Partida Rol por web

El día amanece nublado y transcurre como cualquier otro, la gente realiza sus quehaceres diarios mientras que cada uno de vosotros caminais desde lugares diferentes hacia la taberna de este humilde pueblo, el lugar de comienzo de vuestro nuevo trabajo. 

Recientemente, habéis sido contratados por el alcalde del pueblo, el cual pidió ayuda a gente valiente de asentamientos de la zona para entrar a la cripta más antigua del pueblo con el propósito de limpiarla (tanto de cualquier alimañas que haya en su interior o por los alrededores como peligros varios debidos al lamentable estado de la misma). Es una tarea peliaguda y poco llamativa, pero el pago es más que generoso y os dejan quedaros con cualquier cosa útil que haya dentro.

Disponéis de una comida pagada por vuestro benefactor en la posada, con todos los lujos que la misma se puede permitir en cuanto a consumiciones. El alcalde pensó que sería buena idea que vayáis bien alimentados y que aprovechéis este momento para conocer a vuestros compañeros para esta tarea

La taberna es acogedora, un lugar lleno de risas y conversación, donde la gente disfruta de una buena comida y una jarra de cerveza. Allí está Millicent, que se asegura de presentarse a sus nuevos compañeros de tarea, cada uno tan distinto del otro como el día de la noche. Entonces se aproxima a la barra sin perder más tiempo. Su maestro siempre decía "La batalla se gana antes de que se produzca". En este caso, la prudencia la empujó a recoger información sobre la tal cripta. 

Eran solo alimañas, roedores y animales? Quizás algún indeseable la utilizaba para esconder el botín de sus robos? Tal vez ese lugar había atraído a algun malvado hechicero de la Muerte, como los de las historias que su Baba contaba.

Sea cual sea el caso, decidió que la mejor forma de enterarse era cotillear con los aldeanos que estaban allí reunidos. 

Nos vemos en una hora en el camino del cementerio! Dijo, antes de separarse de sus compañeros. Estaba muy animada, por fin tendría un poco de dinero que enviar a su familia. ¡Se aseguraría de no gastarlo todo celebrándolo!

La guerrera se inclina sobre la barra y empieza a preguntar a los aldeanos. Su voz es firme pero amable, su sonrisa fácil y sus preguntas directas. Pregunta sobre la cripta, sobre cualquier leyenda local o rumor que pueda darles una ventaja. Pregunta por los alrededores, los caminos más seguros y cualquier posible lugar de descanso. No deja piedra sin remover en su búsqueda de información.

Pues parece que ya tocaba ponerse en movimiento, en verdad la elfa disfrutaba de la hospitalidad fuera donde fuera, pero prefería encontrarse en los bosques, donde la naturaleza proveía y los únicos sonidos eran los de los animales haciendo su vida.

Pero no todo iba a ser comer y beber en la posada, tocaba intentar usar su cabeza para averiguar o recordar si había leyendas o algún dato sobre esa cripta.

- Quizás pueda saber algo, cuanto más sepamos de la cripta mejor.

Un hombre con su pelo tan cano como castaño entró en la taberna a la hora acordada, muy puntual. Aunque el ciudadano medio no se diera cuenta de esto, llevaba rondado la taberna un rato antes de entrar. Parecía un hombre muy normal, y cuando se acercó a sus compañeros era indistinguible a primera vista de otro ciudadano, pero a medida que se pasaba tiempo con él salían a relucir detalles que delataban su profesión.

Derek iba bien vestido pero con ropas desgastadas de largos viajes. Concretamente sus botas parecían haber sido cambiadas hacer poco. Tenía varias cicatrices bien disimuladas y una hoz que parecía de labranza pero que el ojo más perceptivo notaría que estaba reforzada para la batalla... y que tenía otra igual bajo su chaleco. Llevaba un petate largo en el que entraría un arco, flechas y diversos útiles.

-Buenas tardes. Soy Derek y parece ser que trabajaremos juntos. Yo me encargaré de explorar por delante y de lidiar con las trampas. -

Tras discutir estrategias y señas básicas con sus compañeros, indicó que quería hablar con un conocido para intercambiar información sobre el objetivo.

Las preguntas a los habitantes del pueblo por parte de Alissa y Millicent parecían no llegar a ninguna parte. Eran amables con ellas, sobre todo cuando comentaban que habían sido contratadas por el alcalde Bruver para aquel peliagudo asunto del cementerio de Taewe, pero esa amabilidad no tenía por qué traducirse en algo de utilidad. Algunos, con más alcohol ingerido del que deberían, casi no sabían de que hablaban y se limitaban a dar la chapa sobre el tema que se les viniera a la cabeza. Otros, eran supersticiosos, con historias claramente espeluznantes aunque lejos de parecer verídicas, ya que cada una que escuchaban eran muy distintas unas de las otras e incluían criaturas y sucesos demasiado fantaseosos. Los escépticos que no iban con unas jarras de más se limitaban a decir que era la cripta de un antiguo noble que estaba bastante desgastada por el paso del tiempo.
Millicent, cansada de que las charlas no fueran a ningún sitio y con la cabeza como si le fuera a estallar, decide partir rumbo a su objetivo para despejar un poco. Alissa decidió quedarse un poco más por si las moscas, su paciencia fue recompensada.
Un hombre al que ya le empiezan a pesar los años, vestido con ropajes sucios y desgastados y portando una pala pesada y bastante tosca se da cuenta de que la elfa preguntaba sobre el cementerio. Tras un suspiro largo, capta su atención para que se siente con él en una mesa alejada de todo el barullo.
"Como habrás notado, soy el cuidador del cementerio de este humilde pueblo, si has escuchado alguna historia no demasiado agradable sobre él... Algo de verdad tiene.
Por mucho que me alegre de ver a alguien que vaya a adecentar esa cripta, ya que me confirma que el alcalde ha conseguido sacar adelante la restauración, aunque debes saber algunas cosas antes de adentrarte en ellas. 
Verás, de primeras el lugar ya es tétrico, es un lugar ya viejo que necesita desesperadamente esa restauración que acabo de comentar, algo que el pueblo en general se ha negado, alegando que es perturbar el descanso de los muertos, aunque sigo pensando que es mejor que nuestros difuntos descansen en un lugar digno...
A parte, el camino para llegar es horroroso,  por no hablar de las jaurías de lobos que hay por la zona, alguna vez he tenido que defenderme como buenamente he podido y, si no hubiera tenido algo de suerte, no hubiera sido la primera vez que ocurre un disgusto. En fin, te recomiendo que evites en la medida de lo posible la vegetación espesa, así al menos te evitas que una de esas alimañas te pille por sorpresa.
En cuanto al cementerio... Últimamente me está dando bastante terror ir a trabajar. La primera y última vez que entré a esa cripta salí a los 5 minutos negando con la cabeza, un ambiente muy pesado que notaba con solo estar cerca de ella y extraños...  ¿Zumbidos que provenían de alguna sala interior? Además, algunas noches escuchaba pasos y ruidos que definitivamente no eran de alguna persona o animal... Espero que solo fuera mi imaginación haciendo de las suyas.
No la molestaré más señorita, buena suerte, rezaré por su seguridad"
Y con esto el hombre se levanta hacia la barra para pedir algo de comer.
Derek, por otro lado, averigua de sus contactos que la cripta fue la antigua morada de Uztum el maldito, un nigromante que llevaba a cabo allí sus experimentos hace mucho tiempo, lo que haya sido de él desde entonces sigue siendo un misterio... 

Millicent se encogió de hombros ante las palabras del sepulturero. Al fin y al cabo, si les habian contratado era por algo. Descubrirían qué hay en la cripta y lo solucionarían.  

Alissa les comenta lo dicho por el enterrador, no es que desconfié del hombre, pues es el único que les ha dicho algo útil, pero su percepción puede estar empañada por la superstición, pero el dato de los lobos vale la pena.

- Pues creo que poco podemos sacar ya de la gente, mejor nos ponemos en marcha.

Cuando Derek se reunió con sus compañeras y nadie más podía oírles, las advirtió de lo que había oído. -Malas noticias. Parece ser que esa cripta es el antiguo laboratorio de un nigromante. Puede que siga allí. ¿Podéis lidiar con no-muertos?

Derek parecía preocupado por sus propios descubrimientos, pero seguía dispuesto a ir hacia la cripta.

Si se les corta la cabeza mueren igual que un si-vivo, no? - Se encoge de hombros. Ya habia dado su palabra y aceptado un contrato, lo mínimo sería ir a investigar cuanto de lo que les han dicho es cierto. 

Tras la pequeña charla e intercambio de información, comenzais el viaje. El sepulturero con el que habló Alissa, por mala fortuna para vosotros, decía la verdad: el camino era muy irregular hasta para ser un camino natural, con estrechamientos rodeados por zarzas, árboles en medio del camino que os obligan a buscar un rodeo...

La buena noticia, es que, a pesar de los agoreros aullidos de los lobos en la lejanía, no tenéis un encontronazo con la fauna local. Seguramente porque no era su hora para cazar. 

Con el ocaso en el horizonte, llegáis a las puertas del cementerio. Estas se encuentran abiertas, aunque el viento las va abriendo y cerrando con frecuencia y bastante fuerza mientras el oxidado acero chirría con cada centímetro que se mueven. 

El camino desde luego era como les habían comentado, nada agradable ni bonito a la vista, al menos evitaron a los lobos, evitar encuentros indeseados, sobre todos con seres de la naturaleza, era lo preferible, ahora tocaba entrar en la tierra de descanso de los fallecidos del pueblo.

- Bueno, pues estamos aquí, empecemos con la búsqueda, antes de que se nos haga demasiado tarde.

Para venir a la cripta, Derek se había puesto una armadura de cuero enegrecido y una capa de similar color. Sus armas también tenían un tinte similar en todo lo que se podía tintar.

-Un momento. Dejadme investigar si es seguro.- Derek se subió la capucha y se tapó la cara con un paño. Se adelantó con paso sigiloso para comprobar que no hubiera nadie en las inmediaciones, preparado para retroceder sin ser detectado de encontrar a alguien o señalar que entrasen mientras buscaba trampas o enemigos ocultos.

Se separó del camino y primero se asomó por el muro, para luego avanzar a la puerta y resguardarse a un lado mientras lentamente investigaba el interior. Concretamente se fijó que no hubiera nadie resguardado en los laterales de la entrada y que no hubiera ninguna trampa en el suelo.

Derek se adelanta ligeramente con bastante sigilo pero no se da cuenta de las ramas esparcidas por el suelo que crujen cuando las pisa. Tras unos minutos rastreando, no encuentra nada peligroso y os hace una señal para que lo sigáis... Con la mala suerte de que antes de que os deis cuenta, unas cimitarras llenas de ¿percebes? Caen encima de vosotros con fuerza. Cuando os dais la vuelta para ver qué es lo que ha pasado y poneros en guardia, veis que unos esqueletos con ¿Atuendos piratas? Salen de los arbustos cercanos con sus armas preparadas.

Millicent esquivó por los pelos el ataque de los no-muertos cubiertos de crustáceos

Derek estaba demasiado ocupado investigando si ese caracol pegado al muro era una trampa, que no vio venir a los enemigos.

Alissa se colocó para buscar un disparo contra los, piratas? Aunque parecían mas cosas marinas que hombres, pero les habían atacado, así que ahora tocaba luchar y seguir, pero su flecha no logró darles.

- Maldita sea, no estoy en forma!

Maldición! - Dijo Millicent mientras erraba el golpe

Derek desenvainó sus dos hozes y se lanzó como un rayo contra el pirata al que se enfrentaba Millicent. Desde detrás lanzó dos tajos que a duras penas encontraron los huesos de su enemigo.