Partida Rol por web

-Pequeña, no se que hocicos pasa, pero tú estas en problemas...

Wynna se volvió conforme escuchó la voz del que ella pensaba que era el ratón gris. Se volvió y la sorpresa se reflejó en su peluda cara, pero nada era fingido. La sorpresa era real. Había estado en lo cierto al pensar que el ratón que había hablado era el gris que había visto venir hacia ella y al que pensaba meter en una emboscada pero... ¿de donde habían salido los demás? Estaba casi rodeada. Aquello no era lo que había pensado.

¡Por las barbas del Ratón Mayor! ¡No! ¡Son demasiados! pensó pasando de la sorpresa al susto cuando se dio cuenta de la situación en la que acababa de meter a todo el grupo. Sin querer las ramitas que tenía en su garra se deslizaron hasta el suelo mientras miraba al ratón gris de hito en hito. Cuando se dio cuenta, se agachó rápido a recogerlas, intentando mantener  su mentira mientras sus compañeros se preparaban y pasaban al ataque.

-¿Problemas? ¡Pues si! No encuentro una planta que me han encargado llevar, y creo que estas no lo son. Y si nos las llevo, ¡mas vale que me atrape una mofeta! ¿Me puedes ayudar a buscar lo que necesito? Tu y .... tus amigos tambien si quieren -los miró, a cada uno de ellos. Aquello tenía mala pinta, pero tenía que darles tiempo a Sylvai, Eidos y Conn para tomar una buena posición sin que esa panda de ratones con malas pulgas se dieran cuenta del engaño.

Conn no dice nada, pero si que prepara una de sus flechas y apunta a uno de los ratones que parecen más duros. En tanto Wynna intenta convercer a los ladrones que le miran con cara de pocos amigos, el gris le dice:- Te crees que nos chupamos el dedo. Dinos donde están los otros, tú no te has podido ocupar de...- Entonces Conn dispara y se clava en el hombro de su objetivo. Y todo se vuelve confuso, ahora alertados de que hay más combatientes se intentan poner en circulo para protegerse.

Asiento en silencio a las órdenes de Sylvain. Frunzo el ceño al frente, concentrando toda mi fuerza de voluntad en la tarea que se nos plantea. Mis zarpas agarran con fuerza el bastón mientras visualizo en mi mente los pasos a realizar para asestar un testazo a uno de los ratones que parecen peligrosos.

- Correr, fintar, matar, correr, fintar, matar, correr, fintar, matar... -

La flecha de Conn sale despedida contra el blanco.

- Es la hora... -

Sin dudarlo por un momento más, cargamos contra nuestros enemigos.

-¿Ocuparme de que? -preguntó con cara inocente Wynna justo cuando vio con el rabillo del ojo el movimiento fugaz de la flecha que terminó clavada en el hombro del ratón gris.

Entonces, sin perder tiempo, echó a correr alejándose del grupo de ratones, justo para tener la distancia necesaria para poder disparar su honda, que iba cargando con una de las piedrecitas que había cogido anteriormente mientras corria.