Partida Rol por web

Allí se encontraba: en el bar Coyote, el típico bar de carretera al que sólo acudían los que no encajaban en ningun otro lugar. Aquella noche, que era cuando los bichos raros se juntaban allí, no estaba muy lleno y eso era algo que a Anne le gustaba. Cuanta menos gente, mejor. Era su lema. Menos peligro de contacto y menos peligro de llamar la atención. Se encontraba en una esquina, con la capucha puesta, intentando pasar desapercibida.

Entre sus manos, un vaso. Ya había pasado de su época de pedir agua y leche. Sin embargo, no se veía capaz de beber algo más que no fuese un simple refresco. Después de algunos años se había dado cuenta de que un refresco pasaba por una bebida más normal que no las dos anteriores. Pero jamás se vería con valor de probar algo más fuerte. No controlaba su poder estando sobria, como para intentar hacerlo estando borracha. Jamás se lo perdonaría y acabaría perdiendo la poca cordura que le quedaba.

Sin embargo, aquella noche que prometía ser tranquila, se vió trastocada por la entrada de un hombre. Bueno, por llamarlo de alguna manera. Parecía más un perro rabioso que otra cosa. Entró dando un portazo y como si oliese el aire. Prácticamente empezó a babear cuando notó algo que le gustó y su mirada se clavó en Anne. Empezó a caminar hacia ella riendo frenéticamente como un loco y dando empujones y estampando cabezas contra mesas a su paso.

 Me encontraba en una esquina de la barra, en mi forma humana, de hecho llevaba así una buena racha de tiempo y esperaba mantenerla así. El otro tipo llevaba tiempo sin aparecer y me gustaba que fuera así... Bueno, en realidad él seguía siendo yo, pero algo más... Joder... Que complicado es explicar que eres la encarnación del espíritu de la venganza y que compartes tu cuerpo con él...

 Entonces me fijo en la chica, aunque va encapuchada pude vislumbrar que es una verdadera belleza. Aunque ella no me mira en ningún momento, hay algo en sus ojos que me recuerda a Roxanne... Antes de que muriese...

 Sin perderla de vista, bebo otro trago de mi cerveza, mientras observo como pide algo para beber. Entonces ocurre... Lo siento: Oscuridad... Y entonces entra el indeseable que apesta a ella como si llevara años sin bañarse.

 Entonces noto al Rider revolverse dentro de mí, queriendo salir, yo trato de contenerlo, pero entonces veo que el tipejo se acerca a la chica y entonces es cuando yo ya no estoy tan seguro de querer contenerme. Le miro y espero a ver lo que hace...

El tipejo llega hasta la mesa de Anna y se sienta con ella, algo incómodo para la chica que busca con la mirada el lavabo del bar, una excusa como cualquier otra para apartarse pero el tipo le coge del brazo y la retiene poniéndole una cerveza delante. Anna Marie le mira bien y afloja sus intenciones, él sonríe como lo haría un perro, dejando entreveer casi toda su sucia y amarillenta dentadura. Muestra entonces su propia cerveza y bebe de ella un sorbo corto

¿Problemas? ¿Qué haces aquí escondida? - Anna Marie mira a un lado y a otro, por un momento creyendo ella misma que alguien le busca ante las fantásticas insinuaciones del tipejo. El tipo arruga la nariz olisqueando- ¿Cual es tu poder? Ya sabes, tu poder mutante, debes ser poderosa - No habla precisamente de forma discreta, y una pareja sentada en la mesa más cercana os mira de arriba a abajo para conversar entre ellos, por las miradas de reojo probablemente de vosotros, el chico va en chándal negro y deja su hamburguesa a medio comer encima de la mesa, la chica, una rubita de vestido verde asiente a la conversación de forma muy poco disimulada mientras os observa de reojo comiendo patatas.

Ah no te preocupes chiquita, somos los únicos mutantes aquí, lo sé, lo huelo, pero te veo incómoda, ¿Prefieres ir a un sitio más discreto para hablar? - El tipejo da pequeños sorbos a su cerveza mientras observa de nuevo, con muy poco disimulo, las curvas de Anna Marie

 Está claro que el tipo tiene tan buenas intenciones como un asesino en serie con un cuchillo. Me acerco a ellos y le digo, como quien no quiere la cosa, y con toda tranquilidad:

 - Mira, no se quien eres, pero está claro que la señorita no aprecia tu compañía, ¿por qué no la dejás tranquila y vas disfrutar de tu bebida a una de las mesas?.

Anna iba a abrir la boca. Es más, la tenía abierta a punto de responderle, pero alguien se le adelanta. Prefiere callar, pero en realidad piensa que lo mejor para todos es que todos ellos se alejen de ella. El repugnante hombre que se le había acercado quizá podía tener malas intenciones y estaba claro que también era un mutante, pero aún así no le deseaba lo que le esperaba si llegaba a tocar su piel.

Se queda mirándole, después de que el hombre le invite a irse, para ver qué hacía. Con un poco de suerte, se pegarían entre ellos y ella podría aprovechar para huir.

El tipejo olisquea a Jhonny Blaze arrugando la nariz - Hueles muy raro tío... no eres mutante... pero hueles a... ¿maldad?

El hombre se levanta con la vista fija en Blaze, y se ajusta la chaqueta de cuero negro - No voy a pelearme - Lanza otra mirada a Anna, esperando que ella se levante y se vaya con él, pero la muchacha se mantiene sentada, aparentemente pensando qué hacer, buscando por donde huir, o agradeciendo la intervención del motorista - Deberías venirte conmigo nena

Este tipo no va a ser bueno para ti - Blaze se muestra amenazador y el tipo levanta las dos manos, recoge su cerveza y rebuscando un paquete de cigarrillos sale del bar a la calle, aunque por sus andares y actitud, y la presencia de Blaze cortándole el rollo esta noche, no es probable que vuelva a entrar.

 Miro como el tipo se larga del local, mientras comento, a la chica que se queda a mi lado, de manera sarcástica:

 - Un tipo encantado... - Luego la miro y le dedico una dulce sonrisa, a la vez que le ofrezco mi mano, cubierta con mi guante de cuero de motorista. - ... Soy Johnny, por cierto, y tú eres...

 Por Dios, era guapísima, era como un ángel bajado del cielo...