Partida Rol por web

Voy hacia ellos, ya que Batman sujeta a Stan y le escupo en toda la cara Rata de cloaca, ¿has vuelto para que te vuelva a dar una paliza?

Dirijo mi mirada de odio a Batman y la cambio por una mirada amable, gracias, Batman, tú siempre tan oportuno, añade, sonriendo.

Y bien, Stan? ¿Qué hay entre ésta habitación y el balcón dónde está mi hermana? le pregunto, clavándole una de mis uñas a su rostro.

-Eh, este... No hay nada... sólo la sala...

Le dejo en paz y busco algo para atarlo

No has podido hallar nada mejor, ese tipejo de Stan nunca creyó que lo que tiene podría ser usado en su contra. Haz encontrado 2 pares de esposas, con las que le has sujetado las manos (por la parte de atrás), y sus pies.

¿Quién te crees? Pusiste en riesgo la vida de la chica que está afuera.

Dejo al hombre allí, arrinconado y salgo de la habitación, cogiendo el pomo de la puerta miro a Batman.

¿Vienes?

¿Que si voy? Pones en riesgo una vida ¿y me pides que te acompañe?

Escuchan ruidos en la sala... seguramente son los policías, que han perdido de vista a Stan en el balcón y decidieron entrar por la fuerza.

Le miro incomprendida ¿¡Qué vida he puesto en riesgo!?

Al oir los ruidos decido que será mejor que me vaya, la policia ya se encargará de todo, y me voy por la ventana.

Justo cuando la veo salir de la ventana, la tomo presa.

Entre jaloneos la llevo a la azotea del edificio donde acabamos de salir... - No quiero volverte a ver jugando al superhéroe. No harás nada más que meterte en problemas - La suelto, me retiro, me detengo y me acerco hacia ella de nuevo, apuntándole la cara con mi dedo índice derecho - Y si lo vuelves a hacer, yo mismo me encargaré de que no vuelvas a salir jamás.

Le aparto la mano de un manotazo Yo hago lo que quiero, ¿¡entiendes!? ¿Qué más te da lo que haga o deje de hacer? Además, para tu información conozco a la chica que tenía presa Stan... no sé ni porque se lo cuento, pero me siento ofendida por su trato hacia mí, como si fuera una niña pequeña, Así que procura tú no meterte en mi camino. ¿¡Puedo irme ya!? Lo miro a los ojos y en mi mano preparo las uñas por si tengo que arañarlo en cualquier momento.

Acerco lo suficiente mi cara a la suya para que sienta la saliva que sale de mi boca al hablar Yo soy Batman... nunca olvides ese nombre, porque si te vuelvo a ver, haré que lo recuerdes toda tu vida- Camino hacia el borde del edificio y me dejo caer.

Me he quedado quieta, y un poco asustada también, porque negarlo. Pero Batman no me da miedo, haré lo que quiera cuando quiera, él no es quién para darme órdenes. Él no es nadie.

Chulo prepotente... renego entre dientes saliendo por la ventana y bajando a la calle.

Y desde allí voy andando a casa tranquilamente.

Por la mañana, al ver el periódico me río. Dios mío, que manera de alterar las cosas... Ni soy la asesina y mucho menos la compañera de Batman... Aunque parece que ayer no se pudo hacer el héroes, le habrá dado rabia que yo también coja protagonismo me vuelvo a reir y dejo el periódico encima de la mesa para seguir tomándome el café aún entre risas.

Un día más... nada fuera de lo normal. Cuando sales a la calle los comentarios abundan en ciudad gótica sobre ese batman, es curioso que últimamente la aceptación de ese superhéroe ha crecido impresionablemente... su trabajo le costó, lo aceptas, pero no es tan bueno como dicen, al menos, eso es lo que tú crees.

Como me aburro por casa, cuando llega la noche decido salir a dar una vuelta con mi traje, por los tejados.