Partida Rol por web

Ainia se colgó el arco y el carcaj repleto de flechas a la espalda. –Ahora sí eres una amazona de verdad – La espada en su funda la colgó de su cinto e intentó caminar unos pasos suponiendo que le molestaría muchísimo, pero andaba con soltura solventando el desequilibrio de llevar una espada al costado sin problemas, no pudo evitar contener una risilla nerviosa.  
– Esto es genial.
Esperó pacientemente en silencio mientras seguía curioseando el mercado que todos sus compañeros hicieran sus compras y en seguida ya estaban de nuevo en marcha a lo que debía ser la verdadera aventura.
– Ahora vendrá la típica mazmorra de iniciación, ya pasamos el tutorial o eso creo. Sigue una estructura lógica, es un rol, nada es real, mentalízate.

Cuando pasaban por las callejuelas a Ainia le sorprendía con la tranquilidad que andaban todos y ella por si acaso se quedó más retrasada con su mano apoyada en el mango de la espada, por si debía desenvainarla rápidamente, no dejaban de ser sitios de emboscadas y habían llamado mucho la atención, pero consiguieron llegar a unas enormes puertas rojas sin altercados.

Cuando Elenaide avisó de la presencia de fantasmas y demonios Ainia suspiró, los fantasmas ignorarían sus flechas, ella era inútil y en cuanto a los demonios no pudo evitar imaginarse grupos completos de Zairas corriendo hacia ellos cada cual con más pechotes fuera, sintió un escalofrío que le recorrió toda la espalda, al fin y al cabo era el único ejemplo de demonio que habían visto en ese mundo.
 – Fantasmas y demonios… ¡las primeras mazmorras son de ratas y arañas! Ya no es tan lógica la estructura. No deberán ser muy fuertes… espero.

Al abrir la puerta Ainia se adelantó para asomarse, aquel lugar era demasiado escalofriante y prefería averiguar algo más antes de entrar. – y yo que esperaba unas meras ratitas gigantes… pero debemos entrar me temo, todo sea por los tesoros, para algo somos aventureros. Vamos, estoy deseando probar mi arco.
 

Lym recogió la katana. Era su primera compra de armas en un mundo de fantasías. El tacto del arco y la katana eran reales, el filo y las flechas peligrosos. No parecían réplicas que se podían encontrar por Internet a un precio excesivamente caro.

"Videojuego hecho realidad. Esto mejora por momentos."

- Me gusta destacar y cuanto más tamaño, mejor. Ahora SÍ que la tengo grande.- le contestó Lym a su compañero, continuando la broma. Después de ver la mirada de Katsu, su comentario sobre la armadura y sus silbidos, Kyle se acordó de que ya no era un hombre, sino una mujer.- Oh, no te preocupes por eso, hay otras formas para ver ya sabes qué…- terminó, guiñándole el ojo

Tras equiparse con la Katana y el arco, la joven elfa aguardó a que el resto acabase con sus compras. La misteriosa mujer volvió a reunir al grupo y comenzó una nueva marcha por las estrechas calles de la ciudad. Lym se sentía como un verdadero personaje de novela de fantasía o de videojuego. Hasta el momento habían tenido un despertar en un mundo extraño, una pelea de taberna con matones, NPC que ayudaban al grupo, una tienda de armas, pero todavía quedaba la mazmorra.

Por los comentarios de Elenaide sobre el trasfondo de la ciudad y la llegada a una gran puerta roja muy llamativa, Kyle supo de inmediato que pronto pisaría uno de los elementos más importantes del RPG. El escalofrío que recorrió la espalda de Lym fue el saludo de la mazmorra. ¿Sería esta la sensación que tuvo la compañía del anillo antes de entrar en Moria? Al menos aquí no habían cadáveres putrefactos, ni un monstruo marítimo esperando.

Imágenes del primer "Diablo" acudieron a la mente de la elfa, a causa de las escaleras. Éstas parecían bajar a las mismísimas entrañas del mundo, sinónimo de peligro. La gloria y la riqueza esperaban al valiente vencedor, en cambio la muerte aguardaba al más incauto.

-Sic parvis magna.- susurró Lym cerrando los ojos para recordar el lema del pirata Drake. Toda aventura tenía un comienzo, el suyo estaba a punto de desvelarse. Abrió de pronto los ojos, emocionada. Sus cuencas oculares brillaban ante la emoción de lo que estaba por llegar.

- Una vez escuché decir que en ocasiones en las leyendas encontramos algo de verdad, si esto resulta cierto, ¿qué forma tiene un fantasma del futuro?

Elenaide escucha lo que van hablando todos a la pregunta de Akesha la observa y dice:

- Siempre es más efectivo contar con un mago en especial a la hora de luchar contra demonios. No creo que sean muy poderosos ya que cuando llega un demonio excesivamente poderoso puedes sentirlo aquí

La mujer se toca el pecho a la altura del corazón, a continuación mira a Aina y dice:

- Por unas simples ratas no estaría yo aquí abajo, esto es algo más serio... de hecho demasiado serio

La mujer empieza a entrar en el lugar cuando escucha la pregunta de Lym, le mira de reojo y dice:

- Depende de cada uno, de cómo lo veas y como seria tu posible futuro

El grupo comienza a bajar por las escaleras, todos van muy atentos y Ainia se percata de que el lugar seguía manteniendo un estilo oriental, lo cual era normal, sin embargo cuando llevan casi 10 minutos bajando nota como hay un cambio a un estilo mucho mas tosco, además por extraño que parezca el lugar está iluminado, es como si las paredes brillasen levemente, la amazona toca una de las paredes y puede ver que hay un polvillo que emite un tenue brillo.

Cuando llegan a la parte inferior llegan a una sala de roca cuadrada, frente a ellos hay un largo pasillo  por el cual comienzan a caminar durante un buen rato, el camino llega a una sala mucho más grande que la anterior, la sala realmente era inmensa y no se veía el fondo, un sonido de pisadas se escucha mientras llegan a la sala, y entonces lo ven, algo que no esperaban ver 5 criaturas monstruosas del tamaño de un leon que parecian estar dispuestos a alimentarse de ellos

Lym se quedó más extrañada con la respuesta de Elenaide sobre los fantasmas del futuro. ¿Serí alún tipo de magia que revelase tus propios temores para luego ponerlos en tu contra en forma de un terrorífico monstruo asesino? Curiosidad y temor se entremezclaban en sus pensamientos. Al fin y al cabo, esto no dejaba de ser una partida de rol y las ganas de ver todo tipo de criaturas emocionaba al espíritu de Kyle.

No sabía cómo serían esos demonios, pero la mención de que no serían muy poderosos animaba aún más a la joven elfa. Una batalla de verdad. Su primer (sin contar la típica batalla de taberna) combate épico contras las fauces del mal.

El descenso por la escalera se hizo eterno. El silencio interrumpido por las pisadas o algún comentario del grupo hacía acto de aparición. Juegos como Amnesia acudieron a la mente de Lym, recordando así algunos survival horros. ¿En qué momento saltaría un monstruo para darte un susto de los buenos? A diferencia de esos juegos de miedo, ellos llevaban armas. Que se preocupasen ellos.

Sin saber el tiempo empleado en bajar hasta el final, Lym aguantó la respiración al escuchar unas pisadas que provenían de la oscuridad. Éstas se materializaron en unas criaturas que estaban a mitad camino entre Hunters y Necromorfos.

La elfa apretó los puños y desenvainó su nueva arma. Hora de entrar en acción. Miró a sus compañeros.

- Acabemos con ellos.- dijo emocionada.- ¡Allé voy!

Ni las garras ni los dientes, ni siquiera su grotesca forma eran un impedimento para que Lym saliese corriendo en dirección del primer engendro, mientras empuñaba su katana.

Ahora si. Estaban en una mazmorra, en un dungeon... en un sitio de peligro. Aquello pintaba bien, estaba atento, casi contento.. ¿le corría la adrenalina por el cuerpo? Cuanto más descendían por las escaleras, más holor a humedad hacía, aquello era emocionante.Iban despacio, se esperaban algunos demonios, nada importante, unos demonios menores según Elenaide. Confiaba en poder defenderse de ellos, como de los tipos de la taberna, si era así, el no tener equipo no sería un gran Fail. Y se suponía que en esos sitios tambien había trampas ¿no? Por eso avanzaban no muy deprisa, andando vamos... pero tampoco paso nada especial. Y les habían dicho de la posibilidad de tesoros y lo que encontraran, que eso era suyo... todo para ellos... No estaba mal.

Después de un rato caminando, ya estaban alli, los problemas, esperandoles. Aquellos demonios no eran lo que esperaba e intimidaban algo, pero por algún motivo extraño no se amilanó y les haría frente. Eran seres grandes como un león, pero pensaba que podía hacerse frente a uno de ellos. Lym se preparó y él tambien, a su lado. Mejor tener un hombro amigo al lado...

Atacaría al bicho que estuviera al lado de Lym, y para autoconvencerse dijo:

-Muy bien bichejo, hoy tu caes y yo me alzo... dame algo valioso cuando perezcas...

Ainia avanza por las escaleras en silencio, analizando el lugar temerosa de lo que pudiera aparecer. Cogió el arco descolgándolo de su espalda, sabía que no tardaría en aparecer algo y debía estar preparada.
Las paredes llamaron especialmente su atención que parecían brillar por sí mismas y no pudo evitar tocarlas descubriendo con sorpresa que era un extraño polvo lo que emitía esa luz, sopló el polvo que había quedado en sus dedos y lo vio caer suavemente escaleras abajo, hasta que llegó a donde terminaban las escaleras, cogió el arco con fuerza y comenzó a sacar una flecha, si se asomaba a una sala nueva sería con el arco cargado, pero solo había un largo pasillo.
Dejó que se adelantaran otros compañeros y ella se quedó en la retaguardia con el arco preparado y la flecha en su lugar pero manteniéndolo apuntando al suelo, cubriría las espaldas de sus compañeros.
Al llegar a la sala, en el momento que escuchó los pasos levantó el arco y apuntó a donde procedía el sonido, pero entonces los demonios aparecieron. No tenían un gran tamaño, pero totalmente cubiertos de escamas, la visión de sus dientes y garras hizo que Ainia ahogara un grito de sorpresa y le temblara el pulso lo suficiente para que el arco se le disparara y que la flecha se le escapara a la oscuridad de la sala sin acertar a nada.
Se quedó paralizada aún con arco alzado, pero en ese instante escuchó las palabras de ánimo de Lym que se había girado hacia todos y logró reaccionar asintiendo con una leve sonrisa por la broma del “allé voy” y su valor recuperado.

–Él no los teme y los tendrá cuerpo a cuerpo, no puedo dejarle solo en esto.

Vio cómo se adelantaron tanto Lym como Katsu corriendo y ella no se quedaría demasiado atrás.

- ¡Vamos, yo te cubro!

Dio unos pasos al frente para buscar buen ángulo desde la retaguardia, y sacando rápidamente una nueva flecha del carcaj apuntó al engendro al que se dirigía Lym corriendo.

Mis compañeros empezaron a lanzarse contra los bichos, pero yo no sabía que hacer. Paralizada, me quedé mirando unos segundos.

"Venga, hadita, si no puedes luchar, al menos intenta distraerlos".

Como no tenía armas, lo único que se me ocurría era volar alrededor de los enemigos para distraerlos, intentando esquivar sus ataques, y que mis compañeros pudieran atacarlos desprevenidos.

La lucha había empezado, Ainia fue la mas rápida en reaccionar fue Elenaide que casi de un paso se coloca justo delante de una de las bestias que se había movido mas rápido, todos pueden ver como la bestia da un paso, el segundo paso es dado por dos mitades de bestia.

Una segunda bestia se mueve pero Aina lanza una flecha, el lanzamiento en esta ocasión es certero y se clava en la cabeza de la criatura, esta se queja pero sigue avanzando, parece que no ha terminado de atravesar la capa protectora de la bestia, sin embargo, esto hace que esta no sea capaz de ver el ataque de Lym un certero ataque con la katana que golpea con fuerza a la criatura haciendo que caiga al suelo sangrando y muerta.

Navi por su parte no llega a moverse, siente algo extraño y se queda quieta, lo mismo que le sucede a la elfa Akesha y a Alice.

Katsu se lanza al combate preparado, una de las bestias le lanza un ataque pero él lo esquiva sin demasiados problemas, el golpe del chico es fuerte no logra dañar a la bestia pero la deja realmente aturdida.

El resto de bestias (3) lanzan un ataque contra Lym pero es realmente pobre y apenas consigue pasar cerca una de sus garras, otra de las bestias trata de morder a Lyn sin lograrlo ya que esta la esquiva con gran habilidad, la ultima corre hacia la arquera a gran velocidad.

El hada siente algo en su interior, una voz de niña que le habla:

- No sabes usar la magia? que curioso un hada que no sabe usar la magia.... si quieres puedo enseñarte, porque no intentas pensar que es lo que quieres hacer con tu magia?

La primera sangre era suya. Aquellos bichos no eran muy duros... o eso diría alguien viendo a sendas elfas con katanas ver como acababan con los demonios de bajo nivel de un solo golpe. Katsu no fue tan efectivo. Esquivó el pobre ataque del demonio y le dio un buen golpe... que no hizo daño aparente pero si aturdió al demonio. Sabía que había bastante con ello para que el demonio no actuara y por ende, no atacara al chico, dandole una nueva y valiosa oportunidad. El chico quería atacar de nuevo, con fuerzas renovadas, y acabar con el demonio para seguir con otro. Sino daba el callo, sino se ganaba las habichuelas iba a ser la comidilla de las chicas y no tenía muchas ganas de que le estuvieran cuchicheando, lanzando indirectas y risitas...

Las primeras batallas eran las típicas para aprender los controles de lucha de cualquier RPG, incluso en los juegos de mesa, batallas necesarias para dominar, o al menos intentarlo, las tiradas de dado de ataque y de daño. No obstante, en esta ocasión el escenario no se había transformado en un campo de batalla acompañada de banda sonora épica y en el que los jugadores se ponían en fila, mientras esperaban su turno mediante una barra de tiempo real. Tampoco había comandos de ataque, defensa u objetos.

Ni siquiera dados de combate. No, aquello era tan real como la vida misma. Los gruñidos, el peso de las armas, el sudor, los nervios ante un combate contra demonios menores; incluso la sangre que brotó de la cabeza de una de las criaturas tras el contundente golpe de Lym.

La elfa atacó sin temor y concentrada, como si ya lo hubiese hecho en otros combates. En su interior, el espíritu de Kyle alucinaba por lo que estaba haciendo su nuevo cuerpo. Una cosa era coger réplicas de espadas y blandirlas contra el aire y otra bien distinta era empuñar una verdadera katana, asestando golpes a criaturas infernales. Ya las réplicas eran difíciles de manejar, como había comprobado en el mundo real, sin embargo, Kyle se vio sorprendido por la increíble fuerza de su cuerpo al empuñar el arma y moverla sin apenas dificultades.

Lym mostró una sonrisa satisfecha que pronto se convirtió en una mueca de sorpresa al ver dos criaturas abalanzarse sobre ella. La primera erró el golpe, pero la segunda se dirigía a su cuello. El espíritu de Kyle se quedó paralizado durante unos instantes ante la sorpresa. ¿Cómo reaccionar?

- Mira y aprende.- se dijo a si misma Lym, palabras que Kyle estaba seguro de no haberlas pensado para pronunciar.

Con un rápido movimiento, la elfa giró sobre si misma consiguiendo zafarse del demonio que saltaba sobre ella. Sus cabellos y vestimentas se coordinaron con la rotación, como si de un baile se tratara. Gracias al impulso del giro, Lym asió con fuerzas su katana y asestó otro golpe a la criatura que había esquivado. Al mismo tiempo que atacaba a la indefensa criatura, el rabillo de su ojo detectó otro movimiento hacia su compañera Ainia.

- ¡Cuidado, Ainia!- la advirtió. Cuando terminase con la criatura con la que estaba peleando, iría corriendo a ayudar a su compañera.

Finalmente el grupo pudo derrotar con facilidad a esas criaturas, los ataques se habían dado con habilidad, las criaturas eran amenazadoras pero realmente no eran tan peligrosas como parecía y todos se sorprendieron de la facilidad que habían tenido para poder luchar e incluso matar a esos seres, aunque claro, a fin de cuentas ellos estaban en un juego y eran los héroes y esos solo eran los monstruos de la mazmorra que habían aparecido y eran fáciles de matar, a fin de cuentas estaban en el tutorial.

Cuando terminaron la lucha justo delante de ellos la sala se cerraba en un pasillo oscuro y estrecho, todos podían sentir que habría una trampa, era evidente, o mejor dicho era lo que tenía que suceder en una mazmorra, una serie de trampas algunos enemigos no muy complicados y al final el jefe de la mazmorra.

Elenaide comienza a caminar y les dice cuando están a punto de entrar en el pasillo:

• Podemos continuar por el camino de la izquierda o de la derecha ya que el pasillo se divide en dos, vosotros id por uno de los caminos y yo iré por el otro, os dejo elegir el camino, así terminaremos antes porque realmente no se la extensión ni por donde pueden estará

Heroes, heroes, heroes. Eso eran lo que eran. Los monstruos aparentaban ser más de lo que eran realmente, y con poco esfuerzo, los despacharon. Por lo que les había contado la elfa, la misión era limpiar el dungoens, de aquellos seres... e investigar esa mazmorra como cosa secundaria. Sin andar mucho más, ya se encontraban una bifurcación... la elfa decía que podía ir sola... desde luego ese pnjota era de alto nivel, porque esas habilidades o confianza solo se podían conseguir con eso. Miró los dos sitios, a él, le parecían identicos, pues no le parecía que uno subiera o el otro bajara, o que corriera aire o algo asi... así pues se reducía a una mera cuestión de suerte y azar.

Se rascó un poco la cabeza mientras la ladeaba a la derecha. A él siempre le gustaba coger la puerta de la izquierda por... manías suyas. Todo emocionado, Katsu dijo:

-Esta claro, la puerta de la izquierda es nuestra...  total son idénticas y tengo un pálpito seguro que por allí hay tesoros y cosas útiles...

Y sin esperar a nadie, se fue por allí, todo campante... pero sin mucha prisa. 

En un abrir y cerrar de ojos las criaturas perecieron sin que ofrecieran mucha resistencia. Después de todo, su aspecto sería todo lo intimidan que quisieras, pero sus ataques no eran nada del otro mundo.

- ¡Bien hecho!- dijo una sonriente Lym , mientras envainaba su katana. Su primer combate serio y había respondido con efectividad.  Kyle estaba sorprendido. Nunca se había imaginado que sabría manejar una espada como aquella y blandirla ante varios demonios. Incluso se sintió otra persona en el combate. Movimientos fluidos y sin apenas esfuerzo. Hasta parecía que la propia Lymsleia le había hablado. No le dio mucha importancia, al fin y al cabo eso era el rol. Aún quedaba un largo camino que recorrer.

Sin mayor dilación prosiguieron su camino por la mazmorra.  El lugar se volvió más lúgubre y la linealidad del camino no presagiaba nada bueno. De pronto la bifurcación del camino significaba elegir uno de los lados. Como todo buen juego de rol, el NPC acompañante iría por el otro camino, que a priori era el más fácil y reaparecería o bien en la batalla final o después de ella. El camino restante sería el recorrido de los héroes.

Tesoros, trampas, monstruos. Todo les aguardaba. Por tanto, la elección de la senda poco importaba.

- ¿Izquierda, entonces? Que así sea.- Lym miró a sus compañeros y con un movimiento de su mano les invitó a seguirles. Después se puso a lado de su compañero.- ¡Vamos allá!

Cuando terminaron la lucha Ainia miró con curiosidad los cuerpos inertes y se acercó a uno de ellos para inspeccionarlo con mayor detalle. Esas bestias no eran más que pura apariencia, seguramente se encontraban en la entrada para espantar a los extraños, aunque no fueran una gran amenaza.
Se acuclilló junto a uno de los cuerpos para observarlo mejor ya que quizás tuvieran algo de valor pero le llegó el mal olor del cadáver y aunque nunca fue especialmente asquerosa se levantó de nuevo arrugando la nariz y aireando con las manos a su alrededor.
- Esto huele mucho peor que un muerto… apresurémonos, no me gustan estos bichos.
Vio como el resto ya se encaminaba al pasillo y corrió a alcanzarlos. Estaba metiendo prisa y había sido la única tonta que se había entretenido, también fue la única que se asustó cuando encontraron esos seres, todos se estaban metiendo muy bien en su papel menos ella.
¡Pero joder parecía que nos iban a arrancar las tripas en cualquier momento! - Resopló para sí - Voy de dura y soy la nenaza del grupo...
Al ver que escogían el camino a la izquierda ella se situó tras lymsleia alerta, por si debía defenderse de algún ataque o trampa.
- Katsu ve con cuidado, los pasadizos siempre traen problemas.

Alice se puso la capucha y siguió al grupo sin decir una palabra. Ella era la menos indicada para dar consejos de ningún tipo, ya que era la que menos experiencia tenía en aquellas lides, así que se conformó con seguir a los demás, vigilando tras ellos por si alguien o algo les seguía.

El camino se dividía en dos posibles opciones pero Katsu, quien fue el primero en hablar, decidió en nombre de todos ir por la izquierda.

- Vamos.- Me posé en el hombro de Katsu, estando en guardia por si salía algun nuevo enemigo