronto llegarían los clientes. ¿Quién querría un café maid en medio del apocalipsis? Bueno, les sorprendió ver que ya había clientes afuera esperando. Muchos eran humanos que habían mutado por radiación o monstruos que buscaban hacer parte de la organización.

Si bien el fin del mundo había llegado, el trabajo de una maid nunca ve fin. Ahora debían hacerse cargo del café mientras que Zuri se tendría que encargar del caótico inframundo que su padre había dejado para él. Unidos, crearían la facción denominada “Monstruos unidos” y, de manera casi invencible, se hacían cargo de todo durante sus tertulias. Viviana siguió a Vylnys y se hizo miembro de la organización, mientras que Livia aún lidiaba con una Tanya que quería descubrir lo que era casarse. Sería difícil tenerla tan cerca para esas cosas.

…

En algún lugar del mundo, una maid con cuerpo de monstruo marino surgía del mar con mirada amenazante – Es el momento de dar mi golpe de gracia -.