Partida Rol por web

Nieve Carmesí V

La Mansión

Cargando editor
22/04/2009, 03:06
Alexeva

Había visto cabezas arrancadas de cuajo. Brazos seccionados y dedos sin pertenencia a ningún lugar, rodando por el suelo. Había tenido ocasión de ver un cuerpo abierto en canal; había tenido la ocasión de estar a un lado de un niño en agonía a quien un segundo de estruendo le había quitado dos piernas y todo el resto de su vida. Se había manchado las manos de sangre, de vísceras, y de tantas otras cosas que no conocía ni hubiera sabido cómo nombrar. Había visto la muerte, había visto la tortura: había tocado la guerra. Aún así, el miedo que experimentó cuando la niña giró su cabeza para mirarlos, Alexeva no lo había sentido jamás.

Agachada en su sitio, congelada, intentando encontrar dentro de sí la fuerza necesaria para pasar por encima al pánico. Intentó revolver en su instinto, en su certeza de que sin reacción iba a morir allí, trató de encontrar movimiento en su odio más profundo. Inclinó un poco la cabeza, tratando de decantar un poco de aquel dolor producto del miedo, pero no pudo mover los ojos. Su mirada continuó fija en los dos infantes, en sus juegos tranquilos a pesar de todo, como si nada sucediera, como si su madre patria fuera no estuviese siendo violada, como si no fueran hijos de aquella adversidad, como si pertenecieran a los tiempos donde nadie ponía un pie en la tundra más que los hijos de los hielos.

El alemán habló en su oído, pero Alexeva no se movió. El jefe alemán agarró el libro y lo miró notoriamente sin saber de qué hablaba. Trató de pensar, pero no pudo hacerlo. Se levantó, con el hombro deslizándose contra la pared, y miró al alemán que estaba tan cerca de ella. Sus ojos no estaban en ascuas, pero se parecían en una cosa a los de la niña: ambos venían del mismo lugar. Desde lo más hondo, del mismo sitio.

- Dame un arma de las que tienes - dijo en voz muy baja pero increíblemente clara, sólo para que él la escuchara - Los niños esperan la muerte. Quieren la muerte. Tu jefe está en la posición correcta para ellos, ahora. Lo han conseguido.

Cargando editor
22/04/2009, 04:21
Octavius

Octavius se mantuvo prácticamente inmutable ante los hechos ocurridos desde la aparición de la niña hasta la escena de la habitación con la niña y el niño. Parecía no preocuparle la existencia de ellos, no mientras tratara de entender del peligro que ellos representaban.

-Ellos son los causantes de todo o son solo espectadores involuntarios, que se han quedado varados aquí porque les impiden retirarse en paz.- reflexiono bajando un poco su arma y comenzando a refregarse su mano contra el pantalón.

Agarro el arma con sus dos manos de nuevo y apunto con ella a la niña mientras entraba a la habitación.
-Debo saber.- y continúo entrando a la habitación. –Se que no he sido invitado a pasar, pero debo saber.-

-¿Que es lo que quieren de nosotros?- Pregunto primero en alemán y luego en ruso. – ¿Son los responsables de que estemos aquí?- Inquirió en tono amable, pero en voz alta mientras su fusil seguía apuntando a la jovencita, a sabiendas de que no seria de mucha utilidad.

Cargando editor
22/04/2009, 07:22
Grüber

diario de Grüber:
no lo tenia claro, si en una sola ocasión mi  vida había decidido ariegarme era en ese momento, pero tras un análisis de la situación tome la consideración de entregarle la pistola a Alexeava.
El sargento estaba catatónico, Hans ausente tras la muerte de su hermano y Octavius era un sádico que disfrutaba con el sufrimiento ajeno.
Sabia que Alexeava nos odiaba, podía estar entregando mi vida tan fieramente conservada en el pasado de la manera mas tonta, pero esas criaturas del inframundo me parecían mas peligrosas que el odio de todo una nación.
Ten.....quiero que comprendas que yo no deseaba esta guerra, solo quiero salvar vidas en mi pequeño pueblo .
 

Cargando editor
22/04/2009, 07:24
Grüber

Tras eso mi ultimo susurro fue..... para mi ya eres libre, no eres mi prisionera si no mi atípica aliada, por favor considera que todos podemos matar, pero salvar vidas es lo que nos puede hacer grandes

Cargando editor
22/04/2009, 09:26
Director

 

En ese momento... los niños se miraron entre ellos y después, miraron a cada uno de los presentes...

Todos sintieron como una ola de energía los golpeaba en pleno cerebro. Era algo completamente anormal, como si algo o alguien intentara empujar a vuestra mente, queriendo meter en ella un recuerdo...

Entonces todas las mentes se nublaron al mismo tiempo, y pudieron ver el rostro de una mujer... una mujer delgada, malicienta... con los ojos cosidos...

Chorros de sangre salían de sus cuencas mientras que sus manos, tiraban de una soga oscura...

Vuestras mentes volaron por encima de la criatura, la cual estaba envuelta en túnicas negras y rodeada de velas...

Varios pentagramas estaban dibujados en el suelo, junto a una gran cama de matrimonio...

Vuestros ojos se posaron en esos pentagramas, los cuales iban lentamente llenándose de sangre... de chorros de sangre que venían de un lugar muy próximo... el techo de la habitación.

Los ojos de todos los que estaban presentes en esa visión, comenzaron a mirar las sogas que salían de la mano de la mujer de negro... muy despacio, iban recorriendo la misma hasta llegar a unas poleas que pendían del techo y después, bajaron hasta encontrar el final...

Las sogas estaban atadas a los pies de unos niños, los cuales se debatían entre estertores y dolor... la sangre les manaba de las heridas que tenían en el cuello, llenando el piso de la habitación con dicha sangre, haciendo que los pentagramas se tornen completamente invisibles debido al líquido que de ellos chorreaba.

Entonces todo se torno blanco...

Los soldados y los campesinos regresaron a la realidad...

 

Cargando editor
23/04/2009, 03:33
Karl

El Sargento, tropezó y cayo al suelo, aquella nueva visión casi tan real como la de los niños le había confundido los sentidos y con ellos el equilibrio, su arma volvió a colgar de su cuello, oscilando a su alrededor, mientras sus brazos apoyados en el suelo impedían que su cuerpo cállese del todo, dejándolo en una posición encorvada.
Se mantuvo en esa posición durante un instante que le pareció eterno mientras sus ojos volvían acostumbrarse a la oscuridad de aquella mansión y entonces lo vio.
-¿Que hace esa mujer con un arma entre sus manos?

Los rápidos reflejos de aquel sargento le ayudaron a volver sus manos a su arma, al cual ahora era fuertemente sujetada por sus fríos dedos mientras su espina dorsal aguantaba todo el peso de su cuerpo en una extraña figura. El fusil ya amartillado de momentos antes a abrir la puerta, la apuntaba al pecho con su único ojo, mientras Karl alarmado por la situación e intentando volver a la realidad; una realidad cruel pero al fin y al cabo a la que esta acostumbrada y de la que no teme. Gritaba a sus hombres
-¡Quien a cedido al enemigo! ¡¡Inmovilicenla ahora mismo soldados!! Quitenle esa maldita arma, ¡¡Vamos!! Acaso quieren morir REACCIONEN!!! ES UNA ORDEN!!

-Tu, yo no erro nunca el disparo y no soy de repetir las cosas dos veces, ¡Tira la pistola ahora mismo! ¡YA!
-Ordeno también a la campesina rechoncha, acompañando sus palabras con gestos.
Karl seguía en su posición firme, a pesar de que era una postura un tanto incomoda, no le importaba el dolor lumbar mientras pudiera salvar su vida y la de los suyos.

Notas de juego

Joder, ¿Que clase de soldados tengo? XD A la mínima ceden a las exigencias de ¡¡SUS REHENES!! Grüber ya córtate tu mismo el cuello y ahorrales el trabajo sucio XD

Si es que...

Al decir Volver a la realidad doy por entendido de que ya no hay ni sangre, ni soga, ni niños.

Cargando editor
23/04/2009, 17:14
Alexeva

El tacto frío del metal impidió que Alexeva perdiera del todo la cabeza, cuando empezó aquello que creía una alucinación personal. Sus dedos se crisparon alrededor del arma con fuerza, intentando ocultarla entre los pliegues de su ropa, hasta dejar los nudillos blancos; usándola de ancla a una realidad que esperaba no olvidar en ningún momento. Sólo cuando la sangre goteó desde el techo y ella siguió con la mirada las sogas hasta su final, sintió que la mano se le aflojaba y le parecía que iba a tirar lo que tenía en ella. Pero el terror, el profundo horror de ver la tortura de unos niños por razones que no podía entender, le hizo quedarse más firme que antes, más endurecida en sí misma.

Así estaba cuando la habitación volvió a sus ojos, y descubrió que los gritos del jefe alemán caído en el centro de la habitación estaban apoyados por el cañón de su fusil. A gritos le decía que soltara el arma que tenía en la mano, y que estaba totalmente segura de haber escondido. Le apoyaba al pecho y no a la cabeza, porque un fusilamiento no le iba a ser efectivo desde ese lugar. Gritaba a los demás que le inmovilizaran, que le quitaran el arma, que le...

Irguió la cabeza, y sin mover un cabello, ni mover un ápice la mano que sostenía el arma, Alexeva habló:

- Esos niños están buscando la muerte. Su libertad depende de ella - dijo, en ruso - Lo he entendido: sé lo que quieren y cómo salir de aquí - con una lentitud desprovista de urgencia, mecánica y de ningún modo brusca, movió la mano con el arma y la dejó pender inerte sujetándola desde la culata - Quieres el arma: tómala. No seré yo quien trate de matarlos, si no defenderme, pero morirán de todas maneras si no encuentran cómo salir de aquí.

Dicho eso, Alexeva dejó caer el arma en un movimiento mecánico y, con el pie, la lanzó directo al centro de la habitación, a los pies del jefe alemán, justo donde el niño había estado antes. O donde el niño seguía estando, a la expectativa. Permaneció quieta en su lugar, con los ojos puestos directamente en los ojos de Karl.

Notas de juego

Bueno, no tuve oportunidad de postear antes, pero Alexeva sin duda hubiera escondido el arma apenas le fue dada y con lo de la alucinación en el medio, no creo que nadie excepto Grüber hubiera tenido tiempo de ver cómo se la guardaba. Jamás se la hubiera quedado en la mano a la vista de todos. De todas formas, posteo siguiendo la línea respondiendo a Karl. Si los niños siguen allí, el arma va a parar al lado de Dimitri.

Cargando editor
23/04/2009, 20:35
Director

El arma fue a parar al lado de Dimitri, el cual miró el arma y después, volvió a mirar a los soldados y a los campesinos.

Lentamente, fue moviendo la boca... recitando cada una de las palabras que aparecían en el libro que ha caído de la estantería...

Mi papá me mima,

mi mamá me ama,

mi abuela me quiere,

mi hermana me calma.

Montañas nevadas,

picos helados,

criaturas aladas,

hijos amados.

Estando colgados,

vemos venir,

a los seres alados,

deseando morir.

Fue en ese momento cuando los niños se abrazaron y comenzaron a llorar...

Fue en ese momento cuando todas las ventanas de la mansión estallaron hacia fuera, haciendo que los pedazos de cristales vuelen varios metros más alla de las paredes...

Y fue el momento en que todos los presentes escucharon un grito atronador que provenía de la habitación del final del pasillo...

Era un grito femenino... un grito espeluznante...

Pero eso no fue todo...

En el piso de abajo, otro grito se escucho, aunque esta vez, el grito era completamente antinatural. Grave. Inhumano. Definitivamente de otro mundo.

Los gritos de la mujer continuaron, mientras que los del piso inferior se acallaron tras unos minutos. Los niños continuaron allí, abrazados. Temblando mientras las lágrimas les recorrían las mejillas. Unas lágrimas fantasmales.

Cargando editor
24/04/2009, 19:06
Director

-¡Salgan de aquí Sargento! ¡Va a matarles! ¡Sálvelos a todos! ¡Rápido!

Es la voz de Pieter que te habla...

Es su mano la que te mueve desde el hombro...

¿Qué demonios está pasando?

-¡Salgan de aquí Sargento! ¡Va a matarles! ¡Sálvelos a todos! ¡Rápido! Repite la voz de Pieter.

Cargando editor
24/04/2009, 21:46
Karl

Satisfecho ante la actitud nuevamente sumisa de la prisionera, vio como el arma rodó hasta su lado, suspiro aliviado al no tener que matar a una mujer, que suponía actuaba por el odio hacia la guerra y el miedo de lo sucedido que por cualquier acción racional.
Cuando el arma fue a parar a su lado, paso de largo de su alcance hasta que detuvo su camino a los pies de uno de los fantasmas, los cuales, había olvidado por un instante que aun permanecían a su lado.
-Maldita sea, aun estoy en peligro-Musito mientras aquella mujer rusa recitaba palabras en ruso, y apenas comprendía palabras sueltas.

-¿Que demonios es eso?-Pregunto mientras se ponía de pie con la ayuda de su fusil y aquel niño parecía recitar una triste canción, una canción que fue el preludio a un grito atronador y al regreso grotesco de aquellas visiones que la casa les ofrecía sin importar el daño que podían causar.
Notablemente nervioso el sargento trago saliva y observo como aquellas criaturas muertas parecían mas asustadas que ellos, sin duda por aquel grito de mujer, o tal vez aquel que vino de abajo.

Mientras intentaba volver al raciocinio y saber que hacer, algo le toco el hombro, o al menos eso le pareció.
-¿Pieter, es usted? ¿Como?-Quedo un momento patidifuso mirando a la pared que le daba la espalda y entonces volvió la mirada a su pelotón.
-¡¡Soldados!! ¡¡Salgamos de aquí ahora mismo!! Algo intenta salir de aquel lugar.-Señalando la puerta del final del pasillo.-¡¡Y ya no puede hacer daño a estos niños, pero si a nosotros!! Corran, ¡Volvamos escaleras abajo! Y abrir fuego con todo aquello que se mueva y no sea alemán, ¡¡VAMOS!! ¡¡Muévanse!!-Gritaba dando ordenes, mientras salia de aquella habitación llena de llantos infantiles y donde lo único que parecía real en aquel lugar, era la pistola que aquella mujer lanzo minutos antes.

-Vamos mujer, tu vienes con nosotros, Octavius hágase cargo del ruso, vamos abajo ¡YA!-Grito por ultima vez, antes de agarrar el brazo de aquella mujer, quien pudo sentir el frió tacto de su mano, pues aun la tenia entumecida, pero el dolor que sentía no era nada comparado con el que podría llegar a sentir si permanecían mas tiempo allí.

Notas de juego

Lose Alexeva, por eso espere hasta las 3:30 para contestar, para saber si hacías algo antes, al igual que e contestado ahora y no antes, para saber si alguien mas participaba.

Evidentemente obligo a todos a seguirme y con rapidez.

Cargando editor
26/04/2009, 00:09
Director

 

Todos corrieron por el balcón para intentar descender al piso de abajo, pero una mole oscura, con las alas desplegadas venía subiendo lentamente las escaleras.

Los hombres del sargento y los campesinos cambiaron rápido de dirección y se internaron en el pasillo. Las botas y los calzados hacian sonar los pequeños cristales esparcidos por el suelo, debido al estallido de las ventanas unos minutos antes.

Los soldados y los campesinos miraron un segundo hacia atrás, y pudieron ver las sonrisas de los niños que salian de su habitación. Después, Natasha y Dimitri fueron desapareciendo lentamente, mientras la criatura alada comenzaba a aparecer en los últimos peldaños de las escaleras.

Desde la puerta de la derecha del final del pasiilo, pudieron sentir nuevamente un golpe, sin embargo, lo que no se dieron cuenta, era que el pasillo no tenía salida alguna, mas que dos puertas a ambos lados y que ahora estaban a merced de la criatura que subía por las escaleras, y que pronto entraría al pasillo, cortándoles el paso.

El sargento no tardó en reaccionar y junto con dos de sus hombres, derribaron la puerta de la derecha, donde entraron lo más rápido posible, intentando que el demonio no les de caza.

Todos entran corriendo, sin reparar en la sangre que está cuagulada en el suelo, que os hace caer de espaldas al suelo, quedando en primera fila para ver lo que del techo cuelga.

Dos cuerpos crucificados, de dos personas, dos niños, penden de una de las vigas del techo. Los cuerpos se encuentran invertidos, con los pies atados por las sogas y con unas maderas que pasan por la espalda y debajo de sus axilas, y sus manos clavadas a ellas. Sus cuellos están abiertos, dejando ver la tráquea blanquecina y sus arterias carótidas están cortadas, ambas, seguramente por un objeto afilado.

Debajo de ellos, justo donde habéis resbalado, hay un el gran charco de sangre coagulada, litros y litros de ella y sobresaliendo de los bordes del charco, pueden ver unas trazas blancas de tiza con algunas letras extrañas y desconocidas.

Sobre la cama, podéis la ropa de una persona de sexo masculino, doblada prolijamente.

Los ruidos de pisadas ahora se escuchan por el pasillo, cada vez más cerca de la puerta...

Mas cerca...

 

Cargando editor
26/04/2009, 22:58
Alexeva

- ¡¿Qué haces!? ¡Déjame agarrar el arma! - gritó Alexeva ferozmente mientras el alemán la sujetaba del brazo. Su reacción fue intentar soltarse en el preciso momento que aquellos odiados dedos entumecidos se cerraban sobre su carne. Tiró con todas sus fuerzas, como un animal salvaje a punto de mostrar los dientes, pero no hubo caso. La adrenalina y la fuerza masculina del alemán eran más fuertes, y se vio obligada a correr antes de que la arrastraran como peso muerto.

La visión de la mole alada silenció a Alexeva más de lo que los fusiles y los cañonazos habían logrado antes. Muda, fuera de sí, no opuso ninguna resistencia a seguir corriendo, y de hecho fue ella quien corrió con más velocidad que el alemán que la llevaba del brazo. Al cambiar de rumbo, Alexeva dedicó un momento a mirar hacia todos lados buscando un arma, cualquier cosa que pudiera asir o robar, que no la hiciera depender de un grupo de hombres que no la defenderían si sus vidas estaban en juego. En el momento que la puerta fue echada abajo, Alexeva gritó que había que dispararle, que tenían que hacer algo con las balas y las granadas, que...

El resbalón con el charco de sangre fue fuerte, y sintió en su espalda y en su cuerpo la sensación líquida de haber caído en un río. Alexeva levantó la mirada tratando de buscar de dónde asirse, y al ver a los niños colgando invertidos profirió un grito de horror y de odio tan intenso que sólo emergió de sus labios un gruñido siseante. Aquella imagen la llenó de tanta adrenalina que permitió aflorar su instinto en su máxima expresión, y empezó a mirar a su alrededor buscando la forma de salir de allí. La habitación no parecía tener más puertas, excepto la que ya habían abierto, y no parecía tener ventanas por las que saltar. Se habían metido en el último callejón sin salida de la casa.

Entonces, Alexeva intentó levantarse y, mientras lo hacía, agarró al jefe alemán del brazo con tanta fuerza que le obligó a mirarla. Sus ojos brillando de agitación y adrenalina se clavaron en las pupilas de aquel hombre, que hasta ese entonces sólo había traido desgracia a su patria, e incluso a sus propios subordinados.

- Los niños quieren se le dé muerte a lo que está subiendo por las escaleras, que fue lo que les hizo esto. ¿Me entiendes? - dijo, en un alemán perfecto pero muy rápido, mientras forcejeaba para erguirse del todo y alejarse de la puerta - Aquello les ha sacrificado, y necesitan verlo muerto para liberarse. Una vez muerto, podremos salir. Eso fue lo que dijeron; eso es lo que quieren. Cuantos más sean los que le disparen, más posibilidades hay. ¡No hay otra escapatoria, maldita sea!

Soltó al alemán, y jaló con fuerza para soltarse de su agarre y poder así penetrar en la habitación. No prestó atención a si podía hacerlo o no; se dirigió, o intentó dirigirse, hacia las líneas de tiza, y trató de borrarlas con el pie, la línea y las letras más cercanas a ella. Se afanó como pudo mientras los alemanes reaccionaban, y tras echar una mirada a las sogas que sostenían a los niños para ver en dónde estaban atadas, fue directo hacia la cama y trató de moverla. Sus intenciones parecían claras: quería voltearla, para formar con ella una especie de trinchera.

Notas de juego

Bueno, por el resbalón del principio y la urgencia de todos los movimientos, entendí que era coherente que Alexeva pudiera soltarse de Karl sin mayores inconvenientes, sobre todo luego de decirle lo que le dice. Las últimas acciones están supeditadas a que la suelte o ella pueda arrastrarlo. Si de todas maneras Karl quiere mantenerla sujeta o se opone, avísenme y tiramos dados =)

Cargando editor
27/04/2009, 09:46
Grüber

Ignorando mi instinto primario
!Corre!...
 con el corazón en un puño comente...
Tenemos que bajar de las cruces a los niños .

pareciendo mucho mas eficientes debidos a la gran subida de adrenalina intente con la ayuda de quien quisieras.
 bajar de su cruz a las pobres criaturas.
No tengo claro que se pueda matar con balas a una criatura diabolica como esta, igual redimiendo las almas de los niños logramos algo.
Tras descolgarlos me coloque tácticamente en la retaguardia controlando de reojo los ensangrentado cadáveres no se alzaran esperando su aciago destino.

Rece todas mis oraciones, al igual que la mantis era lo adecuado antes de matar..... o morir

Cargando editor
28/04/2009, 01:47
Octavius

Octavius realizo una mueca fríamente con su boca, como si tratase de sonreír en esa situación. Ni en sus mas feroces y horribles sueños, han podido reflejar aquella imagen tan cruel. Y eso que ha tenido muchos.

A su lado estaba el prisionero, pero no le presto mucha atención a él, solo revisaba la escena esperando descubrir algo que le ayudase contra lo que venia. Pero desgraciadamente, no lo logro.

-No quiero terminar aquí, encerrado en esta casa, para siempre.- y rápidamente se dirigió junto a Alexeva, y colgándose el fusil en su hombro, le ayudo a dar vuelta la cama.

Octavius comenzó a recapitular todos los acontecimientos, como rememorando una película de terror, donde el malo es imbatible. Sabia que sus armas no le detendrían, pero a lo mejor, ralentizarían sus movimientos, y sus compañeros podrían escapar.

-Ella tiene razón en algo.- Grito fuertemente, -Tenemos que hacer algo, o si no todos terminaremos muertos.- Bajó un poco su voz, y continuo diciendo -Yo haré todo lo posible para entretenerlo. Vosotros traten de escapar por algún lado.- Dio un medio giro y volvió a gritar -Ahora!!!.-

La mano le ardía tanto, que apenas podía contener el grito de dolor. Se la refregó contra el pelo una vez mas y tomo el fusil, apuntando hacia la puerta.

Cargando editor
29/04/2009, 00:24
Director

Las cuerdas que los mantienen en el techo a los niños son cortadas y los cuerpos caen al suelo con un golpe, haciendo añicos la vieja madera que tenían bajo los brazos.

Los cuerpos de los niños quedan en una posición antinatural, tumbados entre los charcos de sangre, mientras que el sargento y alguno de los que están allí comienzan a borrar los pentagramas del suelo.

En ese momento, todos podéis ver como la cabeza del demonio comienza a asomarse en la puerta, seguida de un largo cuello, como el de una serpiente.

Sus ojos rojos os miran con odio, con una rabia contenida a punto de estallar.

El cuello de la criatura entra por completo a la sala. Sus ojos miran a los niños, miran al vacio, y parece como el odio que antes contenían desaparece por un momento, para después volver a mirar a los soldados y a los campesinos...

La criatura abre su boca y un sonido agudo sale de ella... ese sonido os hace llevar las manos a los oídos durante unos segundos, pero después, poco a poco, el dolor se va calmando...

Notas de juego

Los que queráis atacar: 1d8 + habilidad de combate.

Cargando editor
29/04/2009, 01:32
Karl

Todo estaba sucediendo a una velocidad tal que poco o nada le daba tiempo a reaccionar: El forcejeo con aquella mujer, escuchar el grito ensordecedor de la criatura que subía a por ellos y su posterior visión, el choque con la puerta cerrada, la caída a un suelo manchado de sangre inocente derramada como una simple sangría, la imagen de los niños que instantes antes le hablaron, Y las palabras de aquella oronda mujer rusa, que ahora derrepente parecía hablar perfectamente un alemán que incluso alguno de sus soldados nacidos en la nación jamas aprenderían...

La mujer escapo al fondo de la habitación y el continuo en el suelo, hasta que su mano sintió el seco tanto de la sangre, un tacto que no estaba acostumbrado a sentir, la densidad era distinta, el tacto con sus dedos con sangre ya fría no era la misma a la que la guerra le había acostumbrado y eso le hizo dudar un largo instante. Un instante del que fue obligado a despertar al ver como aquella mujer y Dieter intentaban borrar el suelo pintado, por alguna razón que no conoce también ayudo en aquel loco intento de borrar los dibujos que seguramente una mente perturbada había dibujado emulando algún oscuro libro o simplemente seria el juego de aquellos niños que tendían del techo antes de ser bajados con un sonoro golpe.

-¡Escapar a DONDE SOLDADO!-Le increpo mientras, corría a ponerse a "salvo" y recoger a los que aun estaban en el suelo quietos y mudos.

-¡Que diablos es eso! Disparen soldados, ¡Salven sus vidas como sea!-Grito un segundo después de llevar a Hans hasta donde habían levantado ese absurdo fortín. Y un segundo mas tarde con su arma amartillada y al grito de: -¡FUEGO!-Disparo a la cabeza de la criatura, esperando que el resto de sus hombres le siguieran, por el bien de todos ellos.

- Tiradas (1)

Tirada: 1d8(+9)
Motivo: Disparo a Bocajarro
Resultado: 8(+9)=17

Notas de juego

Me gusto como lo llevasteis Alexeva

¿Eso es un critico?

Cargando editor
29/04/2009, 05:18
Alexeva

La cama volteada era mejor que no tener nada enfrente; pero Alexeva no se hacía ningún tipo de ilusiones. Al ver que los alemanes cooperaban, echó un grito a su compatriota para ver si reaccionaba, pero tampoco tenía ninguna expectativa para con él. Otro inútil de los tantos que Rusia había sufrido pariendo, para que luego no movieran un dedo para defender a su madre; otro de sus tantos hijos bastardos que ni siquiera servían para protegerse a sí mismos. Los rezos del alemán médico interrumpieron el silencio en los oídos de Alexeva, que sólo escuchaban la letanía acelerada de su propio corazón. Sus ojos, que buscaban algo para defenderse, que continuaban buscando la manera de salir de allí, tropezaron con los cadáveres de los niños entre la sangre y las astillas de madera.

Por estarlos mirando, no logró ver primero aquellos ojos que surgieron por la puerta, y pudo así continuar teniendo posibiliadd de reacción. Cuando notó la presencia de aquella criatura, se congeló todo lo que había en sus venas y creyó que el corazón, que le había resistido tantas presiones, tantas muertes y torturas, le iba a fallar al fin. Sin embargo, aquello no le impidió notar cómo el odio de esa mirada se disipaba al ver los cadáveres de los niños, que aparentemente yacían muertos por intervención de la criatura. No le impidió así hacer una asociación que podría salvarle la vida, o quitársela de inmediato, al segundo siguiente.

El aullido le partió la cabeza, y Alexeva gritó el dolor que no esperaba, más por la sorpresa que por el sufrimiento mismo. Ese dolor arrancó a su mente y su cuerpo del entumecimiento de aquel pánico al que se estaban enfrentando, y mientras el jefe alemán ordenaba abrir fuego desde atrás de la improvisada trinchera, Alexeva asomó un ojo desde el filo de la cama para ver la posición de la criatura y la distancia de aquel lugar al sitio donde los cadáveres yacían en aquella posición. Calculó con la mirada, y se dio vuelta hacia el hombre que le había entregado la pistola antes, y que todavía cargaba el fusil del muerto Pieter.

- Dame el otro fusil - dijo en ruso, exigiéndolo con la premura de la situación - Tienes el tuyo. ¡Dámelo y seremos más disparando contra aquella cosa! ¡Lo necesitamos!

Esperó con la mano extendida y los ojos ardiendo de adrenalina.

Notas de juego

Creo que sí, Karl. Director, por favor dime si entre la cama en su sitio y el lugar de los cadáveres hay una distancia que se cubre en dos o tres pasos corriendo, o es más larga.

Cargando editor
29/04/2009, 23:58
Octavius

En grito de la bestia prácticamente dejo aturdido a Octavius. En el pudo sentir algo que pensó nunca sentir. Su corazón insensibilizado por su herencia, su castigo, o lo que fuese la marca en su mano, se había vuelto oscuro, incapaz de sentir algo mas que furia y tristeza.

Pero sintió temor.

Su visión se nublo un poco ante la presencia de la criatura, pero no cedió contra el instinto de paralizarse. Demasiado había entrenado su mente para sobrellevar la visiones, que utilizo el mismo método contra el miedo. Respiro profundo, trato de acallar sus pensamientos, aunque solo por unos instantes. Y apunto con su rifle.

El disparo no pudo ser más certero, dado el tamaño de la criatura. Solo quedaba ver si las simples, comunes, ordinarias bala podrían hacer daño.

-Solo un poco de esperanza-

- Tiradas (1)

Tirada: 1d8(+9)
Motivo: Disparo
Resultado: 2(+9)=11

Cargando editor
30/04/2009, 10:56
Grigori
Sólo para el director

 MI mente se esta volviendo loca, esta viendo lo que no debe, esta desvariando, tengo que salir de aqui, pero no puedo hacerlo, no van a dejarnos irnos. 

Una mujer, un sacrificio, unos niños, un ser infernal algo que no puede ser destruido a menos que entreguemos algo mas importante. Mi vida, desde luego que no es. ¿que llevaria a una madre a hacer esa barbaridad? que haria que los....El grito me tapo los oidos y cierro los ojos mientras intento olvidar lo que he visto, mientras por primera vez en mucho tiempo comienzo a rezar, comienzo a pedir una ayuda, un poco de consuelo, algo que me sirva, no voy a usar un arma, no soy capaz de hacerlo, no soy un soldado, soy un superviviente, soy....

Tal vez en la habitacion, donde se grito, donde todo pudo comenzar. Los niños en las cuerdas ahora en el suelo, un hombre en la cama, un...habia una mujer en la vision, mientras ellos intentan borrar, voy a la cama a ver que hay, tiene que haber algo, que nos pueda salvar o destruir, que nos pueda...Disparos, atronan mis oidos, el olor a polvora invade todo, miro la cama, miro a lo que hay sobre ella, busco algo, ahora no me miran, ahora puedo hacer lo que sea para salir de aqui, incluso tirarle el cuerpo si hace falta o quemarlo, no tengo con que pero seguro que los alemanes pueden hacerlo. 

Cargando editor
30/04/2009, 16:48
Grüber

ese acto podía costarme un consejo de guerra pero pase el arma a Alexeava y prepare la  mía.
No seré yo quien deje a alguien desarmado frente al diablo.
Tras eso me quede quieto analizando a la bestia sin disparar.
¿cual será su talón de Aquiles?
 

- Tiradas (1)

Tirada: 1d8(+6)
Motivo: Inteligencia 6
Resultado: 6(+6)=12

Notas de juego

supongo que eso sera valido ¿no?