Partida Rol por web

Karl muestra una sonrisa agria De acuerdo en todo, camarada. Y si es posible, pelamos a alguno de estos cabrones con galones y contamos algún cuento heróico, llevando su cadaver hasta nuestras líneas.

Rolfe ríe de una forma suave y cínica Lo primero, agenciarse algunas armas de Ivan para hacer esa faena, si es posible... y recordad: los de la ambulancia nos vieron con esos pájaros, así que hay que  intentar salvar a alguno de ellos para volver a nuestras líneas como unos héroes...

Y con un guiño añade Si aún haremos que a alguno de estos cerdos le hagan un funeral de héroe digno de Valhalla...

Muy apurado por todo lo que está sucediendo, por lo que entiendo de lo que oigo y porque no tengo los cochinos papeles me acerco a los mandos veteranos con cara compungida, frotándome las manos.

Se ... señor. Yo ... no tengo papeles. Debieron caerse cuando cogí esta ropa y ...

Señalo nervioso a Ramcke esperando esos papeles.

Me rio ante lo que nos dice Sven, siempre me pone de buen humor una buena matanza, después todavía con lagrimas en los ojos le entrego mis arrugados papeles para que los copie o lo que sea que hagan con ellos, ya ni me acuerdo si eran los mios...

Ramcke se dedica a copiar todos los datos de vuestra documentación, pero no hace ninguna anotación entre vuestros papeles. Cuando termina, os los devuelve.

Se queda mirando fijamente a Pavel cuando le recuerda que no lleva sus papeles encima. Después, se pone a ordenar su carpeta mientras contesta sin levantar la vista:

- Tú sabes ruso -como si no fuera evidente. Te presentarás ante Lange cuando lleguemos al destino. Ahora, nombre, lugar de nacimiento, fecha, y unidades en las que has servido. Repetidselo si hace falta -dice señalándoos con la mano.

Cuando volvéis ante Fritsche*, os dice:

- Ahora que ya sois de la familia podemos empezar a trabajar. Hemos encontrado partisanos camuflados entre los vecinos de un pueblo cercano. Están preparando el recibimiento de sus colegas del Ejército Rojo para cuando consigan tomar Kiev. Y para eso no debe quedar mucho. Así que como no nos gusta que se pongan a jugar sin invitarnos, vamos a hacerles una visita a ese bonito pueblo para que nos cuenten que pasa -el Unterscharführer hace una pausa. Mmmm no se si me estoy explicando. Veréis, vamos a ir a ese pueblo y vamos a fusilar a todos los comunistas que haya. Quizá a todo el pueblo, no se, lo que haga falta. Lange decide. O Maier. ¡Qué más me da! Capito, gente?

Coged vuestras cosas y a los camiones. El nuestro es el primero. 

La columna la forman cuatro camiones y un par de Sd.Kfz. a cada punta de la formación.

Claro como el agua! se limitó a contestar Karl con una sonrisa siniestra. En realidad, para él fusilar a los comunistas de un pueblo o a los de toda la puñetera Unión Soviética le daba igual, sobre todo si aquello le llevaba de vuelta a casa...

Había visto muy bien lo que hacían los partisanos como para tener cariño a cualquiera que les apoyara, pero una cosa era una cosa y otra...

Bueno, chicos, comienza el baile. No sé a vosotros, pero a mí no me seduce la idea de pelar indiscriminadamente a todo bicho viviente. Los partisanos son unos hijos de mala madre, y quienes les apoyan unos cabrones, pero...

Rolfe dejó la frase susurrada sin terminar, dejando claro que él no era de los que mataba mujeres, ancianos y niños no combatientes

Los acontecimientos se precipitan, Sven... Habrá que pensar rápido, y actuar más rápido aún... ¿Sugerencias, camaradas? le dice primero a Sven, pero luego se dirige a todo el grupo, esperando ver cómo reaccionan los demás

Pálido como el cadáver en que sospecho pronto me convertiré respondo dando los datos que me pide Ramcke.

Pavel Antonovich Andropov, nacido el  de agosto de 1919 en Kychyntsi, distrito de Kiev, República de Ucrania. Soldado de la XXIII División de la Marina, Regimiento 14, prisionero desde octubre de 1941.

Ni siquiera tengo ánimo para ponerme firme como probablemente debiera haber hecho. No lo pienso hasta haber terminado de hablar y entonces solo espero que la informalidad reinante también me alcance a mi. En cuanto veo que tiene lo que necesita me alejo hacia el grupo con el que llegué, aún lívido por las palabras de Ramcke, esperanzado ante los murmullos de Karl.

Sven habla lentamente y en voz baja, pero piensa a toda velocidad.

Cuatro Opel (2 en la cabina más 12 ocupantes) y dos SdKfz (2 + 10), eso son unos 80 tíos, o sea, dos secciones. Buf, demasiado para montar el numerito a menos que aparezca Iván.

Hay que esperar y ver, chicos. No os separéis.

A Heinrich, novato en todo aquello - maldita sea, el se había apuntado pra curar gente, no para pasar estos malos tragos -, le temblaban las piernas ante aquel ambiente. Los susurros entre Sven y Karl no lo tranquilizaban para nada, y el siniestro "triunvirato" que tenían por jefes menos aún.

Cuando Sven dijo" no os separéis ". Heinrich asintió.

- No lo haré ni en broma.

Realmente el no tenía ni idea de lo que podía pasar y menos aún como salir de allí. El se había apuntado para salvar vidas, no para quitarlas, cosa que en aquel Einsaitzkommando no era viable. Sin saber que hacer, escuchó las palabras de sus compañeros, prestando atención a todas ellas.

La tropa sube a los camiones. El otro grupo que fue asignado a Fritsche monta con vosotros. Los rostros serios, cenizos. No hablan nada. Tan solo alguno se atreve a susurrar dos o tres palabras al de al lado.

Arrancan motores y emprendéis la marcha.

Pronto empezará vuestra tarea.