Partida Rol por web

Lanzo todo el viento que pude contra él, reteniéndole, mientras mis amigos ejecutan sus planes. Le lanzo todo lo que el viento puede mover, de nuevo, enfocando a su cara, distrayéndole. No deja de dar manotazos al aire una y otra vez, y cuanto más lo hace, más fuerte es mi furia y mi viento.

-¡Chicos! ¡Lo estoy entreteniendo, espero que funcione!

Corro junto a Daniel y al estar cerca de aquella figura esgrimo mi palo y como pasara en aquella gran historia mi palo se afilaba y poco a poco relució desafiante como una bella espada...

Chupate esta...

Embisto con mi espada la zona media de aquel ser mientras que este parecía entretenido en matar pajaros...

Dejanos en paz... ¿acaso no ves que estas acabado... ? Te vamos a hacer papilla...

Apretaba mis dientes mientras embestia de nuevo a aquel ser...

Me tomo unos segundos para recuperarme. Después, ver a Rocky colocarse a mi lado y atacar me inspira valentía, a si que yo también me lanzo tras él para atacarlo con todo lo que tengo.

Corro hacia el espectro de nuevo gritando y con las garras en las manos me lanzo a por él. A mi lado escucho rugidos, y entonces comprendo de qué se trata, una auténtica manada de leones debe haber acudido en mi ayuda,¿qué podría ser si no?

Lo que siguió durante los instantes que vinieron después fue un auténtico caos. Las ramas del bosque se combinaron con los fortísimos vientos que salían de las manos de Jess, para formar una especie de maraña que apenas dejaba moverse al Espectro. Este rugió con rabia y forcejeó con toda su potencia, rompiendo ramas, raíces y desgarrando la tierra, pero era inútil. Todo aquello era demasiado para él. Rocky aprovechó para acercarse y golpearle con su improvisada "espada", mientras Daniel volvía a arañarle y morderle con todas sus fuerzas.

En ese momento, y sobresaltando a los chicos, llegaron animales de todos los rincones del bosque. Pequeños y escurridizos insectos y culebras, roedores, gatos salvajes... incluso un par de alces y un puma. Los muchachos se asustaron un poco al ver al felino, pero este se dirigió a la carrera a atacar al monstruo, hundiendo sus colmillos en él. Los rugidos de ambos se alzaron en la noche, tan desgarradores que helaban la sangre. De una sacudida, el Espectro se sacudió al puma y lo lanzó al suelo, clavándole sus garras para acabar con él. El felino rugió, pero se quedó inmóvil al instante.

Estaban cerca, podían conseguirlo. Sólo había que esforzarse un poco más...

Los está matando...está matando a nuestros amigos-pensó la niña abatida viendo como el espectro acababa con la vida del valiente puma-es mi culpa, por llamar a los animales

Zaina estaba completamente agotada. Habían caminado durante toda la noche, habían subido y bajado escaleras corriendo, habían pasado habmbre, frio y miedo...La niña sentía que las fuerzas la abandonaban con cada animalillo inocente que veía morir. No aguantarían mucho tiempo así. Entonces se dió cuenta de una cosa. Todos los seres tenían un punto debil. Los monstruos no podían ser una excepción. Pero ella no había visto nada raro en el ser espectral...por lo tanto....

La espalda

Aprovechando que el monstruo estaba entretenido luchando contra todos los elementos, y movida por la rabia de los niños y los animales muertos, Zaina dejó de utilizar sus poderes para abalanzarse corriendo sobre el monstruo. Sin embargo, cuando llegó a su altura no intentó atacarlo, sino que se deslizó entre sus ¿piernas? para tener la oportunidad de atacarlo por la espalda más tarde.

El Espectro tenía bastante con los pájaros, alces, ratones, gatos y la amalgama de raíces que lo rodeaban como para percatarse de que Zaina se colaba entre sus piernas. La gitanilla notó el olor fétido que desprendía, pero logró alcanzar la espalda del monstruo, que estaba cubierta de pelo áspero y piel raída.

Por su parte, el enorme rival al que se enfrentaban volvió a encararse a Daniel para quitárselo de encima. Estaba claro que los arañazos y mordiscos del chico le estaban haciendo daño. Esta vez no lo cogió para lanzarlo, si no que le asestó un zarpazo que por suerte sólo alcanzó su pierna.

Daniel gritó de dolor y vio cómo su propia sangre manchaba las relucientes garras de la bestia.

Lanzo un grito de dolor cuando veo la sangre manando de mi herida, mi primer instinto es retirarme hacia atrás y desde luego que lo hago, pero una raíz sale al encuentro de mi pie derecho haciéndome caer al suelo de espaldas.

El dolor del trasero no se nada comparado con el de la pierna, me entran ganas de llorar, pero recuerdo una historia que contaba mi madre cuando tenía miedo... solía decir "Daniel, nunca olvides que pase lo que pases, siempre tendrás un ángel que cuida de ti y de que no te pase nada. Si alguna vez tienes miedo por la noche, cierra los ojos muy fuerte porque seguro que aparecerá"

Y haciendo caso a los siempre sabios consejos de mamá, aprieto los ojos negándome la visión, estoy convencido de que aparecerá y atacará al espectro para enseñarle que no puede hacer lo que quiera con los niños.

El olor a podrido... el terrible olor a podrido. COmo siempre, a la niña la recordó a los muertos, los animales atropellados, los gusanos...la humedad...

Por un instante, la niña sintió que el terror la paralizaba y hacía que sus piernas se volviesen de goma. El miedo era tan intenso que no era capaz de chillar. Sin embargo, la chiquilla era consciente de que no podía dejar que aquel monstruo matase a alguno de sus amigos, por lo que decidió actuar.

Estas a su espalda Zai...busca su punto debil....Tiene que tenerlo. -Algo hablaba en la cabeza de la niña...una voz que no conocía pero que sin saber porque imaginaba de quien era...su padre.

¡PAPA!- Zaina chilló llevada por el miedo y la sorpresa. No había llegado a conocer a su padre, pero ¿quien sino él la hablaría tan cariñosamente en aquellos momentos? Los muertos les acompañaban. Los ancianos siempre lo decían. ¡SE QUE ERES TU,PAPA!¡ Muestrame su punto débil....ayudanos.....

Al ver como aquel ser hiere a Daniel me lleno de rabia...

Era como cuando los matones del patio, se encaran con el más timido, hasta hacerle llorar...

Así que sin más vuelvo a embestir el vientre de aquel ser, mientras digo entredientes: Me cago en tu cara, carahuevo... te voy a dejar hecho papilla, tonto el culo...

Mientras tomo impulso para dar la siguente cuchillada, mis piernas se lanzaban contra las piernas de aquella mole, no podía dejar de arremeter contra el... y menos ahora que había hecho daño a Dani...

Rocky se lanzó contra el Espectro sin dudarlo, pues no podía quedarse cruzado de brazos mientras Daniel sufría. Ahora estaba más que claro que era peligroso... y que podía llegar a ser letal si no lo derrotaban.

Zaina invocaba a su padre y Daniel se esforzaba por zafarse del doloroso agarrón del monstruo, mientras notaba cómo su sangre se deslizaba por la pierna y manchaba la hierba de rojo. El Espectro emitió un sonido estentóreo. Casi habrían podido decir que... ¿se reía?

En ese momento se volvió hacia Zaina y, alargando otra extremidad de afiladas garras, la agarró por el cuello y la levantó, acercándosela a su fétido rostro. No parecía importarle demasiado que los pájaros le picasen y que Rocky siguiera dándole golpes por todo el cuerpo, aunque estaba claro que le hacían bastante daño. Pero el miedo de la gitanilla le estaba resultando sin duda delicioso, y quería saborearlo hasta la última gota...

A lo lejos comenzaron a verse algunas luces blanquecinas. ¿Más hadas venían desde lo profundo del bosque? Si llegaban hasta donde todos estaban y fortalecían al Espectro, aquello podía ser el fin...

No son hadas...No son hadas....esas luces no pueden ser hadas...

La niña trataba de no moverse en absoluto, temiendo que el más minimo movimiento terminase separando la cabeza de su cuerpo y, aguantó como pudo la terrible aspiración que el monstruo ejerció sobre ella. Aquel ser era sin duda fuerte...muy fuerte y la niña se daba cuenta de ello. No era solo la facilidad con la que la había levantado, ni la resistencia que parecía tener a los golpes...era algo más. El terrible olfateo la ponía muy nerviosa pero había comprendido una cosa...ese temor alimentaba al monstruo... la niña entonces supo lo que tenía que hacer.

Sabiendo que, no tardaría mucho en revelarse el punto debil de aquel ser y que solo necesitaban ganar un poco de tiempo, Zaina mordió con todas sus fuerzas la mano que la sostenia mientras se agarraba con sus manos al brazo de la bestía, para amortiguar la caida si la soltaba.

Cuando veo que Zaina ha sido capturada por el espectro me levanto de un salto, no es momento de tener miedo, no es momento de dudar, no es momento de ser un cobarde. Ahora es el momento de demostrar a todo el mundo que soy valiente, que puedo hacerlo.

Creo en mi, sé que soy fuerte y que puedo hacerlo, a si que corro hacia el espectro gritando con todas mis fuerzas y cuando estoy a la distancia suficiente, echo un de mis puños hacia atrás para golpear al espectro cuando finalmente llego hasta él.

-¡Suelta a Zaina, monstruo! - Le grito al tiempo que descargo el golpe, un puñetazo que lleva toda la fuerza que soy capaz de reunir.

Habían pasado tantas cosas y tan veloces, que no me dió tiempo a reaccionar. Dany estaba herido, Zaina atrapada por el monstruo, Rocky pegándole.. Unas luces blancas se acercaban..

Yo seguía atacándole con mi viento, dificultándole las acciones, cuando en un abrir y cerrar de ojos todo esto ocurrió.

Viendo la sangre de Dany, y a Zaina atrapada, mi rabia aumentó. ¿Qué podía hacer? ¡Tenía que pensar algo rápido!

Con mi viento le arrojo un tronco grandísimo a la cara al bicho, a ver si libera a Zaina, o lo atonta para que pueda librarse ella.

Y de pronto se me ocurrió:

Los animales son nuestros amigos.. Los árboles son nuestros amigos.. Los muertos nos ayudan.. ¡Pero no estamos solos!-pensé.

El abuelo decía que hay un espíritu que cuida del bosque. Que vela por las cosas y seres vivos que hay en la naturaleza, y que llora cuando algún animal se muere. Es el que hace que los cazadores se pierdan en el bosque y no maten animales, y el que hace que llueva cuando algún incendio amenaza con destruir sus dominios.

¡Ese espíritu no puede permitir que un monstruo así esté aquí! Seguro que nos ayudará..

-¡Espíritu del bosque! -le grité a la oscuridad que nos rodeaba-.. ¡Espíritu del bosque, ven! No permitas que este ser destruya tu reino! ¡Ayudanos!

Aquello pasaba de castaño a oscuro... Aquel bichejo parecía no entender que no nos íbamos a rendir...

No tengais miedo de este saco de escombros, se hace más fuerte con nuestro miedo...

Veo como intenta hacer daño a Zaina y arremeto con mi espada contra su antebrazo intentando rebanarlo... Ni le toques un pelo a Zaina... O te vas a enterar de lo que duele un palo por el culo, pedazo de mierda...

A pesar de todo lo que le hicieron al Espectro, este centró su atención en Zaina. La gitanilla no fue capaz de quitar la vista de los ojos rojos de aquella bestia, mientras con todas sus fuerzas hizo lo último que se le ocurría: mordió la mano que la sostenía. Sus dientes se cerraron sobre la carne hedionda del Espectro, extrañamente dura, y en ese mismo momento, el tronco lanzado por Jessica le alcanzó. El vendaval había causado que una rama se desprendiera y el impacto fue duro. Su garra se abrió de inmediato y Zaina cayó al suelo libre, sangrando por algunos cortes en el cuello, que no eran graves por suerte.

Rocky y Daniel se concentraban en golpear lo más fuerte posible al engendro, ignorando el miedo y el dolor. Mientras estaba aturdido, quizá fuera vulnerable. Pero justo cuando se levantaba, oyeron una voz lejana:

- ¡Por aquí...! ¡Por aquí...!

Las luces seguían acercándose, cada vez más rápidamente. Sin embargo, no parecían Hadas... más bien...

El gruñido del Espectro les sacó de sus cavilaciones. Se irguió una vez más con torpeza y miró con furia a Zaina. Rugió con tanta fuerza como no lo había hecho en toda la noche y alzó una garra que brilló a la escasa luz del claro, reflejando la sangre roja que había en ella. Zaina ni siquiera tuvo tiempo de cubrirse el rostro antes de que...

¡BANG! ¡BANG!

Se oyeron dos intensas detonaciones, y luego todo quedó sumido en un silencio mortal. El Espectro se había quedado congelado en el tiempo, inmóvil. Luego dio un paso trémulo, después otro... y después se desplomó.

Me quedo sin palabras cuando veo al espectro caer, estoy asustado, cansado y... feliz.

-Es... ¿estáis todos bien? - Logro articular

¿La pasma?¿Un oso? Aquello tenía lógica...pistolas...esa garra....

Zaina se llevó la mano a los cortes en el cuello, que afortunadamente no eran graves...aunque dolían bastante. Y aunque seguía aterrorizada y toda su vida se había escondido de los policias, aunque tenía frío, hambre, y lo único que deseaba era esconderse en alguna madriguera de conejo y no moverse hasta que llegase el día, asintió con la cabeza a Dany antes de comenzar a vociferar.

¡¡¡¡ESTAMOS AQUí!!!!!!!

Sin embargo no se dejaba llevar por la emoción y no quitaba la vista de encima al ser que estaba ahi tirado. COn miedo pero sin demasiada desconfianza -no había visto demasiadas peliculas donde el muerto revivía en el último momento- se acercó a tocar a aquel ser para comprobar su estado

Me quedé unos segundos aturdida, con todo lo que ocurrió. Parecía que alguien nos había encontrado, y el monstruo había sido vencido..

Zaina gritó para atraer a las voces que escuchamos. Parecían de gente que nos buscaba.. ojalá fuese así.

Me uní a los gritos.

¡¡¡EEEEHHHH!!! ¡¡¡AQUIIII!!!

Dije, agitando mi gorra hacia las luces que se veían en la oscuridad, intentando atraerlas.

Curiosamente, en los segundos siguientes, todos notaron que el aire se iba haciendo menos frío y que la escarcha de la hierba y las plantas desaparecía. En unos instantes, dejaron de exhalar vaho al respirar y volvieron a notar el clima agradable de una noche de verano, que ahora les parecía tan cálido como un desierto. Las luces rojizas de las hadas moribundas se extinguieron por completo... pero las que veían en la distancia, más blancas e intensas, siguieron brillando y moviéndose.

Oyeron un ruido entre el follaje y de pronto, cuatro personas salieron de la maleza. Las luces que habían visto eran linternas. Dos de aquellas personas llevaban pistolas en la mano, y una se acercó corriendo hasta el Espectro, tocándolo con el pie.

- Está muerto... -sentenció. Tenía voz adulta.

Las otras tres figuras se dirigieron a los niños. Llevaban mantas, aunque no eran muy necesarias con el clima cálido que hacía. Cuando se acercaron, pudieron ver que una de ellas era una chica con una sonrisa amable.

- Ya pasó todo, muchachos -la oyeron decir con voz tranquilizadora-. Michael, dos de ellos están heridos, pásame el botiquín, por favor. Vamos, venid. Es hora de volver a casa...

Los chicos echaron un último vistazo a lo que les rodeaba. De pronto, no parecía tan aterrador. Donde habían estado las Hadas, había bombillas rojas rotas en el suelo. El Espectro, que había estado a punto de matarlos como a tantos otros niños antes, estaba tendido boca abajo en el suelo. Cuando aquél hombre le dio la vuelta, pudieron ver su rostro a la luz de las linternas. Llevaba botas claveteadas en los pies, que habían causado tanto ruido en el piso de madera de la cabaña.  La sangre brillaba en su pecho, cubierto de pieles de animales, y en sus manos, que aún sujetaban las hoces con las que había intentado desmembrarlos. Lo último que vieron fueron su cabeza, cubierta por una máscara de cuero, con unas gafas protectoras de cristales rojos. Una barba larga le cubría el rostro... un rostro que estaban seguros de que era demasiado humano para que pudieran olvidarlo.

En ese momento, se dejaron caer en el abrazo de las mantas y se alejaron de allí en dirección a sus casas.