Los marineros les habían echado escalas de cuerda cuando los aventureros emergieron en la superficie. Les recibieron con los brazos abiertos y enseguida les llevaron bajo cubierta para curarles las heridas. Entre vítores fueron acogidos y rápidamente la capitana dispuso todo para la comodidad de ellos aunque no hizo mover el barco aún.
-Por un momento pensé que te perdíamos Albahaca-le dijo a la pequeña con una sonrisa-. Les he visto luchar bajo el agua y, no os lo creeríais-les decía a sus compañeros que estaban allí deseando escuchar todo lo ocurrido-, han luchado valientemente y él-señaló a Orégano que aún sostenía la vara de retribución-, él ha sido quien ha derrotado a Shelachai ahí donde le veis. ¡Orégano ha conseguido la vara!
Estaba pletórica y todos sus compañeros comenzaron a ovacionar al grupo. Se habló del dinero, de lo que harían cada uno con su parte, de a donde ir o que planes futuros hasta que al cabo de un rato Tres pendientes se acercó a Oregano, Dudel, Lyeneru y Albahaca.
-No tiene sentido mentiros y, bueno, parece que algunos ya lo teníais claro. Si, somos piratas y espero que eso no suponga un problema. La vara la llevaremos a Torreoscura, es el único sitio en el que podríamos vender algo así. Os podemos dejar en Palmaflora con la mayor parte del dinero y daros el restante en cuanto vendamos la vara...-hizo una pausa algo intrigante, con una sonrisa pícara como si supiera que iban a elegir los aventureros- o mi propuesta, más ahora que he visto como luchais, sigue en pie. Los hechizos de Dudel, la agilidad de Lyeneru, el poder de Albahaca y la valentía de Oregano... de verdad que nos vendría muy bien algo así en el Cazaolas. Además, a mi tripulación les habéis caido bien-afirmó.
Últimos post, creo, vosotros decidis que pasará en el futuro con vuestros pjs.
Posiblemente nunca me había alegrado tanto por pisar un barco como en aquella ocasión, pues estar debajo del agua me había gustado menos que meter la cara en un avispero.
- ¡Ufff! ¡Cualquiera le va a aguantar como se le suba a la cabeza! - Dije pensando en que Orégano no solía necesitar demasiado para tener el ego por las nubes.
Eso sí, me alegraba de que Albahaca no hubiera muerto y bueno, Dudel era un hueso duro de roer, así que lo que menos me extrañaba era que hubiera salido allí. Eso sí, imaginaba que el chapuzón tampoco le habría gustado demasiado.
No me sorprendió en absoluto aquella confesión y bueno, realmente a mí me daba igual lo que fueran, aunque en aquel momento lo que quería era el dinero que me iba a hacer falta.
Mi cara fue de circunstancia pues yo misma me había sentido de lo más inútil en aquella última pelea, así que me sorprendió muchísimo hasta que me mencionaran.
- Yo voy a declinar la oferta. Demasiada agua para una temporada. Además, quiero buscar a mi familia. - Contaba con que alguien aún estuviera vivo, con todos los hermanos medianos que tenía, seguro que alguno había sobrevivido. - Y ayudaré en lo que pueda a reconstruir nuestro hogar - aunque fuera en otra parte.
Puede que me gustara vivir sola y sin mucha gente a mi alrededor, pero sabiendo que el resto estaba bien en su sitio. Ahora mismo no lo estaban y por eso debía echarles una mano.
Albahaca asintió a tresPendientes, y dio un par de manotazos amigables a la pierna del cocinero. Este barco parecía otro sin los refugiados de Palmaflora, ahora bien, se enfrentaban a una durísima decisión y Albahaca suspiró con alivio al ver que Orégano aún tenía la vara de las mareas en sus manos, hizo la señal de la cucaracha y unidos por los hombros se reunieron para tomar aquella decisión - ¿Venderla? Si cae en malas manos otro podría utilizarla de la misma forma.... mi propuesta es que nos la quedemos hasta saber como destruirla, y mientras tanto, enrolarno en el Cazaolas hasta saldar nuestra deuda por las pociones con ellos..... ¿Qué opinais? - Era imposible para Albahaca no quedar sin remordimientos dejando un objeto tan poderoso por ahí, debía ser destruído.
Dudel se alegro de salir de aquella enorme masa de agua, le gustaba el mar, pero no sumergirse en el y menos después de tanto rato.
Escucho lo que tres pendientes les dijo, y al parecer, fue el único que se sorprendió de ello, por las historias que siempre había oído, los piratas eran personas horribles con parches en un ojo, garfios y loros, o gente que tenia un sombrero de paja, samurais, tíos con traje, gente con nariz larga, renos médicos, ciborgs, esqueletos y chicas de exuberantes "atributos" y tres pendientes y la tripulación en general carecía de cualquiera de esas descripciones, con lo que lo ultimo que pensó es que serian piratas.
Miro a Albahaca y negó con la cabeza.
-Ya les habíamos prometido entregársela, no podemos romper nuestra palabra, si cae en malas manos, pues los detendremos de nuevo, pero no me gustaría romper una palabra dada.
Dijo con serenidad.
Se rasco el menton.
-Mi deseo es reconstruir palma flora, así que si la paga es buena podria unirme, aunque me gustaria tener la libertad de poder decidir irme a ciertos concursos de bardos, y en caso de encontrar una aventura donde paguen bien, no se el tipo de contrato que teneis pensado, pero al igual que esta vez, les ayudare por faena hecha.
Luego suspiro.
-Y por supuesto, tampoco estoy dispuesto a ir robando y matando a gente inocente.
Orégano salió del agua pletórico pero agotado. Levantó la vara como si fuera un trofeo y agradeció las palabras de Tres pendientes y de Dudel, especialmente. Después se preocupó por Albahaca. Al fin y al cabo era su hermana y no estaba tan acostumbrada a la lucha como él. Pero sí que lo estaba a aquello que escapaba al entendimiento de Orégano. Aquella vara era parte de esas cosas. Así que le tendió la vara y después se fue a reunir con sus nuevos compañeros.
Cumpliría su palabra y se uniría a la tripulación. Ahora que le habían tomado en serio, seguro que tendría un puesto de importancia dentro de la jerarquía piratil. ¿Quién iba a decir que una partida de dados trazaría tal destino?
Tres pendientes asintió con la cabeza comprensiva y señaló la vara.
-Como os dije, para poder pagaros lo prometido debo vender la vara. Pero si os sirve de algo hasta los piratas debemos poder viajar por mar sin que un dios vengativo hunda nuestros barcos. Bastantes peligros hay ya, así que a quien vendan la vara, probablemente, no sea alguien que pretenda usarla. Tomadlo como una manera de "proteger" un objeto tan peligroso-dijo la capitana, aunque resultaba difícil de creer no era una mala opción-. Y te entiendo Lyeneru, yo también me preocuparía por mi familia si no navegase con ella. Te acercaremos a Palma Flora, seguramente paremos un par de noches allí para reaprovisionarnos y limpiar un poco el Cazaolas antes de dirigirnos a Torreoscura-les explicó la mujer. Habían gastado muchos vendajes y munición en el ataque de los sahuagines, estaban escasos de pociones curativas y la tripulación merecía un descanso-. Cuando lleguemos bajad, descansad y antes de marcharnos podréis volver, si queréis, para ser miembros del temible Cazaolas-finalizó de manera teatral.
Y así fue como el grupo logro vengar el ataque a su pueblo. La isla de Flora no se había salvado y muchos habían perdido la vida allí días atrás, pero fue gracias a estos aventureros que muchos otros se salvaron. Que arrebataron la vara de Uk'otoa de las manos de una malvada shaman sahuaguin y así evitaron que otras ciudades costeras sufrieran ese terrible destino. Además, muchos de ellos se encontraron con sus seres queridos, otros encontraron un sentido a sus habilidades y así, con la música de Dudel resonando por la cubierta mientras el Cazaolas levaba anclas acaba esta historia. Aunque... quien sabe, quizás no sea la última aventura de este grupo de valientes aventureros en la Costa de las Bestias.
FIN