Bulmok pudo seguir los movimientos de Rudolf hasta la estancia de "ensueño", (o como a él le gustaba llamarle, de mercancian) gracias a los Den Den Mushi de vigilancia instalados en el barco. Una vez que Rudolf estubo en su lugar Bulmok inicio los comando.
- ¡Idiota! - decia histericamente para si mismo - Gru, Gru, Gru ¡Inocente! Has caido tu tambien en mi trapa ¡y Solo por mero orgullo! ¡Ya no habra más fallos! ¡Esta es la buena! Gru, Gru, Gru! - estaba auforico de satisfacción e ignoraba totalmente lo que estaba sucediendo en aquel extraño saloon del oeste que mostraba uno de los monitores. -
El caracolofono volvio a sonar.
- RU RU RU, RU RU RU -
Esta vez el chiflado deslcogo el auricular
- ¿Si? Gru, ¡Mande? -
- Señor - respondio el caracol, trasportando la voz de quien estubiese detras - Hemos divisado la costa. En menos de media hora llegaremos a nuestro destino .
- Gru Gru, Perfecto, ordene se prepare todo el "cargamento" que se deba desenbarcar -
- Si, Señor - contesto el Den Den, para colgar inmediatamente.
Ahora Bulmok si que estaba totalmente satisfecho. Pronto podria conseguir su preciado botin, y a la vez desacerse de esos siete incordios que habian estado saboteandole desde el mal dia en que sus caminos se encontraron. Bien podria haber durado esta satisfación eones si la alarma no se hubiese disparado.
lo altovoces decia:
- ¡ALERTA! ¡ALERTA! ¡INTRUSO EN AREA RESTRINGIDA! ¡ALERTA! -
Bulmok no daba credito - Pero que naric... Gru -
y es que en efecto, la imagen del monitor de la derecha de la sala de videovigilancia desvelaba una sospechosa figura que enredaba entre el cabelado de la sala de "ensueños". Eso no podía ser nada bueno, al menosm para Bulmok.
[FIN DEL ENTREMES 2]