Lunes.- 30 de Septiembre
El interior del autobús es silencioso, apenas roto por el leve traqueteo de las ruedas sobre el asfalto irregular y el imperioso murmullo de la lluvia. Las luces amarillentas del techo parpadean ocasionalmente, proyectando sombras alargadas sobre los rostros de los cinco pasajeros, todos extraños entre sí, pero unidos por la inquietud que crece lentamente. La noche, cercana a la medianoche, se siente espesa, cargada de una tensión que ninguno puede explicar. Tal vez, sea por la cruda tormenta del exterior. El cielo se ilumina tras un relámpago.
A través de las ventanas sucias y empañadas, apenas se divisan los contornos del exterior. La carretera, antes familiar y recta, ahora parece haber cambiado, serpenteando como si se adentrara en algún lugar olvidado por el tiempo. El asfalto ha dado paso a un camino más rugoso y desigual, lleno de baches que hacen que el autobús tiemble con cada curva. Los árboles, altos y ominosos, se cierran alrededor del camino como guardianes sombríos, sus ramas extendiéndose hacia el vehículo como si intentaran atraparlo. El bosque que los rodea es denso, oscuro como tinta, y parece absorber toda luz. Entre la maleza, a veces parecen asomar figuras fugaces, pero podría ser simplemente el juego de luces y sombras provocadas por los faros del bus que no logran iluminar mucho más allá de unos pocos metros. A medida que avanzan, los árboles parecen estar más cerca, sus ramas más bajas, formando un túnel natural que oscurece aún más la visión.
Dentro del vehículo, la temperatura ha comenzado a bajar. La calefacción no funciona, aunque no os sorprende. el vehículo público se encuentra cercano a la jubilación. Un frío extraño se filtra por las rendijas, poniendo los nervios a flor de piel.
El conductor, sin pronunciar una palabra, mantiene la vista fija en la carretera, impasible, sus manos rígidas en el volante, como si estuviera siguiendo una ruta que solo él conoce.
Este no es el camino habitual a New York.
Recordad, hay libre albedrío. Podéis hacer lo que queráis, aunque yo os sugiero diferentes opciones: Hablar entre vosotros, pedir que encienda la radio o la calefacción, preguntar algo al conductor...
Pdt. No hay cobertura en los teléfonos por culpa de la tormenta.
Ficha del conductor desbloqueada.
El viento helado se colaba por las rendijas del autobús, haciéndome estremecer. Mis ojos se fijaron en un cartel oxidado y medio caído que anunciaba “Storybrooke a 10 millas”. Fruncí el ceño, intentando recordar si alguna vez había oído hablar de ese lugar. No me sonaba de nada, y estaba seguro de que no estaba en la ruta hacia Nueva York.
El frío me calaba hasta los huesos, y la incertidumbre me rondaba la mente. Me sacudí las manos, tratando de recuperar algo de calor, y me levanté con cuidado, agarrándome bien para evitar caerme por el traqueteo de los baches del camino mientras avanzaba hacia la parte delantera del autobús. Cada paso resonaba en el silencio tenso del vehículo.
Al llegar junto al conductor, me incliné ligeramente y dije:
—Hola, amigo. Aquí atrás estamos congelándonos. ¿Podría encender la calefacción?
Tras esto continué,
—Por cierto, ¿dónde estamos? —pregunté, tratando de sonar casual, aunque la inquietud se filtraba en mi voz— No me suena este pueblo de Storybrooke en el camino hacia Nueva York. ¿Ha habido alguna confusión?
El silencio volvió a caer sobre el autobús, solo roto por el murmullo del motor. Miré por la ventana, el paisaje desconocido y sombrío aumentando mi sensación de inquietud. Con lo pelado que voy de dinero, no puedo permitirme desviarme de mi trayecto y tener que hacer noche en algún lugar desconocido, pensé.
Cori llevaba rato mirando por la ventana estudiando el paisaje como si quisiera aprendérselo de memoria con los auriculares ya mudos en sus oídos y la piel erizada, no tanto por la caricia del frio sino por esa expectativa de moverse a un más allá del ayer que siempre la acompañaba. Oyó de refilón a un chico mencionar la calefacción y como si eso le hubiera despertado los sentidos cerró el abrazo a su rodilla izquierda. El movimiento resultó en lo contrario de lo esperado: la sudadera resbaló por sus lumbares lo que hizo que el frío empezara a cosquillear en ella y la obligara a subir la otra pierna al asiento para hacerse cobijo en ese último asiento del autobús.
Dejó su interés por los afueras abandonada y se giró para cotillear quién hablaba.
—Algunas carreteras no son seguras cuando hay viento— se metió en la conversación sin siquiera valorar que podía no estar invitada a ella—. Yo me he quedado sin volar por ello.
Aquella noche se me habia hecho tarde y habia tenido que coger el autobus de vuelta a casa, aquel autobus estaba practicamente vacio y en el interior solo nos encontrabamos 5 personas mas el conductor, cogi mi libreta y me puse a escribir algo, el sonido del traqueteo me hizo imaginar que me encontraba en la carroza de cenicienta que lentamente se estaba convirtiendo en calabaza, eso, unido a que el paisage del exterior estaba cambiando e incluso que el camino que estabamos recorriendo ya no era el mismo que muchas veces atras habia hecho que me perdiera en mis ensoñaciones habian conseguido que dejara por un momento de escribir y volviera a la realidad.
Mire a mi alrededor a las personas que estaban en el interior del vehiculo, dos hombres y tres mujeres, la sensacion de frio era evidente, pero no era un frio normal, era uno que se te mete dentro, calandote hasta los huesos e impidiendo que pienses en cualquier otra cosa. Mire por la ventana, justo cuando oia como uno de los hombres le preguntaba al conductor si podia encender la calefaccion y me parecio ver como algo se movia entre los arboles, no pude evitar dar un pequeño respingo e intentar mirar, sin exito, en la ruta del telefono si seguiamos el camino correcto.
Alguien ha visto eso?? pregunte algo asustada señalando por la ventana lo que hacia escasos segundos habia acabado de ver, pero entonces me senti tonta, quien lo iba a ver?? Seguro que cada una de las personas que se encontraban en aquel autobus estarian en sus cosas y no seria la primera vez que me habia imaginado algo y era la unica que lo habia visto, asi que simplemente me abrace fuerte a mi libro, lo único que me daba seguridad en aquel momento y decidi seguir mirando al horizonte
El conductor, un hombre de rostro serio y manos firmes al volante, permaneció en un silencio tenso mientras el autobús continuaba su viaje por la sinuosa carretera, que ahora parecía perderse en la espesura del bosque. La petición de Bobby rompió el zumbido constante del motor y el traqueteo del viejo vehículo. Dos chicas se suman a la charla.
Los ojos, oscuros e inexpresivos, del conductor apenas se desvían del parabrisas, como si supiera algo más de lo que estaba dispuesto a admitir. Se tomó un segundo antes de contestar, manteniendo las manos rígidas en el volante.
—La calefacción no funciona —responde con una voz grave, casi monocorde, que apenas se elevaba por encima del ruido de la carretera —. Storybrooke es solo un desvío pequeño. Nada de lo que preocuparse. Volveremos a la ruta hacia Nueva York en cuanto superemos este tramo. En cuanto al viento, efectivamente puede ser traicionero, pero este bosque nos protege.
El conductor gira brevemente la cabeza, mirando la oscuridad exterior, antes de volver a concentrarse en la carretera. No ve nada donde señala Minerva.
—Solo sombras. —dijo, con voz baja y cortante, casi como si no quisiera que lo escucharan todos—. En estos bosques es fácil imaginar cosas que no están allí.
Pero incluso mientras habla, esconde algo en su tono, en esa rigidez en los hombros, que hace difícil saber si cree sus propias palabras. El autobús se adentra cada vez más en el bosque, donde las ramas de los árboles forman arcos oscuros y el viento susurra secretos al otro lado de las ventanas empañadas. El conductor se enfoca en el camino, como si llevara consigo un peso mayor que el de una simple responsabilidad por la ruta.
Me encontraba en el lado derecho de la antepenultima fila de asientos, con mi espalda apoyada mitad en la ventana y mitad en el respaldo, mirando desde mi diagonal el frente y el lado izquierdo del vehículo y sus habitantes. Habitantes como un país extraño, diverso. Ageno por completo.
El viento se cuela como un invasor de dedos fríos y alguien pregunta por la calefacción. Es un chico de barba incipiente y cabello oscuro. Tomo nota mental de él, así como de la chica que garabatea sobre una libreta. ¿Periodista? No, quizás escritora. Él es fuerte pero ella parece delicada... delicada y asustadiza... quizás más observadora de lo normal. Quizás. Como dice el hombre gris de ojos pesados... "en estos bosques es fácil imaginar cosas". Parece move su auto como una barca. Como Caronte. Y entonces este túnel es Estigicia.
Disfruto del olor de un cigarrillo de canela y clavo y con un chasquido rápido y dorado lo prendo y guardo con otro movimiento igual de rápido el recipiente dorado en que guardo en líquido el fuego. Absorbó rápidamente el humo y me relajo. Ahora me paso al asiento del pasillo. Si algo nos golpeace desde el bosque, ya no estaría en su rango ni a su espalda.
Durante el comienzo del recorrido con unos audifonos y leyendo un libro Alice parecía alejada de todo y todos, excepto porque ocasionalmente acariciab a un gato con rayas que llevaba dentro de una jaula, pero conforme el camino cambio de las rutas convencionales la joven miró con amas atención y entonces miró de reojo a los otros atractivos jovenes que la acompañaban y por un momento puso atención en cada uno cuando hablaron con el conductor, tras escuchar a Boby se puso un sweter con figurs de cartas y un sombrero simpático, entonces le sonrió a Caroline tras su comentario, aun cuaando seguía interpretandolo, entonces escuchó a Minerv y se giró hacia dodne señalo respondiendole:
Alguien ha visto eso?? pregunte algo asustada señalando por la ventana lo que hacia escasos segundos habia acabado de ver, pero entonces me senti tonta, quien lo iba a ver?
- ¿Había algo ineresante que ver allí linda o .... de imaginar como un conejo blanco saltando por la pradera? - Alice mira atenta hacia donde señaló la joven rubia y entonces see fija en el interesaante, silencioso y misterioso joven y nota su movimiento de asiento, por lo que ella tambien cambia de asiento del ultimo en el que estaba y se coloca mas en medio
Ante la respuesta del hosco conductor, no puedo evitar pensar: “Menuda chatarra de vehículo. Con unas herramientas y un poco de tiempo, seguro que podría hacerlo funcionar.”
Le contesto con una sonrisa forzada: “Gracias de todas formas.”
Mientras me alejo, echo un vistazo al resto de las personas del autobús. Sus rostros reflejan el mismo frío que siento en mis huesos, y parecen tan extrañados del desvío como yo. De repente, arrugo la nariz al ver cómo una figura sombría al fondo enciende un cigarrillo, llenando el aire con ese olor tan asqueroso que parece envolvernos como una maldición.
Aburrido del viaje y buscando algo de compañía, me fijo en la chica morena que se había quedado sin volar. Parecía que tenía ganas de hablar, ya que se había metido en la conversación con el conductor. Me acerco a ella y me siento a su lado, diciendo con un tono de empatía: “Qué putada haberte quedado en tierra. Ya estarías en casa calentita si hubiese despegado el vuelo.” Le ofrezco una sonrisa cálida y añado: “Me llamo Bobby, por cierto.”
El cigarrillo que uno de los pasajeros encendió llena el aire con un humo acre, molesto. El conductor tuerce la boca, incómodo, pero no comenta nada. No romperá la atmósfera enrarecida que se ha creado en el autobús, como si algo intangible, antiguo y poderoso, moldeara el destino de los pasajeros de una manera inevitable. Así pues, mantuvo su mirada fija en la carretera, mientras las conversaciones se desarrollaban en el autobús. Hacen bien. Necesitarán apoyarse más adelante, incluso cuando sus caminos se enfrenten.
La voz de Alice, con su comentario sobre un conejo blanco, le hizo apretar los labios, pero no se giró. En los bosques de StoryBrooke hay una gama muy variopinta de seres vivos. Sin embargo, ver un conejo blanco significaría que están cerca del límite, algo que él no puede —o no quiere— explicar.
El viento hace gemir la carrocería del vehículo. Storybrooke está cerca, y el conductor decide dejarles hablar al menos unos minutos más. Y, entonces, enciende la radio para asegurarse de que están lo suficientemente cerca para sintonizar la cadena local y escucharla a ella.
Por la radio suena una canción triste, casi asfixiante. La cantante siente cada letra y palabra. Como si os advirtiera de un secreto.
< Caminos oscuros, secretos al viento,
la tormenta se acerca, es solo el comienzo.
Ven, no te escondas, sigue el sendero,
donde sombras y luces se funden en juego.
Hay ojos que miran, más allá del velo,
cuidado, viajero, no vayas tan lejos.
En Storybrooke nada es lo que parece,
un destino incierto siempre te envuelve.
Las ramas se cierran, no hay vuelta atrás,
la magia te espera... y pronto la verdad sabrás.>>
Uno de vosotros ha desbloqueado un secreto.
Estará disponible en la página dedicada a ellos.
Si quiere, puede reaccionar o simplemente disimular.
Para los demás desbloqueamos la ficha de Scar Reed.
Envuelto en mi humo hago poco caso de los demás viajeros, aunque la referencia al conejo blanco que hace aquella chica pelirroja trae a mi un recuerdo, un personaje, un detective... una historia. En mi mente veo clara la escena, hay un ruido metálico y acompasado como una fábrica. No, una fábrica no. Una estación, un tren.
Cabello desordenado, pierna izquierda cruzada sobre la derecha con el borde del pie casi sobre el tapizado de las butacas de enfrente. Con un chasquido dorado de la mano izquierda una llama, mientras la derecha amartilla el arma y apunta firme hacia el pasillo. "Un caso para terminar con todos los casos"... Me sumerjo en mi mismo mientras el aroma del clavo y las especias me rodean en su abrazo. "Mientras buscaba descubrí algo curioso. Otros detectives también habían estado en este caso, pero sus investigaciones se habían topado con... problemas. Uno se había suicidado, otro había desaparecido y uno se volvió loco. Así que decidí al único que quedaba, al lunático". La habitación es sordida e iluminada por grandes ventanales que blancos de luz tiñen de gris la habitación, envolviendo a la figura de aquel hombre en flor de loto ahogado en preguntas existenciales, cegado por la iluminación. Sobre la pared y de frente, la única muestra de color (salvo lo negro del hombre) es una frase escrita con alguna clase de pintura roja "Busca a la reina roja". El detective busca en aquellos sitios donde se reúnen los Hackers, es el "Peón Blanco". Encuentra a la "Reina Roja" y pregunta por "ella", pues escuchó que está detrás del espejo. La reina le dije que él es el que está detrás del espejo, y cuando él pregunta como encontrarla responde que deberá cruzar seis arroyos. La conexión se pierde y las horas pasan. Entonces la iteracción llega como un golpe de repentina iluminación. "Al cruzar el segundo arroyo la llevo al bosque. Alicia cruzó el segundo arroyo y... después aborda el tren.
Escucho de pronto la estática de la radio y luego una voz, una de mujer. Algo tiene esa voz o sus palabras, que me sacan de mis pensamiento. No se que es pero es tan pesada que me atrae como un imán a las balas. Siento esa sensación en el vientre, esa sensación de peligro... esa extraña comezón en la cicatriz de bala que me advierte de algo, como si... ¿Acaso dijo Storybook?
Con movimiento medido y mecánico extraigo un cigarrillo de vainilla y de canela. Lo enciendo con los restos del primero y doy una calada tan honda que la luz ilumina por un momento mi rostro. Algo tiene esa voz o su mensaje, algo que incluso me hace acordarme de Jane, de su voz y su balada. Reclino mi cabeza y me sumerjo en el recuerdo de su canción.
Solo hay un miedo persistente
Oh mi alma, ¿está aquí?
¿O se está pudriendo en alguna parte con mi cabeza?
Oh, mi alma
Oh, mi alma
Oh, mi alma
Oh, mi alma
Con una mueca trágica el humo discurre hacia el exterior en un vaho tan largo y tan profundo que difumina en sombras la poca luz que se filtra. Y tras ese humeo tan largo como un suspiro el resto de la balada de apodera suavemente de mi voz como si fuera la de Jane.
Oh sin alma, y sin nombre
Y sin cuento, que vergüenza
¿La existencia cruel era solo una farsa?
¡Oh San Pedro, déjame entrar!
Debes saber dónde he estado
¿No me dirás por fin quién soy?
Calo nuevamente el cigarrillo y con su pequeña luz me extingo lentamente.
Oigo como el conductor indica que la calefaccion esta rota y no puedo evitar hacerme un ovillo mientras noto como el ambiente se llena de humo y me pregunta si la niebla que se haya en el exterior del autobus ha conseguido colarse tan rapido que esta invadiendo el espacio del autobus hasta el punto de que este llegue a desaparecer y, aunque en un primero momento habiamos pensado que nos encontrabamos viajando en él no era verdad y tan solo era un sueño, pero..ese olor?? Ese olor no puede ser de la niebla o si??
Volteo cuando una chica peliroja me habla y veo que hay un hombre fumando en el autobus Perdone pero si usted quiere acabar con su vida me parece perfecto pero a los demas nos gustaria vivir durante muchos años con lo que le agradeceria aparaga ese cigarrillo despues le vuelvo a prestar atencion a la chica que estaba hablandome un conejo blanco?? me quede pensando un momento, afuera todo era oscuro y si hubiera sido un conejo blanco hubiera destacado entre la oscuridad seguramente fue mi imaginacion dije sonriendole cuando el conductor del autobus puso la radio y comenzo a escucharse aquella cancion, una cancion que hablaba sobre el lugar al que nos dirigiamos y su magia
No es curioso que esa cancion hable sobre le lugar al que vamos?? le pregunte a la chica con la que estaba hablando del conejo, mientras no puede evitar abrir mi libreta y escribir sobre la cancion y lo que decia, tal vez fuera un buen argumento para una nueva historia es la primera vez que la escucho, y tu?? le pregunte mientras levantaba, de vez en cuando, mi vista para mirarla y mirar al exterior.
Las voces se enlazan unas con otras alrededor de los asientos creando una perfecta melodía únicamente perturbada por el agrio "click" de la tapa del encendedor del tipo de aura gris sacado de una vieja película de esas de detectives en declive. Alzó las cejas con horror emparejando el fuego que crece en mi con el que consume ese cigarrillo y escucho en mi mente la voz de mi padre recordándome que debería aprender a no tener la mecha tan corta.
Boqueo en el aire preparada para entrar en guerra y justo antes de protestar el joven de la calefacción bloquea mi agresividad latente con su aproximación. Tomo mejor postura de inmediato por mera educación y asiento resignada a sus palabras.
Detrás de él, al otro extremo del autobús empieza a sonar una triste balada que impregna todavía más de destierro la huida que me traigo entre manos.
- Coraline -contesto a la presentación de Bobby alargando mi mano hacia él con el vicio de los CEO entre los que me han criado- Cori -aclaro entonces para romper el formalismo-.
Alargo una vez más los ojos hacia el tipo del tabaco pero al escuchar la reprimenda de otra mujer en contra del humo me relajo en el asiento y apago el nerviosismo de mis entrañas.
- No es que sea mucho de estar en casa calentita, la verdad. Pero prefiero viajar rápido- sigo la conversación con Bobby.
Con un gesto rápido tiro de los auriculares para hacerlos caer de los oídos y empiezo a enrollarlos en mi mano.
- ¿Y a ti qué te lleva a Nueva York en una larga y fría noche como hoy? -exagero un poco con sana burla por su aprensión al frío.
Miro por la ventana del autobús, observando cómo la tormenta agitaba el paisaje oscuro. Las luces de los relámpagos parpadeaban a lo lejos, creando un ambiente casi mágico. Luego, vuelvo mi mirada hacia Coraline y, con una sonrisa melancólica, respondió:
"Bueno, Cori, Nueva York siempre ha sido un lugar de sueños y oportunidades, ¿no? Estoy buscando a alguien muy especial, alguien que perdí hace mucho tiempo. Esta noche fría y larga es solo un pequeño obstáculo en mi camino para encontrar respuestas y, tal vez, un poco de paz.
Hace años, cuando era niño, solía escuchar historias sobre la ciudad que nunca duerme, sobre sus luces brillantes y sus calles llenas de vida. Ahora, estoy aquí, persiguiendo un sueño y una promesa que me hice a mí mismo. ¿Y tú? ¿Qué te lleva a esta ciudad en una noche como hoy?"
Mientras hablo, una canción comenzó a sonar en la radio del autobús. La escucho por un momento, pero no me sonaba de nada y no le presto mayor atención, tampoco es que sea de un estilo de música de mi agrado. Me encojo un poco más en mi asiento, tratando de combatir el frío que parecía colarse por cada rendija del vehículo.
“Y además de todo, este frío es implacable,” añado con una risa suave, frotándome las manos para entrar en calor. “Espero que lleguemos pronto.”
El silencio dentro del autobús, roto apenas por la música de fondo y las voces dispersas de los pasajeros, se siente pesado. La canción de Scar, se filtra en el ambiente, jugando con sus emociones. Ya resuena en la mente de los pasajeros, llevándolos a esos rincones oscuros de sus recuerdos. Forma parte del viaje, parte de lo que les espera en Storybrooke. Sin apartar la vista del camino, murmura en voz baja, casi para sí mismo, pero lo suficientemente alto como para que le escuchen en los primeros asientos:
—Hay lugares de los que nunca se puede escapar, aunque creas que has olvidado.
Aunque soy hábil con las palabras, no dejo que mis pensamientos traicionen mi verdadero propósito. Este viaje debe llegar, pase lo que pase, a su destino: Storybrooke. El camino angosto está cubierto de humedad y hielo. Mis manos se aferran con firmeza al volante, manteniendo los ojos en la carretera que parece desaparecer bajo la tormenta. El faro ilumina apenas unos metros adelante, y por más que las luces intentan penetrar la niebla, la visión sigue siendo borrosa.
De repente, entre la penumbra, algo brilla. Un par de ojos centellean en la oscuridad. Un regio ciervo, grande imponente, surge de la nada en medio de la carretera. Lo reconozco. Algunos lo llaman Bambi. Su pelaje oscuro como el chocolate, apenas se ve en el halo de las luces. Mis reflejos me traicionan. Sin pensarlo, giro bruscamente el volante hacia la izquierda, intentando evitar el impacto.
El autobús chirría y se tambalea.
—¡Maldición! —murmuro entre dientes mientras el peso del vehículo se desplaza peligrosamente hacia un lado.
El mundo a nuestro alrededor se desenfoca. La velocidad, el hielo y el impacto del volantazo convierten la carretera en un caos. Mis manos intentan recuperar el control, pero el autobús se desliza sin remedio hacia el borde de la carretera.
De pronto, el bosque nos engulle.
Un fuerte golpe sacude todo el autobús cuando nos estrellamos contra un árbol enorme, el impacto es violento. Las ramas y hojas se abalanzan contra el parabrisas, agrietándolo como si fueran las garras de una bestia. Se escuchan gritos de los pasajeros, el sonido del metal retorciéndose, los cristales rompiéndose. El vehículo se detiene finalmente, inmóvil, con un crujido metálico final.
La oscuridad del bosque se cierra a nuestro alrededor. Al menos, hemos pasado la linde. Ya no hay marcha atrás.
Alice, Bobby, Coraline, John y Minerva han regresado a casa. He cumplido mi misión.
Atentos:
El prólogo está apunto de terminar y hemos llegado a... ¡La primera tirada!
- Narrad el accidente y cómo todos perdéis el conocimiento.
- Haced una tirada para recordar con un dado de 6 (soy nueva en esto y no tengo claro el sistema de tiradas, así que tenedme paciencia jaja). No hay dificultad, pues todos obtendréis un recuerdo pasado. Sin embargo, cuanto más cercano al 6 más jugoso será. En contra, si obtenéis un 1 o 2 será un recuerdo vago y poco concluyente. ¡Suerte!
No he acabado de hablar con la chica que noto como algo no va bien y, de nuevo, aquellos ojos vuelven a aparecer en las ventanas del autobus pero esta vez en la parte delantera; me quedo embobada mirando el enorme animal que se presenta delante del autobus, un precioso ciervo que, por su color, apenas se distingue del entorno que le rodea pero el cual yo veo claramente pues ya lo habia visto antes.
Para cuando me doy cuenta de lo que realmente significa que ese animal este hay el conductor ya ha dado un volantazo al autobus, con lo que no me da tiempo a cogerme a nada, solo noto como mi cuerpo es movido de manera brusca como si un huracan lo hubiera atrapado y se lo llevara a otro mundo, o, tal vez, las ramas que han entrado violentamente como garras que solo buscan hacer daño por la ventana quisieran llevarme y hacerme prisionera; los cristales, eso si, se sienten como escarcha clavandose en mi piel.
El dolor en mi cuerpo unido a la hiel que siento es tan fuerte que, lo siguiente que veo es la completa oscuridad abrazandome y llevandome al mundo de Hades, sera una transicion pacifica??
Motivo: Como es mi recuerdo??
Tirada: 1d6
Resultado: 6 [6]
Me quedo escuchando el relato de Bobby contagiándome de de la motivación de quién cumple las promesas que se hace a uno mismo. Reconozco en mi cierta envida por no ser capaz de plantarme y defender mis sueños. Al menos no por ahora.
- ¿La verdad? No lo sé... -respondo a la pelota devuelta pero antes de poder dar más explicaciones el autobús chirría y ahoga mis pensamientos.
Por mero instinto me agarro tan fuerte al asiento de delante que mis nudillos quedan blancos; y en cada tambaleo contengo la respiración sintiéndome atrapada en la resaca de un mar imaginario que nos zarandea, zambulle y expulsa con violencia hacia más allá de sus confines.
De soslayo veo como el bosque se acerca a nosotros, casi puedo sentir como entra por la ventana, los arboles parecen alargar sus uñas dispuestos a rasgar cuanto encuentren. Tengo miedo. Por primera vez en muchos años tengo miedo.
Cierro los ojos buscando la calma en la oscuridad y me imagino hecha un ovillo para mayor seguridad aunque desconozco si mis manos me han escuchado o siguen atoradas en el asiento delantero y entonces llega el golpe.
De entre la maraña de rizos asomó un ojo buscando a mi casual acompañante.
-¿Estás bien? ¿Está todo el mundo bien?- de alguna forma, en esa segunda pregunta me incluyo, el cuerpo aun me tiembla y la adrenalina no deja que mi dolor se comunique correctamente conmigo "espero estarlo" es lo último que cruza por mi mente antes de perder el conocimiento.
Motivo: recuerdo
Tirada: 1d6
Resultado: 4 [4]
Estaba charlando con Coraline, empezando a conocernos, cuando de repente, un estruendo ensordecedor sacudió el autobús. Sentí cómo el vehículo se desviaba bruscamente, y antes de poder reaccionar, un impacto violento nos lanzó hacia adelante. Las ramas y hojas se estrellaron contra el parabrisas, agrietándolo como si fueran las garras de una bestia furiosa.
El primer golpe me lanzó contra el respaldo del asiento frente a mí, el dolor recorrió mi pecho como un rayo. Intenté agarrarme a algo, pero el caos era total. El autobús rebotó y mi cabeza chocó contra la ventana, el dolor fue agudo y cegador. Sentí un calor húmedo en la frente y supe que me había cortado... la historia de mi vida...
Los gritos de los pasajeros llenaron el aire, mezclándose con el sonido del metal retorciéndose y los cristales rompiéndose. Todo sucedió en un instante, pero se sintió como una eternidad. El autobús finalmente se detuvo con un crujido metálico final, dejándonos en una inquietante inmovilidad.
La oscuridad del bosque me envolvió, y el dolor comenzó a invadir mi cuerpo. Sentí un golpe en la cabeza, y mi visión empezó a nublarse. Intenté mantenerme consciente, pero el mundo a mi alrededor se desvanecía rápidamente. Lo último que vi fue el rostro de Coraline, pálido y lleno de terror, antes de que todo se volviera negro y perdiera el conocimiento.
Motivo: Recuerdos
Tirada: 1d6
Resultado: 2 [2]
.... La conexión se pierde y las horas pasan. Entonces la iteracción llega como un golpe de repentina iluminación. "Al cruzar el segundo arroyo la llevo al bosque. Alicia cruzó el segundo arroyo y... después aborda el tren....
Tal vez si Alice pudiese leer mentes le hubiera interesado esa historia, o le hubiera parecido un tanto .. egocéntrica, pero como no es así tan solo se limita a sonreír y cerrarle el ojo por un momento por un momento al joven que no supo si quería decir le algo ...pero su timidez se lo impedía o tan solo estaba un poco drogado como para participar en la escena después de la escalofriante actitud del conductor y la un tanto macabra canción de la artista local, entonces escucha la joven pelirroja a la rubia exaltarse un poco excesiva por el cigarro, que aunque no era partidaria de fumar .. tampoco era para ponerse en ese plan con un joven desconocido.... Entonces le responde y le pregunta acerca de la canción que acababan de escuchar, lo que la deja meditando un momento antes de responder le:
- La imaginación puede ser muy poderosa, hasta que te das cuenta que la realidad puede ser aún peor ... Parece una coincidencia increíble, excepto que sea una artista local que ame u odie a su pueblo, yo he visitado tantos que no se si he escuchado está u otra canción parecida antes ... - Entonces Alice hizo un momento mutis cuando escucha que la pareja comienza a presentarse y conversar entre ellos, ignorando al resto, así que da solo un paso hacia ellos y los saluda con la mano levantada y se presenta también:
- Buenas noches Cori y Bobby! Yo me llamo Alice y ellos son ... por favor chicos podrían por favor presentarse también? - Justo se había atrevido Alice a plantarse en medio de los jóvenes para presentarse y pedirles que se presenten cuando pudo reconocer la aparición del venado en el camino, la reacción del conductor y trato de agarrarse en vano de cualquier tubo del autobús antes de salir expulsada como los demás dentro del camión cuando abandona la carretera ... Es probable que Sabrina en la jaula sobreviva?
Motivo: Recuerdos
Tirada: 1d6
Resultado: 5 [5]
Hola chicos! Perdón por atrasarme un poco ... Además de tirar por los recuerdos, también debemos tirar para que los personajes sobrevivan o salgan bien parados del accidente dire?
Apagado y muerto en mi propia penumbra, bajo el beso de aquella fata humeante escucho una voz que me pide presentarme. Retraigo mi rostro para mirar el frente y veo a aquel venado atravesarse en medio. Con apenas tiempo para meter los brazos doblo mi abdomen mientras la cinética me azota contra el asiento de enfrente. Un golpe de luces y oscuridad. Estoy cayendo, cayendo en un bosque oscuro y los demás junto a mi, como estelas de polvo dorado, como... Soy una luz, una estrella en caida, una estrella mentida por su propia luz ¿o una luz sin estrella?
Respiro profundamente como el primer aliento de quien es expulsado del útero de la tierra. ¿Quién soy? ¿a dónde están todos? ¿porqué me dejan solo? Me tranquilizo. Es normal estar solo en la oscuridad y tener miedo. Soy un cazador en este oscuro bosque, todos somos cazadores en el. Me repliego en el regazo de arboles sin tocar el follaje y percibo el sonido y el movimiento. Podría llamar a ese alguien, podría abrir fuego... pero si hago cualquiera de esas cosas, ¿cómo se que no abrirán fuego contra mi? Me oculta arrastrandome casi a gatas con el arma entre las manos. A lo lejos una luz, a lo lejos una ciudad. Una ciudad cargada de dolor y de sentimiento, mas que una ciudad un fuego, un veneno. Un paraíso que hace tiempo su fue perdido.
Entonces otro golpe de conciencia. Lo veo claro. El 9 de bastos, el hombre en el bosque; la torre, la ciudad en llamas. La luna, la oscuridad. No, olvido algo. El Carro. El loco. Siento ganas de vomitar y ahora la oscuridad trepa a mi como una ola de hormigas.