Euxeo, y yo, acompañamos al resto al exterior, ansiosos por escuchar lo que Don Natxo tiene que decirnos.
Una vez estuvieron en el patio de armas miró en derredor para descubrir que no había oídos cerca y empezó a decir
- ¿A qué rumores os referís? yo he visitado el pueblo de la señora y os aseguro que es todo muy extraño. Contadme vos primero...
Pues... ─miré también enderredor antes de continuar, como había hecho momentos antes el santiaguista ─se fabla de brujerías, et que la señora non es trigo limpio. La casa de los Vinicio, la cual visitamos en Echauri, paresce haber sido ardida a conciencia. Ennegrecida en demasía hallábase la zona donde antes hubo una puerta, lo cual hace pensar que en tal lugar origináronse las llamas... cosa extraña cuanto menos...
Diego fablaba más de la cuenta, et fazía bien. A fin de cuentas non contaba más que lo que decían las propias gentes del lugar, et además, ganaríase ansí la confianza del santiaguista. Non pequeño era tal enemigo; noble caballero et defensor de la fe. Sin duda non había de quitarle ojo a aqueste, pues un mandoblazo de su diestra o dos palabras de su lengua podían acarrearnos muchos problemas...
No veía la hora de poder citarme con la señora, pues necesitabamos pronto saber de su protección et de si seríamos aceptados como sus lacayos.
- Es algo muy parecido a lo acaecido en el pueblo de la Señora. Su antigua residencia ardió sin ton ni son desde los cimientos con los criados dentros. He estado en la zona y había tanta nieve y todo estaba tan húmedo que un fuego así de repente es imposible. La única manera sería formar una buena con leña seca y quizás alguno de esos ingenios de los griegos que arde aunque llueva. ¿Pero aquí? no puede ser salvo que sea... brujería. Los criados no tuvieron tiempo ni de salir para evitar las llamas. Todo esto es muy raro.
Master, si quieres, por mí, y siempre que mis compañeros de juego estén conformes con ello, puedes seguir avanzando la historia.
¡Un saludo!
PNJOTIZADO.
Harto dudoso es todo sin duda... -dijo don Diego-, et que similares hechos son los conocidos por vos et por nos. Parece como si querer ocultar algo entre tanto fuego andárase la cosa. Mas debemos ser cautelosos -a todos-, hemos de cumplir con las obligaciones del Barón hasta que nos dé su bendición, et poder partir en el su favor y además bien pagados. Et vos, don Natxo, que cuidáis de los viajeros que van a la ciudad Santa, no convendría perder la hospitalidad que don Sancho vos otorga en las frías esperas del invierno, como ahora.
- Por supuesto mi querido Diego. Yo soy fiel a nuestro Señor por encima de todo. Es simplemente, que hay algo en la señora y su circunstancia que no termina de quedar claro. Pero por supuesto, no es más que un ligero presentimiento que sólo comparto con vosotros.
PNJOTIZADO.
Será mejor tener los ojos bien abiertos, querido Natxo, et hablar y actuar cuando sea menester et no más de la cuenta -respondió-, al menos mientras dure nuestra estancia y si no hay algo que nos haya de incumbir.
El cambio de escena está en tus manos, Natxo.
Asiente vehementemente
- Estoy de acuerdo. Llevemos la máxima discrección. Por favor, andad atentos a la señora.
Pues vamos a ello.