Partida Rol por web

Camino agotado entre las ruinas de lo que fue una gran ciudad, cargando con mi mochila. Llevo días andando sin poder dormir o comer decentemente. Sin entablar contacto con otros humanos. Sin encontrar un motivo a todo esto. Y sin poder darme una ducha en condiciones. En fin, la rutina de este nuevo mundo.

El cielo se torna anaranjado según sumo pasos al camino, tiñendo de rojo los edificios que me rodean. Se hace de noche... es el momento de buscar un refugio. Me paro en medio de la "calle", si se puede llamar así al asfalto resquebrajado sobre el que ando, y miro a mi alrededor sonriente. No tiene pinta de ser una tarea difícil encontrar esta noche un buen lugar... los esqueletos de los edificios proporcionan un buen refugio... y con suerte puedo conseguir hasta un colchón.

Cuando decido encaminarme a un antiguo bloque de viviendas situado en uno de los márgenes del camino, algo llama mi atención al otro extremo de la calle: un perro. Mierda. Rápidamente, saco mi machete, dispuesto a defenderme. Mierda... ahora no tengo ganas de enfrentarme a una manada de estos hijos de perra... jaja, hijos de perra... nunca mejor dicho. A pesar de la tensión del momento, no puedo evitar reírme con ironía. Soy así. Y la vida también.

Pasan unos segundos y el perro no se mueve. Simplemente ladra, mueve la cola y vuelve a ladrar. Genial... no es peligroso. Contento, enfundo el machete y me pongo a andar en dirección al perro, silbándole para que también se acerque. Ven perrito... que con suerte hoy también ceno caliente... Pero la suerte se trunca cuando dos adolescentes aparecen tras él y, asustados, salen corriendo. ¡Joder! Una gota de sudor frío me resbala por la frente, un montón de ideas desagradables se pasan por mi cabeza. ¿Será una trampa? ¿Una tribu de merodeadores? ¿Los dueños de la ciudad? ¿Caníbales?

No encuentro respuesta a mis preguntas, pero tampoco me pienso quedar a obtenerlas. Me estoy poniendo muy nervioso. Debo salir de esta calle como sea... alejarme como mínimo 4 manzanas de aquí... Así, salgo corriendo a toda velocidad entre los escombros por las perpendiculares a esta calle. Mierda...

Camino pensando en mis cosas, observando los caprichosos reflejos que el sol produce en el acero y los hierros doblados.

Las personas sobreviven como pueden, yo tambien lo hago. No veo nada malo en comer a los que se mueren, carne es carne, salvo el tema de las enfermedades. Es lo unico por lo que lo evito. Aveces silvo mentalmente o hablo con migo misma, pero sin agotar saliba.

- ¿No es fantastico tanto espacio libre? Podria poner una bandera y todo seria mio.

- ¿Que harias con tanto? Sin comida no te serviria de nada aunque pudieras dominar la tierra.

- Cierto, pero morir como la reina de la tierra es mucho mas divertido que morir como una rata.

- Creo que nos estamos volviendo locas....

- Si, es posible pero al menos no somos como esos trozos de carne amargados que rectan por el fango cazando gusanos.

La vision de la chica interrumpe mis pensamientos, el perro es lo que me mas despierta mi curiosidad. Me teme, corre... No es peligrosa, los peligrosos disparan primero.- HOLA.- grito desde lejos con entusiasmo, moviendo la mano al tiempo, con una gran sonrisa.- ¿Como estas? ¡Yo me llamao Leona! ¿y tu perro?

-Esa ultima frase no ha tenido mucho sentido.

- Ya... me he dado cuenta pero no importa, ya preguntare luego por ella, no pasa nada.

No estaba seguro de que hacer, en realidad me dio un poco de pánico el saber que una niña cargaba un rifle. Para mi juicio, eso no era nada bueno.

A pesar de que mi instinto me decía que no la persiguiera, mi cuerpo hacia otra cosa. Caminaba muy cautelosamente (mas de lo normal), mi corazón comenzó a latir rápido y mis ojos miraban atentos en todos los sentidos.

No sabia que pensar, si esta niña pertenecía a un grupo de bandidos (lo cual no le daba mucho crédito) o que fuere de un grupo muy atemorizado (lo cual no seria algo bueno si me les presento con armas en la mano). Siendo así no saque ningún objeto que pudiere representar peligro a esta niña o sus compañeros (en caso de tenerlo).

Corres en dirección opuesta a los dos chicos, casi tan asustado como ellos. Rápidamente los pierdes de vista, así que con suerte ellos tampoco sabrán a donde te diriges.

No dejas de correr hasta encontrar un hueco en una pared por donde apenas puedes entrar. Pero es un refugio aceptable, ya que salvo los cristales rotos de las ventanas y una puerta desencajada, el resto de la estructura de alguna manera aun se sostiene en pie.

Echas un vistazo alrededor, y te das cuenta de que esto debió ser un almacén o algo parecido antes de que el mundo se fuera al demonio. Ahora esta vacio, salvo por montones de cajas y barriles hechos pedazos.

Alguien ya estuvo aquí y seguramente se llevo todo lo útil que logro encontrar. Pero al menos no hay rastros de amenazas, humanas o de otro tipo.

La chica no te responde. Por el contrario, aumenta la velocidad y si se vuelve para mirar atrás, es solo para asegurarse de que no la sigues o le apuntas con un arma. El perro va tras ella, ladrando y moviendo la cola felizmente, como si pensara que todo esto es solo un juego de su compañera humana.

Ambos se pierden de vista tras los escombros de un edificio en ruinas. No sabes si realmente huyeron o si solo se trata de un cebo para atraer a viajeros descuidados a una trampa, pero sea una cosa u otra, ya no les ves.

La chica no dice nada al verte. Simplemente aumenta la velocidad y si se vuelve para mirar atrás, es solo para asegurarse de que no la sigues o le apuntas con un arma. El perro va tras ella, ladrando y moviendo la cola felizmente, como si pensara que todo esto es solo un juego de su compañera humana.

Ambos se pierden de vista tras los escombros de un edificio en ruinas. No sabes si realmente huyeron o si solo se trata de un cebo para atraer a viajeros descuidados a una trampa, pero sea una cosa u otra, ya no les ves.

Caminas lentamente, temeroso de una emboscada, pero cuando finalmente llegas al último lugar donde viste a la chica y al perro, apenas puedes distinguirlos a la distancia. La muchacha es bastante rápida y el miedo parece ponerle alas en los pies. Están por alcanzar lo que queda de otra esquina, a dos manzanas de distancia.

De seguir así, no hay duda de que finalmente desaparecerán sin que los alcances.

Observo el camino y me encojo de hombros.

¿Que hacemos?

No se, podria ser una trampa...

¿Si fuera una trampa mostraria la escopeta tan abiertamente?

Me agacho y escribo con el dedo en la arena.

" No quiero hacerte daño estare por hay si quieres hablar ---->"

Camino en esa direccion lo bastante para que no le resulte un peligro y me siento unas ruinas un rato a descansar si la chica no vuelve, seguire mi camino.

Es un rollo, yo queria hablar con alguien real para variar

Yo soy real

Con alguien real que no sea el yo que vive en mi cabeza

vale.

Jadeante, reviso todo el edificio, esperando que no haya más sobresaltos. Vaya... parece que todo está bien... alguien ya estuvo aquí y seguramente se llevo todo lo útil que logró encontrar. Descargo la mochila de mi hombro y la dejo en una esquina del almacén. Después, cargo unas cuantas cajas y las apilo en la esquina, construyendo un "nido". Aquí podré pasar la noche.

Al terminar, me siento en el suelo, apoyando la espalda en la pared y mirando a la entrada. Debo guardar silencio... seguramente revisarán la zona y no me tienen que encontrar. Así, permanezco inmóvil mientras la noche cae sobre la ciudad. Por supuesto, con el revólver y el machete a mano. Según pasan los minutos, empiezo a tararear mentalmente una canción que siempre me relaja, aunque ya ni recuerdo quién la compuso ni cuando.

 Joder... el mundo se desciviliza cada vez más... dentro de un par de años el hombre habrá vuelto a subirse a los árboles como no se logre hacer nada para devolverle su dignidad...

No sabia que hacer, aunque veía como la niña corría a paso maratónico yo tenia la experiencia de que se sentía caer en una trampa. A pesar de ello preferí ir corriendo a alcanzar a la niña, no sabia si esta estuviere sola o acompañada pero hoy día un poco de compañía no hacia daño.

Reí al recordar como planeaba con mi esposa el tener un hijo/a, así que mi instinto dejo de oponerse a mi voluntad.

Esperas durante largo tiempo, pero no parece que la chica vaya a aparecer de nuevo. Comienzas a contemplar la posibilidad de largarte de ahí, pero pronto anochecerá. Quizá podrías refugiarte en alguna parte de las ruinas y seguir al día siguiente.

Mientras lo consideras, sientes el gruñido de tu estomago. También estas sedienta. Pero esa es tu última lata de comida y toda el agua que te queda. Después de consumirlos, solo te quedara buscar ratas, gusanos, lagartijas, pájaros, gatos, o lo que sea que se te ponga al alcance y se deje matar y comer.

La perspectiva no es muy halagüeña. Y entonces, te parece oír algo.

Travis abre sus brazos y las palmas de sus manos para mostrar que no va armado al tiempo que habla alzando la voz para que la chica pueda oirle:

"¡¡¡Hey, hey, tranquila blanquita!!! ¡¡No quiero hacerte nada!! Mira, voy desarmado, y tengo agua, ¿Tienes sed?"

Travis coge su botella de agua y la muestra a la desconocida, a la vez intenta hacer los tipicos sonidos para llamar al perro, con la esperanza de que si el perro se acerca la mujer tambien lo hara.

Corría decidido en seguir a la muchacha, ya no desconfiaba de lo que estaba pasando, más bien sabia que esto podría significar algo, un cambio en toda esta situación.

-Dios como corre la niña- fue lo único que mi mente pudo expresar, todo el ajetreo y el cansancio que tenia me estaba cobrando factura… Lo cual no hera nada bueno si se trataba de sobrevivir todos los días en un ambiente hostil.