Iba a responderte cuando de repente te moviste rauda para comenzar a vomitar.
Mi cuerpo se movio automaticamente. Una respuesta refleja pero claramente adaptada a la necesidad. Ni un movimiento superfluo. Una mano sobre tu hombra, la otra en tu frente, recogiendo el pelo y evitando que este se manchara, asi como recogiendo entre ambas tu cuerpo para que pudieras apoyarte sin miedo a caer.
Mi pecho pegado a tu espalda mientras te cubria y me aseguraba de que estabas, dentro de lo posible, bien.
Espere pacientemente a que terminaras y cuando lo hiciste, ocn diligencia, te di un pañuelo gastado pero limpio.
Mejor? – Espere respuesta aunque sabia que no lo estabas. – Tenemos un largo camino mi amor, muchas cosas ocurriran en el y es normal esto, asi que no te preocupes. Ahora, debemos averiguar como hacernos mas fuertes, pues esto, solo es el principio.
Mi cuello se giro y mire a Amareth, haciendole un gesto en su direccion.
Aun no entendemos que ocurre, al menos no la imagen completa, pero tu hermana nos mostro un posible camino… deberiamos estudiarlo, pero por el momento, descansa y relaja la mente. Vaciala lentamente… y solo centra tu atencion en mi voz.
Tu cercanía logró apaciguar las sensaciones que se amontonaban en mi interior y me provocaban aquel malestar y angustia, el sabor de la bilis por mi garganta mientras algunas lágrimas rebeldes aún resbalaban por mi mejilla y mis ojos se fijaban en los tuyos.
- Gracias... - Respondí mientras tomaba aquel pañuelo - Sí, un poco... - Asentí - Sí, necesito ser más fuerte... Yo... - Suspiré - Lo siento...
Con tu ayuda logre volver a ponerme en pie, acomodando mis ropas y eliminando cualquier gesto de dolor de mi rostro, regresando de nuevo a aquella expresión fría y serena.
- Tenemos trabajo...
Fue lo único que dije, dándote a entender que estaba preparada.
Una suave sonrisa que declaraba alto y claro que no habia necesidad de agradecimiento ninguno. – Eres mi vida… Lilah… - Un directo claro, sobre hasta que punto estaba contigo.
Un suspiro acompañado al tuyo mientras te daba un leve toque, con mi dedo indice en la punta de la nariz, para descentrarte. – Deja de cargartelo todo sobre tus hombros. Ya no estas sola, estoy aqui… y somos ambos los que necesitamos hacernos fuertes… pues si uno se hace mucho mas poderoso que el otro, el equilibrio entre lo que somos podria ser peor que cualquier otra cosa.
Un suave beso. – No tienes que disculparte por nada… no ante mi…
Te levantaste, te ayude a acomodarte las ropas con dedicacion y obviamente sin ninguna otra intencion, por mas que mis manos se pasearan por tu cuerpo. Mire tu mascara y enarque una ceja levemente pero no dije nada.
Me pegue un poco a ti. – Descansar, estar en optima capacidad tambien es importante… y llorar a alguien que hemos perdido, lo es mas aun. – Mire en direccion a Amerath y Lerin. – Ellas tienen la voluntad de cambiar el mundo a un nivel que nosotros no podemos, pero necesitan guia. Son demasiado jovenes. Es cierto que tenemos prisa y que nuestro enemigo nos lleva ventaja… pero un buen cimiento hoy… puede ser aquello que nos haga ganar en el futuro. Oscuridad y Luz, unidas bajo una sola Fe. Dos cabezas pero un unico espiritu.
Te mire a los ojos. – No podemos ganar solo con tu guadaña y mi espada, mi amor… - Espere por unos segundos. – Amerath quizas parezca la mas fuerte, pero tambien es aquella que ha perdido a su guia… necesitan otra… o por lo menos, alguien que le enseñe el camino.
Me quedé mirándote mientras te escuchaba, mi cabeza ladeada ligeramente y mis ojos abriéndose con cierta sorpresa ante tus últimas palabras.
- No estarás insinuando que ocupe el lugar de mi hermana como líder de este lugar, como guía... ¿Verdad? Yo no sirvo para liderar o guiar a nadie... Si ni siquiera sé aún cuál es mi camino no sé cómo voy a poder guiar a otra gente...
Te mire ante tu sorpresa y negue con suavidad. - No, no insinuo eso. Nuestro camino y el suyo es diferente, pero no estaria de mas enseñarle que no esta sola y que debera tomar el lugar de tu hermana, no para suplirla, no para ser ella, sino para ser ella misma y crear algo nuevo de las cenizas de lo viejo... algo que traiga esperanza a un mundo moribundo, junto con Lerin.
Me coloque delante de ti, bajando el rostro hasta quedar a tu altura. - Oscuridad y Luz... Esto siempre ha sido cosa de la fe creada antaño... - Me encogi de hombros. - Quizas es hora de que nazca algo nuevo, mientras tu y yo nos adentramos en el camino de los Antiguos Dioses, para descubrir la verdad.
Respiré aliviada ante tus palabras asintiendo con una cálida sonrisa.
- Sí, sin duda alguna podrían ayudarse la una a la otra de formas que ni ellas mismas llegan a entender aún... Amerath debe ocupar el lugar que le corresponde, llevar a este lugar por un nuevo camino con la ayuda de Lerin... Igual que nosotros ellas deben enfrentar su nuevo camino... Tienes razón, mi amor...
Volví a sonreír y miré a ambas muchachas, por si tenían algo que decir o simplemente por ver sus expresiones pues quizás estaban asustadas o inquietas por la responsabilidad que habían adquirido.
Cuando hablaste de que algo nuevo naciera no pude evitar quedarme unos instantes congelada, con una expresión algo confusa pero fueron apenas unos escasos segundos.
Lerin miraba al suelo, mientras se notaba como las palabras dichas habian tenido efecto sobre su persona. Respiraciones rapidas, manos cerradas una sobre la otra y nerviosismo mientras su mirada estaba perdida en sus pies. Una inspiracion mas profunda, unos ojos alzados y fijos en vosotros.
Miedo. Emocion. Duda. Fuerza.
Unos labios abriendose. - Yo... yo...
Una mano sobre la de Lerin. Fuerza en el gesto, cariño tambien. Un apreton tranquilo mientras su mirada que no se habia desviado de la vuestra permanecia cargda de una determinacion que brillaba con la intensidad de una estrella naciente. Compostura regia, mirada cargada de voluntad.
Un desvio de mis ojos, un giro suave de su cuello y una mirada que se encontraba con la de Lerin y esa voz semivacilante. Una sonrisa tranquila pero cargada de una autoridad carismatica y sencilla. Los ojos perdiendo su fuerza en pro de una cercania calida y un suave asentimiento que consiguio una sonrisa de los labios de Lerin.
Una mirada entre ambas, Lerin relajandose.
Tras esos segundos, mis ojos volviendo a vosotros.
Una nueva Fe. Una Fe sustentada en vuestra existencia. Dia y Noche. Luz y Oscuridad. - La sencillez del tono, pero la fuerza que habia tras ella. - Necesitaremos escuchar vuestra historia, la que recordeis. Si debemos crear o unificar las anteriores fes en una sola, una donde vosotros o vuestras figuras sean el centro, deberemos entenderos... un poco al menos. Lo suficiente para poder a comenzar a explicar al mundo, el camino que tomais... y el motivo...
Era una pregunta... y no lo era. Estaba decidida. Sin ninguna duda.
Suspiré ante aquella petición, buscando un lugar en donde poder sentarme hasta dar con un pequeño escalón de fría piedra en donde me senté, manteniendo aún entre mis manos la máscara de piedra del rostro de mi hermana.
- Es poco lo que recuerdo... Entre los recuerdos más antiguos recuerdo oscuridad, una cálida oscuridad... Dolor y sangre, placentera violencia de quienes morían en cruentas batallas... Una voz afectuosa, maternal que nos acogía entre su capa de sombras y noche... Recuerdo un camino sombrío, sentirme perdida y llegar hasta un claro en donde se producía una batalla... Una batalla entre quienes creían en la luz y quienes defendían las sombras... Me uní a la lucha hasta terminar frente a una intensa luz que dañaba mis ojos... Una especie de explosión y una caída... Y cuando pude abrir de nuevo mis ojos... - Miré en tu dirección - Una figura masculina, un guerrero con numerosas heridas infringidas por mi guadaña, del mismo modo que mi cuerpo había sido herido por su espada... Estaba decidida a acabar con su vida pero entonces... Entonces presentí un peligro mayor que él y entonces... Abrió los ojos... Me tomó de la mano y corrimos...
Te escuche como hizo asi mismo Amerath y Lerin. Me sente a tu lado con mi rostro girado en tu direccion y tus palabras eran correspondidas alli donde mis recuerdos eran similares a los tuyos.
Esa fue la primera batalla en la que nos encontramos, pero no el primer mundo donde estuvimos. - Un suspiro cansado mientras el brillo de mi mirada se hacia mas viejo. Una mano que se alzaba y te rozaba. - Los mundos colapsan, las realidades se desvanecen o se elevan bajo los designios de aquellos que se ocultan mas alla de la vista. Los Dioses se creen todopoderosos pero ni siquiera ellos son capaces de ver mas alla del velo de Eternidad.
En los campos de Elaira, bajo la Luna de Marfil y el Sol Negro, los ejercitos de plata y obsidiana se encontraron como ya habian hecho en otros mundos. El impacto se dejo notar por todo el continente mientras criaturas que solo tenian cabida en las pesadillas asomaban para pelear en cada bando. - Mire a Lerin y Amerath. - La dualidad de bondad y maldad esgrimida en forma de luz y oscuridad es algo mortal, finito en vuestra comprension del mundo. La realidad es que tanto la luz como la oscuridad tienen la capacidad de ser ambos, pero el tiempo ha ido provocando que las formas de pensamiento mortal se filtrasen en algunas de las entidades divinas creando una base para algo que solo es real porque han sido demasiado debiles para permanecer puros si quereis llamarlo asi... otras veces simplemente entidades oscuras en cuanto a maldad y no bando, han conseguido alcanzar planos de existencia superior.
Volvi a mirarte a ti. - Aun recuerdo salir huyendo de alli, cuando el cielo se rajo, desestabilizando el tejido de la realidad y mostrando lo que habia mas alla. La Ira y la Furia encerradas en una mirada fria que aniquilaba a cualquiera que se quedase quieto...
Me abracé a mi misma, como si aquellas palabras provocasen que una oleada de recuerdos intentaran colarse en mi mente, inundarla con una corriente demasiado peligrosa. No quería recordar, no debía...
- Me lo arrebataron... - ¿Qué estaba diciendo? - Ellos me lo arrebataron todo... Dijeron que era contranatura, que no debía nacer... - Uno de mis puños cerrados con fuerza mientras una de mis manos había bajado hasta mi vientre, casi sin ser apenas consciente de ello - Dijeron que nuestra unión era una blasfemia, algo que no debía existir... Los maté... Los maté a todos y... No me arrepentí...
Te escuche y comprendi por donde iban tus recuerdos. EL tono de tu voz provoco que algo dentro de mi, o mas bien, alguien, llorase. Sin comprender como las lagrimas brotaron de mi ojos, mientras me abrazaba a ti, colocando tu rostro en mi hombro y el mio en el tuyo. Un suave beso en tu cuello, un abrazo sentido y necesitado, tanto de dar como de recibir. Aprete mi cabeza contra la tuya, mi mano bajo y se encontro con la tuya, apretando tus dedos y entrelazandose con ellos.
Unos largos segundos de silencio, mientras nos quedabamos alli. Dos mortales y al mismo tiempo, inmortales. Dos criaturas que habian visto nacer y morir mil mundos, recordando el seguramente momento mas doloroso de mil vidas. La perdida de una criatura a manos de aquellos que decian que eran familia. Que mas daba si era padre o abuelo... eran familia y aun asi... sin importar si era luz u oscuridad, lo arrebataron todo. Sin misericordia y sin piedad.
Matamos. Lo recordaba. Tu guadaña y mi espada. Un mundo baldio de cadaveres y sangre.
Ni deberias arrepentirte. No es blasfemia, simplemente no es el orden que ellos querian... uno estable y ordenado, donde nunca debieran mirar si alguien les quitaria lo que era "por derecho" suyo. Las existencias que poblaron, pueblan y poblaran los mundos deberian ser libres de crecer y avanzar segun ellos consideren. - Un beso, unos labios en tu frente. - No volvera a ocurrir. Esta vez... sera la ultima... nunca mas nos arrebataran nada.
Luz y Oscuridad. Anatema decian algunos, simbiosis era la realidad. En medio de esos sentimientos, algo mas ocurrio, el silencio se rompio.
El llanto de un niño. Uno pequeño, recien nacido, clamando por el alimento de una madre. Un eco... solo eso, un eco de otro momento, de otro tiempo... y aun asi, calido y reconfortante.
Apoyé mi cabeza sobre la tuya, con nuestras manos entrelazadas sin dejar de mirar a quienes teníamos delante.
- No dejaremos que eso se repita... Tiene que haber un modo... ¿Verdad? ¿Qué podemos hacer?
Ante tus palabras las dos mujeres se miraron entre ellas pues la pregunta iba tan por encima de lo que ellas podian decidir o incluso mencionar que no sabian ni por donde empezar. Una cosa eran las palabras de una hermana, trasmitidas de forma exacta, pero otra cosa muy diferente era esperar que dos mortales supieran la respuesta a una opcion que habia sido arrancada de los caminos del Destino hacia mucho.
Una pregunta que en si misma, si era blasfemia. Herejia contra aquellos que habian instalado las columnas del orden en los mundos y universos. Los mismos que habian usado esas columnas para enganchar las Mil Cadenas de Asura para asegurarse de que ese mismo orden no solo era respetado, sino que era Ley.
Senti el peso de tu cabeza, cerre los ojos y disfrute de la sensacion mientras inspiraba por unos largos segundos. Acabe por abrir los ojos por el largo silencio y observe a las dos jovenes que parecian dispuestas a abrir un camino para la Humanidad que la llevaria a la destruccion... si nosotros fracasabamos.
Era un camino de autentica libertad y como tal... tenia un precio que deberia pagarse.
Esa pregunta amor mio no tiene una respuesta. No en este momento. - De ellas pase a ti. - No esta en ellas, no porque carezca de entendimiento, sino porque no es suya la respuesta. Tanto la pregunta como la respuesta residen en ti... es el camino que debemos recorrer el que nos dara la respuesta que buscas. Mas solo al final. Encontrar las piezas rotas de las mil esferas anteriores, atravesar lo que fue, lo que es y lo que sera, para poder recordar todo... y entonces poder enfrentarnos a quien nos ha estado cazando todo este tiempo. Solo entonces... quizas obtengamos una respuesta.
Como bien dice... - No sabia bien como referirse a un hombre que no lo era. Carraspeo y se salto esa definicion.
Nuestra historia y nuestro camino... - Miro a su compañera humana. - Es transcribir el vuestro, para que tanto nuestra generacion como las posteriores sepan de lo que hicisteis por todos nosotros. Yo solo se lo que vuestra hermana me dejo. El Bosque de Cristal... y aun asi no puedo deciros mucho mas. Ese nombre lleva acuñado en nuestra historia desde sus inicios pero nadie ha regresado de el, o quienes lo han hecho, no estaban en si lo suficiente como para dar informacion ninguna. Ni siquiera sabemos si es un bosque o no... es solo, lo que parece ser desde la lejania... pues solo sereis capaces de entrar en el si el lo desea... - Se callo por un segundo. - O eso dicen las leyendas.