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Memorias de Afandum

Lore - Dioses

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22/10/2019, 12:32
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Afan y Coiman

 

Los dos hermanos vivían en el mundo de los gigantes. Un mundo como otro cualquiera, donde el poder está repartido de manera desigual y todos quieren dominar al resto.

Los hermanos siempre demostraron ser muy inteligentes. Afan no sólo era capaz de dar forma a la esencia, sino que era capaz de crearla de la nada o absorberla. Mientras que Caiman era capaz de crear vida de la nada.

Al ver que la guerra civil entre los gigantes consumiría su mundo. Afan empezó a crear uno propio. Un mundo creado por completo con esencia. Un mundo de paz, tranquilo y en equilibrio.

Como había predicho, el mundo de los gigantes fue destruido por la guerra. En un último esfuerzo, Afan absorbió toda la esencia que quedaba en el mundo y lo proyectó a su mundo.

Esto hizo que el mundo de los gigantes desapareciera al instante. Pero consiguió que su mundo fuera sostenible. Afan y Coiman encerraron a los gigantes que seguían con vida en las mazmorras del nuevo mundo, y con el paso del tiempo convirtieron el nuevo mundo en un hogar.

Giandum, así lo llamaron, era un mundo no demasiado grande, pero era lo suficiente para ellos. Crearon bosques, estatuas, templos y palacetes. Además de las mazmorras en las que estaban atrapados los supervivientes de la guerra de los gigantes.

Con el paso del tiempo, y viendo que la obra estaba completada., los dos hermanos empezaron a sentirse vacíos. Ambos deseaban más de lo que tenían, pero de maneras muy diferentes.

Afan empezó a construir otro mundo. Uno distinto al suyo y que se pareciera un poco más al de los gigantes en el que vivían. Un mundo donde la tierra era marrón, el agua azul y los árboles pintaban de verde los bosques. El mundo en el que vivían estaba por completo hecho con esencia y todo tenía el mismo color entre azulado y grisáceo.

Afan creó la tierra, los mares, el cielo, las montañas... Y pidió a Coiman que lo dotara de vida. De este modo, fueron creados los árboles, los prados y los animales. Afan veía como poco a poco su obra se completaba, y le dio el nombre de Afandum.

Habían conseguido el objetivo que había perseguido Afan. Un mundo nuevo, lleno de color, sostenible y completamente libre de esencia. Pero Coiman seguía sin sentirse completa. Seguía faltándola algo.

Coiman usó sus dones y parte de la esencia del mundo para engendrar vida. Esta vez era algo distinto, no deseaba crear vida ajena a ella. Deseaba crear vida inteligente, capaz de reconocerla, de ser parte de ella y sentirse como tal. Por lo que decidió crear vida dentro de ella.

Al cabo de un tiempo, el vientre de Coiman empezó a crecer y creces hasta que finalmente llegó el día. La giganta dio a luz a seis bebés, nacidos de ella y de pura esencia. Una camada de Dioses.

Coiman se sentía al fin completa. Afan se encariñó de inmediato con sus nuevos sobrinos. Al fin ambos hermanos habían conseguido lo que querían, un mundo para ellos, donde pudieran asentarse.

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22/10/2019, 12:55
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Los nuevos Dioses

     

Coiman dio a luz a un total de cuatro hijas y dos hijos. En orden de nacimiento, Ambad, Asara, Eala, Hildor, Imbar e Isil. Desde temprana edad, demostraron tener curiosos dones, diferentes entre ellos.

Al cabo del tiempo cada uno era capaz de controlar sus dones. Afan veía en sus sobrinos la próxima generación, aquellos que gobernarían sobre Giandum, el mundo en el que vivían, y en un futuro, en Afandum también. Pero para ello debían entrenar sus dones. Y el mejor lugar para hacerlo, donde no importaban las repercusiones de si algo salía mal, era en Afandum.

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22/10/2019, 13:21
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Ambad - Diosa de la muerte

La mayor de los hijos de Caiman. Desde muy pequeña, demostró su habilidad para manejar la esencia de una forma muy particular. Era capaz de acumular pequeñas cantidades de esencia para capturar el alma de seres mortales.

Con el tiempo, viendo que los animales que vivían en Afandum morían, despertó en ella un instinto que no podía explicar. Era capaz de entender las almas de los seres que morían. Veía cómo las almas de los seres que morían, se quedaban atrapadas en el cuerpo, marchitándose lentamente hasta desaparecer.

Cuando al fin lo comprendió, supo que su deber era transportar las almas a un sitio donde pudieran descansar. Para ello, convenció a su tío Afan de que construyera un pequeño mundo para albergar las almas de aquellos seres que morían.

Afan, orgulloso de que su sobrina hubiera comprendido cuan poderoso era su don, y lo primero que había pensado era en cómo ayudar a esas almas, en lugar de usarlo ese poder para su propio beneficio, aceptó con gusto y creo Ambadum. Un mundo creado con esencia, similar a Giandum. Con un puente que conectaba Giandum y Ambadum, y que solo Ambad podía cruzar.

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22/10/2019, 14:39
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Asara - Diosa de dragones

Fue una de las que más tardó en mostrar sus dones. Pero no tardó en dominarlos, gracias a la ayuda de su madre.

Era capaz de acumular pequeñas cantidades de esencia y dar vida a pequeñas criaturas aladas. Por más que intentaba crear otro tipo de criaturas, sólo conseguía que salieran criaturas aladas. Lo máximo que lograba era que algunos salieran más grandes que otros, con distintas formas y colores, pero siempre el mismo tipo de criaturas aladas.

Estas criaturas, nacían siendo pequeñas, inofensivas y tremendamente vulnerables. Sin embargo, al crecer, se convertían en enormes y poderosos seres. Las primeras creaciones de Asara, vivieron en Afandum, ante la atenta mirada de su madre, aquella que les trajo a la vida.

Pero a medida que crecían, se convertían en una amenaza constante para todos los animales que ya vivían en aquel lugar.

Afan, ante el caos que generaban, decidió crear un pequeño mundo para estas criaturas, llamado Asardum. Un mundo creado solo con esencia, en el que podían vivir, crecer y relacionarse sin dañar a nada ni a nadie, y además alimentarse de la esencia del propio mundo.

Asara decidió vivir en Asardum junto con sus creaciones, a las que llamó dragones.

Con el tiempo, Coiman pidió que creara un puente entre Giandum y Asardum para que pudiera ver a su hija siempre que quisiera. Afan aceptó con la condición de que sólo Asara fuera capaz de atravesar el puente, y de esa manera impedir que los dragones pudieran llegar a Giandum o que Coiman sufriera algún ataque estando en Asardum.

Asara amaba profundamente a todos y cada uno de los dragones, tanto que empezó a sentir cierta rabia hacia su tío por haberlos desterrado de Afandum, un mundo mucho más grande y hermoso que Asardum.

Con el tiempo, ayuda de su madre, comprendió mejor sus dones y la razón por la que sólo podía dar vida a dragones. Al nacer, la esencia tomó una forma peculiar en ella. Físicamente, era como el resto de sus hermanos, pero si acumulaba la suficiente cantidad de esencia, era capaz de convertirse en un dragón enorme, rojo como el fuego y más fuerte que todas sus creaciones juntas.

Al ver en qué podía convertirse su sobrina, Afan pensó que lo mejor sería cortar el puente entre Giandum y Asardum, por miedo a que tanto poder la corrompiera. Pero de nuevo, las palabras de Coiman le hicieron cambiar de parecer con una condición. Afan creó un amuleto que impedía que Asara se alimentara de la cantidad que necesitaba para convertirse en dragón, mientras estuviera en Giandum.

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22/10/2019, 15:08
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Eala - Diosa de la naturaleza

Fue la hija que más tiempo pasó al lado de su madre. De ella aprendió cómo nacían, crecían y vivían los seres vivos de Afandum. No era capaz de crear estos seres de la nada, como su madre, pero tenía cierta destreza para comprender a cada especie. Incluso, utilizando esencia podía hablar con cada una de las especies, ya que cuando Coiman las creó, dejó una pequeña cantidad de esencia en cada animal, en cada brizna de hierba, en cada árbol y en cada una de sus hojas.

Eala era capaz de encontrar esa pequeña cantidad de esencia y comunicarse con ella.

Con el tiempo, se fue dando cuenta de que podía hacer mucho más. Era capaz de fortalecer esa cantidad de esencia, haciendo más resistentes a los seres, tanto directamente, como indirectamente.

Directamente, simplemente con tocar al ser, su esencia aumentaba. Indirectamente, aprendió a canalizar pequeñas cantidades de esencia para formar pequeñas nubes cargadas de gotas de agua con esencia en su interior, y al caer sobre la hierba, esa esencia era absorbida por la hierba.

Todas las especies vegetales eran capaces de absorber la esencia que caía en la lluvia, y así se fortalecían. Todas las especies animales que se alimentaban de la hierba, absorbían la esencia al comer. Y las especies animales que se alimentaban de otras especies animales, absorbían la esencia al comerse al otro animal.

La gotas cargadas de esencia también caían sobre los mares, permitiendo que cualquier ser que viviera en las profundidades pudiera alimentarse de esa esencia.

Poco a poco, Afan iba viendo como Eala cargaba de esencia el mundo que había construido. Afandum cada vez se alejaba más de la idea original, pero se veía incapaz de impedirla continuar con sus experimentos, al ver como todos los seres crecían fuertes y resistentes, y poco a poco el mundo se iba haciendo cada vez más hermoso.

Fue tal belleza la que iba adquiriendo Afandum que Afan creó un puente entre éste y Giandum, para que Eala y cualquiera de sus hermanos pudieran ir y volver a voluntad.

Con el paso del tiempo, Eala cada vez estaba menos con su familia y más en Afandum, rodeándose de todos los seres que allí vivían. Empezaba a sentirse más cómoda en los bosques que con los suyos.